Características del pecado

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Mateo 4:1-11 El pecado es una elección de situarnos en el lugar de Dios y esa es la peor desición que podemos tomar. El pecado nos alejará de la voluntad de Dios. No elijámos pecar, elijamos a Dios, obedezcamos a Dios no obedezcamos al pecado.

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INTRODUCCIÓN

Acerca de este tema del pecado, vimos que el pecado tuvo su origen en la tierra cuando Adán y Eva comieron del fruto del cual sabían que Dios dijo no comeréis, a partir de ese momento el pecado entro en el mundo y de inmediato trajo sus consecuencias.
La muerte espiritual y la muerte física. Fueron echados del huerto del Edén y más adelante en la historia Adán y Eva murieron.
Vimos que el pecado es desobediencia, es infracción y es errar el blanco. Todos los hombres somos culpables de haber desobedecido, de haber infringido, de haber errado el blanco, de haber pecado contra Dios. Aún los creyentes pecamos contra Dios cuando no hacemos lo que sabemos que tenemos que hacer.
Santiago 4:17 RVR60
y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
Si sabemos lo que tenemos que hacer y no lo hacemos pecamos, infringimos, desobedecemos, erramos el blanco.
Y qué hago? He pecado! Bueno si usted es un creyente confiese su pecado. El es fiel y justo para perdonarlo y limpiarlo de toda maldad. No lo encubra, confesemoslo y apartémonos del pecado. Eso se llama arrepentimiento, debo cambiar.
Si usted no es un creyente, pídale a Cristo que le salve, arrepientase, conviértase y crea en el evangelio, que Cristo murió y resucitó conforme a las Escrituras por nuestros pecados.
En el día de hoy quiero hablar acerca de; En relación al pecado.

SUS CARACTERÍSTICAS.

En primer lugar;

1) EL PECADO ES EGOÍSTA.

Lo primero que necesitamos entender acerca del pecado es precisamente su egoísmo. El principio esencial del pecado es el egoísmo.
La característica principal del amor (el amor divino) es dar, es decir darme a mi mismo y todo lo que poseo al objeto de mi amor que es mi ser amado.
Si yo amo a mi esposa yo no solo no voy escatimar cualquier esfuerzo, también voy a darme a mi mismo y todo lo que es mío a ella porque el amor es dar, no recibir.
Filipenses 2:4 RVR60
no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
El pecado es exactamente lo contrario. Es conseguir algo para mi sin considerar el costo y el daño que le hago a mi esposa.
Por eso el egismo de nuestros pecados nos lleva a beber agua de otros posos. Estoy pensando en mi y no estoy considerando el daño y el costo hacia ella.
Lo mismo es verdad con mi prójimo.
y por supuesto en relación a Dios.
Cuando amamos a Dios haremos todo lo que él dice sin bacilar, sin patalear, sin cuestionar, Él me ama, Él lo dijo? Yo lo hago. La verdad es:
Jamas se ha cometido un pecado que no sea la elección de sí mismo en lugar de preferir a Dios.
En Mateo 4:1-11 vemos esta realidad.
Cometeremos la infracción cuando nos elegimos a nosotros mismos y no a Dios.
En este pasaje vemos que cada apelación que Satanás le hizo al Señor en el desierto fue una apelación a sí mismo. Es decir a su propia personalidad.

Primero: La satisfacción de sí mismo o satisfacer su cuerpo natural. (El Señor tenía hambre).

Mateo 4:2–4 RVR60
2Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
El Señor tenía hambre y Satanás apeló a su necesidad.
Así que; No nos sorprendamos entonces cuando el pecado apele a nuestra necesidad.
Muchas veces pecamos porque estamos enfocados en nosotros mismos y no en Dios. Por eso cuando pecamos en lugar de reconocer que fallamos, justificamos la falta. Y el querer encubrir el pecado nos lleva a decir y hacer locuras.
Como el Rey David por ejemplo.
2º Samuel 11:26 RVR60
Oyendo la mujer de Urías que su marido Urías era muerto, hizo duelo por su marido.
2º Samuel 11:27 RVR60
Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.
David se acostó con la mujer de Urías su siervo, y la mujer quedó embarazada. Al conocer la noticia David queriendo encubrir su pecado mando a buscar a Urías para darle de baja por unos días y que esté fuera a su casa y durmiera con su mujer y así luego decir que el embarazo era de Urías.
A David le salió mal el plan y luego ideó otro que tampoco salió bien.
Urías resultó ser un hombre fiel al servicio de David, quien al ver que sus planes no habían funcionado y con el temor de ser descubierto mandó a matar a Urías en el campo de batalla. Y así leemos en los versículos 26 y 27.
Lo que David había olvidado o por lo menos trató de ignorar fue que Dios ya lo había visto. Y lo que David había hecho fue desagradable a los ojos de Jehová.
David en lugar de reconocer su pecado y pedir perdón, trató desesperadamente de encubrir su pecado y el hacerlo lo llevo a pecar y pecar.
Se dio cuenta hermano que él pecado nunca viene solo?
Un pecado me llevará a otro pecado.
David miró, luego codició, luego adulteró, luego planificó en su corazón engaño y finalmente cometió un crimen atroz mandó a matar a uno de sus mejores hombres de batalla.
Hermanos tengamos cuidado del pecado. Es más barato confesar nuestro pecado, no tratemos de encubrirlo.
Proverbios 28:13 RVR60
El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
Hermanos nuestro egoísmo nos hace pensar primero en nosotros, luego en nosotros y después en nosotros y después de pensar en nosotros allá en el último lugar, pensamos en Dios.
Eso de buscar primeramente el reino de Dios y su justicia no es una realidad en muchos de nosotros porque la desobediencia que es egoísta me hace pensar lo contrario.
Buscamos primero mi comodidad, mi bienestar, mi placer y el reino de Dios viene por añadidura. Wow.
Todas esas cosas no son malas en sí. Son malas cuando toman el lugar de Dios.
Porque cuando Dios es primero en una vida, Dios añade estas cosas y ahí está la bendición de obedecer a Dios.
Asi que el pecado que es egoísta nos hará pensar en nosotros.
Satanás susurrará en nuestro oído para que apelemos a la satisfacción de nosotros mismos y pequemos contra Dios.
y el pecado no confesado me llevará a pensar, hacer y decir locuras. Un pecado nunca viene solo, siempre trae amigos.
Cada pecado que Satanás le hizo al Señor en el desierto, fue una apelación a sí mismo.
Primero, a su carne.

Segundo; A su vanagloria u orgullo.

Hermanos Satanás no es tonto, no menospreciemos sus maquinaciones.
Mateo 4:5–7 RVR60
5Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, 6y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. 7Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
Satanás llevó al Señor al Pináculo del Templo.
La parte del templo desde la cual se podía observar una amplia vista de Jerusalén.
Algunos Eruditos Bíblicos dicen que este Pináculo pudo haber alcanzado los 180 metros de altura.
Allí lo llevó Satanás para tentarle nuevamente.
Él le dijo, échate abajo. Como diciéndole mira Si de verdad estás decidido en darte a conocer y empezar tu ministerio y que todos te crean, pues échate igual a sus ángeles mandará acerca de ti para que te guarden.
Satanás le insinúo al Señor que se manifestara en una demostración milagrosa diferente a la que Dios había planeado.
No vayas a la cruz, lánzate abajo y verás como todos te creen.
Hermanos, el pecado apelará a nuestro orgullo, nos incitara a hacer lo opuesto al plan de Dios, nos hará que nos comparemos otros, para que al hacerlo concluyamos que somos tan buenos porque no somos como otros. Eso es un grave error.
Nos hará tener un concepto más alto de nosotros mismos que el que debemos tener.
En este pensamiento, la humillación no es una realidad en nuestras vidas, porque andamos llenos de orgullo, llenos de nosotros mismos, llenos sobremanera de vanas glorias, y no de Dios.
El hacer Su voluntad, no es una realidad en nuestras vidas, por eso no leemos la Biblia, no la memorizamos, no la guardamos, no hay una vida práctica de los principios Bíblicos y hasta nos enojamos si alguien nos corrige.
Hermanos, si no tenemos cuidado del pecado, éste nos hará cada vez más orgullosos y amadores de los deleites temporales más que de Dios.
A propósito hermanos la respuesta del Señor fue épica.
Mateo 4:7 RVR60
Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.
Citando las Escrituras del AT Cristo respondió diciendo que no lo tentemos.
En otras palabras no podemos esperar que Dios nos proteja si estamos fuera de su voluntad.
Eso era lo que Satanás quería, sacarlo de la voluntad de Dios.
Y eso es lo que él quiere con nosotros, sacarnos fuera de la voluntad de Dios porque allí él puede hacernos daño.
Cuando estamos en la voluntad de Dios es otra historia.
Entonces cada pecado que Satanás le hizo al Señor en el desierto fue una apelación a sí mismo.
Primero a su carne.
Segundo a su orgullo.

Y por último.

Satanás le ofreció todos los reinos de este mundo a cambio de adoración.
Mateo 4:8–11 RVR60
8Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, 9y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. 10Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. 11El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.
Satanás le ofreció al Señor una exaltación de sí mismo ofreciéndole no uno, Todos los reinos del mundo.
Como príncipe de este mundo Satanás hace la oferta, cualquier hombre tal oferta sería como entrar al Olimpo.
Seria como escribir nuestros nombre con letras de oro rodeada de las perlas más preciosas en la historia universal.
Pero que bendición El Señor como podía esperarse rechazo tal oferta y le dio una bofetada con su respuesta.
El Señor no hubiese ido a la cruz si firmaba ese contrato con el príncipe de este mundo.
Pastor y que quiere decir? Fácil ...
El pecado nos va a ofrecer las estrellas, el pecado nos va ofrecer placer, deleites, lujos, plata, y todo el oro preciado de este mundo a cambio de algo cuyo valor es incalculable.
Satanás le dijo te doy si me das. Te doy los reinos si postrado me adoras.
Escuheme hermano es más lo que vamos a perder que lo que vamos a ganar.
No consientas al pecado huye de él.
Por tu familia, por tus hijos, por tu esposa, por tu esposo, por tu vida huye del pecado.
Oh cuánto sufre un niño de ocho años al ver sus padres peleándose maldiciéndose e hiriéndose el uno al otro.
Oh cuánto sufre un niño de ocho años cuando papá no esta en casa pues se a ido para no regresar.
Oh hermanos el pecado trae dolor, trae, sufrimiento, el pecado rompe nuestras vidas, el pecado rompe la comunión con Dios, el pecado me aleja de la voluntad de Dios, el pecado tiene un castigo eterno lejos de Dios.
El pecado es la elección de situarnos en el lugar de Dios y esa es la peor decisión que podemos tomar.
Por esa razón no elijamos pecar, elijamos a Dios, obedezcamos a Dios no obedezcamos al pecado.

CONCLUSIÓN.

El Señor Jesucristo nos ha dado el mejor de los ejemplos en cuanto a lo que debemos hacer en relación al pecar.
Él eligió obedecer y hacer la voluntad del Padre.
El pecado es egoísta, quiere que nos enfoquemos en nosotros mismos y no en otros y mucho menos en Dios.
El pecado nos ofrecerá todos los placeres, y los deleites temporales a cambio de mucho.
Si usted es un creyente abandone el pecado de una vez, huya de él, no le obedezca más.
No trates de ocultarlo es mejor si lo confiesas ahora. No cometamos el error de David, confesemos nuestros pecados. Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad.
Ahora bien si usted no es un creyente, no firme ese contrato, el pecado te quitará el gozo, la felicidad, y el verdadero placer que solo lo puedes hayas en el perdón de Dios.
Salmo 32:1–2 RVR60
1Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño.
Si quieres experimentar la dicha y no ser culpable de pecado, debes número uno reconocer que has pecado y que sólo Cristo puede ayudarte, ya que el murió en la cruz y resucitó al tercer día para darnos perdón y número dos pídele que te salve, confiesa tus pecados a Dios y pide a Cristo que te salve.
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