La belleza de la Cruz

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Hay una gran belleza en la cruz, es el único medio que nos lleva a la transformación de ser exactamente lo que Dios desea que seamos.

1- Quien permanece con El en su cruz ve cosas que los demás no ven.

'Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. ' Gálatas 2:20

Jesús estaba caminando, como siempre lo hacía y de repente le presentaron a un pescador en una barca y en una mirada lo describió:

"Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas".
El Maestro tuvo la capacidad de ver su actualidad y su realidad. En la actualidad era Simón, hijo de Jonás, pero su destino en Cristo era ser Cefas (Pedro).
Simón significa una vara que es llevada por el viento. Y así era su carácter: inconstante, voluble, un día bien y otro mal, tenía altibajos. Pero la mirada de la gracia vio la obra terminada en El y dijo – “Serás Pedro”, es decir, una roca firme, fuerte y estable.
Simón no era malo ni tampoco falso, sino que realmente pensaba que estaba dispuesto a ir con Cristo a la cárcel y a la muerte (Lc. 22: 33-34). 
Pero había un velo en su mente que le impedía ver quien era en realidad y lo que era capaz de hacer.
¿Te ha pasado que has prometido cosas a Dios y no cumpliste? Entonces no podemos juzgar a Pedro.
Pablo escribió: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo..." Gal. 2:20
El apóstol tuvo que pasar por este proceso.
Su actualidad era ser Saulo de Tarso hasta que Jesús se le cruzo en el camino y su destino cambio para siempre (Hechos 9: 3-9).
Algo que es muy relevante en esta historia, es que cuando Saulo vio la luz de la gloria de Cristo, quedo ciego por tres días. Perdió conexión con todo lo externo. Y fue ahí que logro conectarse con lo que tenía dentro y comenzó a descubrir que ya no vivía Saulo sino Cristo en él.
Hay una gran belleza en la cruz, es el único medio que nos lleva a la transformación de ser exactamente lo que Dios desea.
NO HAY GLORIA SIN CRUZ. NO HAY RESURRECCIÓN SIN MUERTE.
Cuando la oruga creyó que todo había terminado y que era su fin, entonces comenzó a volar, pero en forma de mariposa.
En la cruz muere nuestro ego, nuestro individualismo, nuestro orgullo, es donde muere la mentira, el engaño, donde la maldición pierde fuerza, donde aprendemos a perder para ganar, a dar para recibir, donde aprendemos a morir para que viva El en mí.
Comenzamos a participar de su naturaleza divina. Este es el poder transformador de la cruz. 
Quien permanece con El en su cruz ve cosas que los demás no ven.

2- Es importante saber que un crucificado con Cristo sabe quien es.

Los religiosos desafiaban a Jesús diciendo cosas como: "si eres el hijo de Dios bájate de esa cruz".
Por ello es que un crucificado está muerto para el ego y el orgullo, solo quiere hacer la voluntad de Aquel que lo resucitará. 
Mientras que el orgulloso quiere mostrar lo que sabe y lo que tiene para sentirse alguien.
Cuando el apóstol Pablo enseña sobre la resurrección, hace una declaración muy poderosa que solo un crucificado entiende.
"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy" 1 Co. 15:10
“UN CRUCIFICADO CON CRISTO SABE QUIEN ES Y NO TIENE NECESIDAD DE PROBAR NADA A NADIE”
Somos lo que somos por su gracia y todo lo que hacemos, no somos nosotros sino la gracia de Dios en nosotros.

3- Un crucificado tiene sed de cosas eternas

Jn. 19:28 "Después de esto... dijo: Tengo sed".
Si pensamos bien la situación, vemos que Jesús ya había soportado azotes, la corona de espinas, el peso de la cruz que cargo por más de dos mil metros, los clavos en las manos y en los pies, la aflicción y el dolor emocional que cargo sobre sus espaldas. 
¿Qué te hace suponer que no podía soportar la sed? 
Entendamos que lo que sucedió en ese momento es que Él no estaba pidiendo agua común, porque su sed no era común. 
Los soldados romanos le dieron vinagre, algo agrio, que no es agradable para beber, nuestras peticiones egoístas saben a vinagre. 
La Palabra nos enseña que quienes creemos en Jesús de nuestro interior sale agua viva. Esa agua es la que sacia toda necesidad. Que nuestra necesidad sea la del Padre: sed de intimidad y almas.
El que esta crucificado con Cristo pone su interés en las cosa eternas más que las terrenales o pasajeras. 
Que todo lo que hagamos tenga una transcendencia eterna, aun las cosas más sencillas de la vida si hacen con amor eterno toman otro sentido. 

4- Lo mejor de Dios siempre esta detrás de la cruz

El secreto del éxito en el evangelio no es comenzar bien, sino permanecer fiel hasta el fin. Si te mantienes mirando a Cristo, nunca te cansaras de servir, de amar, de entregarte y de soportar el proceso sabiendo que Dios no te dejara en la cruz, sino que te resucitará con Su poder para un tiempo de gloria.
“aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
¡Resucitados con Cristo para mostrar las abundantes riquezas de Su gracia!
SOLO QUIEN PASA POR LA CRUZ PUEDE CONOCER LA INTIMIDAD DEL PADRE.
Mi deseo es que te enamores de la cruz de Cristo, que entiendas que no se trata de sufrimiento o auto-castigo, sino de estar juntamente con Cristo y amar lo que Él ama, interesarte por lo que a Él le interesa, dolerte por lo que a Él le duele, vivir su vida. Esto es EVANGELIO, vivir la vida de Cristo. 
Tenemos que ser esa generación que se entregue en el altar, eligiendo ofrecerse como sacrificio vivo, santo y agradable a Él, porque le amamos con todo nuestro corazón. Entendiendo que nadie nos obliga, ¡nos entregamos porque le amamos!
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