No temas porque El Señor está con nosotros

2 Crónicas 20:1–4

1 Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra. 2 Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi. 3 Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. 4 Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.

2 Crónicas 20:14–17

14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión; 15 y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. 16 Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. 17 No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.

Introducción

Josafat es uno de los reyes de Judá de quien la Biblia da testimonio de que hizo lo recto ante los ojos de Jehová.

Sin embargo cometió errores. Casó a su hijo Joram heredero al trono con Atalía, hija de Jezabel, quien más adelante usada por Satanás quiso destruir el linaje de David.

Hizo alianza con Acab esposo de Jezabel rey de Israel, se unió con el para pelear contra Ramot. El profeta Micaías profetizó derrota de parte de Dios y la muerte de Acab, de cuya batalla apenas sale con vida Josafat, por lo que fue reprendido por el profeta Jehú cuando regresó a Jerusalén.

Tiempo después se enfrenta a una gran amenaza que podría destruir y conquistar Jerusalén.

La amenaza

2 Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi.

Le avisaron a Josafat una fuerte amenaza que venía contra ellos.

Los Moabitas y los Amonitas, descendientes de Lot, quienes Dios le prohibió a Moisés molestarlos cuando iban a la tierra prometida, ahora vienen con un gran ejercito con la intención de destruirlos.

Esta noticia trajo gran angustia a Josafat (3 Entonces él tuvo temor;)

Josafat declara que no tiene la fuerza para enfrentar tan grande multitud (v.12)

Enfrentamos amenazas que quieren destruirnos, ha venido esta pandemia que amenaza con destruirnos en todos los aspectos, como personas amenaza con enfermarnos gravemente y quitarnos la vida.

Como iglesia se han levantado los enemigos del evangelio que quieren aprovechar la situación para cerrar las iglesias.

Además de esto enfrentamos cada día amenazas de muerte, asaltos, extorsión, estafas, corrupción. Amenazas a nuestras familias, hijos, comunidades.

Todo esto inevitablemente provoca temor.

David exclama: Con palabras de odio me han rodeado, Y pelearon contra mí sin causa. Salmo 109:3.

El clamor

Josafat había pecado contra Dios, pero sabía que Dios es misericordioso, fiel a sus promesas.

No acude a sus aliados, ni a su ejercito, acude al templo a presentar su petición ante Dios.

La oración de Josafat contiene elementos que nos serán útil cuando presentemos nuestras peticiones:

Clama a Dios, declarando su grandeza y poder. “y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista? 2 Crónicas 20:6”

Echa mano de las promesas en la Biblia: “Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás. 2 Crónicas 20:9”

Reconoce su debilidad: “¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos. 2 Crónicas 20:12”

La respuesta de Dios

El Señor respalda su palabra, Josafat clamó y Él respondió: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jeremías 33:3”

Sobre un levita llamado Jahaziel de los hijos de Asaf (adoradores) vino el Espíritu de Dios, quien declaró la respuesta de Dios: 15 y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.

No se amedrente ante estas amenazas, clame a Dios, el vendrá para rescatarle y decirle: “No es vuestra la guerra, sino de Dios”, la vitoria está en las manos de Dios.

Enfrentemos las amenazas con valor porque El Señor está con nosotros: 17 No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.

Josafat le creyó a Dios

Cuando Josafat escuchó esta Palabra, antes que Dios derrotara a los Moabitas y Amonitas, ellos adoraron y alabaron a Dios.

“18 Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová. 19 Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz. 2 Crónicas 20:18–19”

Adore a Dios porque ha escuchado su oración y le dice: “no temas, porque no es tuya la guerra sino de Dios”, “Yo estoy contigo, estad quietos y ved la salvación de Dios”

Conclusión

Josafat y el pueblo de Judá fueron fortalecidos por la promesa de Dios, salieron a la mañana siguiente a enfrentar a sus enemigos alabando al Señor: “...Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. 2 Crónicas 20:21”

Mientras ellos alababan, El Señor confundió la mente de sus enemigos y entre ellos mismo se destruyeron.

No tengas miedo iglesia, crea más en la Palabra de Dios que en las noticias o las amenazas.

No se aleje de su Señor, acérquese más a Él:

Salmo 34:5–7 (RVR60)

5 Los que miraron a él fueron alumbrados,

Y sus rostros no fueron avergonzados.

6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová,

Y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,

Y los defiende.