Las Palabrasmde Jesus juzgaran a los hombres
Juan 12.44-50
Introduccion
Vamos con el primer punto: Su mensaje y su origen divino: versos 44 y 45
segundo punto: El proposito para el que vino verso 46
Tercer Punto: El peligro de rechazar Su mensaje, Versos 47 y 48
¡Grande es la responsabilidad de los predicadores! Sus palabras hacen bien perennemente o aumentan la condenación de los perdidos. Son olor de vida para algunos y de muerte para otros. ¡Grande es la responsabilidad de sus oyentes! Quizá se burlen de los sermones y los desprecien, pero al final descubrirán a sus expensas que deben rendir cuentas por todo lo que han oído. Los mismísimos sermones que ahora desprecian pueden testificar contra ellos para su destrucción eterna.
Cuarto Punto: Su enseñanza venia directamente de Dios versos 49 y 50
Cuando leemos del Padre que “envía” a Cristo y le da un “mandamiento”, debemos desechar cualquier idea de inferioridad de Dios el Hijo con respecto a Dios el Padre. Estas expresiones se utilizan condescendiendo con nuestras pobres facultades a fin de transmitirnos la idea de unidad. No hablamos de la relación que existe entre dos seres humanos como nosotros, sino entre las personas de la divina Trinidad. El Hijo fue “enviado” como resultado del consejo eterno de esa Santísima Trinidad en la que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son iguales y coeternos. El Hijo eterno deseaba tanto ser “enviado” como el Padre deseaba “enviarle”. El “mandamiento” que el Padre le dio al Hijo con respecto a lo que debía enseñar y hacer no era un mandamiento en el que al Hijo no le correspondiera más que obedecer. Simplemente era el encargo o el nombramiento dispuesto en el pacto de la Redención por las tres personas de la Trinidad, que el Hijo estaba tan dispuesto a ejecutar como el Padre a dar.