Genesis 28
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Transcript
Introducción
Hermanos queridos, un gusto estar aquí con ustedes esta noche. Antes de empezar la predica esta noche, me gustaría orar en la luz de todas las noticias difíciles que hemos escuchado en las últimas semanas. Me gustaría orar por la recuperación de la salud de Pastor Fernando y su esposa, y que El Señor haga una obra redentora en medio de las cosas difíciles en el nivel de país y mundial.
Oración
Estamos estudiando los principios, el libro de Génesis de la mano de Moisés. En capítulo 27, vimos el robo y el engaño de parte de Jacob contra su hermano mayor, Esau. Jacob robó la bendición de la primogenitura de Esaú por medio del engaño de su papá Isaac.
Rebekah tuvo preferencia a Jacob (Gen. 25:28)
Isaac tuvo preferencia a Esaú (Gen. 25:28)
Hemos aprendido el peligro de favoritismo dentro de la familia.
El Señor obra en medio del pecado para llevar a cabo sus propósitos. Él es fiel a sus promesas.
Esaú iba a asesinar a Jacob después de la muerte de Isaac. Por lo tanto, Jacob tuvo que huir de la familia (Gen. 27:41-46).
No Tomes Mujer de Los Demás Naciones
Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre. Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos; y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham. Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de Jacob y de Esaú. - Genesis 28:1-5
Aquí, vemos que Jacob de verdad tiene la bendición primogénita. Este es la bendición que él robó de su hermano Esaú. Él iba a ser la persona quien lleva la promesa que Jehová hizo con Abraham, y con Isaac.
Una bendición divina
La descendencia
La tierra
Por lo tanto, Isaac dio una advertencia a Jacob que él no se casara con una mujer de los demás naciones.
¿Por Qué?
Porque la promesa que Jehová hizo con Abraham significó que Abraham y sus descendientes iban a atesorar y guardar y proclamar la fe del Dios verdadero y su plan de salvar el mundo roto por pecado. Esto fue un mensaje en el cual Abraham y sus descendientes iban a tener en su posesión como mayordomos. Abraham y sus descendientes iban a recibir lo siguiente…
Tierra
Descendencia
Bendición
Los demás naciones hubieran hecho daño en las vidas espirituales del pueblo escogido y su relación especial con El Señor. Los de Canaán alaban Baal, con rituales paganos que involucraban prostitución y la matanza de los hijos primogénitos. El Señor no quería que su pueblo se desviara de su relación con Él, y por lo tanto prohibió los matrimonios entre su pueblo y los demás naciones. Por eso, Jacob recibió la prohibición de su papá contra el matrimonio con alguien de los demás pueblos.
Y como vemos en Genesis 28:6-9, Esaú, en un último intento de agradar a sus papás, se casó con la hija de Ismael, alguien quien pertenecía a la familia de Abraham. Pero aún falló, porque él se casó no con la línea de Isaac (el hijo verdadero de la promesa), sino con el hijo ilegítimo de Abraham. Esto hace hincapié de la ceguera espiritual de Esaú.
La Conexión
Creo que hay una enseñanza aquí para nosotros como El Pueblo de Dios en cuanto a los matrimonios de yugo desigual. La verdad es que el matrimonio entre un creyente en Jesús y alguien quien no es creyente puede en una manera muy fácil resultar en peligro espiritual.
El esposo quiere asistir La Iglesia, pero su esposa siempre está quejando que él es un esposo negligente.
La esposa quiere criar los niños en el temor de Dios, pero el esposo no quiere hacer ningún esfuerzo y de hecho quiere impedir las enseñanzas que su esposa está dando los niños.
Va a surgir choques.
Por eso necesitamos elegir sabiamente un esposo o una esposa.
Sin embargo, si usted se encuentre en un matrimonio así, hay esperanza. Usted puede ser una buena influencia, ósea, un testigo de Cristo para su pareja (c.f. 1 Corintios 7:14; 1 Pedro 3:1).
La Fidelidad de Dios a su Pacto
Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán. Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. - Genesis 28:12-15
Aquí, vemos que Dios reafirmó su pacto con Abraham y con Isaac con Jacob. Jacob estuvo durmiendo, y en un sueño El Señor le dio una visión de una escalera entre el cielo y la tierra.
¿Qué hace una escalera?
Una escalera se conecta dos lados opuestos. En este caso, el cielo y la tierra. Dios reafirmó esta promesa por medio de esta visión, y vemos en Juan 1:51 la manera en la cual Jesús cumplió y demostró el significado verdadero de esta visión.
Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre. - Juan 1:51
En esta visión, El Señor reafirmó las promesas en el Pacto Abrahamico con Jacob.
La promesa de tierra
La promesa de descendencia
La bendición de la presencia de Dios
Una vez más, como vemos en Juan 1:51, todas estas promesas hallan su cumplimiento en Jesucristo - quien en su vida, su muerte, y su resurrección está reuniéndose el cielo y la tierra en Su Reino por medio de La Iglesia y la proclamación del evangelio.
Toda la tierra va a tener el conocimiento del Señor (Habacuc 2:14).
Cada lengua, tribu, y nación estará alrededor El Trono alabando a Cristo (Apocalipsis 7:9).
El pueblo de Dios vivirá para siempre con su Rey (Apocalipsis 21:3).
La Conexión
Jesucristo es la única persona quien nos da acceso a la presencia de Dios Padre. Es por medio de fe en Él que podemos conocer Dios en una relación de paz y disfrutar las promesas que Él hizo a Abraham y reafirmó aquí con Jacob.
Según el teólogo estadounidense Wayne Grudem, El pecado es el fracaso de conformar a la ley de Dios en hecho, actitudes, y naturaleza. Seres humanos en su condición natural no quieren reconocer La Ley de Dios. No queremos honrar a Dios ni su creación.
Si vemos algo que no nos pertenece, robamos. No estamos honrando la dignidad de la persona de quien estamos robando. Y como consecuencia no estamos honrando a Dios. Porque Dios creó el hombre en su imagen.
Si queremos agradar la carne y su deseos, negando el propósito de Dios para nuestros cuerpos, cometemos gula, fornicación, y alcoholismo. Estamos deshonrando Dios, quien nos dio nuestros cuerpos y nos dio el propósito para comida y sexo.
Pecado viene de deseos desordenados. Deseos que deben estar enfocado en la alabanza de Dios, pero por pecado están centrados en nosotros mismos. En una manera egoísta. No en una manera que está amando a Dios primero y segundo a los demás.
Mientras estábamos muertos espiritualmente, ósea, durmiendo espiritualmente, Jesús nos acercó y nos mostró el camino a Dios por medio de Él mismo.
El Trato Entre Jacob con Jehová
Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: !!Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo. Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. Y llamó el nombre de aquel lugar Bet-el,[a] aunque Luz[b] era el nombre de la ciudad primero. E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti. - Genesis 28:16-22
Aún Jacob no ha tenido un verdadero cambio de corazón. Jacob no confió en la promesa de Dios. Él tuvo una experiencia innegablemente increíble, pero aún hizo un trato con Dios.
Dios, si hagas tal cosa… si me guardes, me proteges, me proveas mis necesidades, entonces yo te haría mi Dios. Yo te seguiría. Es un trato aquí basado en la falta de fe de Jacob en la palabra de Dios. Vemos el inicio de hechos de adoración a Dios de parte de Jacob, pero es una adoración deficiente e imperfecta.
Conexión
¿Cuántas veces hemos hecho lo mismo con Dios? ¿Cuántas veces hemos hecho un trato con Dios basado en nuestra falta de fe en su Palabra?
La Biblia nos enseña que si hemos puesto nuestra fe en Jesús, que estamos justificados delante de Dios (Romanos 5:1). Sin culpa antes de su tribunal.
Pero cuán fácil es decir lo siguiente: Una vez más cometí lujuria. Una vez más tuve un pensamiento malo acerca de la chica en la calle. Una vez más tomé un trago más que debería haber tomado. Una vez más grité en enojo a mi pareja o mis hijos. Señor, para que tu me perdones, yo te prometo que ayunaré, serviré más en la iglesia, lastimaré mi mismo.
La Biblia nos enseña que nuestro Padre Celestial nos cuida.
Pero cuán fácil es decir lo siguiente: Tengo que pagar la arrienda este mes. Tengo que pagar la matricula para la escuela de mi hija. Señor, yo ayudaré mi vecino no creyente si tu me des el dinero suficiente para este mes. Yo te serviré en la iglesia si me darías lo que necesito este mes.
Servicio en la iglesia, obras misericordiosas, y las disciplinas espirituales no son malos en sí. Son bíblicas. Son buenas. Sin embargo, nuestra alabanza a Dios y nuestro servicio hacia a Él no vale nada si en nuestros corazones estamos esperando algo de Él.
La alabanza verdadera viene de un corazón enamorado con Dios por lo que Él ya ha prometido y ya ha hecho para nosotros en Cristo Jesús.
No servimos ni obedecemos para recibir algo de Dios, servimos y obedecemos porque Él ya nos ha dado todo en Cristo Jesús. Y agradecimiento y amor es la respuesta natural que fluye automáticamente.
Conclusión
Verdadera adoración a Dios viene de un encuentro con la gracia de Jesús, quien se conecta el cielo y la tierra. Es decir, que nos da acceso a la presencia del Dios Padre. Un Dios fiel a su pacto para salvar aún cuando los seres humanos no merecían.
Vida con Dios cuando merecíamos la ira de Dios
Perdón del pecado
Pertenencia a la familia de Dios
Una esperanza eterna e indestructible en su Reino para siempre
Estas verdades impulsan la adoración verdadera.
¿Cómo oraríamos si estamos saturados en estas verdades?
¿Cómo cantaríamos si estamos saturados en estas verdades?
¿Cómo trataríamos los unos a los otros si estamos saturados en estas verdades?
¿Cómo serviríamos las necesidades en la comunidad si estamos saturados en estas verdades?