Discipulado para nuevos creyentes.

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Transcript
Te damos la más cordial bienvenida a aposentos de oracion Este es un material de discipulado básico que afirmará tu nueva vida en Cristo y en su Palabra.
Las enseñanzas contenidas aquí están diseñadas para que puedas experimentar las riquezas de la Salvación que Cristo Jesús nos ha provisto a través de su muerte en la cruz y su victoria sobre el pecado.
Te animamos para que abras tu corazón y prepares tu mente al Espíritu Santo, quien es el Maestro y guía por excelencia. El quiere
mostrarte con claridad la realidad de la Salvación y todas las bendiciones que ahora tienes en Cristo.
Este nuevo camino que emprendes es desafiante, espero que no te rindas, sino que sigas adelante con la ayuda del Señor.
Espero que puedas tomar todo lo que Dios tiene preparado para ti, para vencer y crecer en tu nueva vida.
1 Pedro 1:3 RVR60
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
C O N T E N I D O Página
Tema 1
RECONCILIÁNDONOS CON DIOS
Tema 2
LAS ESCRITURAS
Fuente de vida y verdad que nos hace libres
Tema 3
EL NUEVO NACIMIENTO
Tu nueva vida en Cristo
Tema 4
AUTORIDAD
Aceptando el diseño de Dios en ti.
Tema 5
RESTAURACION
Conociendo el poder de la Salvación
Tema 6
EL ESPIRITU SANTO
Nuestro Guía y Consolador
Tema 7
CAMINANDO EN OBEDIENCIA
RECONCILIÁNDONOS

CON DIOS

Romanos 5:8–11 RVR60
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
INTRODUCCION:
RECONCILIACION Significa:
Unir, atraer, acercar lo separado, lo que antes estuvo junto. Hacer propicio y adecuado el hecho de reunirse de nuevo. Asemejar lo que es diferente.
La iniciativa de acercarse es de Dios.
· Nosotros estábamos sin esperanza y lejos de Dios a
causa del pecado.
· Dios quiso acercarnos, reconciliarnos con El.
· Cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por
nosotros. (vs.8)
· Siendo enemigos fuimos reconciliados. (vs.10)
1. Dios quiere que estemos en paz con El.
Isaías 1:18–19 RVR60
Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra;
El deseo del corazón de Dios ha sido siempre la reconciliación con el hombre. El pecado nos separa de El, y aunque su misericordia y amor son infinitos, su justicia y santidad siempre demanda un cambio genuino en el corazón
nuestro. No puede haber restauración ni bendición, a menos que haya arrepentimiento.
El pecado nos hace estar en deuda con Dios. No fuimos creados para la maldad y el pecado, fuimos creados para vivir en comunión con nuestro Padre Celestial. No podemos funcionar adecuadamente lejos de Dios porque no fuimos creados para vivir alejados, fuimos creados para vivir conforme a su plan y propósito “venid luego, dice Jehová, y estemos a
cuenta”, El deseo de Dios es que la distancia que nos
separa de El por el pecado, sea quitada, que la deuda sea saldada.
2. Es el llamado de Dios lo que produce el verdadero arrepentimiento.
El es un Padre que se duele de nuestro sufrimiento a causa del pecado. Su llamado es para todo aquel que está lejos y sucio por la desobediencia y la ignorancia. Notemos que dice:
“…si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana…” Este es un llamado de amor para ser limpios y restaurados. No se trata solo de que el pecado ofende a Dios, claro que el es Santo y no puede soportar el pecado, pero hay una razón mas importante por la cual Dios quiere limpiarnos: El pecado produce muerte. (
Romanos 6:23 RVR60
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
y El es dador de vida. Su llamado al arrepentimiento es para darnos vida; en Cristo Jesús se ha provisto nuestra restauración. La mancha del pecado es removida por el poder de la sangre de Jesucristo, quien fue derramada por todos aquellos que estamos expuestos al pecado.
3. ¿En qué consiste un genuino arrepentimiento?
Lucas 15:11–24 RVR60
También dijo: Un hombre tenía dos hijos;y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
1. Entender que hemos hecho lo malo y estamos apartados de Dios.
En la historia del hijo pródigo encontramos una muy clara ilustración de lo que Dios espera de nosotros cuando nos
hayamos separados de El. Cuando éste hijo se gastó todo lo que tenía, cuando se vio solo y necesitado, la Biblia dice en.
Lucas 15:17 RVR60
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
El hijo se dio cuenta de las consecuencias de sus malas decisiones. El no solo se lamentó por la condición en la que
estaba, sino que “volvió en si”, entendió que había dejado la casa de su padre y las bendiciones que tenía y se había apartado voluntariamente de Él.
2. Sentir dolor por nuestras malas acciones y desear que aquello nunca hubiera sucedido.
El arrepentimiento verdadero es sentirse verdaderamente triste y conmovido por hacer lo incorrecto y haber ofendido a Dios y a otras personas. La Biblia dice:
2 Corintios 7:10 RVR60
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.
3. Tomar decisiones para abandonar lo malo y volverse a Dios.
El hijo pródigo no se lamentó pensando “que bueno sería volver a mi padre… pero no lo merezco, no me recibirá …” sino que él tomo la decisión de volver a la casa de su padre:
Lucas 15:19 RVR60
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
4.Confesar nuestros pecados con humildad y sinceridad de corazón.
Lucas 15:21 RVR60
Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
1 Juan 1:9 RVR60
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1. Clamar a Dios por perdón y restauración.
Solo cuando confesamos nuestros pecados y pedimos perdón de todo corazón, en el Nombre de Jesucristo su hijo, podemos ser reconciliados con Dios y recibir su restauración.
Proverbios 28:13 RVR60
El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
LAS ESCRITURAS:

Fuente de vida y verdad que nos hace libres.

Hebreos 4:12 RVR60
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Introducción:
¿Qué contiene este libro que lo hace tan especial? ¿Cómo es posible que lo que está escrito aquí llegue a ser algo “vivo y poderoso”? ¿Cómo algo que fue escrito hace tanto tiempo puede ser útil para las necesidades de hoy? Estas son preguntas que
deben ser resueltas personalmente. Vamos a estudiar porqué la Biblia es la Palabra de Dios y la fuente de verdad y vida para toda persona que busca respuestas y tiene necesidad de Dios.
1.La Biblia fue “inspirada” por Dios.
2 Timoteo 3:16–17 RVR60
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Aunque los instrumentos para escribirla y recopilarla fueron personas, Dios usó a éstos hombres para revelar su voluntad a través de la Palabra escrita.
2 Pedro 1:19–21 RVR60
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
2.Obedecerla nos trae libertad y bendiciones.
Josué 1:7–8 RVR60
Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Dios nos dio su Palabra escrita para que podamos seguir su voluntad perfecta. El quiere prosperarnos y que seamos bendecidos en todo lo que hacemos, pero necesita nuestra obediencia. Su Palabra contiene las instrucciones para que no haya tropiezos en nuestra vida.
3.Tiene poder para entrar en lo profundo de nuestro ser.
Hebreos 4:12 RVR60
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
a. Es una Palabra “viva y poderosa”
No solo se trata de reglas escritas. No es un código de conducta moral solamente. Tampoco es solo la historia de gente desconocida que vivió de acuerdo a una deidad celosa.
La Biblia contiene un mensaje vivo y actual. La condición del hombre es la misma, su alma no cambia, y sus necesidades tampoco. La Palabra de Dios tiene vida y poder para tocar lo
más profundo de nuestro ser porque viene del corazón de nuestro Creador.
a. Entra en lo más profundo del corazón humano.
No podemos escapar de esta espada aguda, el mensaje tiene poder para entrar en lo profundo de nuestra mente y nuestro corazón.
La Palabra de Dios trabaja en lo “interior” nuestro, en el alma y el espíritu. Es ahí donde está el asiento de la vida, donde nadie puede llegar excepto Dios y su Palabra.
b. Discierne las motivaciones verdaderas.
No debemos temer a ser confrontados con la palabra viva de Dios, es lo único que puede traer a la luz del entendimiento las cosas que están ocultas para nosotros, esos “puntos ciegos” de nuestro interior que Dios quiere sanar y restaurar.
El mensaje de la Biblia es uno solo:
RECONCILIAR AL HOMBRE CON DIOS, esta reconciliación nos es dada por medio de JESUCRISTO el Hijo de Dios.
La Palabra de Dios nos revela a Jesucristo como el único camino a Dios y debemos escudriñarlas para tener un conocimiento personal y verdadero de este Salvador que vino a traernos libertad y vida eterna.

NUEVO NACIMIENTO:

Tu nueva vida en Cristo.

2 Corintios 5:17 RVR60
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Introducción:
Existe una promesa en la Biblia, la cual fue anunciada varios siglos antes de la venida de Jesucristo. Esta promesa marcó profundamente la profecía del Antiguo Testamento. Se trata de un anuncio fascinante y sin precedentes para la humanidad. Dios quiso revelarse a nosotros de una forma tan cercana y personal, que solo era posible cambiando nuestro corazón.
Ezequiel 36:26–27 RVR60
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
1. ¿Por qué un Nuevo Nacimiento?
La Biblia dice que el pecado nos aparta de Dios y contamina el corazón del hombre:
Romanos 1:22–23 RVR60
Profesando ser sabios, se hicieron necios,y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Así que la condición del hombre sin Dios produce un
corazón en tinieblas, el no vivir conforme al plan perfecto de Dios, nos hace estar expuestos a las heridas y a la devastación que produce el pecado.
Romanos 1:28–29 RVR60
Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
2. El Nuevo Nacimiento nos acerca a la sanidad y restauración.
Inevitablemente, el pecado produce heridas profundas en el corazón. La razón es muy sencilla: No fuimos creados para el pecado, fuimos creados para vivir en comunión con Dios.
Jesucristo tuvo que pagar el precio de nuestra reconciliación, y la Escritura nos dice que el precio de nuestra rebelión y desobediencia fue echada sobre El en la cruz del calvario:
Isaías 53:4–5 RVR60
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Al venir a Cristo por la fe, somos recreados en nuestro
espíritu para que se produzca un nuevo nacimiento. Hemos pasado de muerte a vida y ahora somos hijos de Dios. No hay nada que pueda apartarnos de su amor y su salvación. Sin embargo, comienza un proceso de restauración en el que Dios necesita sanar las heridas y marcas de nuestro corazón. El espíritu nuestro a la verdad ha nacido a una vida santa, pero el alma necesita ser restaurada de tal forma que vuelva a ser conforme a la imagen de Dios en pureza y santidad.
Efesios 4:22–24 RVR60
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,y renovaos en el espíritu de vuestra mente,y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
3. Jesús: el verdadero descanso de nuestra alma.
Nuestra alma está herida y atormentada cuando no tenemos comunión con Dios, y nuca tendrá un verdadero descanso, a menos que Cristo esté ocupando completamente nuestra vida. Escucha la clase de invitación que El nos hace:
Mateo 11:28–29 RVR60
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
¿Qué hace que el alma no tenga paz?
· La ansiedad es falta de paz en el corazón.
· La tristeza y depresión es falta de paz. La ira y frustración es falta de paz interior.
· Las cargas y heridas que ocultamos ante los demás, solo producen mas dolor y peso que nos impide caminar.
· La falta de perdón y la amargura es falta de paz.
Jesús vino a darte una completa salvación y libertad. No basta solo con creer mentalmente en Cristo, como si solo aceptáramos la idea de que somos salvos, sino hay que abrazar la salvación completamente y experimentar la.redención que Jesús conquistó al morir en la cruz por nosotros.
En la cruz, Jesús pago con cada gota de su sangre el precio para deshacer toda la maldición del pecado. El precio de nuestra redención fue pagado completamente para que podamos acercarnos con confianza a El y obtener el
descanso y sanidad que nuestra alma necesita.
Hebreos 4:14–16 RVR60
Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Clínica Individual:
Renunciar a todo pecado y rendirlo a Cristo, reconociendo que su sacrificio en la cruz del calvario fue suficiente para limpiarnos de toda maldad. Recibir por fe y gratitud ese regalo de Salvación que Cristo nos ofrece mediante su sangre derramada.
Orar con fe y gratitud a Dios y apropiarnos de la hermosa salvación que tenemos en Cristo. Deja que el Espíritu de Dios te muestre la realidad de una nueva vida en Cristo y ven con confianza al trono de la gracia; hallarás misericordia y ayuda oportuna.

AUTORIDAD:Aceptando el diseño de Dios para ti.

Salmo 139:13–16 RVR60
Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
Introducción:
Tú eres la obra perfecta de la creación de Dios. Eres mas importante que las plantas, los animales y cualquier cosa creada, Dios te hizo con un propósito especial y único.
Esta enseñanza nos mostrará como fuimos diseñados por Dios originalmente, de modo que podamos darnos cuenta de todas aquellas áreas donde no estamos funcionando de acuerdo al plan perfecto de Dios para nuestras vidas.
Autoridad es un tema crítico en la formación de cada uno de nosotros. Dios estableció principios espirituales que funcionan aunque nosotros los ignoremos. Debemos entender que Dios nos diseñó para vivir bajo la protección de su autoridad, cuando violamos los preceptos de Dios enfrentamos consecuencias de sufrimiento y dolor en nuestra vida. El deseo de Dios es bendecirnos, ésta es la razón por la que estudiaremos las siguientes áreas:
1. Paternidad
2. Identidad
3. Familia
4. Responsabilidad
5. Perdón
1. Paternidad.
Dios es un Padre amoroso y justo, su carácter se expresa en términos de relación paternal. El planeó que cada persona en éste mundo recibiera su amor y bendición a través de
nuestros padres terrenales.
Aunque él quiso que nuestros padres nos impartieran su amor e imagen paternal, muchas veces los padres fallaron en desarrollar en nosotros esta imagen de bendición de parte de Dios.
La paternidad de Dios no está limitada a las personas, aunque él las usa para compartir su amor paternal. Dios
anhela que nos volvamos a él como un hijo se vuelve a un Padre. Sus brazos de amor nos esperan siempre, no importa lo que hayamos hecho y que tan lejos hemos llegado,
nuestro Padre es misericordioso y ha provisto un camino seguro para reconciliarnos con El.
Este camino es Jesucristo, su hijo. Jesús siempre habló de su relación con el Padre, porque es importante que cada uno de nosotros entendamos que vivir en Cristo es vivir bajo la paternidad de Dios, y vivir bajo esta paternidad es vivir bajo su protección.
Juan 14:6 RVR60
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:23 RVR60
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
No fuimos creados para vivir en anarquía e independencia de Dios, sino para vivir en una relación personal de PadreHijo. A través de Jesucristo esta relación es restaurada y podemos experimentar su cobertura y amor paternal.
Dios no es un ser distante e insensible a nuestras
necesidades, El es un Padre compasivo que conoce tus limitaciones y luchas diarias por salir adelante.
No te juzga ni rechaza por no ser perfecto, te ama y espera que le
conozcas como un Padre amoroso.
Salmo 103:13–14 RVR60
Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.
2. Identidad.
La paternidad engendra identidad. Nuestro Padre celestial nos ha engendrado y destinado para ser sus hijos desde antes de la fundación del mundo.
El te conoció y llamó antes de que tuvieras noción de tu vida, antes de que fueras engendrado en el vientre de tu madre, Dios tu padre te engendró en el Espíritu.
Juan 1:12–13 RVR60
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Efesios 1:3–5 RVR60
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Identidad es lo que tú eres, tu valor. No a los ojos de los
demás, ni siquiera de ti mismo, sino a los ojos de Dios, quien te creó y te dio un destino en este mundo.
Muchas veces el valor personal y el destino son las dos
áreas más confusas en la forma que percibimos nuestra vida.
¿Quién realmente soy yo? ¿Qué se supone que hago aquí en este mundo? son preguntas que golpean fuertemente nuestro interior.
Dios quiso que siempre tuviéramos respuestas, seguridad y afirmación de éstas importantes y delicadas áreas de
nuestra vida. Se trata del valor propio y de una seguridad en la vida que no depende de las posesiones, conocimiento o con quien nos relacionemos, depende de estar.
completamente seguros que somos amados y aceptados y no tenemos que hacer nada para ganarnos o perder éste amor incondicional.
Has sido creado a imagen y semejanza de Dios, tú eres la obra perfecta de Dios. No hay nada que debas ni puedas cambiar en las siguientes áreas:
a. Sexo
b. Orden de Nacimiento
c. Padres, hermanos y familia
d. Rasgos físicos
e. Personalidad o temperamento
f. Habilidades y dones naturales
g. Momento en la historia
Génesis 1:27 RVR60
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Durante nuestra vida, las heridas causadas por el rechazo, la falta de bendición y las circunstancias que vivimos, van dañando con mentiras la autoestima y la imagen de Dios en nosotros. Se distorsiona el modelo verdadero de lo que somos, porque nos comparamos con otros, quienes nos hacen sentir que somos algo equivocado o incompleto. Esto trae mucho dolor e inseguridad en la vida. Cristo vino a darnos completa libertad de éstas heridas, a devolvernos la verdadera imagen, y con ello el valor, identidad y destino que Dios nos dio a cada uno.
Juan 10:10 RVR60
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Tú eres en Cristo un tesoro de gran precio, tu valor está determinado por la sangre que Jesús derramó en la cruz del calvario para darte una vida y esperanza nueva. La Biblia.
dice que fuimos formados y apartados desde el vientre de nuestra madre para ser hijos especiales de Dios.
Salmo 139:13–16 RVR60
Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
3. Familia.
En el plan perfecto de Dios para tu vida estaba una familia en la que nacieras, crecieras y te desarrollaras hasta llegar a ser una persona de bendición. En muchas ocasiones, y a causa del pecado, la maldad, ignorancia y desobediencia de las personas, éste plan perfecto no se lleva a cabo.
Muchos de nosotros crecimos en una familia de la cual
recibimos rechazo y heridas en muy distintas formas. Es probable que tu verdadera identidad e imagen que Dios te dio se haya distorsionado con el sufrimiento o el mal ejemplo que recibiste de aquellos que debieron cuidarte y formarte como un hombre o una mujer de bendición.
Dios destinó a los Padres para ser agentes de bendición a los hijos. El quiso que nuestros padres nos transmitieran el mensaje de amor, aceptación y bendición, para que fuéramos prosperados en la vida, y camináramos sin tropiezos y sufrimiento.
En muchos de nosotros no fue así, pero no significa que
Dios se haya equivocado en cuanto a nuestra familia. Nadie nació en una familia equivocada, cada unos de nosotros ha sido plantado en medio de las personas que Dios quiso que tuviéramos para ser bendecidos en ésta vida.
Así como Dios tiene un plan para bendecirnos, el enemigo de nuestra vida también tiene un plan para destruirnos. Este plan destructivo trata de robarte lo que Dios originalmente te dio: El amor, la Aceptación y la Bendición de tu Familia.
En Cristo puede ser restaurado este plan maravilloso de Dios para que seamos de bendición como familia. Debemos aceptar, amar y proteger la familia que Dios nos dio: Padres, Hermanos, Esposo o Esposa, Hijos y todo aquél que tenga un vínculo familiar, porque es un regalo de Dios para bendecirnos
Dios siempre utiliza personas para transmitirnos su mensaje de amor, perdón y aceptación. Sin embargo el enemigo también utiliza personas para herirnos, rechazarnos e
inhabilitarnos para caminar sanos en la vida.
Responsabilidad y Perdón son dos de las áreas más críticas e importantes que debes entender para poder deshacer toda mentira del diablo, con que te ha causado destrucción, dolor y separación de las personas que te han rechazado y herido. También te ayudará a comprender y amar mejor a quien consideras que te han bendecido a lo largo de tu vida. Prepara tu mente y tu corazón y deja que el
Espíritu de Dios te muestre de forma específica como esto te ha afectado en relación a tu familia.
4. Responsabilidad.
El pecado no solo crea pecadores, también víctimas. A
menudo, las personas luchamos con situaciones de las cuales no somos culpables, sin embargo nos alcanzan las
consecuencias de malas decisiones que otros hicieron.
Sin embargo, no podemos librarnos de otras cosas de las que si somos responsables. Hemos hecho juicios injustos, malas decisiones o hemos albergado sentimientos destructivos que nos hacen responsables directamente a los ojos de Dios.
La Biblia describe al pecado como: “errar al blanco”, no solo significa cometer actos graves intencionalmente, sino extraviarse de la justicia y la verdad perfecta de Dios.
Isaías 53:6 RVR60
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
No hay una sola persona que sea justa en sí misma, todos nos hemos “descarriado” en nuestros propios caminos, de modo que lo que entendemos por justicia, para otros puede ser injusticia.
Romanos 3:21–25 RVR60
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
Significa que a los ojos de Dios, todos somos responsables de alguna manera, y debemos reconocer que hemos andado en nuestros propios caminos, de los cuales tenemos que arrepentirnos y volvernos a El.
Especialmente, en aquellas áreas donde nosotros pensamos que hemos sido víctimas, rechazados o dañados, nos mantenemos en una postura de auto-justificación, lo cual produce un endurecimiento del corazón y termina formando una “raíz de amargura” que nos impide caminar en libertad.
Hebreos 12:15 RVR60
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
Todos y cada uno de nosotros vamos a dar cuenta a Dios de lo que llenamos nuestro corazón. Nadie está exento de ésta responsabilidad, porque es Dios quien nos ha dado la .oportunidad de conocerle y servirle mientras estamos en este mundo.
Mateo 12:35–37 RVR60
El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
De toda clase de palabras y sentimientos que hayamos albergado en nuestro corazón, siempre producen un fruto, para vida o para muerte, para bendición o para maldición.
2 Corintios 5:10 RVR60
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
Somos responsables de cuidar nuestro corazón y ser obediente y humildes ante Dios.
Proverbios 4:23 RVR60
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
5.Perdón
Perdonar significa soltar y liberar a alguien de una deuda, especialmente cuando esa deuda no puede ser pagada. Es la decisión consciente de renunciar al derecho de ser
restituidos o de tomar venganza.
Cuando permitimos que nuestro corazón esté lleno de
resentimiento y amargura contra alguien, somos en realidad los más afectados. La falta de perdón produce raíces de amargura que nos atan al pasado y a las personas que nos hicieron daño, y es como si estuviéramos en una cárcel que nadie puede abrir, sólo nosotros, porque la cerradura está por dentro y nosotros tenemos la llave.
La amargura actúa también como vendas en nuestros ojos, por consecuencia nos impide ver con claridad. Es como lo describe poéticamente el salmista David:
Salmo 73:21 RVR60
Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas.
La falta de perdón nos ciega y nos hace centrarnos en nosotros mismos sin darnos cuenta. Cuando somos
lastimados o defraudados por alguien en quien confiábamos, esto se traduce en deudas que nuestro corazón registra en contra de esas personas; sentimos que deben pagar por lo que nos hicieron, y nos mantenemos “atados” a esa persona esperando recibir un pago que quizá nunca llegará.
Mientras tanto, en nuestro corazón van creciendo “raíces de amargura” (Hebreos 12:15) que nos estorban para caminar en libertad. Muchas veces sentimos que es nuestro derecho sentirnos así por lo que nos hicieron, creemos que están justificados nuestros sentimientos porque al fin y al cabo somos nosotros los que recibimos el daño, y los demás
deben pagarnos esa deuda.
La Biblia dice que Cristo Jesús murió en la cruz para pagar todas esas deudas y sanar todas las heridas que nosotros somos incapaces de resolver.
Isaías 53:6–7 RVR60
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
El perdonar a los demás es un acto de fe y de obediencia.
De fe, porque significa que confías en Dios para tomar control de tu situación. Significa que ya no esperas que
alguien te recompense o pague su deuda, sino que decides soltarle y perdonarle porque Cristo ya pagó esa deuda y tú aceptas ese pago como suficiente y total para tu corazón.
De obediencia, porque Cristo Jesús espera que así como El nos perdonó todo pecado, nosotros también hagamos lo mismo con los que nos ofenden.
Mateo 5:23–24 RVR60
Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
Mateo 6:14–15 RVR60
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Mateo 18:21–35 RVR60
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
Clínica personal Vamos a orar y presentarnos ante Dios. Permítele al Espíritu Santo que te muestre las áreas donde has estado luchando y te sientes incapaz de poder resolver. El Señor Jesús quiere que seas libre de todo resentimiento y amargura en contra de cualquier persona, El puede librarte y sanarte en éste momento, si acudes con humildad y sinceridad delante de su presencia.

RESTAURACIÓN:

Conociendo el poder de la Salvación.

Juan 10:9–11 RVR60
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Una vida en abundancia es la medida de Dios. Su deseo para nosotros no se detiene solo en solucionar nuestros problemas, sacarnos de apuros o sanar nuestras enfermedades. El va mas allá de nuestras expectativas, va por encima de nuestros estándares y sobrepasa nuestros conceptos, El tiene una vida llena de significado y propósito para nosotros.
Una vida restaurada por el poder de Dios puede experimentar una plenitud de vida tan real, que simplemente no hay punto de comparación con lo anterior. Cristo murió en la cruz para conquistar estas bendiciones para ti y para mi, El dio su vida en
expiación para que podamos tener acceso a todas las riquezas eternas que Dios reservó para sus hijos.
Jesús nos dice que el resultado de conocerlo y aceptarlo como nuestro Salvador, es una vida en abundancia. ¿Qué significa “abundancia” para quien solo ha conocido tristeza y derrota en la vida? ¿Qué sentido puede tener para alguien esta palabra, si solo ha conocido el rechazo y la soledad? La respuesta está en la Restauración que Cristo ofrece.
Restaurar significa volver algo a su estado original. Cuando Cristo toma nuestra vida en sus manos y nos trasforma con su poder y amor, en realidad nos esta volviendo al estado original con que fuimos creados: Para santidad, justicia, verdad y amor.
Hemos visto que así como Dios tiene un plan maravilloso para ti, también el diablo tiene un plan de destrucción y
muerte. No hay punto intermedio; o estamos en el plan de Dios, o estamos en el plan del adversario. Este plan maligno consiste en robarte las bendiciones de Dios y terminar
destruyendo tu vida para muerte.
a. Descanso y paz del alma
Salmo 23:1–2 RVR60
Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Nuestra alma experimenta descanso y paz cuando es restaurada por el poder sanador de Cristo Jesús. No es el problema que estamos atravesando, ni la situación presente por la que sufrimos lo que mueve a Dios. Es nuestra verdadera condición lo que llevó a Jesús a la cruz a pagar un alto precio por nuestra restauración. Nuestra alma no tiene paz a menos que tenga comunión con Dios. Estará vacía y sin descanso hasta que encuentre el camino a nuestro Creador y esté en armonía con su perfecta voluntad.
a. Guianza y dirección en amor
Salmo 23:3 RVR60
Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
No fuimos creados para ser independientes, nuestra alma navega sin rumbo cuando no está en comunión con Dios. Jesús dice:
Juan 10:9 RVR60
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Esta es una expresión que habla de la confianza que se desarrolla por el hecho de “pertenecer” a un rebaño y a un pastor. “Entrar y salir” simboliza el cuidado del pastor para sus ovejas, un cuidado personal y una dirección en amor. “Hallará pastos” se refiere a que siempre hay satisfacción y abundancia cuando caminamos de la mano de Jesús,
nuestro amoroso Pastor.
c. Protección.
Salmo 23:4 RVR60
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
¿Cuántos de nosotros no hemos sentido temor alguna vez? El “valle de sombra de muerte” se ha asomado más de una vez a nuestras vidas ¿verdad?. La sombra de la muerte es para muchos un temor constante y llegamos a estar más conscientes del peligro y el temor que de la protección que Dios quiere ofrecernos. Hay dos cosas que Dios usa para darnos aliento y confianza:
a. Su “vara”: el instrumento con el cual el pastor defendía a sus ovejas.
b. Su “cayado”: el instrumento con el cual el pastor mantenía juntas en el rebaño a las ovejas.
Las dos cosas sirven para protegernos, tanto su mano
poderosa para librarnos de las asechanzas del diablo, como su disciplina y amor firme para apartarnos del pecado y de nuestras rebeliones.
d. Provisión.
Salmo 23:5 RVR60
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Cuando le permitimos a Dios que examine y escudriñe
nuestro corazón para ser restaurados, experimentamos su amor y su fidelidad de tal manera que dejamos de lado toda duda e incertidumbre acerca de su capacidad para suplir
nuestras necesidades. No hay cosa que alegre tanto el corazón de Dios, que cuando nosotros le confiamos a El todas nuestras necesidades.
Algunos fuimos enseñados de esta manera: “Dios solo
ayuda a los que se ayudan a si mismos.” Pero en realidad la Biblia no dice esto, antes bien, nos enseña que el corazón de Dios se alegra cuando dejamos el afán y la ansiedad para confiar absolutamente en El.
¿Está tu corazón confiado en El? ¿Tienes paz y seguridad absoluta que El tiene cuidado de tus necesidades? Su gozo mas grande es verte confiado (a) en su Palabra y sus
promesas. Restauración significa volver a ese grado de dependencia absoluta con la que Dios nos creó, para conocer y vivir su perfecta voluntad.

EL ESPÍRITU SANTO:

Nuestro Guía y Consolador.

Juan 14:16–17 RVR60
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Antes de enfrentar los padecimientos de la cruz, Jesús comenzó a enseñar a sus discípulos acerca del Espíritu Santo. Es notorio que ninguno de ellos pudo entender de qué se trataba aquello que el Maestro les anunciaba, no concebían la idea de éstas palabras:
Juan 14:2–3 RVR60
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
¿A dónde iba Jesús? ¿Porque tenía que irse? Las expectativas que ellos tenían eran muy “terrenales”. Ellos
esperaban que Jesús realmente tomara control de las cosas en Israel, y se manifestara como el gran líder y caudillo que rescataría al pueblo de la opresión del enemigo. En cambio Jesús estaba anunciándoles algo más glorioso, algo que trascendería la eternidad. Pero ellos no lo entendieron
entonces, estaban tristes y desconcertados con la idea de que su Maestro los dejara.
1. La promesa del Espíritu Santo.
Juan 14:16 RVR60
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
Los discípulos habían encontrado en Cristo consuelo y protección. Era natural que al oír estas palabras de despedida, ellos se sintieran desconcertados. Lo que no sabían era los alcances y la magnitud del ministerio del Espíritu Santo. ¿Quién era este otro Consolador?
Veamos, primero Jesús da a conocer esta maravillosa promesa a sus discípulos:
Juan 14:12–14 RVR60
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Esto significa que nos ha abierto sus “tesoros” y está
dispuesto a compartirlo con todos aquellos que le buscan, con aquellos que guardan sus mandamientos. Esta es una promesa fiel, todas sus bendiciones están al alcance de nuestra fe y humildad de corazón.
Pero, puedo imaginarme a los discípulos pensar esto: “Si,
está bien. Esto es maravilloso, gracias!, pero ¿Tu no estarás mas con nosotros? ¿Significa que te vas y nos dejas solos?
¿Puedes verlo? Ellos estaban tristes y desconsolados, casi puedo escuchar la voz ahogada de algunos de ellos decir: “Te queremos a ti, Maestro!” “¿Porque nos dejas?”
2. El ministerio del Espíritu Santo.
Desde el momento mismo en que Jesús anunció a sus
discípulos la venida del Espíritu Santo, dio a conocer cuál sería su función entre nosotros. Veamos lo que Cristo
testifica de esto:
A. El Espíritu Santo es un “Consolador”
Juan 14:17 RVR60
el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
La palabra griega usada aquí es “parakletos” lo que describe a uno que es un intercesor y confortador, alguien que da consuelo y alivio. Literalmente también es quien es llamado para estar “al lado”, cerca, que está de nuestra parte
¿No te parece maravilloso pensar que tenemos al Espíritu Santo de nuestro lado? El aboga por nuestra causa, nos consuela y nos conforta porque es el anhelo de nuestro Señor Jesucristo y del Padre Celestial.
A. El Espíritu Santo es quien nos enseña y recuerda
los mandamientos de Jesús
Juan 14:26 RVR60
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Juan 16:23 RVR60
En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.
El ministerio del Espíritu Santo es, por excelencia, enseñarnos y mostrarnos el camino. Tenemos la absoluta seguridad de no errar los mandamientos de Jesús si cultivamos una relación con el Espíritu Santo, El es nuestro guía y maestro.
c. El Espíritu Santo es quien nos da Testimonio de Cristo.
Juan 15:26 RVR60
Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
Juan 16:14 RVR60
El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
El Espíritu Santo, aunque es Dios mismo, es “uno” con el Padre y con el Hijo. No hay separación alguna entre ellos, su unidad es perfecta e indisoluble. Pero Jesús nos enseña que la función del Espíritu Santo es dar “testimonio” acerca de Cristo. El es quien “glorifica” a Cristo en nosotros. Lo que el Espíritu Santo nos da, viene de Cristo y su propósito es que El sea cada vez mas conocido, exaltado y glorificado en medio nuestro.
A. El Espíritu Santo es quien convence del error del pecado.
Juan 16:7–8 RVR60
Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
Nadie puede cambiarse a si mismo. Nuestra condición solo puede cambiarla el poder de Dios mediante Jesucristo.
¿Cómo opera en nosotros ese poder transformador? Veamos:
a. Ninguno de nosotros es capaz de entender nuestra verdadera condición. Nuestra percepción está muy limitada a causa del pecado y por estar separados de Dios. La Biblia dice que el hombre natural no percibe las cosas espirituales.
1 Corintios 2:14 RVR60
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
a. Dios necesita revelarnos esta condición por medio del Espíritu. El mundo espiritual opera en una forma diferente al mundo natural. No es posible captar en nuestra mente natural las verdades espirituales.
b. Con relación al pecado, a la justicia divina y al juicio de Dios, nosotros no podemos discernirlo naturalmente, especialmente cuando se manifiesta en nosotros. El salmista David clamó a Dios diciendo:
Salmo 139:23–24 RVR60
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
d. El Espíritu Santo de Dios es quien “convence” a toda persona de su condición respecto al pecado. El nos
revela la justicia de Dios y nos pone frente al espejo para que veamos la gravedad del pecado.
e. Esto es lo que hace que las personas vayan a Cristo. El darse cuenta de su verdadera condición y la necesidad que tienen de ser salvos, les hace acudir a Jesucristo y creer en El como Salvador.
Juan 16:13–14 RVR60
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
A. El Espíritu Santo nos llena de “poder” para ser
testigos de Cristo.
Hechos de los Apóstoles 1:8 RVR60
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Hechos de los Apóstoles 2:1–4 RVR60
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
CAMINANDO EN

OBEDIENCIA:

Las bendiciones de una vida
consagrada a Dios.
1 Juan 2:15–17 RVR60
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Muchos de nosotros en alguna ocasión al menos, hemos pensado así: “Si tan solo pudiera saber exactamente la voluntad de Dios para mi, entonces …” Es verdad que por nuestra débil naturaleza nos sentimos inseguros de lo que hacemos. Muy dentro de nuestro interior siempre estamos necesitando la aprobación de Dios, porque queremos estar seguros de nuestro papel en este mundo. Cristo Jesús fue ese ejemplo a seguir para nosotros. Su anhelo único era cumplir la voluntad perfecta de Dios, y demostrarnos así que una persona que busca de corazón sincero y obedece a su Palabra, puede llenar los ideales más altos y satisfacer el corazón de Dios. “Amar al mundo” es precisamente lo contrario.Muchas veces no sabemos en qué forma estamos comprometidos con el mundo. Pensamos que “el mundo” es todo lo que está fuera de la iglesia, el culto y los hermanos. Pero no es así, la Biblia dice que amar al mundo nos hace estar fuera del amor de Dios. Son dos cosas completamente contrarias, amar a Dios es odiar al mundo y amar al mundo es enemistad contra Dios. Entonces ¿Qué es el “mundo”? ¿Cómo podemos identificar aquello que es contrario a Dios y que muchas veces lo tenemos muy cerca de nosotros?
a. ¿Contra quién es nuestra lucha?
Antes de enumerar las Bendiciones de la obediencia a la Palabra de Dios, vamos a ver algunas de las cosas con las que luchamos para obedecer a Dios.
a. Los malos deseos de la carne
Entendemos por “la carne” todo aquello que está en
nosotros que pertenece a la naturaleza pecaminosa, lo que nos incita al pecado. Esa parte de nosotros que se rebela
contra Dios y no le gusta someterse a la obediencia, a la
oración, a humillarse y pedir perdón. Es todo nuestro egoísmo y pensamientos de envidia.
Cuando el alma está capturada por la carne (naturaleza pecaminosa) está en verdad dominada por la “corriente de éste
mundo”, bajo el control del enemigo.
Efesios 2:2–3 RVR60
en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Significa que cuando somos gobernados por los deseos de la carne, inevitablemente somos también gobernados por el maligno, quien tiene como “aliado” a esta naturaleza carnal y pecaminosa que hay en nosotros.
Así que hay una batalla dentro de nosotros entre el Espíritu y “la carne” por controlar nuestros pensamientos, emociones y voluntad. La Biblia dice también:
Gálatas 5:16–17 RVR60
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
a. La codicia de los ojos
Esta clase de lucha está relacionada con todo aquello que despierta ambición desmedida por poseer. Todo lo que nuestros ojos miran y después nuestro corazón anhela. Es el fuerte deseo de adquirir cosas que pensamos nos pueden satisfacer.
Pareciera ser que nuestro “peor enemigo” en este mundo es precisamente esta forma de anhelar y querer poseer lo que finalmente no satisface. Pero el engaño consiste en que somos seducidos por la vista, luego nuestra mente es “golpeada” con pensamientos de esas imágenes y finalmente llegamos a atesorarlo en el corazón. Jesús dijo:
Mateo 6:19–21 RVR60
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
a. La vanagloria (arrogancia) de la vida
El mundo tiene un encanto atractivo. No hay duda de esto, solo basta mirar a nuestro alrededor y observaremos cuantas personas viven tratando de lograr un sueño que no está fundado en el temor de Dios ni en el amor por la familia y los demás. Esta clase de ambiciones se desarrollan en las mentes fascinadas por el encanto de éste mundo.
Pero es claro que ese encanto es falso. Es una gloria hueca (vanagloria) que no conduce a nada y no puede satisfacer las necesidades más profundas del corazón humano. Medita en lo que Dios dice al respecto:
Isaías 55:1–3 RVR60
A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.
Las bendiciones de la obediencia
Juan 15:1–3 RVR60
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
Hemos visto anteriormente todas aquellas cosas que nos estorban en la obediencia. Todo aquello que es “activado” en
nuestra carne y nos dificulta el camino de bendición que se obtiene en someterse a Dios y su Palabra.
Ahora vamos a considerar algunas bendiciones que
podemos obtener cuando nuestra vida está “ceñida” a la perfecta voluntad de Dios en Cristo.
La parábola de la “vid verdadera” es una bella ilustración que Jesús nos dejó para que podamos entender lo que significa estar sometidos a El y a su palabra. Muchos de nosotros tenemos la idea que podemos “tratar” con Dios, pero ignoramos su Palabra. Dios y su palabra son una misma cosa. No podemos separar su amor de sus mandamientos, ni su gracia de su justicia. Es por eso que debemos considerar en alta prioridad el atender a su Palabra.
Jesús nos enseñó que “permanecer” en El, significa permanecer en sus “mandamientos”, lo que nos trae consecuencias de bendición. ¿Cuáles son estas bendiciones?
a. Crecimiento espiritual
Cristo nos enseña que la única forma en que podemos guardar su Palabra es permaneciendo en el. Se trata de relación y no de religión. La permanencia en Jesús, así como la ramita solo puede vivir si está adherida a la planta,
inevitablemente nos traerá un crecimiento y madurez en lo espiritual.
Hay una promesa muy particular de parte del Señor aquí: “Toda rama que da fruto es podada para que lleve mas fruto.” En el término griego la palabra que define “podar” y “limpiar” es la misma.
Así que si Dios está interesado en nuestro crecimiento, y lo está, entonces consecuentemente vendrá la “limpia” o la “poda”. Creo que Dios necesita podar muchas cosas de nosotros que nos estorban para “dar fruto”
La obediencia es una decisión, no es un sentimiento. Nunca nos levantamos una mañana y decimos: “hoy siento obedecer a Dios”. Debemos decidir permanecer adheridos a la planta, a la vid, en una relación personal con Jesucristo.
Esto se cultiva, no se da de la noche a la mañana. Se cultiva con la oración diaria, meditando en su palabra continuamente.
Si no has sido podado, significa que no das fruto. Pero cuando permaneces en Cristo por la obediencia a su Palabra, entonces Dios empezará a “limpiarte” de aquellas cosas en tu vida, en tu carácter, en tus relaciones y ocupaciones que te estorban para que lleves “mas fruto”.
a. Abundancia y peticiones contestadas
Juan 15:7 RVR60
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
¡Qué hermoso suena esto! ¿Verdad? ¿No le parece que nos gusta la idea de que Dios debiera concedernos “todas” las peticiones? Después de todo, para eso es Dios ¿No?.
¿Por qué Dios no nos hace inmensamente felices concediéndonos todo lo que deseamos? Como la lámpara de Aladino, solo basta “frotar” para que aparezca el genio y nos diga: “pídeme lo que desees, te concederé tres deseos”
Pero veamos lo que dice Jesús: (paráfrasis nuestra)
“Si permaneces es mi, haciendo mi voluntad. Si me buscas diariamente y escudriñas mi palabra. Si tu anhelo más grande es agradarme a mí, entonces tu mente y tu corazón serán transformados de tal forma que no habrá manera que pidas algo diferente a mi perfecta voluntad. ¡Entonces, todo, absolutamente todo lo que pidas, se te concederá!”
Juan 15:14–16 RVR60
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
a. Gozo y satisfacción en la vida
Juan 15:11 RVR60
Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
El plan de Dios es bendecirnos, habilitarnos para prosperar en la vida en todos los sentidos. La única manera de lograrlo es por medio de la obediencia a su Palabra. El mayor obstáculo que enfrentamos para heredar las bendiciones del Señor, no es el diablo, sino nuestros propios “caminos”. Es en realidad nuestra voluntad humana y patrones de pensamiento que se “aferran” al timón de nuestra vida y no quieren ceder el control.
Isaías 55:7–9 RVR60
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Nunca tendremos gozo y satisfacción en la vida si queremos seguir en nuestros propios “caminos”. Dios no irá detrás de nosotros tratando de arreglar nuestros caminos. Debemos andar en Sus caminos, volvernos a Dios de todo nuestro corazón y permitirle que cada día renueve nuestra mente por el poder de su Palabra.
Cristo Jesús quiere darte paz y satisfacción en lo profundo de tu ser. La obediencia a su Palabra es la única forma de conquistar esa plenitud y abundancia en la vida. Ven hoy y ríndele todos tus “caminos” a Cristo. Empieza a andar en sus caminos. Tendrás descanso y paz en tu corazón.
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