El cristiano cuenta con la Palabra, la oración y la comunión de los hermanos.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos
3. RECIBIENDO LAS PIEZAS FINALES DE LA ARMADURA (6:17–20)
a. El mandato: recibir (6:17)
6:17. El bosquejo se divide aquí, debido a que la palabra gr., tomad es un imperativo, y no sólo otro part. Este imper. es paralelo a “estad firmes” del v. 14. El casco y la espada son las dos últimas piezas que el soldado toma. El casco, por ser caliente e incómodo, se lo pondría un soldado sólo cuando enfrentara peligro inminente. El tener la cabeza protegida por un casco le daba la sensación de seguridad. Entonces, el yelmo de la salvación se refiere a la seguridad presente de los ataques del diablo, o a la liberación futura, “la esperanza de salvación como yelmo” (1 Ts. 5:8).
Finalmente, un soldado romano llevaría en su mano su espada, su única arma ofensiva. Del Espíritu se refiere a la fuente u origen de la espada; de aquí que, es “la espada dada por el Espíritu”. “La espada del Espíritu” se especifica como la palabra de Dios. “Palabra” (rhēma; cf. Ef. 5:26; Ro. 10:8, 17; 1 P. 1:25), se refiere a la palabra predicada, o a una declaración de Dios impulsada por el Espíritu Santo en el corazón. Los creyentes necesitan esta “espada” para combatir el ataque del enemigo, así como Cristo la usó tres veces cuando fue tentado por el diablo (Mt. 4:1–11).
b. El método: tener cuidado (6:18–20)
6:18. La manera en la que un soldado debe tomar las dos últimas piezas de la armadura, las sugieren dos part. gr.: “orando” y “velando”. Cuando el enemigo ataca—y en todo tiempo—los cristianos deben orar continuamente en el Espíritu (i.e., en el poder y esfera del Espíritu; cf. Jud. 20). Con toda oración y súplica sugiere la intensidad y profundidad de su oración. Y como soldados confiables, deben mantener la perseverancia, lit., “en toda persistencia” (en pasē proskarterēsei; el sustantivo se usa sólo aquí en el N.T.). Sus peticiones deben ser por todos los santos, debido a la batalla espiritual de Satanás contra Cristo y la iglesia. En gr. y la RVR60, “todo (a)” aparece cuatro veces en este v.
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Nada salvará a la nación sino el conocimiento experimental de la voluntad de Dios. entenderme—teóricamente con el intelecto. conocerme—prácticamente, de manera que anden en mis caminos (cap. 22:16; Job 22:21; 1 Corintios 1:31).
porque estas cosas quiero—tanto el hacerlas como el verlas hacer a otros (Miqueas 6:8; 7:18). 25
Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz;
Y por ello te vendrá bien.
“amístate,” lit., hazte compañero de Dios. Vuélvete con confianza íntima a Dios. tendrás paz
para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
8Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien
6:18. La manera en la que un soldado debe tomar las dos últimas piezas de la armadura, las sugieren dos part. gr.: “orando” y “velando”. Cuando el enemigo ataca—y en todo tiempo—los cristianos deben orar continuamente en el Espíritu (i.e., en el poder y esfera del Espíritu; cf. Jud. 20). Con toda oración y súplica sugiere la intensidad y profundidad de su oración. Y como soldados confiables, deben mantener la perseverancia, lit., “en toda persistencia” (en pasē proskarterēsei; el sustantivo se usa sólo aquí en el N.T.). Sus peticiones deben ser por todos los santos, debido a la batalla espiritual de Satanás contra Cristo y la iglesia. En gr. y la RVR60, “todo (a)” aparece cuatro veces en este v.