La armadura de Dios

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Todos los días enfrentamos ataque y luchas que nos tratan de separar de Dios, a través del estudio de la Palabra encontramos la fortaleza necesaria para andar cada día hacia adelante sin retroceder, esperando el momento maravilloso en que veremos la transformación de nuestro ser. Para resistir cada día hemos sido provistos de lo necesario, la armadura de Dios.

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Todos los días enfrentamos ataque y luchas que nos tratan de separar de Dios, a través del estudio de la Palabra encontramos la fortaleza necesaria para andar cada día hacia adelante sin retroceder, esperando el momento maravilloso en que veremos la transformación de nuestro ser. Para resistir cada día hemos sido provistos de lo necesario, la armadura de Dios.

1- Nuestra lucha no es contra carne.

Efesios 6:12
  Muchas veces vemos luchas donde no las hay, muchas veces batallamos contra las personas y olvidamos que no es contra las personas que debemos luchar, es contra aquello que se mueve en ellas que trata de destruir nuestra paz; el enemigo utiliza a las personas pero no son ellas quienes tienen la culpa, nosotros mismos en otro tiempo estábamos muertos en delitos y pecados y el Señor nos hizo libres de las ataduras que nos amarraban; es por esto que debemos luchar contra las huestes espirituales; no con nuestra fuerza porque es imposible por nosotros mismos derrotarlos, es por el poder de Dios que ya fueron derrotados y por eso no debemos permitir que nos engañen.  Hoy en día debemos seguir las instrucciones de nuestro Padre: no es una lucha contra la carne, es contra potestades; no es nuestra lucha porque Jehová peleará por nosotros y nos dará la victoria; solamente debemos resistir los embates y mantenernos firmes en nuestra fe, crecer cada día según la voluntad de nuestro Padre, para esto debemos armar cada día nuestra mente, corazón, fe y demás a través de las partes de la armadura, iniciamos a ver cada una de ellas a partir de mañana.

  Oremos al Señor: amado Padre, gracias porque nos has dado la victoria a través de tu Hijo, gracias porque has derramado tu Santo Espíritu sobre nosotros el cual trae consuelo y fortaleza cuando lo necesitamos; en el nombre de tu amado Hijo te queremos pedir que nos ayudes a enfocar nuestras fuerzas en servirte y no en tratar de luchar contra las personas sabiendo que no es contra ellas contra quienes debemos luchar; gracias amado Padre porque sabemos que ya somos libres porque así lo has prometido y por eso queremos pedirte que liberes a aquellos que nos atacan, que ellos puedan sentir la plenitud de vida que tu ofreces, amén.

2- Ceñidos en la verdad.

Efesios 6:14
 El primer punto que se nos dice en la Palabra para tener la armadura de Dios es estar ceñidos en la verdad; la palabra ceñido se refiere a rodear completamente una cosa a otra; este enfoque es sumamente profundo en la Palabra, de hecho las Escrituras nos llaman a decir y andar en la verdad; conocer y practicar son muchas veces cosas diferentes porque en muchas ocasiones sabemos que debemos hacer algo pero no lo hacemos; por eso la Palabra nos dice que debemos revestirnos de ella, caminar en ella y ser parte de ella.
 Cuando Jesucristo le dijo a sus discípulos que  conocerían la verdad, y la verdad los hará libres, se refería a sí mismo porque también dice en Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”* Si caminamos siguiendo las sendas trazadas por Jesús y vivimos practicando la verdad, entonces vamos a tener la certeza de que el enemigo, sin importar el ataque que envíe, no podrá dañarnos, tendremos la certeza de que no es por nuestras propias fuerzas porque Jesus dijo “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

 Oremos al Padre: amado padre, gracias porque nos muestras el Camino a tí a través de tu Hijo, sabemos que debemos andar en la Verdad para poder resistir cualquier engaño y estratagema del enemigo que trata de desviarnos de tus sendas, en el nombre de Jesucristo te pedimos que nos ayudes cada día para poder ser más como tu Hijo y practicar la verdad, amén.

3- Vestidos de justicia.

Efesios 6:14
 La segunda parte de la armadura que debemos vestir todos los días es la justicia; por medio de la justicia viviremos de acuerdo a lo que el Señor demanda de nosotros en todo tiempo, tal como nos dice Lucas 1:75  debemos vivir en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días. Una persona justa reconoce que es deudora de Dios y por lo tanto no se cree superior a nadie; una persona justa reconoce que todo lo que tiene le pertenece a Dios y que solo es administradora de los bienes y por lo tanto ayuda al necesitado cumpliendo así los mandatos del Señor; una persona que vive en justicia sabe y reconoce su debilidad y la necesidad de que el Espíritu Santo sea quien le guíe y por lo tanto busca desesperadamente su auxilio, guía y sostén.
Si andamos en justicia no podrá el enemigo derrotarnos porque nos alineamos a lo que las Escrituras dictan para que hagamos, la justicia es el principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde; así obtendremos verdadera paz en nuestro ser integral; así, en justicia, viviremos tomados de la mano del Padre y podremos caminar seguros, recordemos que esto es un principio que debemos aprender a hacerlo y por eso es necesario escudriñar las Escrituras para que aprendamos a conducirnos en justicia.

Oremos: amado Padre, sabemos que eres un Dios justo y que tu gracia, amor, misericordia y bondad deben ser parte integral de nosotros para poder ser reconocidos como hijos tuyos; en el nombre de Jesucristo queremos pedirte que tu Santo Espíritu nos oriente siempre para practicar verdaderamente tu justicia, enséñanos a través de tu Palabra como conducirnos en ella para obrar conforme a tu voluntad, amén.

4- Llevando las buenas nuevas.

Efesios 6:15
Cuando entendemos que parte importante de la armadura para soportar es compartir el evangelio y que esto es primordial para nuestra vida, entonces comenzaremos a dar testimonio de lo que Dios ha hecho en nosotros. Todo esto trae consuelo sobre los demás y sobre nosotros porque se cumple la Palabra que nos dice Isaías 43:19 que Él hace cosas nuevas y que siempre abrirá caminos por donde no los hay. 
 Por compartir las buenas nuevas recordamos lo que ha hecho Dios y también recordamos las promesas que nos ha dado, en ese meditar constante de sus maravillas vamos a estar firmes y seguros, no habrá ataque del enemigo que pueda destruir o estorbar; seguiremos adelante caminando y creyendo en las promesas que están por cumplirse, las que ya se han cumplido darán testimonio de lo que está por venir, por eso se nos dice que calzados los pies, esto para caminar con certeza en lo que nos ha sido hecho, se hace y hará. 
 Sin importar la situación que enfrentes, sigue siempre llevando las buenas nuevas, sigue recordando lo que el Padre ha hecho por ti y verás cómo te mantienes firmes a pesar de los ataques y asechanzas del enemigo.

Oremos a Dios: amado Padre, gracias por todo lo que has hecho en mi vida; gracias porque cuando comparto tu Palabra y doy las buenas nuevas yo también soy fortalecido y puedo continuar porque viene un remanso de paz a mi alma; gracias porque estoy plenamente convencido de que así como lo hiciste lo volverás a hacer y que pronto veré cosas maravillosas en mi vida; en el nombre de Jesucristo nuestro Señor y Salvador, amén.

 5- Nuestro escudo: la fe.

Efesios 6:16 RVR60
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Todo en nuestra vida cristiana gira en torno a la fe, esa pequeña palabra que desata muchas cosas, esta palabra que nos demanda una actitud sin la cual no agradamos a Dios, esta palabra que nos lleva a un proceso de vida en el cual esperamos y confiamos en las promesas que nos son dadas, esta palabra de dos letras que nos llevan a caminar confiados en que no es por nuestras fuerzas, capacidades o talentos sino por la gracia de nuestro Padre que obtenemos la salvación.
La fe en la vida diaria es imprescindible porque sin ella somos arrastrados por los ataques del enemigo hacia el desánimo, la pereza, la apatía y la muerte espiritual. Recordemos que el padre del engaño tratará de separarnos de Dios, sin embargo, por fe sabemos que nada nos puede separar del amor de Dios en Cristo Jesús. Todo dardo lanzado, todo ataque que se manifieste en nuestras vidas, solamente con la fe lo podemos soportar y continuar. Recuerda siempre que cuando no vemos respuesta de Dios, debemos tener fe en que está trabajando para nuestro bien.

Te invito a orar: amado Padre, sabemos que somos victoriosos no por nuestras propias fuerzas sino porque tú estás con nosotros, gracias te damos porque por fe sabemos que tu eres un Padre de amor y bondad, a través de tu Palabra podemos conocerte y por eso te alabamos. En el nombre de Jesucristo te pedimos que nos aumentes la fe, así como lo hiciste con tus discípulos en tiempos pasados sabemos que lo puedes hacer con nosotros, tenemos fe en que por medio de Jesús somos salvos, tenemos fe en que nos amas y tienes los mejores planes para nosotros; tenemos fe de que en la eternidad nos gozaremos contigo, por eso te damos nuevamente gracias, amén.

6- Yelmo de salvación.

 Efesios 6:17

Muchas personas viven abrumadas por la idea de ir al infierno, satanás les acusa constantemente de sus pecados y viven sumergidos en la auto compasión, es por eso que es importante que cada día recordemos como nos fue provista la salvación, la Palabra nos dice que somos salvos por gracia, no por obras, que todos pecamos y que nuestros pecados nos han sido perdónanos. Cuando meditamos constantemente acerca de este importante tema vamos a tener nuestra mente protegida por el yelmo de salvación y cuando así lo hagamos vamos a vivir una vida de gratitud y alabanza continua al Padre por su don inefable, maravilloso y glorioso hacia nosotros. 

 Medita en este día de donde proviene tu salvación, lee la Palabra y encuentra la verdad. Oremos: amado Dios y Padre eterno, te damos gracias por el regalo maravilloso de la salvación, tu Palabra nos orienta y consuela cada día, tu Santo Espíritu nos da testimonio que somos tus hijos y que nos amas con amor eterno, gracias amado Padre, amén.

  7- La espada para contra-atacar.

Efesios 6:17

 Hoy en día es sumamente difícil ver personas que verdaderamente escudriñen la Palabra, se ha proliferado un estado de conformismo en el que se busca facilismo y ello lleva a una carencia de conocimiento increíble; el problema está en que si no tenemos conocimiento podemos estar hablando sin fundamento e inducir al error a los demás. Imagina por un instante que Jesucristo cuando fue tentado hubiese carecido del conocimiento de la Palabra, Satanás hubiera podido hacerlo errar porque él le mencionó la Escritura cuando le tentaba, esto nos demuestra que el enemigo conoce las Escrituras y que las usa para, por medio del engaño y la mentira, tratar de destruir a las personas alejándolas del camino correcto. La Palabra de Dios es la espada por la cual podemos defendernos de la mentira, el engaño y error al que el mundo trata de arrastrarnos, debemos conocerla, estudiarla y vivirla cada día para caminar en santidad, te invito a que leas continuamente las Escrituras y que no te quedes solamente con lo que te dicen a través de estos puntos; siempre pesa todo a través de la Palabra.

 Oremos; amado Padre, gracias porque nos has provisto de la armadura para poder defendernos ante los ataques del enemigo y porque parte de ella es tu Palabra, sabemos que por medio de ella nos das todo lo que necesitamos para resistir los embates del enemigo, danos discernimiento para poder saber cuando una Palabra proviene de ti y cuando no, que tu Santo Espíritu nos de revelación cada día de ella, amén.

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