La verdadera adoración a Dios.

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Debemos adorar a Dios con nuestra vida, de obediencia de consagración a Él.

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Transcript

Introducción:

Jesús da una gran enseñanza sobre la verdadera adoración y el nuevo orden de adoración que habría de entablarse.
Juan 4:21–23 RVR60
21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
En el versículo 21, Jesús hace una declaración acerca de él en relación a su muerte.
La frase la hora viene (cf. v. 23) se refiere a la inminente muerte de Jesús, que inauguraría una nueva etapa de adoración a Dios.
En la era de la iglesia, debido a la obra del Espíritu, la adoración ya no se centra en templos, como aquellos que se encuentran sobre el monte Gerizim y el monte Sion.
La enseñanza de Jesús es que la naturaleza de la adoración sería lo importante bajo el nuevo pacto, no el lugar de adoración.
“Mas la hora viene, y ahora es —le dijo Jesús—, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad”
Cuando Jesús habla aquí del “espíritu”, está hablando del espíritu humano.
La adoración debe ser interna, no es la conformidad externa con las ceremonias y los rituales. Debe salir del corazón.
La verdad llama a que esta adoración de corazón sea consecuente con la enseñanza de las Escrituras y esté centrada en el Verbo encarnado.
Ni la adoración de los samaritanos ni la de los judíos podía caracterizarse como adoración en espíritu y en verdad, aunque los judíos tenían mayor comprensión de la verdad. Los dos grupos estaban enfocados en factores externos. Se conformaban externamente con las regulaciones.
Jesús hace hincapié que desde su llegada(entiéndase, su muerte, resurrección), había llegado el tiempo en que los verdaderos adoradores(Los que alcanzan la redención) no se volverían a identificar por el lugar donde adoraban.
Hermanos, el Señor, está desechando la adoración externa, él quiere una adoración que venga de adentro de nuestro ser.
Dios demanda, una verdadera adoración, conforme a su palabra.
Hay tres aspectos que Jesús describe de la verdadera adoración que todos los cristianos deberíamos experimentar.

I. Jesús demanda verdaderos adoradores.

Juan 4:23 RVR60
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Jesús habla de los verdaderos adoradores, y como ya dijimos, no se refiere a los judíos, ni a los samaritanos, ellos, no podrían adoren en la forma que Jesús enseña, porque sus practicas eran externas, no eran internas, además no contaban con la presencia del Espíritu Santo en su vida.
Entonces Jesús se refería a los que habrían de Creer en él.
Aquellos que el padre llevaría a él. Juan 6:44, 65
Juan 6:44 RVR60
44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Juan 6:65 RVR60
65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.
Aquellos que le sirven a él y no a la carne.
Filipenses 3:3 RVR60
3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
Entonces los verdaderos adoradores, son aquellos que han recibido a Cristo como Señor y salvador, viven para él y le sirven.

II. Jesús dice que estos adoradores, le adorarán en espíritu y en verdad.

“ os verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” Juan 4:23b
Nuevamente, esta es una relación no a la adoración externa, sino a la que viene de adentro.
Una adoración es la actitud o la intención interna del corazón del hombre para Dios, implica la obediencia, el servicio, la rendición, el amor, etc.
Es decir, implica una forma de vida que permite tener comunión con el Espíritu Santo.
En otras palabras por nuestra comunión con Dios, nosotros vivimos en constante adoración a Dios.
No es en el culto, bueno, eso es parte de lo que hacemos, aunque a veces, nos reunimos para cualquier cosa, menos para adorar a Dios, pero hablamos de algo que va más allá, hablamos de adorar con nuestra vida.
Así pues, lo que las escrituras enseñan es que un adorador es alguien que tiene una relación personal con Dios al que ama intensamente. Notemos por ejemplo cómo el rey David comenzaba el Salmo 18 :1-3 expresando su amor a Dios:
Salmo 18:1–3 RVR60
1 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. 2 Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. 3 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos.
Ese es el tipo de adoración que Dios espera, no una adoración temporal, no es venir al culto y “adorar a Dios”, luego hacemos todo lo que ya Dios nos ha dicho en su palabra que no hagamos.
Por último, vemos que:

III. Dios demanda adoración en espíritu y verdad, por quien es Él.

Juan 4:24 RVR60
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
La frase Dios es Espíritu es la definición clásica de la naturaleza de Dios.
Dios no es un hombre exaltado (Nm. 23:19),
“Un espíritu no tiene carne ni huesos” (Lc. 24:39).
Él es “Dios invisible” (Col. 1:15; cp. 1 Ti. 1:17; He. 11:27), quien “habita en luz inaccesible [cp. Sal. 104:2];
A quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver” (1 Ti. 6:16; cp. Éx. 33:20; Jn. 1:18; 6:46).
Dios sería completamente incomprensible si no se hubiera revelado en las Escrituras y en Jesucristo.
Él se revela en las escritura, a través de ella le podemos conocer, y conocer lo que él quiere de cada uno de nosotros.
Él se reveló y sigue revelándose al hombre en la persona de Jesús.
Por tanto, la única manera de adorarles , la forma necesaria en que le podemos adorar, es en espíritu y en verdad.
Dos formas dice el texto que debemos adorar a Dios:
A. De la adoración que emana del espíritu interno.
B. Debemos adorar, también debe ser consecuente con la verdad que Dios ha revelado sobre Él en su Palabra.

Conclusión:

No solo adoramos a Dios cuando cantamos en el culto, quizás esa sea una forma de adoración,pero no lo es en su totalidad.
Debemos adorar a Dios con nuestra vida, de obediencia de consagración a Él.
Como Pablo dice a la iglesia en Tesalónica.
1 Tesalonicenses 5:23 RVR60
23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Nuestra adoración a Dios siendo Él Espíritu, debe ser en espíritu y en verdad.
Reflexión:
¿Cómo estoy adorando a Dios en mi vida?
¿Estoy practicando la verdadera adoración Dios?
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