Contraste #2 Jeús es Ungido en Betania.
Notes
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Introducción:
Introducción:
La semana anterior meditábamos en el contraste entre una mujer pecadora y un fariseo.
Esta mujer demostró un gran amor por el Señor a causa del perdón de Dios y la actitud del fariseo que no comprendía la gracia del Señor por cuanto no era capaz de ver su pecado.
Podríamos decir que esta mujer, la cual sabemos que fue perdonada por el Señor, causó un impacto en un fariseo incrédulo. Su amor por el Señor molestó al que no era creyente, pero ¿Qué hay cuando el amor por el Señor molesta a los que dicen creer en el Señor? Pensamos que eso jamás pudiera ocurrir, sin embargo eso fue lo que ocurrió en la historia que estudiaremos hoy.
1 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos.2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto.8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
1. Información preliminar.
1. Información preliminar.
1 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos.2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él.
Seis días antes de la pascua. Este evento ocurrió poco tiempo antes del sacrificio del Señor.
Esto ocurrió en una cena que le hicieron en honor al Señor.
Los otros evangelios nos dicen que esto ocurrió en casa de Simón “el Leproso”, seguramente un hombre al que el Señor había sanado.
Uno de los invitados era una familia muy querida por el Señor: Lázaro y sus hermanas.
Se recuerda que Lázaro era el que el Señor había resucitado, lo cual nos muestra que esto era una evidencia del milagro que hizo el Señor en él.
2. La acción de la mujer.
2. La acción de la mujer.
3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
María era la hermana de Lázaro.
En una ocasión, cuando el Señor visitó a Lázaro y sus hermanas María estaba a los pies del Señor escuchandole.
Se dice de ellos:
5 Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Demostró que ella amaba al Señor y lo consideraba muy valioso.
Lo que ella hizo no pasó inadvertido, llamó la atención de los que estaban alrededor.
El amor se demuestra con hechos concretos no solo con palabras o intenciones.
16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Si esto dice el apóstol Juan con relación a nuestro prójimo, ¡Cuanto más con relación a aquel que nos salvó!
Muchas veces pensamos que la motivación para compartir el evangelio con otros es primeramente el amor por los perdidos, pero no, la motivación es que Cristo es tan valioso que no podemos ocultarle.
3. La reacción de los discípulos.
3. La reacción de los discípulos.
4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.
Los otros evangelios nos dicen que esta molestia no solo fue de Judas si no de los discípulos, Mateo 26.8 dice que “los discípulos se enojaron, diciendo: “¿para qué este desperdicio?”
La reacción de los discípulos demostró que el poco valor que tenía el Señor para ellos. De esto podemos concluir dos cosas:
Con relación a los discípulos.
Con relación a Judas. Este enojo por el valor que la mujer le dio al Señor demostró que el no había sido regenerado, su corazón realmente no estaba con el Señor si no con su codicia.
4. La respuesta del Señor.
4. La respuesta del Señor.
7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto.8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis.
El Señor reprende a Judas diciendo “déjala”, semejante a cuando el Señor les dice a los discípulos “dejen que los niños vengan a mí” La actitud de los discípulos al querer impedir ciertas buenas acciones demuestra el poco entendimiento que ellos tenían del Señor.
Esta mujer, sin saber o no¿ estaba preparando el cuerpo del Señor para la sepultura. Esto era una costumbre como lo confirma el evangelio en Lucas 24.1-2 donde dice que:
1 El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas.2 Y hallaron removida la piedra del sepulcro;
Estas mujeres traían especies aromáticas para ungir el cuerpo del Señor antes que fuera enterrado definitivamente.
Los que hizo esta mujer era de gran valor ya que nos enseña que la íntima comunión que ella tenía con el Señor le llevó a estar a tono con lo que él estaba haciendo o podríamos atrevernos a decir que ella comprendía que el Señor tenía que morir.
Conclusión:
Conclusión:
Cristo debe ser lo más valioso para nosotros. Esto será el mejor testimonio que demos.
7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; 8 y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
Nuestro amor por el Señor no quedará oculto como nuestras buenas obras para él.
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
También podemos aprender aquí que la reacción que nosotros tengamos a la entrega de otros a Cristo demostrará lo que hay en nuestro corazón.
¿Cuánto amamos al Señor?
¿Qué estamos dispuestos a dar por él?
¿Hay algo en tu vida que estes reteniendo y no quieras dar al Señor?
El valor que Cristo tenga para nosotros quedará medido por lo que entreguemos a él.