Josué: la Preparación de Dios- Parte 2
Notes
Transcript
Introducción:
Introducción:
Serie “Transiciones: Lecciones del Libro de Josúe”
Cada mención de Josué en el Pentateuco nos da un principio de liderazgo, ayuda en aprender acerca de la preparación de Dios.
Lecciones del mensaje anterior:
El poder viene de Dios.
La perspectiva de Dios hace toda la diferencia.
El privilegio espiritual no es para auto-promoción.
Ahora, tres lecciones mas que ayuda a cada creyente crecer en la preparación de Dios en una vida que Él usará.
4° Lección: La Opinión de la Mayoría no lo Hace Correcto, Números 13-14.
4° Lección: La Opinión de la Mayoría no lo Hace Correcto, Números 13-14.
La situación de la mayoría.
Al acercarse a la tierra prometida, Dios mandó a Moisés enviar 12 espías para ver la tierra y lo que enfrentarían, un príncipe de cada tribu de Israel, Núm. 13:1-3.
Y Jehová habló a Moisés, diciendo:Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos.Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel.
Entre estos varones, Caleb y Josué (nombrado Oseas “Él salva” en ese tiempo, pero cambiado por Mosiés a “Jehová es salvación”, vs: 16.), Núm. 13:6, 8.
De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.
De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun.
Los espías regresaron a los 40 con su informe (Núm. 13:27-29).
Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán.
Tierra verdaderamente fértil (trajeron un racimo enorme de uvas, granadas, e higos, vs: 23).
Habitantes fuertes, ciudades grandes, incluyendo los descendientes de Anak (gigantes- Goliat era uno de esos descendientes).
Caleb instó al pueblo a tomar la tierra porque lo podrían conquistar (con Dios de su lado, quién prometió darles la tierra), Núm. 13:30.
Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.
Los otros diez reclamaron diciendo que el pueblo de Israel no podría conquistar la tierra por los obstáculos que enfrentarían allí, Núm. 13:31-33.
Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.
La incredulidad de la mayoría, Num. 14:1-4.
Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche.Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.
Al oír los grandes obstáculos que enfrentarían, la gran mayoría del pueblo respondió en llanto y queja contra Moisés y Aaron.
Creyeron más la amenaza de los obstáculos que los enfrentaban que la promesa de Dios confirmada por todo Su poder y providencia que los había traído hasta allí.
Veían tan grande su problema que desearon aún volver a Egipto donde vivían como esclavos.
Josué y Caleb, y Moisés y Aaron estallaron en lamento y rogaron al pueblo que no sean rebeldes contra lo que Dios mandó al pueblo, sino que de sigan adelante confiando en la promesa de Dios, porque conquistar la tierra será algo fácil (“los comeremos como pan”), Núm. 14:5-9.
Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel. Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.
La desobediencia de la mayoría.
En respuesta, la multitud los quiso apedrear, Núm. 14:10.
Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel,
Dios reprocha el pueblo por su incredulidad y Mosiés intercede por ellos una vez más, Núm. 14:11-19.
y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos. Pero Moisés respondió a Jehová: Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu poder; y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego; y que has hecho morir a este pueblo como a un solo hombre; y las gentes que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo: Por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo en la tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto. Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo: Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos. Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.
La consecuencia de la mayoría.
Dios perdona el pueblo por la intercesión de Moisés, pero la consecuencia es seguir vagando por el desierto hasta que esa generación pase, toda vida mayor de 20 años, salvo Caleb y Josué, Núm. 14:30-35.
Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo. Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.
La promesa de Dios de la posesión de la tierra prometida será concedida a la próxima generación, Núm. 14:31.
Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis.
Josué y Caleb son los únicos de la generación adulta que sobrevivirían para entrar a la tierra prometida.
Ilustración: Elías contra los 850 falsos profetas.
Película Dios No Está Muerto, estudiante individual enfrenta al profesor incrédulo y a la clase.
Aplicación: La cultura en nuestra cultura moderna mira a la mayoría como su autoridad.
Por el voto de la mayoría se ha establecido el valor de una vida, la identidad sexual, la moralidad, el estandar del matrimonio, la crianza de los hijos, y las influencias de la vida.
La vida usada por Dios está dispuesta a pararse firme sobre la Palabra y promesa de Dios, a pesar del voto de la mayoría.
Grandes hombres y mujeres de Dios a través de la historia estuvieron dispuestos a pararse firmemente contra la corriente de la mayoría del mundo, y Dios les ha encontrado fieles.
Rom. 12:1-2.
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
5° Lección: Sujeto al Espíritu de Dios, Números 27:18-23.
5° Lección: Sujeto al Espíritu de Dios, Números 27:18-23.
Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él;y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación; y le darás el cargo en presencia de ellos.Y pondrás de tu dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca.El se pondrá delante del sacerdote Eleazar, y le consultará por el juicio del Urim delante de Jehová; por el dicho de él saldrán, y por el dicho de él entrarán, él y todos los hijos de Israel con él, y toda la congregación.Y Moisés hizo como Jehová le había mandado, pues tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación;y puso sobre él sus manos, y le dio el cargo, como Jehová había mandado por mano de Moisés.
La obra del Espíritu de Dios en Josué fue evidente.
La palabra espíritu (“ruach”) denota esa capacidad del Espíritu Santo de Dios sobre Su pueblo para capacitarlos para hacer Su obra.
En los tiempos del AT, esto era de forma temporal.
Hizo esto con Bezaleel para trabajos en el templo, Ex. 35:30-35, entre otros.
Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa. Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño.
En los tiempos del NT, el Espíritu Santo mora de forma permanente en el creyente, ayudandole a crecer y cambiar a ser más como Cristo, Rom. 8:9, 14-16; 1 Jn. 4:13.
Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
La obra del Espíritu de Dios en Josué fue en darle sabiduría para dirigir al pueblo, Deut. 34:9.
Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
La obra de Dios es imposible sin el Espíritu de Dios.
El Espíritu Santo es quién convence del evangelio, 1 Cor. 2:4, 14.
y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
El Espíritu Santo nos une al cuerpo de Cristo, Su iglesia, al aceptarle como Señor y Salvador, 1 Cor. 12:13.
Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
El Espíritu Santo es quién nos sella, siendo nuestra garantía de la salvación eterna, 2 Cor. 1:22.
el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
El Espíritu Santo es quién reparte los dones espirituales para la capacitación y ministerio de la Iglesia, 1 Cor. 12:11.
Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.
El Espíritu Santo es quién nos tranforma cada día a ser más como Cristo, 2 Cor. 3:18.
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
El Espíritu Santo es quién produce en los creyentes el fruto de la vida piadosa, Gál. 5:22-23.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
El Espíritu Santo es quién más trabaja para la unidad de la Iglesia, Ef. 2:22, 4:3-4.
en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
El Espíritu Santo es quién obra por medio de la Palabra de Dios y la oración, Ef. 6:17-18.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
Ilustración: Lo absurdo de empujar un auto en lugar de usar combustible.
Aplicación: Dejando que el Espíritu Santo obre en tu vida:
Escuchando Su convicción acerca del pecado.
Buscando Su guía en la Palabra.
Anhelando Su voluntad a través de la oración.
Experimentando Su transformación por medio de la obediencia.
Usando Su capacitación en servir como la iglesia.
6° Lección: Ninguno es Indispensable, Deuteronomio 34:5-12.
6° Lección: Ninguno es Indispensable, Deuteronomio 34:5-12.
Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová.Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy.Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés. Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés. Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara; nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra, y en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.
La desobediencia y muerte de Moisés, Deut. 34:5-8.
Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová.Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy.Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés.
Moisés había desobedecido a Dios al golpear la roca en lugar de sólo hablarle a la roca para proveer agua en el desierto, entonces Dios le había dicho que aunque verá la tierra prometida, no entraría en ella, Deut. 32:48-52; 34:4.
Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo:Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel;y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo;por cuanto pecasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.Verás, por tanto, delante de ti la tierra; mas no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.
Y le dijo Jehová: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá.
Moisés murió entonces en la cima del Monte Nebo en la tierra de Moab, justo antes de entrar en la tierra prometida. Y Dios lo enterró en el valle, la ubicación desconocido desde entonces.
La sucesión de Josué, Deut. 34:9.
Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
El legajo de Moisés, Deut. 34:10-12.
Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara; nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra, y en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.
Ningún otro en la historia de Israel fue como Moisés.
Dios lo usó grandemente para Su obra en Israel.
La obra de Dios conitúa.
Moisés no era demasiado grande como para Dios ignore su pecado.
Moisés no era demasiado grando como para que la obra de Dios no continúe sin él.
Moisés no era demasiado grande como para dejar a Dios sin recurso una vez que no estuvo.
Moisés era reemplazable.
Dios no necesita usarnos, Él elige usarnos para Su obra.
El servir a Dios es un privilegio que nos ha sido concedido, y no debemos desperdiciar las oportunidades que Él nos da para servirle.
Es por eso que le debemos toda la gloria y el honor por Su obra en, a través, incluso a pesar de nosotros.
Ilustración:
Aplicación: