Laodicea 1
Las Siete Cartas • Sermon • Submitted
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· 96 viewsJesús se presenta como el Amén, Testigo fiel, primero de la Creación.
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INTRO
Hoy empezamos la serie sobre la última carta dirigida a 7 iglesias en el apocalipsis, iglesias ubicadas en 7 ciudades del Asia menor. Cada una de las cartas contiene verdades sobre la iglesia de todas las épocas; cada iglesia se ve reflejada en parte en las cartas y también la vida de cada cristino.
Laodicea ubicada a unos 69 km al sureste de Filadelfia, a 17 de Colosas y casi 10 de Hierápolis en el valle de Lico. Estaba a unos 6 km de la actual Denizili en Turquía.
Laodicea era la puerta de entrada a Éfeso y Efeso la entrada a Siria. Hasta mediados del siglo III a. C. se le conocía como Diospolis o ciudad de Zeus. Alrededor del año 260 – 246 a. C. Antíoco II extendió su influencia conquistando la ciudad y la llamó Laodicea en honor de su esposa Laodicea que significa justicia o juicio del pueblo. Años después ella le recompensó envenenándolo.
Los romanos llegan a la zona el 133 a. C. y la convierten en centro administrativo y judicial, construyen un complejo sistema de carreteras y en el centro de esa red quedó Laodicea, esto hizo que su tamaño aumentara; con la paz romana llega a ser el principal centro comercial y financiero, consiguiendo riqueza e influencia.
En ese tiempo floreció a industria de una lana famosa por ser suave y color negro violeta, producían ropa barata en grandes cantidades, orgullosos de la ropa que fabrican no se dan cuenta que estaban desnudos a los ojos de Dios.
Hubo una escuela de medicina que se hizo famosa por desarrollar un ungüento para tratar la inflamación de los ojos, además de un colirio que los llevó a tener fama mundial.
Un primer terremoto el 17 d. C. la destruyó igual que otras ciudades de Asia y Roma les ayudó a reconstruirse. El año 60 d. C. hubo otro gran terremoto, Roma envía ayuda, pero esta vez los líderes de la ciudad se niegan a recibirla diciendo que tenían recursos suficientes para reconstruirse, incluso ayudan a otras ciudades.
Tácito escribe: “Una de las ciudades más famosas de Asia, Laodicea, fue arrasada ese mismo año por un terremoto y se recuperó por sus propios medios sin ninguna ayuda nuestra” (Tácito, Anales 14.27).Era hogar de millonarios que disfrutaban de los teatros, gimnasios equipados con baños de lujo; eran tan poderosos que creyeron que no necesitaban a Dios.
Antíoco III trajo unas 2 mil familias judías a la región, éstas prosperaron tanto que el año 62 d. C. al enviar su impuesto anual para mantenimiento del templo de Jerusalén, el procónsul Flaco confiscó el envío de oro, revelando que había unas 7.500 familias judías.
En su origen fueron una fortaleza, pero no tenían fuentes propias de agua, lo que la hacía vulnerable. El agua les llegaba desde Hierápolis por medio de un acueducto subterráneo de unos 10 km de largo. La fuente eran aguas termales, ricas en carbonato de calcio, por la distancia el agua les llegaba tibia. Las aguas tenían valor medicinal. Más adelante en la carta, se compara las aguas templadas de la ciudad con la tibieza espiritual de los cristianos.
Los cristianos de Laodicea no enfrentaron ninguna persecución, ni tuvieron falsos profetas. La iglesia más bien se acomodó, tenían una vida fácil sin compromiso. La iglesia de esta ciudad no recibe ninguna palabra de elogio.
La ciudad fue destruida por los turcos el año 1042 d. C. Hoy, el lugar es son un montón de ruinas sin excavar a totalidad.
En la carta veremos como la sociedad, la cultura puede permear la iglesia; hay una carta del apóstol Pablo dirigida a ellos, que no se sabe donde quedó, pero se menciona en Colosenses.
“Una vez que hayan leído esta carta, pásenla a la iglesia en Laodicea para que ellos también puedan leerla. Y ustedes deberían leer la carta que les escribí a ellos.” (Colosenses 4:16, NTV)
La iglesia en Laodicea, quizá fue fundada por Epafras que era de Colosas. Como en las iglesias anteriores, el Señor usa las primeras palabras para decirles algo significativo en cuanto a la ciudad donde estaban.
Bienvenidos a Laodicea. Oremos.
“»Escribe esta carta al ángel de la iglesia de Laodicea. Este es el mensaje de aquél que es el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la nueva creación de Dios:” (Apocalipsis 3:14, NTV)
El Señor Jesús indica a Juan que escriba al ángel o pastor de la iglesia quien como mensajero de Dios debe dar el duro mensaje, pero detrás de esa dureza está el corazón amoroso del Señor. El trabajo pastoral es poner el fundamento de la ley y el evangelio en el corazón de los hijos de Dios.
La presentación que Jesús hace de sí mismo da una idea de la carta, se presenta como el amén, testigo fiel y verdadero y principio de la nueva creación de Dios. Laodicea no había sido un verdadero testigo de Jesús. Vamos por partes:
“»…Este es el mensaje de aquél que es el Amén,…” (Apocalipsis 3:14, NTV)
La palabra Amén deriva de la palabra hebrea “verdad”. En el AT Dios se identifica como el Dios de la verdad o literalmente Dios del Amén:
“Todos los que invoquen una bendición o hagan un juramento lo harán por el Dios de la verdad…” (Isaías 65:16, NTV)
En el NT, Jesús se describe a sí mismo como el Camino, la Verdad y la Vida, así que Jesús es más que el contenido de la verdad, ES la Verdad. Sus acciones coinciden con lo que dice y con esta frase está marcando un contraste entre el Señor y la iglesia en Laodicea, el Inmutable con la inconsistente Laodicea.
Amén, también se traduce como verdad, cierto, algo que se ha cumplido. Lo que nos está diciendo es que, lo que ÉL dice, nunca fallará, sino que sucederá. Aquí es el único lugar donde amén se usa como nombre propio.
Cristo es la revelación de Dios, en ÉL halla Su perfecta respuesta y cumplimiento. En ÉL se hacen firmes las promesas divinas; Cristo es el único garante de la verdad divina, es el Único Mediador entre Dios y los hombres.
“Pues hay sólo un Dios y sólo un Mediador que puede reconciliar a la humanidad con Dios, y es el hombre Cristo Jesús.” (1 Timoteo 2:5, NTV)
El Amén está a punto de decirle a la iglesia la verdad de su condición espiritual, tristemente, ellos no creerían el diagnóstico, no querían enfrentar la verdad, sin embargo, ser honesto es el principio de la verdadera bendición, al reconocer nuestra situación, podemos admitir lo que somos, confesar nuestros pecados y recibir de Dios todo lo que necesitamos.
Si quieres lo mejor de Dios en tu vida, tu iglesia, debemos ser honestos con Dios y permitir que sea franco con nosotros, aunque lo que diga no sea muy agradable.
“»…el testigo fiel y verdadero,…” (Apocalipsis 3:14, NTV)
O sea que todo lo que Jesús dice es verdadero, tan así que al final de apocalipsis leemos:
“Y el que estaba sentado en el trono dijo: «¡Miren, hago nuevas todas las cosas!». Entonces me dijo: «Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza».” (Apocalipsis 21:5, NTV)
“También dijo: «¡Todo ha terminado! Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin...” (Apocalipsis 21:6, NTV)
ÉL comprende perfectamente todo lo que significa ser un testigo fiel, para que pueda serlo debe cumplir 3 condiciones esenciales:[1]
a. Debe haber visto con sus propios ojos lo que atestigua.
b. Debe ser absolutamente honesto y reproducir con exactitud lo que ha oído y visto.
c. Debe tener la habilidad de decir lo que tiene que decir para que su testimonio produzca la impresión verdadera en los que lo oyen.
Nuestro Señor Jesucristo cumple esos requisitos plenamente; puede hablarnos de Dios porque procede de ÉL, podemos creer lo que dice porque es el Amén y sabe comunicar su mensaje, porque jamás hombre alguno habló como ÉL.
“»… el principio de la nueva creación de Dios:” (Apocalipsis 3:14, NTV)
El propósito de esta descripción es mostrar que Jesucristo hizo todas las cosas y por eso las posee y las controla ¡nada escapa a su control! Para los de Laodicea significa que su jactancia por las riquezas materiales está fuera de lugar, porque todas las cosas pertenecen a Jesús, ÉL es el digno de alabanza y gloria
Algunos heréticos quisieron usar este verso para decir que Cristo no es eterno, sino que es creado; pero olvidan leer todo el NT especialmente Colosenses.
“Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación” (Colosenses 1:15, NTV)
La palabra en griego no es “protos” que se traduce como primero, sino “arkhé” que se traduce como principio. Entonces el verso de apocalipsis nos dice que ÉL es la fuente primaria, origen, no que ÉL sea el primer ser creado, sino que ÉL es el Principio, la Fuente y Origen de toda la Creación.
Juan nos dice de Jesús:
“Dios creó todas las cosas por medio de él, y nada fue creado sin él.” (Juan 1:3, NTV)
En otras palabras: ¡Es el Soberano de la Creación! ¡Es el Soberano de tu vida!
A lo largo de la carta veremos que la iglesia confió en cosas creadas, se sentían seguros con los bienes materiales, por eso necesitan saber, desde el principio, que quien les habla está por encima de lo creado, ÉL les puede dar la seguridad que no podrán encontrar en las cosas materiales, la fama, el poder, o dinero.
El mismo mensaje es para ti, o ¿qué te da seguridad? Un médico, tu casa, el dinero, una persona, tu seguridad debe seguir fundada en tu Señor, Soberano y Salvador.
Palabra de Dios
[1]Henry, M. (2003). Comentario de la Biblia Matthew Henry en un tomo (pp. 1044–1045). Miami: Editorial Unilit.