La Cena del Señor
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Introducción
Introducción
El Cristianismo celebra únicamente dos ritos religiosos. Ambos fueron instituidos por el Señor Jesucristo:
Bautismo en agua - como bautistas creemos en el bautismo de creyentes en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, por inmersión en agua.
Mediante este rito, una persona demuestra su alianza con Jesucristo, demuestra haber aceptado el evangelio de Jesús y confesado sus pecados, y demuestra su unión con el Cristo y su Iglesia que es su cuerpo.
La Cena del Señor - creemos que es un acto mediante el cual comemos pan y bebemos vino recordando la muerte de Jesucristo en la cruz del Calvario como el precio por nuestra salvación.
Estos son los únicos dos ritos y ordenanzas dadas a la Iglesia de Jesucristo.
La Iglesia de Roma añade otros como: confesión, primera comunión, confirmación, bodas, y ordenes sacerdotales, diciendo que existen 7 sacramentos. Lo que han hecho es añadir a lo que Dios ha revelado en su palabra.
Otros han malinterpretado o practican estas ordenanzas de manera incorrecta violando los principios bíblicos:
Existen iglesias que bautizan bebés que no tienen la capacidad de confesar su fe en Jesucristo.
Existen iglesias que creen que el pan y el vino se convierten en el verdadero cuerpo y sangre de Jesucristo.
Hoy en nuestro estudio de 1 Corintios llegamos a 1 Corintios 11:17-34 donde Pablo nos da una exposición magisterial acerca de la Cena del Señor. Hacemos bien en estudiarla con sumo cuidado ya que son solo dos ordenanzas que Cristo dejó a la Iglesia. Por tanto, debemos tomar mucho cuidado en comprender como se debe practicar y su significado. Hoy estudiaremos:
Corinto y los problemas en la Cena del Señor
La administración correcta de la Cena del Señor
El significado de la Cena del Señor
El peligro de la Cena del Señor
I. Corinto y los problemas en la Cena del Señor
I. Corinto y los problemas en la Cena del Señor
Sabemos que la Iglesia de Corinto estaba viviendo una serie de problemas grandes:
Habían grupitos que seguían a un maestro en particular y menospreciaban a los demás.
Habían personas practicando adulterio y fornicación a pesar de haber conocido el evangelio.
Pero, entre todos los problemas que había en Corinto Pablo recibió noticias de los excesos y abusos que los Corintios cometían en cuanto a la celebración de la Cena del Señor.
Pero al darles estas instrucciones, no los alabo, porque no se congregan para lo bueno, sino para lo malo.
Pues, en primer lugar, oigo que cuando se reúnen como iglesia hay divisiones entre ustedes, y en parte lo creo.
Porque es necesario que entre ustedes haya bandos, a fin de que se manifiesten entre ustedes los que son aprobados.
Los hermanos se reunían para adorar a Dios pero Pablo lo describe como:
Se reunían para lo malo
Había divisiones entre ellos
Estas mismas divisiones seguramente que tiene que ver con lo que leemos en 1 Corintios 3.
porque todavía son carnales. Pues habiendo celos y discusiones entre ustedes, ¿no son carnales y andan como hombres del mundo?
Porque cuando uno dice: «Yo soy de Pablo», y otro: «Yo soy de Apolos», ¿no son como hombres del mundo?
¿Qué es, pues, Apolos? ¿Y qué es Pablo? Servidores mediante los cuales ustedes han creído, según el Señor dio oportunidad a cada uno.
Pero, Pablo sabe que estos comportamientos no eran nada más ni menos que la manera en que Dios habría de demostrar quienes realmente eran creyentes genuinos y quienes eran falsos profesantes.
Los que serían aprobados eran aquellos que vivían conforme a las Escrituras.
Los que actuaban de manera indebida, tras recibir el consejo de Dios, se apartarían de su maldad y vivirían conforme a las Escrituras.
…pero los falsos profesantes, escucharían el consejo y seguirían en su rebelión.
El problema que se estaba viviendo en Corintio lo vemos en vv. 20-22.
Por tanto, cuando se reúnen, esto ya no es comer la Cena del Señor.
Porque al comer, cada uno toma primero su propia cena, y uno pasa hambre y otro se embriaga.
¿Qué? ¿No tienen casas para comer y beber? ¿O desprecian la iglesia de Dios y avergüenzan a los que nada tienen? ¿Qué les diré? ¿Los alabaré? En esto no los alabaré.
Para poder entender esto recordemos que la sociedad griega en Corinto era una sociedad clasista.
La clase alta eran los jefes, los terratenientes, la crema y nata de la sociedad. Estos eran los ricos y poderosos del mundo antiguo.
La clase obrera eran los comerciantes, los obreros, etc. Eran de menos recursos pero poseían lo suficiente para sobrevivir.
La clase baja / pobre consistía de la servidumbre (esclavos) de los de la clase alta y quienes trabajan para la clase obrera.
En una congregación podía haber gente de cada una de estas clases, reuniéndose en el mismo lugar.
Si nos transportamos al mundo antiguo podemos entender un poco del conflicto que se estaba viviendo en Corintio.
El primer día de la semana los creyentes acostumbraban reunirse para adorar juntos a Dios.
Se reunían también para celebrar la Cena del Señor.
Pero, no solo se reunían para cantar a Dios y escuchar su Palabra. Se reunían también para comer juntos.
Estas comidas fueron llamadas “ágapes”.
Estos son escollos ocultos en los ágapes de ustedes, cuando banquetean con ustedes sin temor, apacentándose a sí mismos. Son nubes sin agua llevadas por los vientos, árboles de otoño sin fruto, dos veces muertos y desarraigados.
Estos ágapes eran “fiestas de amor” donde se reunían los creyentes para adorar a Dios, demostrar el amor que tenían unos a otros, y también para compartir alimento.
Es por eso que Judas habla que falsos creyentes se reunían con los creyentes en sus banquetes.
Así que lo que ocurría es que los de clase alta eran los primeros en llegar.
Venían los hermanos ricos, los adinerados, y traían alimento y bebida para el banquete que se celebraba cada día del Señor.
Tenían la facilidad de llegar temprano porque eran los ricos de la sociedad. Cumplían con sus obligaciones desde temprano y tenían suficiente tiempo para llegar al lugar de reunión antes que los demás.
Más tarde llegarían los de la clase obrera. Sin embargo, cuando ellos llegaban, los de la clase alta ya estarían comiendo y bebiendo.
Los últimos en llegar serían los esclavos de la clase alta y los empleados.
Ellos al llegar se darían cuenta que el alimento se ha acabado, la bebida se había agotado casi por completo.
Los hermanos más pobres de la comunidad, quienes se podrían haber beneficiado del convivio - pues no tenían el lujo de ver tanta abundancia de comida - eran los últimos en llegar; pero al llegar ya no había nada para ellos.
Por tanto, Pablo se da cuenta que los pobres están siendo menospreciados.
En lugar de que los ricos y clase obrera hubieran comida en su casa, en lugar de haberse saciado, y luego llegar a la reunión con los demás, mejor comían hasta más no poder y beber hasta quedar completamente embriagados.
Por tanto Pablo les dice que coman en su casa porque en lugar de que la reunión de la iglesia fuese bendición se convertía:
En un lugar de excesos para los que ya tenían recursos.
En un lugar donde se menospreciaba a los que no tenían y quienes habían llegado con la ilusión de comer después de un día largo de trabajo.
La exhortación es directa y fuerte:
¿Qué? ¿No tienen casas para comer y beber? ¿O desprecian la iglesia de Dios y avergüenzan a los que nada tienen? ¿Qué les diré? ¿Los alabaré? En esto no los alabaré.
Los hermanos habían convertido la Cena del Señor en un banquete, en un lugar de exceso. Lo que hacían ya no era la Cena del Señor.
Es como cuando durante un servicio para recordar la resurrección del Señor o su primera venida a esta tierra - ponemos más cuidado en los adornos, la comida, etc…que pierde sentido el momento de adoración y de escuchar la Palabra.
Esta reunión había perdido su significado espiritual. Así que Pablo escribe para corregir a los Corintios y que volvieran al sentido original de la Cena del Señor.
II. La administración correcta y significado de la Cena del Señor
II. La administración correcta y significado de la Cena del Señor
Pablo recuerda la primera Cena del Señor como modelo para la celebración continua de la Cena del Señor en la vida de la Iglesia de Cristo:
Porque yo recibí del Señor lo mismo que les he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Esto es Mi cuerpo que es para ustedes; hagan esto en memoria de Mí».
De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre; hagan esto cuantas veces la beban en memoria de Mí».
Porque todas las veces que coman este pan y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que Él venga.
Lo primero que entendemos es que celebramos la Cena del Señor por orden de Cristo. Esta enseñanza la recibe Pablo del Cristo resucitado. No lo hacemos como invento humano sino por institución divina.
Porque yo recibí del Señor lo mismo que les he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
Lo segundo que vemos es que existen dos elementos en la Cena del Señor:
El pan partido - representa el cuerpo de Cristo que fue dado por nosotros.
La copa - representa el nuevo pacto en su sangre. No es lo mismo decir que la copa representa su sangre porque Pablo específica que es “el nuevo pacto en su sangre”.
Mucha tinta se ha gastado en probar o desmentir que el pan y vino se convierte / transforman en el verdadero cuerpo y sangre de Cristo.
Nosotros creemos que son emblemas, símbolos del cuerpo y del nuevo pacto en su sangre y no se transforman en ninguna otra cosa.
Lo tercero que vemos es que hacemos este acto en “memoria de Cristo”.
Este acto tiene el propósito de que el creyente recuerde que su salvación depende del sacrificio de Cristo en la Cruz.
Parece algo tan elemental, pero es algo que el creyente debe hacer frecuencia porque en ocasiones lo más básico es lo primero que olvidamos.
Mi salvación no depende de mi obediencia.
Mi salvación no depende de mis obras.
Mi salvación no depende de mi perfección.
Mi salvación depende únicamente en la obra de Cristo en la cruz del Calvario.
Mi confianza está puesta enteramente en él.
Lo cuarto que vemos es que la Cena del Señor debe hacerse con cierta regularidad / frecuencia.
De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre; hagan esto cuantas veces la beban en memoria de Mí».
Porque todas las veces que coman este pan y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que Él venga.
Es algo que debemos anhelar hacer con mayor y no con menos frecuencia.
Cada vez que la celebramos proclamamos su obra en la Cruz del Calvario.
Se da por entendido que la Cena la celebraremos solamente en esta vida. La Cena del Señor cesará durante la eternidad porque la promesa de nuestra salvación será ya una realidad presente y ya no caminaremos por fe.
IV. El peligro de la Cena del Señor
IV. El peligro de la Cena del Señor
Como podemos ver, los hermanos de Corintio se reunían para banquetear y olvidaban la importancia de enfocarse en la muerte de Cristo que fue el medio de nuestra salvación.
Esto estaba trayendo consecuencias severas:
De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.
Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa.
Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí.
Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre ustedes, y muchos duermen.
Al perder su enfoque sobre el valor de la muerte de Cristo, y desviarse al enfocarse en el banquete, ya no estaban comiendo el pan ni bebiendo la copa dignamente.
Muchas veces cuando leemos este pasaje creemos que se refiere a vivir una vida intachable, una vida sin pecado, una vida perfecta - estos son los que pueden tomar la Cena del Señor.
Por tanto, muchos creyentes se abstienen de la Cena del Señor porque han fallado.
Sin embargo, este pasaje no nos está diciendo que el que esté libre de pecado es el que puede tomar la Cena del Señor. Si somos sinceros, nos damos cuenta que todos tenemos pecado. Todos somos faltos ante Dios. Entonces nadie podría tomar la Cena del Señor.
Más bien se refiere que en el momento de tomar la Cena del Señor debo discernir correctamente su cuerpo, su obra por mi en la Cruz.
Debo entender que si he fallado a Dios tengo la seguridad de que su muerte en la cruz es suficiente para mi perdón.
Debo entender que hay esperanza para mi por medio de los méritos de Cristo.
Es un momento en el cual debo predicarme el evangelio a mi mismo y recordarme que si he pecado, Jesucristo es fiel y justo para perdonarme cuando confieso mis faltas anta él pues él llevó su cuerpo mi pecado.
Los excesos de la Iglesia de Corinto estaba trayendo consecuencias tan severas pues algunos hermanos estaban cayendo bajo el juicio de Dios - algunos enfermos y otros habían muerto al no tomar la Cena del Señor dignamente, es decir, considerar lo que Cristo Jesús hizo por nosotros en la Cruz.
Dios estaba aplicando su juicio / disciplina a los creyentes para que entendieran.
A otros, se los llevaba con él como consecuencia - no para condenación sino para librarlos de pecar aún más contra él.
Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.
Este es un pasaje que debemos tomar muy en serio.
Dios conoce nuestros corazones y nuestras debilidades.
Dios nos da oportunidad tras oportunidad.
Pero, también en algunos momentos llegará la disciplina del Señor mediante la cual nos quitará la vida - dormiremos en Cristo - para no ser condenados con el mundo.
Aun en esto, vemos la gracia y misericordia de Dios porque el propósito de Dios no es que todos vivan una vida larga y llena de días sino la salvación de cada uno de sus hijos.
Conclusión
Conclusión
Mi deseo es que hoy recordemos el evangelio de Cristo.
Mi deseo es que hoy consideremos lo que él hizo por nosotros al morir en la cruz.
Mi deseo es que nunca olvidemos el valor de su sacrificio, pues es solo por su obra que nosotros obtenemos la salvación y el perdón de nuestros pecados.