Si la fe no ha sido probada no es fe

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INTRODUCCIÓN

Continuamos en esta serie de mensajes acerca de los grandes hombres y mujeres de fe y hoy seguimos aprendiendo de Abraham, llamado el padre de la fe.
Las escrituras nos dice en Ro 14.23 “que lo que no proviene de fe es pecado” y también nos habla en 1 P 1.7 que “nuestra fe debe ser sometida a prueba”. Y eso es lo que hoy aprenderemos de la fe de Abraham cuando fue probado por Dios: Si la fe no ha sido probada no es una fe genuina.
Una fe que no ha sido probada es una fe en la que no se debe confiar. Las escrituras destacan la fe de Abraham al responder al llamado de Dios, sin embargo el punto culminante de esa fe fue cuando Dios la puso a prueba en un momento muy especial en la vida del patriarca.
Es fácil decir tengo una fe firme en Cristo cuando las cosas caminan bien o cuando los problemas, dificultades o presiones de esta vida son hasta cierto punto manejables.
Pero que pasa con tu fe en Cristo cuando las situaciones se salen de control, se complican, cuando no hay una explicación razonable, cuando no hay respuesta lógica a la crisis que enfrentas; es precisamente en esos momento en el cual la única respuesta que podemos encontrar es que nuestra fe esta siendo probada. Y aquí encontramos una de las verdades más importantes: “cuando falle el entendimiento, proceda con fe”.
Definiendo la palabra “prueba” en el de acuerdo a las escrituras, es una demanda o una experiencia que Dios asigna al creyente con el propósito de fortalecer y madurar su fe. Es decir que la prueba a diferencia a la tentación siempre busca nuestro propio beneficio.
En el caso de Abraham el acto de la prueba consistía en ofrecer a Isaac en Holocausto, lo que de hecho como consecuencia terminaba con la vida de Isaac y con toda posibilidad de descendencia y cumplimiento de la promesa hecha por Dios.
La fe probada de Abraham, nos enseña que...

Tu fe en Cristo sera probada en la obediencia.

“Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y corto leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo” Ge 22.3
No hay duda que la fe de Abraham le llevó a la obedienca en cada detalle, con exactitud y sin cuestionamiento, aun a pesar de lo que Dios pedía no tenia sentido; esto se refleja en sus palabras en el v.5:
“Iremos hasta allí y adoraremos”
Una de las verdades más importantes en cuanto a la fe; es que si esta es genuina siempre va a tomar acción, siempre va a dar el primer paso y siempre lo hará con determinación. El apóstol Santiago hace una seria advertencia en cuanto a una fe que no actúa:
“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?...” Sa 2.14
El grave problema en cuanto a la fe que es probada en la obediencia es precisamente la manera de pensar de la mayoría al cuestionar la voluntad de Dios en el momento de obedecer.
Abraham tenía muchos motivos para razonar y cuestionar el mandato del Señor; Dios le había prometido un hijo mucho después de toda esperanza de procrear y en una vida casi extinguida en el y en Sara. Entonces ¿como pudo Abraham conciliar la promesa de Dios y este mandato sin sentido? Con toda razón pudo haber reaccionado de la siguiente manera:
¿Dios tú me has prometido una descendencia?, ¿Tu eres un Dios que no acepta sacrificios humanos como los dioses paganos? ¡Sara y yo estamos muy ancianos para tener otro hijo y hemos esperado este hijo por 25 años! ¡Dios mío yo amo a mi hijo! ¿cómo me pides que le quite la vida? En He 11 .17 nos dice el autor;
“el que había recibido las promesas tenía que ofrecer a su unigénito”
Sin embargo la única manera de entender tal obediencia de Abraham es únicamente explicable por la fe, pues no utilizó las obvias consecuencias y complicaciones de esta decisión (como muchos hacemos) como excusa para no actuar sino que entendió que su única responsabilidad ante Dios es obedecer.
En el orden de nuestra relación con Dios siempre debe ser primero la obediencia y después el saber las razones del porqué suceden las situaciones adversas y con seguridad Dios revela en su momento sus propósitos.
El dilema de la fe en esencia se encuentra entre obedecer a Dios o cuestionar su voluntad, es decir ante poner tu propio juicio y razonamiento humano ante toda prueba que demanda fe.
Pensemos por un momento; ¿Cómo cuestionan las personas la voluntad o los mandatos del Señor?
Ante la exigencia de la obediencia que demanda el Señor; el camino más fácil es la queja, la inconformidad y las excusas; Un simple ¡no tengo tiempo! o ¡no puedo hacerlo! ¿porque me pasa a esto mí? ¿no es justo? ¿no soy tan malo? ¡esto es demasiado para mí! ¡no lo puedo aceptar! ¡estaba mejor antes de ser creyente! incluso hay personas que llegan hasta el enojo y molestia contra Dios para justificar su desobediencia. ¿Le suena esto familiar?
Mi pregunta para tí hoy ¿como has reaccionado o como reaccionarías si tu fe fuera probada en este momento? ¿Eres obediente a pesar de lo difícil que sea? Abraham hoy nos enseña a obedecer al Señor a pesar de lo irrazonable y a pesar también de las duras consecuencia.
La fe de Abraham, nos enseña que no solo seremos probados en la obediencia sino que también...

Tu fe en Cristo será probada en el amor.

“y dijo; Toma ahora tu hijo, tu único Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrecelo allí en holocausto..” Ge 22.2
En este punto la prueba de la fe responde a la pregunta ¿A quien se debe amar más?
No hay duda que Abraham amaba paternalmente a su hijo Isaac a quien había esperado por aproximadamente 25 años y estaba disfrutando del milagro y la bendición de tener un hijo en la vejez.
El dilema de la fe en este punto se encuentra en el hecho de responder ¿a quién amaba más Abraham?; a su único hijo amado, el hijo de la promesa o a Dios que le dio esta bendición. En este caso estaba siendo probado en decidir; amar la bendición o al dador de la bendición.
Y la lección de fe aquí es que la mejor forma de disfrutar las bendiciones que hemos recibido es entregarlas en su totalidad al Señor.
Y la pregunta que surge en este momento para ti es: ¿Has entregado lo que el Señor te ha dado? ¿estas dispuesto a dar lo que El te pida? ¿crees plenamente que el Señor compensará toda perdida?
En cuanto a la fe probada en el amor de Abraham, la escritura afirma...
“y dijo; Por mi mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré..” Ge 22.16 |
Abraham no solo fue bendecido con una descendencia numerosa sino también que en el mismo lugar, en el monte Moriha, en el momento de superar la prueba le fue revelado por Dios el plan de salvación por medio de la resurrección de su Hijo Jesucristo. Y este es el incidente que es aludido por Cristo mismo en Jn 8.56:
“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio y se gozó”
Y en ese mismo monte, en el monte Moriah muchos años después fue edificado el templo que construyo Salomón el cual en su oración de dedicación declaro que en ese lugar moraría la presencia de Dios.
La provisión de Dios de un cordero en el monte Moriah es un símbolo de la escena del monte Calvario. En Moriha el Señor provee un cordero; en el Calvario el Señor provee a su Hijo unigenito en provisión por la culpa de nuestros pecados.
Lo que un día Abraham ofreció a Dios en forma incompleta e imperfecta, es apenas una sombra de lo que Dios en Cristo ofrece en perfección y en consumación total.
Entonces la prueba de tu fe en Cristo siempre te llavará a decidir a qué o a quién amas mas...
La fe de Abraham, nos enseña que no solo seremos probados en la obediencia y en nuestro amor a Dios, sino que también...

Tu fe en Cristo será probada en el conocimiento de Dios.

“..pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos..” He 11.19a
Una de las grandes verdades en cuanto a la fe es que; tu fe estará limitada por el conocimiento que tengas del Señor. Es decir que entre más conocimiento de Dios Padre y del Señor Jesucristo tengas, tu fe crecerá más y sin duda se fortalecerá.
Lo contrario sería entre menos conocimiento, debido a la pereza y negligencia en estudiar las escrituras, en congregarte, el resultado será una fe débil e inconstante y con seguridad fracasará en el momento de la prueba.
En este punto Abraham fue probado en cuanto a su conocimiento de quien era Dios, quien era el Dios que le había prometido un hijo y una descendencia numerosa, quién era el Dios que lo llamó de Ur de los caldeos entre la idolatría de su familia y su nación. Ese conocimiento acerca del poder ilimitado, de la omnipotencia, del todopoderoso le dió la seguridad de que ese Dios iba a cumplir su promesa.
Algo muy importante a destacar es la resolución de Abraham, quien dió por muerto a su hijo Isaac en el mismo instante que Dios le da la orden de sacrificarlo. No hubo en Abraham alguna duda o expectativa de que el Señor en tres días o en el momento iba a cambiar de parecer. Por esa razón el escritor de Hebreos afirma...
“de donde, en sentido figurado le volvió a recibir..” He 11.19b
Este pasaje da a entender que prácticamente de la antesala de la muerte, es decir que simbólicamente le recibió resucitado cuando su mano fue detenida en el aire y la voz celestial le prohibió seguir adelante.
La firmeza y convicción de su conocimiento que quien es Dios, le hizo afirmar con su boca, cosas que aún no habían sucedido, cuando le habló a sus siervos...
“Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros” Ge 22.5
Este principio del conocimiento del Señor se declara en las escrituras y advierte de las triste consecuencia de no escudriñar las escrituras para conocer más profundamente al Señor...
“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento...” Oseas 4.6
“Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento...” Is 5.13a
Sabe usted que sin duda alguna su fe será probada en su conocimiento de quien es el Señor. Y mi pregunta para usted hoy es; ¿Conoce al Dios de la biblia? ¿Conoce usted personalmente al Señor Jesucristo? ¿Ha experimentado verdaderamente el poder de su salvación? ¿Tiene conocimiento acerca de su amor y misericordia? ¿Sabe acerca de su ira y juicio venidero?

Conclución.

Hoy hemos aprendido que: “Una fe que no ha sido probada es una fe en la que no debes confiar”. Y la primera gran prueba de la fe sin duda alguna es tu salvación:
Si eres salvo obedecerás al Señor Jesucristo en el arrepentimiento sincero y sin excusas, si eres salvo obedecerás al Señor en el bautismo, si realmente eres salvo amaras al Señor con todo tu corazón; sirviendo y entregando todo lo que Él te pida, si realmente eres salvo te congregarás fielmente amando su Iglesia que es el cuerpo de Cristo, si eres realmente salvo tendrás un deseo ferviente de conocer más a tu Dios por medio de su palabra. Mi pregunta ahora para ti, es; ¿Has pasado la prueba? Pablo exhortó a los Corintios...
“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados” 2 Co 13.5
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