EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO.
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A. La naturaleza del Bautismo del Espíritu.
B. Fondo histórico de la doctrina del Bautismo del Espíritu.
C. El propósito del Bautismo del Espíritu.
D. El proceso (Secuencias posibles) de recibir el Bautismo del Espíritu.
E. La evidencia del Bautismo del Espíritu.
F. Los resultados del Bautismo del Espíritu.
G. El Bautismo del Espíritu y la terminología del Nuevo Testamento.
H. El Bautismo Pentecostal distinto a la conversión.
I. Bautismo del Espíritu y Santificación.
Bautismo del Espíritu y plenitud día por día.
porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días».
A. La palabra "Bautismo" siempre implica el ser completamente cubierto, y cuando la idea es relacionada con el Espíritu Santo implica la saturación completa del ser interior por la Tercera Persona de la Deidad. Este bautismo es una comunicación directa entre Dios y el hombre, y también debe ser un estado de completa rendición.
Aún la lengua funciona de acuerdo al control del Espíritu. Santo.
pero ningún hombre puede domar la lengua. Es un mal turbulento y lleno de veneno mortal.
Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse.
La experiencia de recibir el bautismo del Espíritu Santo es el último paso en el proceso de modificar la carne y de rendirse al Espíritu. .
Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne, vivirán.
Frecuentemente, aún cuando no necesariamente el bautismo del Espíritu Santo produce como resultado una "sacudida emocional intensa" en el creyente, que llena el alma de éxtasis celestial.
La persona que recibe el bautismo del Espíritu Santo, es inundado con gloria divina que electrifica su naturaleza. Un Pentecostés personal puede ser descrito como "un nuevo descubrimiento del Señor Jesucristo viviente, hecho cuando Dios, el Espíritu Santo comienza su morada en el creyente". Debe ser por lo tanto recordado que las relaciones de la persona, ya sean tenues o intensas, son las relaciones de la carne y no son manifestaciones del Espíritu. Es obvio que los ciento veinte (120) en el aposento alto fueron movidos profundamente, pues dijeron de ellos: "Están llenos de mosto".
Pero otros se burlaban y decían: «Están borrachos»
La experiencia del bautismo del Espíritu Santo libra al que busca de sí mismo y lo identifica con la Deidad. Por primera vez, el creyente es sometido a la operación sin límites de lo divino; un pequeño "gusto" de lo que un día será amplio.
quien también nos selló y nos dio el Espíritu en nuestro corazón como garantía.
y la Escritura hace claro el hecho que la porción que recibe el creyente es solamente las arras de lo que disfrutaremos.
En Él también ustedes, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creído, fueron sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa,
que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de Su gloria.
Loa teólogos evangélicos no están de acuerdo con la posición Pentecostal, sin embargo tienen su propia posición bien definida en relación a la plenitud del Espíritu.
Talbot dice: "Tiene más del Espíritu el hombre que ha sido llenado del Espíritu, que aquél que no ha sido llenado? No, por el contrario, el Espíritu tiene más de algunos creyentes que de otros".
Cambrón dice: "Sería mejor decir ser ‘controlado’ por el Espíritu, en vez de decir ‘llenado’ por el Espíritu". La verdad básica es que: "NO ES CUANTO DEL ESPÍRITU UNO TIENE, SINO CUANTO DE UNO TIENE EL ESPÍRITU". Es evidente que para ser lleno del Espíritu, no hay lugar para el ego.
A. LA NATURALEZA DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
B. FONDO HISTÓRICO DE LA DOCTRINA DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
La venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés fue declarado como el cumplimiento específico de .
Entonces el Señor se llenará de celo por Su tierra,
Y tendrá piedad de Su pueblo.
El Señor responderá a Su pueblo:
«Yo les enviaré grano, vino nuevo y aceite,
Y se saciarán de ello,
Y nunca más los entregaré al oprobio entre las naciones.
, profecía que prometió la experiencia a todas las personas de diferentes clases.
En verdad, con tartamudez de labios
Y en lengua extranjera, Él hablará a este pueblo,
Así que las lenguas son una señal, no para los que creen, sino para los incrédulos; pero la profecía es una señal, no para los incrédulos, sino para los creyentes.
Juan el Bautista incluyó la predicción del bautismo del Espíritu, como aspecto del ministerio del Mesías que habría de venir.
Juan les habló a todos: «Yo los bautizo con agua; pero viene Uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar la correa de Sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y fuego.
»Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas al Espíritu descender y posarse sobre Él, Este es el que bautiza en el Espíritu Santo”
Durante su ministerio terrenal nuestro Señor se refirió al cumplimiento de la profecía de Joel. Los Evangelios registran ocho predicciones hechas por Cristo de un derramamiento Pentecostal.
El Pentecostés original validó la obra de Cristo, y constituyó un acontecimiento dispensacional al venir a la tierra para morar en Su Iglesia, el Espíritu Santo, el administrador.
»Pues si ustedes siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?».
En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz: «Si alguien tiene sed, que venga a Mí y beba.
»El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: “De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva”».
Pero Él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en Él habían de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Jesús aún no había sido glorificado.
La fiesta de Pentecostés en el Antiguo Testamento tomó lugar cincuenta (50) días después de la Pascua. Representaba el comienzo de la cosecha. Simbólicamente, el derramamiento inicial del Espíritu en el día de Pentecostés fue el comienzo de la cosecha del Evangelio. Los 120 tuvieron que esperar, no porque no estuviesen listos para recibir, sino que Dios no estaba listo para derramar su Espíritu. Sin embargo, esos días de espera produjeron, sin lugar a dudas, una medida de sumisión y rendición y rendición sí mismos. Desde ese día, el esperar no es descrito.
Mientras Pedro aún hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban el mensaje.
Aun cuando el Espíritu de Dios había obrado anteriormente en la tierra, El no había establecido su morada permanente en los corazones de creyentes para constituirlos en Iglesia. El derramamiento del Espíritu significaba que el Mesías había completado su obra redentora y había ascendido a la gloria.
El pentecostal original fue un tiempo llamativo fenomenal de carácter sobre natural. El público no fue atraído por debate teológico, sino por el milagro de las lenguas, y de las lenguas de fuego y aun el impacto hecho sobre el edificio donde estaban congregados, como si Dios dijera al mundo que el derramamiento Pentecostal no era un incidente trivial.
Testimonios de experiencias Pentecostales en la Iglesia Primitiva, datan de la fecha de los primeros escritos de los padres durante el II y III siglo:
Ireneo (130-202) escribió: "Llamamos personas ‘perfectas’ aquellas que han recibido el Espíritu de Dios, y quienes por medio del Espíritu de Dios hablan lenguas".
Clemente de Alejandría - Hacía mención de "un derramamiento total del Espíritu Santo".
Tertuliano – Durante la misma época hizo mención de la continua manifestación de los dones del Espíritu.
Crisóstomo (347-407) declaró: "Todo aquel que era bautizado en tiempos apostólicos, inmediatamente habló en lenguas; de inmediato recibieron el Espíritu".
San Agustín (354-430) escribió: "Todavía hacemos lo que los Apóstoles hicieron cuando les impusieron las manos a los Samaritanos y pidieron el descenso del Espíritu sobre ellos. Esperamos que los convertidos hablen en nuevas lenguas".
A medida que se fue desarrollando la Iglesia Romana, el aspecto fenomenal del bautismo en el Espíritu Santo gradualmente se transformó en un ritual. Al llegar al fin del siglo V (5), la practica general era que se constituía una pequeña sala detrás del altar, y era usado como el lugar donde recibir el Espíritu Santo. Luego de ser bautizado en agua, el candidato pasaba a la sala de oración, y allí el obispo el imponía las manos y era ungido con aceite. El obispo pedía a Dios que enviase el Espíritu Santo, pero también gradualmente con el correr del tiempo, no se esperaba ninguna manifestación. Consecuentemente, hoy día, la ceremonia de la confirmación es el resultado, y la Iglesia Romana mantiene que en el momento de ese rito el candidato recibe el bautismo en el Espíritu Santo. No se hace mención del hablar en lenguas.
A través de los tiempos la historia nos preserva el registro de la manifestación Pentecostal, no solamente entre el pueblo evangélico pero también entre los miembros de la Iglesia
Souer En su Historia de la Iglesia Cristiana (volumen 3, página 406) dice: "El Doctor Martín Lutero fue un profeta, evangelista, hablador en lenguas e intérprete en una persona, investido con todos los dones del Espíritu Santo".
Tomás Walsh – Ayudante de Juan Wesley, escribió en su libro diario el 8 de marzo de 1750.
"Esta mañana el Señor me dio un lenguaje que yo no conocía, elevando mi alma hacia ÉL en una manera maravillosa".
R. Boyd – En su libro Pruebas y Triunfos de Fe (1875), escribió acerca de los avivamientos de D.L. Moody en Inglaterra: "Cuando llegue a los cuartos de los jóvenes de la Asociación Cristiana de jóvenes, la reunión encendida por el fuego celestial, los jóvenes estaban hablando en lenguas y profetizando. ¿Qué significaba esto? Simplemente que el hermano Moody les había estado hablando durante la tarde".
F.B. Meyer – Cuando visitó Estonia encontró a congregaciones de bautistas en las cuales escribió a Londres: "Dios está renovando entre esta gente aquellas maravillosas manifestaciones que fueron evidentes durante la primera predicación del Evangelio. El don de lenguas se oye a menudo en las reuniones. Cuando estos mensajes son interpretados significan lo siguiente: JESÚS VIENE PRONTO OTRA VEZ; JESÚS ESTA CERCA; ESTEMOS LISTOS".
Carlos G. Finney y D. L. Moody – Estos Evangelistas dieron testimonio de experiencias espirituales que eran positivamente Pentecostales en su naturaleza y en sus resultados.
Al comienzo del presente siglo, en el día de Año Nuevo de 1901, el Espíritu Santo descendió en forma Pentecostal sobre un grupo de estudiantes en un pequeño Instituto Bíblico en la ciudad de Kansas en los Estados Unidos. Este derramamiento fue precedido por estudios minuciosos de las Escrituras, y los alumnos habían llegado a la conclusión de que la evidencia del bautismo en el Bautismo del Espíritu Santo era hablar en nuevas lenguas. De allí se esparció en Texas y a California, donde el año 1906 tomó lugar un gran derramamiento que a continuado a todas partes del mundo en lo que va del siglo XX.
C) EL PROPÓSITO DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
El momento del bautismo del Espíritu Santo constituye la experiencia inicial del creyente en rendirse incondicionalmente al Espíritu de Dios. En algunos casos, después de prolongados esfuerzos, el creyente aprende a rendirse. La rendición es la llave del éxito para todo crecimiento espiritual, por cuanto es la rendición total que produce la fe que se apropia de aquello que Dios provee.
El bautismo en el Espíritu Santo no es un blanco en sí, sino una puerta de acceso. Es el deseo de Dios que así como el creyente descubre el calibre de rendición necesaria para apropiarse de las bendiciones divinas, de igual manera luego ande en la luz de ese descubrimiento. El bautismo en el Espíritu Santo no es algo alcanzado una vez y para siempre que establece al creyente en una nueva posición ante Dios. Es una experiencia dada para enseñar el método y grado de rendición al cual Dios responde. Se ha llegado más plenamente a la meta del propósito de esta experiencia cuando el creyente después mantiene ante Dios una nueva medida de sumisión devota; cuando en su andar diario se esfuerza en rendirse aún más completamente y más a menudo sin reservas a Dios.
L. Pethrus – Ha escrito: "El bautismo en el Espíritu Santo está tan íntimamente relacionado con nuestra voluntad que si ésta no está estregada a El, habrá continuamente lucha y contención".
El bautismo en el Espíritu santo abre la puerta a los más altos dotes de la vida cristiana. Los Dones del Espíritu,
Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pues a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu;
a otro, fe por el mismo Espíritu; a otro, dones de sanidad por el único Espíritu;
a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversas clases de lenguas, y a otro, interpretación de lenguas.
Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente a cada uno según Su voluntad.
Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad,
mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.
Estos son alcanzados por el creyente solo en la medida que la presencia y control del Espíritu en su vida, y traen como resultado una medida mayor de la morada y del control genuino del Espíritu, que es la verdadera espiritualidad.
El bautismo en el Espíritu Santo es verdaderamente una inmersión del espíritu humano dentro del divino, de tal manera que lo humano está verdaderamente preparado para su ministerio de exaltar al Señor Jesucristo. La vida espiritual .
comienza al pie de la Cruz; el servicio espiritual comienza con Pentecostés . En todo momento, el creyente bautizado en el Espíritu es desafiado de mantener su rendición a fin de que el Espíritu pueda mantener su control.
D. Casi la totalidad de los creyentes en el mundo están de acuerdo en dos cosas:
a. Que los creyentes debieran recibir el bautismo del Espíritu Santo.
b. Que Dios está dispuesto a dar el don.
D. EL PROCESO (SECUENCIAS POSIBLES) DE RECIBIR EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
El Dr. R. A. Torrey escribió: "Estamos abundantemente seguros en decir que cada hijo de Dios está bajo la más solemne obligación de ocuparse a fin de que definitivamente reciba el Espíritu Santo, no solamente como un poder regenerador y como presencia morando en su ser, pero como una investidura definida de poder, antes que trate de efectuar cualquier servicio para Dios".
La Escritura declara que Dios otorga de Su Espíritu en cinco maneras:
1. El da Su Espíritu.
»Pues si ustedes siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?».
2. El envía Su Espíritu.
»Entonces Yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Consolador para que esté con ustedes para siempre;
3. El suministra Su Espíritu.
Aquel, pues, que les suministra el Espíritu y hace milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la ley o por el oír con fe?
4. El derrama Su Espíritu.
»Vuélvanse a mi reprensión,
Y derramaré mi espíritu sobre ustedes;
Les haré conocer mis palabras.
5. El pone (viste) Su Espíritu.
Despierta, despierta,
Vístete de tu poder, oh Sión.
Vístete de tus ropajes hermosos,
Oh Jerusalén, ciudad santa.
Porque el incircunciso y el inmundo
No volverán a entrar en ti.
Esta es evidencia abundante de que Dios no retiene de Su Espíritu para con el creyente.
Fe es necesaria para recibir el Espíritu Santo, fe en la promesa divina, y en Cristo Jesús el bautizador. El creyente en su búsqueda dirige su fe hacia Dios por más de El. Sobre todas las cosas viene con un corazón rendido y entregado a la voluntad divina del Trino Dios. La clave principal en el proceso de recibir el bautismo en el Espíritu Santo está en la rendición a Dios.
Aquella clase de rendición que significa que la voluntad interior está totalmente entregada al Señor, y que toda lucha y contención de parte del creyente ha cesado. Bien puede ser declarado que el creyente, pero si, el creyente dando posesión al Espíritu.
El creyente que desea que el Espíritu Santo venga a morar en su vida, debe presentar una vida limpia a Dios. Bien se ha dicho: "Dios no requiere vasos de oro, ni tampoco busca vasos de plata, pero debe tener vasos limpios".
Fórmulas, métodos y técnicas especiales, ritos y momentos o lugares especiales; circunstancias o ideas propias son inaplicables tanto al que desea se bautizado como al bautizador Divino.
Las Escrituras no prohíben el "asentar y esperar", pero el énfasis dado para la Iglesia está puesto en la importancia de recibir.
Muchos creyentes han sido ayudados por el proceso externo de la imposición de manos. Hay solamente tres casos en el Nuevo Testamento, donde se impusieron las manos.
Entonces Pedro y Juan les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.
Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero,
Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo»
Dos veces Pablo escribe a Timoteo y menciona la imposición de manos pero en relación a los Dones espirituales en vez del bautismo inicial.
No descuides el don espiritual que está en ti, que te fue conferido por medio de la profecía con la imposición de manos del presbiterio.
Por lo cual te recuerdo que avives el fuego del don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos.
Hubo cientos de creyentes en el Nuevo Testamento que recibieron el bautismo del Espíritu Santo en relación a los cuales no se hace mención de la imposición de manos.
E) LA EVIDENCIA DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
La evidencia inicial de ser bautizado con el Espíritu Santo es el poder hablar en otras lenguas. Esta conclusión proviene de las Sagradas Escrituras. De las cinco ilustraciones del libro de Los Hechos, tres incluyen específicamente el hablar en otras lenguas:
a) El día de Pentecostés.
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar,
y de repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados.
Se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos.
Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse.
Había judíos que moraban en Jerusalén, hombres piadosos, procedentes de todas las naciones bajo el cielo.
b) La casa de Cornelio, 8 años más tarde.
Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la cohorte llamada la Italiana,
piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo judío y oraba a Dios continuamente.
Como a la hora novena, vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba a donde él estaba y le decía: «Cornelio»
Mirándolo fijamente y atemorizado, Cornelio dijo: «¿Qué quieres, Señor?». Y el ángel le dijo: «Tus oraciones y limosnas han ascendido como memorial delante de Dios.
»Envía ahora algunos hombres a Jope, y manda traer a un hombre llamado Simón, que también se llama Pedro.
Este se hospeda con un curtidor llamado Simón, cuya casa está junto al mar»
Después que se había ido el ángel que le hablaba, Cornelio llamó a dos de los criados y a un soldado piadoso de los que constantemente le servían.
Cuando Pablo el Apóstol recibió el bautismo del Espíritu Santo, las lenguas no son mencionadas pero más tarde el mismo declaró: "Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos a vosotros.
Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos ustedes.
Debemos enfatizar claramente que el hablar en lenguas en si no es el bautismo, es solamente la señal o evidencia. Ninguna persona bien informada en las Escrituras busca lenguas sino por el contrario busca a Dios, al Hijo y la dulce presencia del Espíritu Santo de Dios.
Las lenguas luego se transforman en la señal para el que busca como para aquellos que están a su alrededor. Y el órgano humano del habla sirve para manifestar el control no restringido del Espíritu de Dios, y lo expresado por el creyente con frases coherentes, generalmente alabanzas a Dios, en un idioma que no ha aprendido.
En vista de la sobre abundancia de evidencias de lenguas en las experiencias en la Biblia, debemos sostener que las lenguas son la evidencia del bautismo del Espíritu Santo.
Las experiencias de los creyentes de la Biblia, y particularmente de aquellos que estuvieron presentes en el día de Pentecostés, deben servir de ejemplo a todas las experiencias futuras. NO hay indicación en las Escrituras de que este suceso fenomenal estaría limitada solamente al capítulo 2 de Los Hechos. Pedro declaró.
»Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame»
F) LOS RESULTADOS DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
La fuerza básica de la experiencia del bautismo Pentecostal es el impartimiento de poder espiritual proveniente de un origen divino.
Investidura de poder para dar testimonio de Cristo. La declaración de fe de la Unión de las Asambleas de Dios, dice:
Con el bautismo del Espíritu Santo recibimos poder para la vida y servicio, la concesión de dones y sus usos en el trabajo del ministerio".
El avivamiento Pentecostal del Siglo XX trajo consigo un despertamiento espiritual, nuevo celo en la obra misionera y en la evangelización, como así también un ministerio de poder y de vigor.
El libro de Los Hechos da la siguiente lista de resultados:
a) Poder para testificar.
pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra».
b) Poder para hablar persuasivamente y con coraje.
Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: «Gobernantes y ancianos del pueblo,
si se nos está interrogando hoy por causa del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera este ha sido sanado,
c) Poder para dar testimonio y gracia.
»Ahora, Señor, considera sus amenazas, y permite que Tus siervos hablen Tu palabra con toda confianza,
mientras extiendes Tu mano para que se hagan curaciones, señales y prodigios mediante el nombre de Tu santo Siervo Jesús»
Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor.
La congregación de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común.
Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y había abundante gracia sobre todos ellos.
d) Poder para declarar la deidad de Cristo.
Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo»
Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado.
Tomó alimentos y cobró fuerzas.
Y por varios días estuvo con los discípulos que estaban en Damasco.
Enseguida se puso a predicar de Jesús en las sinagogas, diciendo: «Él es el Hijo de Dios».
e) Poder para magnificar a Dios.
Mientras Pedro aún hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban el mensaje.
Todos los creyentes que eran de la circuncisión, que habían venido con Pedro, se quedaron asombrados, porque el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los gentiles,
pues los oían hablar en lenguas y exaltar a Dios. Entonces Pedro dijo:
f) Poder para manifestar para provecho.
Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pedro, quien negó al Maestro justo antes del Calvario, llegó a ser un canal poderoso de ministerio después de Pentecostés.
El creyente no puede rendirse para recibir la tercera Persona de la Trinidad en Su plenitud sin al mismo tiempo tener un nuevo grado de pasión por las almas, una nueva determinación de separarse del mundo, un nuevo ímpetu para orar, una nueva devoción a la Palabra de Dios, y una nueva vida de adoración y alabanza, que transforma el trabajo del creyente en un gozo en vez de una obligación.
G) EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU Y LA TERMINOLOGÍA DEL NUEVO TESTAMENTO.
Loa creyentes Pentecostales están de acuerdo en que se use la expresión "bautismo en el Espíritu Santo" para referirse a la experiencia de Hechos capítulos 2 y otras. Los términos usados son: llenado, derramado, vino, sobre y recibido.
El punto de vista PENTECOSTAL está basado en lo siguiente:
PRIMERO: Al ascender a los cielos Cristo dijo: "mas vosotros seréis bautizado con el Espíritu Santo dentro de no muchos días"
porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días».
Pedro hablando de lo ocurrido en la casa de Cornelio dijo: "...más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.
»Entonces me acordé de las palabras del Señor, cuando dijo: “Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”.
Estos sucesos fueron en verdad experiencias Pentecostales, por cuanto la Escritura expresa de aquellos alrededor que hablan en lenguas, y que magnificaban a Dios"
»Y nos mandó predicar al pueblo, y testificar con toda solemnidad que este Jesús es el que Dios ha designado como Juez de los vivos y de los muertos.
Pearlman dice: "Cuando la palabra ‘bautismo’ es aplicada a la experiencia espiritual es usada figurativamente para describir la inmersión en el poder energético del Espíritu Divino".
El término "bautismo" es definitivamente una palabra bíblica que describe la experiencia inicial de ser llenado con el Espíritu Santo.
Pero "bautismo" y "llenamiento" o "plenitud" no son siempre sinónimos. Los creyentes son bautizados una sola vez, pero son llenados muchas veces. De ahí el eslogan: "Un bautismo y muchos llenamientos". El bautismo en el Espíritu es
una experiencia una vez y para siempre por cuanto el creyente puede ser llenado por primera vez solo una vez. Pero no es una experiencia de una vez y para siempre en relación en el cumplimiento de las necesidades espirituales. Uno continúa necesitando una infusión diaria del Espíritu Santo y el bautismo inicial en el Espíritu Santo es simplemente el comienzo de lo que luego ha de ser una relación diaria.
SEGUNDO.Como punto de vista Pentecostal, de acuerdo a la escritura hay una segunda experiencia indicada: "Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo".
La mayoría de los maestros eruditos de las Escrituras están de acuerdo que este pasaje se refiere al nuevo nacimiento en vez de la experiencia Pentecostal. En otras palabras esta experiencia es sinónima con la conversión. Alguien ha dicho: Esta es la manera Paulina de declarar el nuevo nacimiento de.
»No te asombres de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo”.
Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres. A todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.
Consecuentemente, vemos dos bautismos del Espíritu en las Escrituras.
También es posible aceptar el hecho que existe la posibilidad de experimentar ambos bautismos al mismo tiempo, o por lo menos muy cerca el uno del otro. Es posible que esto fue lo que ocurrió en la poca del libro de Los Hechos.
H. La conversión es la ocasión de bautismo por el Espíritu, cuando el convertido es tomado por el Espíritu y puesto dentro del cuerpo de Cristo. El bautismo Pentecostal es una experiencia subsecuente a la conversión cuando el creyente es completamente "llenado" con el Espíritu Santo. Notemos los siguientes casos que demuestran que el bautismo en el Espíritu es subsecuente a la conversión:
El grupo congregado en el aposento alto y que recibió el Pentecostés original eran ya creyentes.
es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni lo ve ni lo conoce, pero ustedes sí lo conocen porque mora con ustedes y estará en ustedes.
»Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado.
Estos creyentes ya en comunión con el Espíritu recibieron una experiencia espiritual subsecuente del Bautismo.
1. El sermón de Pedro en el día de Pentecostés. . Aquí vemos al arrepentimiento y la remisión de pecados como una experiencia básica anterior a la recepción del don del Espíritu Santo.
Entonces Pedro les dijo: «Arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo.
Saulo de Tarso tuvo una experiencia con el Señor que le conmovió hasta lo más profundo en el momento de su conversión, pero tres días más tarde vino Ananías quien oró por él para que fuese lleno con el Espíritu Santo.
Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo»
Dice la Escritura que Cornelio era "Varón justo y temeroso de Dios", pero recién después del mensaje de Pedro, él y los suyos recibieron el Espíritu Santo.
Mientras Pedro aún hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban el mensaje.
Los Efesios ya eran convertidos al evangelio, pero Pablo les impuso las manos y recibieron el Espíritu Santo.
Cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas y profetizaban.
Hay cierto significado en el Antiguo Testamento. La ceremonia para la limpieza del leproso requería primero la sangre antes de la unción de aceite.
Entonces el Señor le dijo a Moisés:
«Esta será la ley del leproso en los días de su purificación. Será llevado al sacerdote,
y el sacerdote saldrá fuera del campamento. El sacerdote lo examinará, y si la infección ha sido sanada en el leproso,
entonces el sacerdote mandará tomar dos avecillas vivas y limpias, madera de cedro, un cordón escarlata e hisopo para el que ha de ser purificado.
»Después el sacerdote mandará degollar una de las avecillas en una vasija de barro sobre agua corriente.
»En cuanto a la avecilla viva, la tomará junto con la madera de cedro, el cordón escarlata y el hisopo, y los mojará junto con la avecilla viva en la sangre del ave muerta sobre el agua corriente.
»Después rociará siete veces al que ha de ser purificado de la lepra, lo declarará limpio, y soltará al ave viva en campo abierto.
»El que ha de ser purificado lavará su ropa, se rasurará todo el cabello, se bañará en agua y quedará limpio. Después podrá entrar al campamento, pero por siete días permanecerá fuera de su tienda.
H. EL BAUTISMO PENTECOSTAL DISTINTO A LA CONVERSIÓN.
I. BAUTISMO DEL ESPÍRITU Y SANTIFICACIÓN.
Uno de los frutos del bautismo del Espíritu es el acceso a una medida mayor de santidad.
para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo.
según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con Su sangre: Que la gracia y la paz les sean multiplicadas a ustedes.
El hecho de ser lleno del Espíritu Santo positivamente compatible con el andar en santidad demostrado por santificación en práctica. El bautismo del Espíritu está asociado con la investidura de poder. Santificación es limpieza, mientras que el bautismo es un llenamiento.
Donald Gee – Dice:
"La verdad bíblica es que seguido del bautismo del Espíritu Santo hay mucha santificación personal necesaria en el creyente, y esta tomará lugar a medida que el hijo de Dios ‘anda en el Espíritu’.
Esto es lo único que quiero averiguar de ustedes ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
¿Tan insensatos son? Habiendo comenzado por el Espíritu, ¿van a terminar ahora por la carne?
Es vana cosa pensar que cualquier ‘crisis’ o ‘bendición’ de experiencia puede tomar el lugar de un continuo ‘andar’ en el Espíritu".
La operación santificadora del Espíritu Santo en el creyente es progresiva más que instantánea. Su poder para producir rectitud en el creyente está en proporción a la medida de la sumisión de la voluntad. La santificación del Espíritu produce un refinar de la conciencia, y un mayor grado de comunión entre Dios y el creyente. El hecho de recibir la experiencia del bautismo del Espíritu Santo relaciona al creyente en una manera personal a la Tercera Persona de la Deidad y esto provee el camino para la recepción de mejores cosas de Dios a través de las experiencias de la vida diaria del creyente.
Existen variadas opiniones de relación con las referencias bíblicas del bautismo de fuego,
»Yo, en verdad, los bautizo a ustedes con agua para arrepentimiento, pero Aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitar las sandalias; Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
Juan les habló a todos: «Yo los bautizo con agua; pero viene Uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar la correa de Sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y fuego.
No es nuestro deseo negar la verdad del bautismo por fuego, pero más bien asociarlo con la operación total del Espíritu en todo lo que Él hace por la virtud de morar en plenitud por el bautismo.
F. Boyd – Ha escrito:
"El bautismo en el Espíritu Santo no es una cosa y el bautismo con fuego otra, pero lo primero es la realidad, y lo segundo es el símbolo. Cristo es el agente personal que efectúa esta saturación de la frialdad del hombre con el fuego de Dios. El Espíritu Santo quiere ser en el corazón del hombre un Espíritu de fuego .
– fuego para muerte o fuego para vida, pare destruir o para purificar. La presencia de Dios en el corazón del hombre es el mayor don de Dios.
Consecuentemente bien puede ser llamado un fuego. Separa lo bueno de lo malo, purifica, prueba. Es nuestro deber anhelar y obedecer este espíritu de fuego".
J. BAUTISMO DEL ESPÍRITU Y PLENITUD DÍA POR DÍA.
Todo creyente que de verdad cree la Biblia estará de acuerdo con la necesidad imperativa de ser lleno del Espíritu día por día.
Y no se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución, sino sean llenos del Espíritu.
Y los discípulos estaban continuamente llenos de gozo y del Espíritu Santo.
El creyente debe vivir en la plenitud del Espíritu y no en la esfera de la carne. La plenitud del Espíritu no es el privilegio de unos pocos, pero la prerrogativa y responsabilidad de todos los creyentes.
Ruth Paxon – Escribe:
"Así como es el mayor pecado para el inconverso rechazar la vida de Cristo y en Cristo, en el creyente el mayor de los pecados es el rehusar la vida abundante por medio del Espíritu. La plenitud del Espíritu no es discrecional pero obligatoria". Plenitud diaria no es una crisis pero un proceso.
El creyente no puede en un dado momento alcanzar la plenitud del Espíritu requerida para toda su vida. En el momento de recibir el bautismo en el Espíritu Santo el creyente descubre el camino de rendición, que es el modelo para su vivir diario. La plenitud día por día del Espíritu requiere la misma clase de rendición.
A pesar del ímpetu que una experiencia, o crisis puede producir, la única manera de poder disfrutar de la plenitud día por día es por medio de rendirse diariamente a un nuevo y fresco flujo del Espíritu.