Un llamado a la transformación

Ética Cristiana  •  Sermon  •  Submitted
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Esta es una serie consecutiva sobre la ética cristiana. En esta serie se abordará los siguientes temas: 1) Introducción a la ética cristiana, 2) Viviendo en medio del empoderamiento (Feminismo), 3) Viviendo en medio de la inconformidad (Ideología de género), 4) Viviendo en medio del menosprecio (Aborto) y 5) Reflexión final sobre Ética Cristiana.

Notes
Transcript

Introducción

Después de haber observado una serie de ideologías contrarias a las Escrituras, algo que tenemos que tener en cuenta y que lo hemos visto durante estos tres temas pasados es que “estamos viviendo en medio de este tiempo”, y también algo que debemos recordar es lo que Jesús dijo: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Jn. 17:15-16) Vamos a vivir en este mundo mientras el Señor permita que estemos, es por eso que el Señor nos hace un llamado a ser transformados cada vez mientras enfrentamos esto. Vamos a ver en esta ocasión a qué transformación nos llama el Señor. Pues el llamado de Pablo a los hijos de Dios es una súplica o un pedido con fervor, es decir con intensidad, los llama del lugar en que se encuentran ellos hacia el lugar o posición que deben estar. La base del ruego de Pablo son las misericordias de Dios (Salmos 119:156), el favor de Dios siempre mostrado a su pueblo, aquello que Dios no les dio aún sabiendo que ellos merecían (juicio).
Cita bíblica:
Romanos 12:1–2 RVR60
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

I. A una nueva normalidad (Ro. 12:1)

“… que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
Este ruego con base en las muchas misericordias de Dios es un llamado a ser transformados a una nueva normalidad. Es un llamado a algo que debe ser consecuente en la vida del creyente. Cuando Pablo dice “que presentéis vuestros cuerpos” está indicando que el creyente debe poner a disposición del servicio de Dios todo su ser, sabiendo que si es creyente ya ha entregado el alma y el espíritu. Este acto de poner a disposición el cuerpo implica que, entendiendo que Dios no se complace con los sacrificios él busca, en su lugar, al que sacrifica. Es por eso que el sacrificio se convierte de; entregar algo muerto a alguien vivo. Sólo los creyentes pueden entregar esta clase de sacrificio, pues ellos son los únicos que han recibido vida, los demás están muertos.
Ser una ofrenda santa
Este que sacrifica entrega su cuerpo vivo en ofrenda santa. Él que ha sido apartado para Dios. Él fue comprado con sangre y es por eso que su vida debe ser ofrecida y dedicada en santidad sólo a aquel que lo compró, Cristo (1 P. 1:18-20).
Ser una ofrenda complaciente
El hecho de que Dios ahora no se complazca con los sacrificios de animales sino con la entrega del oferente, no quiere decir que las características de las ofrendas cambiarían. Sí cambió la ofrenda, pero no las características de la ofrenda. Es decir, el cuerpo o la vida del oferente debe ser una vida que sea complaciente, aceptable, agradable a Dios. La ofrenda es agradable porque la ofrenda tiene vida y esa vida emana de Cristo porque fue él quien le dio una nueva vida (Jn. 10:10).
Entonces, hemos recibido un llamado, en primer lugar, a vivir una nueva normalidad, porqué nueva normalidad, porque puede que nuestra normalidad sea vivir para mí mismo y mis propósitos, aunque nuestra normalidad tendría que ser lo que acabos de observar.

II. A no dejarse amoldar por el mundo (Ro. 12:2a)

“No os conforméis a este siglo…”
En este punto es importante hacer un análisis gramatical del término “conforméis”. El verbo se encuentra en el tiempo presente, en voz media/pasiva y en su modo imperativo. Esto significa lo siguiente: 1) Cuando Pablo dice que no se conformen a este siglo (mundo, era, tiempo) les da una orden (Modo imperativo), 2) Podemos tener en la voz (La voz indica si el sujeto ejecuta <activa>, recibe <pasiva>, o ejecuta y recibe <media> la acción del verbo), mostrando que; o eran ellos mismos quienes se amoldaban a sí mismos al mundo o ellos se dejaban amoldar, el primero es mucho peor que el segundo pues muestra que por voluntad propia lo hacían, mientras que el segundo muestra que es por influencia externa. De todos modos ellos eran los que cedían al deseo pecaminoso de cada vez parecerse o hacerse más al mundo.
En contra parte, el creyente ha recibido un llamado a no dejarse amoldar o formar por el mundo. La influencia externa es fuerte, pero más fuerte somos nosotros que estamos en Cristo (Jn. 16:33). Los incrédulos vive en el esquema que el mundo tiene, viven como el mundo vive. Somos llamados a no vivir como vive el mundo siendo Cristo nuestro ejemplo de una clase de vida en el mundo corrompido. No es que se pida que el creyente no se junte en ningún caso con el mundo, sino que cumpla su misión de ser luz en esta oscuridad que viven.

III. A dejarse amoldar por Cristo (Ro. 12:2b)

“… sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
“Transformaos (Presente, imperativo, pasivo)” indica que Pablo está rogando a los hermanos de la fe que se dejen transformar ahora, ya mismo, por el Señor. Ser llevado a un cambio en la esencia de lo que se es por algo nuevo. Volver a ser formados. La acción es continua por el tiempo presente. La transformación es la consecuencia de algo que ocurre primeramente.
Cambiando la mente
El medio por el cual el creyente puede experimentar una transformación es una renovación de su mente, es un cambio en su forma de pensar. Es una renovación producida por el Espíritu Santo (Ti. 3:5) Sólo quien tiene al Espíritu puede recibir una renovación. Cambiar la mentalidad que el mundo puso o que uno mismo puso, por la mente de Cristo (1 Co. 2:16). Pensando en que debe haber un cambio de mentalidad se concluye que pode ende debe haber un cambio de actos, una mente renovada produce actos renovados (Obra continua Col. 3:8-9).
Mostrando un alto nivel de cambio.
Esta transformación, este cambio, efectuado por una renovación en la forma de pensar produce en el creyente un grado especial para identificar cuál es la voluntad de Dios. Es decir, “tener la capacidad espiritual para escoger lo mejor entre dos cosas buenas, es la que lleva más a la gloria de Dios y reporta más beneficio al prójimo” (S.P. Millos - Fil. 1:21-23). La capacidad de escoger la voluntad de Dios que es: 1) Buena en sí misma, si depender de las circunstancias. 2) Agradable, es decir es una voluntad que complace a Dios. 3) Y por último perfecta, una voluntad que lleva a una vida de perfección espiritual.
Somos llamados a una transformación que que implica dejarse amoldar por Cristo para escoger y comprobar bien cuál es la voluntad de Dios, sabiendo que su voluntad es buena, agradable/complaciente y perfecta.

Conclusión

No todos quieren obedecer este llamado, pues recordemos que este llamado no es para todos, sino para los de la fe (Así que, hermanos). La obediencia a este estilo de vida no está al alcance de todos, sino de aquellos que tienen la mente renovada y la razón habilitada por el poder del Espíritu Santo. Vivamos una nueva normalidad, no nos amoldemos ni dejemos que nos amolden al mundo, sino que nos dejemos transformar por Cristo para saber lo que es bueno y malo en esta sociedad con ideología que corrompen al justo. ¿Qué puede hacer el justo si los fundamentos bíblicos son destruídos? (Sal. 11:3) Confiar en Dios y permitir que él lo transforme y renueve siempre (Sal. 11:4-7).
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