Como Paloma - E.S.
La naturaleza dócil de la paloma es algunas veces un símil para la confianza ingenua (Os. 7:11), o lo indefenso (Sal. 74:19); pero también se usa para señalar la falta de malicia. Así, Jesús exhorta a los discípulos a que sean «inocentes como palomas» (Mt. 10:16), es decir, a que sean puros y abiertos tanto en motivos como en acciones. Esta cualidad de una pureza perfecta entonces llega a ser el emblema apto del Espíritu Santo (Mt. 3:16; cf. Heb. 7:26; Hag. 15a; S. de Salomón 2:12). También la paloma es un término de ternura (S. de Salomón 2:14; 5:12) y un sinónimo de belleza (S. de Salomón 1:1–5; 4:1), y ocasionalmente aparece en la literatura judía para expresar la felicidad marital (bErub. 100b; bBaba Kamma 93a). Algunas veces, el arrullo de la paloma, aunque en realidad es un signo de felicidad, se usa para señalar el sufrimiento (Ez. 7:16; cf. S. de Salomón Rabba 1:15).
La paloma junto con la tórtola, fue usada en general en las ofrendas de purificación (Lv. 12:6; 14:4–8), especialmente la ofrecían los pobres (Lv. 12:8; Lc. 2:24). Sin embargo, nunca estuvo envuelta en alguna comida sacrificial ni existen evidencias que la paloma formara parte de la dieta hebrea. A lo mejor esto se relaciona con el carácter sacrosanto de la paloma en otras partes del Antiguo Oriente (cf. W. Robertson Smith, The Religion of the Semites, Adam y Charles Black, London, 1894 (2nd. ed, pp. 219 (nota 2) 225, 294).