La Fe Que Transforma, Josué 2.
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· 139 viewsLas características de la fe victoriosa/salvadora de Rahab.
Notes
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Introducción:
Introducción:
Josué 2
¿Tienes fe?
La definición de la fe, Heb. 11:6.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Rahab descrita en el AT. Muchos linguistas buscan excusar a Rahab, como una mesonera, o algo por el estilo, y nuestro entendimiento moderno del lenguaje hebreo da algo de márgen y lugar en como se traduce el término aquí, por eso el debate en círculos de eruditos.
Pero el NT testamento, y el entendimiento del idioma hebreo por los escritores mismos del NT, dejan las cosas muy en claro— Rahab no era una mujer de buena reputación.
Específicamente es identificada como “ramera”, sin duda, Heb. 11:31; Sant. 2:25.
Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.
Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?
A la misma vez, presentada como ejemplo de su fe, y aún dentro del linaje de Jesús mismo, Mat. 1:5.
Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí.
¿Cómo es que una mujer, seguramente plagada por abusos y verguenzas por vender su cuerpo para el placer de otros, llega a ser un ejemplo de fe para nosotros?
Repuesta: La fe transformadora.
Cada uno de nosotros puede ser transformados por nuestra fe al seguir los pasos de fe que tomó Rahab.
La fe que transforma: Confía.
La fe que transforma: Confía.
Josué 2:1-7.
Josué hijo de Nun envió desde Sitim dos espías secretamente, diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y a Jericó. Y ellos fueron, y entraron en casa de una ramera que se llamaba Rahab, y posaron allí.Y fue dado aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para espiar la tierra.Entonces el rey de Jericó envió a decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti, y han entrado a tu casa; porque han venido para espiar toda la tierra.Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido; y dijo: Es verdad que unos hombres vinieron a mí, pero no supe de dónde eran.Y cuando se iba a cerrar la puerta, siendo ya oscuro, esos hombres se salieron, y no sé a dónde han ido; seguidlos aprisa, y los alcanzaréis.Mas ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los manojos de lino que tenía puestos en el terrado.Y los hombres fueron tras ellos por el camino del Jordán, hasta los vados; y la puerta fue cerrada después que salieron los perseguidores.
Rahab actuó con confianza al recibir a los espías.
Aunque una acción dudosa, la entrada a una casa de una ramera era estratégico.
Hubiera sido situado a la entrada de la ciudad porque era lo primero que el viajero antiguo hubiera buscado al llegar a su destino.
Hubiera sido común ver entrar hombres extraños a esa casa.
Hubiera sido el lugar dónde podían descubrir más información de la ciudad de los mercaderes viajeros.
El hebreo específicamente se aleja de vocabulario que denotaría algo inapropiado. Sin entrar en demasiado detalle, si hubiera sido algo inapropiado, no diría específicamente que “entraron en casa de una ramera” (comparado con Gen. 38:18; Jue. 16:1).
Entonces Judá dijo: ¿Qué prenda te daré? Ella respondió: Tu sello, tu cordón, y tu báculo que tienes en tu mano. Y él se los dio, y se llegó a ella, y ella concibió de él.
Fue Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella.
Aún sabiendo que venían de un pueblo enemigo, los recibió, sin garantía que iban a protegerle, y sin conocer lo que iban hacer específicamente.
Ambos Heb. 11:31 y Sant. 2:25 nos declaran que su obra de confianza era eso mismo.
Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.
Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?
Rahab acutó con con fianza al proteger los espías.
De alguna forma, el rey de Jericó descubrió que ellos estaban allí y cual era su propósito, vs: 2. Quizás era porque sabían que los Israelitas estaban acampados al otro lado del río Jordán, después de 40 años de andar por el desierto de Sinaí. Por lo tanto, estaban ya en un estado de alta alerta.
Al ser cuestionada por el rey, ella tuvo la oportunidad de quedar bien con el rey, o aún ser recompensada, vs: 3.
Pero ella había escondido a los hombres en el terrado de su casa, debajo de unos manojos de lino que tenía allí secando para futuro uso, vs: 4a, 6.
Ella mintió a los soldados para despistarlos y mandarles por otro camino, vs: 4b-5.
Esencialmente, su acto de fe fue una mentira.
Para clarificar:
Al ver que el engaño de Rahab es registrado aquí, y con ella salva a los espías, no significa que el engaño o la mentira esta aprobado por Dios.
Algunos declaran que cuando es para salvar vidas, o en tiempos de guerra, como en este pasaje, es aceptable, o por lo menos tolerable.
El hecho que no debe escaparnos es que el mentir no está bien, nunca. Dios pudo haberlos salvado en otra manera. El hecho que está registrado aquí, no significa que es aprobado por Dios como práctica aceptable.
Cuando nos vemos obligados a engañar o a mentir porque “no nos queda otra,” no estamos prestando atención a que tan grande y poderoso es nuestro Dios. Aún así, Dios obra a pesar de nuestras flaquezas.
La gran mentira de Rahab, que de hecho fueron cuatro mentiras en una (vs: 4-5), fue un acto de fe por la siguiente razón: Al mentirle a los soldados, Se estaba poniendo en oposición a la ciudad de Jericó, y eso le hubiera costado la vida si se hubiera descubierto. En fin, ella se estaban lanzando a la protección y provisión de Dios, puso su vida en las manos del Señor.
Ilustración: Sosteniendo en brazos a mi hija, primero, ella sosteniéndome, luego sin sostenerme. En la primera, pone confianza en su fuerza para sostenerme, pero en la segunda, pone toda su confianza y bienestar en mis manos. Eso es el tipo de confianza que Rahab puso en el Señor.
Aplicación: ¿Estás confiando únicamente en Jesucristo, o confiando en tus propias fuerzas para sostenerte de él? Ef. 2:8-9; Ti. 3:5.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;no por obras, para que nadie se gloríe.
nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
La fe que transforma: Se Compromete.
La fe que transforma: Se Compromete.
Josué 2:8-16.
Antes que ellos se durmiesen, ella subió al terrado, y les dijo: Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido. Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. Os ruego pues, ahora, que me juréis por Jehová, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal segura; y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte. Ellos le respondieron: Nuestra vida responderá por la vuestra, si no denunciareis este asunto nuestro; y cuando Jehová nos haya dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad. Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana; porque su casa estaba en el muro de la ciudad, y ella vivía en el muro. Y les dijo: Marchaos al monte, para que los que fueron tras vosotros no os encuentren; y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto; y después os iréis por vuestro camino.
Basó su compromiso en lo que conocía de Dios.
Expresa su confianza en Dios y Su poder, vs: 9-11. Opuesto al “no supe de dónde eran” del vs: 5, su “Sé que Jehová” está lleno de seguridad y confianza en lo que Dios ha hecho con el pueblo de Israel.
Describe el pánico de la gente de la región al escuchar de las maravillas de Dios, específicamente cómo hizo que cruzaran el Mar Rojo y cómo derrotaron a los reyes de los Amorreos, Sehón y Og, vs: 9-11.
Esto es algo que Dios había prometido hacer para los Israelitas, Ex. 23:27; Deut. 2:25.
Yo enviaré mi terror delante de ti, y consternaré a todo pueblo donde entres, y te daré la cerviz de todos tus enemigos.
Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.
Esto lo habrían escuchado probablemente de mercaderes viajeros quienes habían interactuado con el pueblo de Israel en su tiempo en el desierto.
La razón de todo su apoyo es su reconocimiento de quién era Jehová, vs: 11b.
Confió su compromiso a la misericordia de Dios.
Como devolución por la misericordia demostrada a los espías lo único que ella pide por el rescate de su familia, vs: 13.
Ella se preparaba para un cambio radical. Esto cambiaría su hogar, su familia, y sus costumbres.
Esencialmente su compromiso era confiar el compromiso del Señor en su vida.
Ella pidió chesed, una palabra muy conocida a los Israelitas, porque describía la relación de Dios con ellos, una de misericordia y gracia por una fidelidad o lealtad a una relación de pacto.
Unos versículos después (vs: 18), los espías le piden que ate una cuerda roja (“cordón de grana”) a la ventana por donde bajaron, para mostrar dónde el lugar seguro de la casa de Rahab.
El término hebreo traducido cordón, o cuerda, solamente es traducido así en este pasaje. En todo lo demás del AT, es traducido “esperanza”. El concepto básico de este término es de aferrarse fuertemente de algo, por ende, las traducciones “cuerda” y “esperanza”.
Mucho se ha predicado acerca de esta cuerda roja, aún estirando las analogías espirituales de forma irresponsable con la Palabra de Dios.
Pero el predicador Kent Hughes resalta apropiadamente que los mismos espías tenían como su heredad el evento de la primera Pascua, dónde la sangre del cordero en la puerta de las casas los protegía del ángel de la muerte la noche antes de salir e Egipto.
Probablemente es la razón por el énfasis del color de la soga, un recordatorio de la protección de Dios a aquellos quienes buscan sinceramente Su misericordia y lo demuestran con obediencia.
Demostró su compromiso con acciones.
Los espías prometieron rescatar a Rahab y los suyos de la destrucción que se venía, vs: 14. No sólo era dar la tierra a Israel, sino que Dios estaba echando a las naciones allí por juicio, Lev. 20:23.
Y no andéis en las prácticas de las naciones que yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación.
Ella les ayudó escaparse en bajar una soga por la ventana afuera del muro, pues su casa estaba sobre el muro de la cuidad, vs: 15-16.
De hecho fue su acción de compromiso que solidificó el compromiso de los espías a ella.
Ellos hubieran quedado libres de su juramento si ella no hubiera atado la cuerda roja, o hubiera descubierto su actividad a las autoridades de Jericó, o si su familia hubiera salido de debajo la protección de su casa, vs. 14, 17, 20.
Rahab accedió y los despidió y se fueron, pero ello no perdió tiempo en obedecer la palabra de los espías, vs: 21. El hebreo denota que ocurre una serie de acciones, “los despidió, y se fueron, y ella ató la cuerda” todo en una sucesión inmediata.
Ilustración:
Niño dispuesto a dar su vida para salvar la vida de su hermana gemela:
El doctor Jim Clark estaba luchando por la vida de su paciente Elizabét. La niña de cinco años tenía una enfermedad rara y necesitaba urgentemente una transfusión de sangre para sobrevivir. Su única esperanza era recibir una donación de sangre de su hermano gemelo: no solo porque los hermanos tenían el mismo tipo de sangre, sino también porque él mismo había sobrevivido a la condición que ella padecía. Por lo tanto, su sangre contenía un anticuerpo que podría salvar la vida de Elizabét. Cuando el doctor le preguntó al hermano si estaría de acuerdo en donar sangre por su hermana, al principio dudaba. Pero cuando el médico le explicó que era la única forma de salvar la vida de su hermana, estuvo de acuerdo.
La transfusión siguió adelante. Los hermanos se acostaron uno al lado del otro durante el tratamiento y el médico se sintió aliviado al ver que el color de la cara de Elizabét volvía a la normalidad. Pero cuando terminó el procedimiento, el valiente joven de repente se puso muy serio y le hizo al médico una pregunta que nunca olvidará: "Entonces, ¿cuándo moriré?"
El niño debió haber pensado que con su donación de sangre, literalmente estaría dando su vida para salvar la de su hermana. El médico lo tranquilizó de inmediato y le aclaró que, por supuesto, no iba a morir.
El doctor quedó impresionado por el amor profundo y puro detrás del malentendido del niño y compartió esta maravillosa historia.
El compromiso de Adoniram Judson y su esposa Ann, misioneros a Birminia (hoy Myanmar):
Seis meses antes de salir para India, Judson escribió una carta al padre de ella, pidiéndole su hija en matrimonio.
En parte de la carta decía: «Deseo preguntarle si usted puede consentirme partir con su hija la próxima primavera, para no verla nunca más en este mundo; si usted aprueba su ida y su sometimiento a las penalidades y sufrimientos de la vida misionera; si usted puede consentir en su exposición a los peligros del océano, a la influencia fatal del clima del sur de India; a todo tipo de necesidad y dolor; a la degradación, a los insultos, a la persecución, y quizás a una muerte violenta. ¿Puede consentir usted en todo esto, por causa de Aquel que abandonó su morada celestial, y murió por ella y por usted; por causa de las perdidas almas inmortales; por causa de Sion, y la gloria de Dios? ¿Puede usted consentir en todo esto, en la esperanza de encontrarse pronto a su hija en la gloria, con la corona de justicia, gozosa con las aclamaciones de alabanza que tributarán a su Salvador los paganos salvados –por su intermedio– del infortunio y la eterna desesperación?».
Increíblemente, el padre dijo que ella debía decidir por sí misma.
Ella escribió a su amiga Lydia Kimball: «Me siento deseosa y expectante, si nada en la Providencia lo impide, pasar mis días en este mundo en las tierras de los paganos. Sí, Lydia, tengo la determinación de dejar todas mis comodidades y goces aquí, sacrificar mi afecto a los parientes y amigos, e ir donde Dios, en su Providencia, tenga un lugar para establecerme».
Aplicación: ¿Cómo estás demostrando tu fe? ¿Las acciones de tu vida demuestran tu compromiso? ¿Estás creciendo en tu fe?
Sant. 2:17-20.
Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
La fe que transforma: Comparte.
La fe que transforma: Comparte.
Josué 2:17-24.
Y ellos le dijeron: Nosotros quedaremos libres de este juramento con que nos has juramentado. He aquí, cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste; y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare. Y si tú denunciares este nuestro asunto, nosotros quedaremos libres de este tu juramento con que nos has juramentado. Ella respondió: Sea así como habéis dicho. Luego los despidió, y se fueron; y ella ató el cordón de grana a la ventana. Y caminando ellos, llegaron al monte y estuvieron allí tres días, hasta que volvieron los que los perseguían; y los que los persiguieron buscaron por todo el camino, pero no los hallaron. Entonces volvieron los dos hombres; descendieron del monte, y pasaron, y vinieron a Josué hijo de Nun, y le contaron todas las cosas que les habían acontecido. Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país desmayan delante de nosotros.
La fe de Rahab fue compartida a su familia, vs: 17-21.
En el vs: 13, ella pide específicamente por su familia para protegerlos. No estaba pensando solamente en sí misma, sino que tuvo compasión por su familia, queriendo también salvarles.
Ella tuvo que compartir su compromiso y la razón de su compromiso a su familia. En esto hubiera arriesgado el rechazo y aún la traición de alguno de su famila si fueran a delatarla.
Ella tuvo que convencerles de obedecer las instrucciones de los espías al pie de la letra, sino no estarían bajo protección, vs: 19.
La fe de Rahab fue compartida a Israel, vs: 22-24.
Al volver los espías, contaron todo lo que les había pasado, incluyendo repitiendo algunas de las mismas palabras de Rahab (“desmayan delante de nosotros”, cf. vs: 9, 24).
Esto fue de ánimo al pueblo de Israel, una confirmación de lo que Dios les prometió anteriormente en Deut. 2:25.
Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.
La recompensa de la fe de Rahab también fue compartida.
Su familia fue rescatada, Jos. 6:17, 22-23.
Y será la ciudad anatema a Jehová, con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en casa con ella, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos.
Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allí a la mujer y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis. Y los espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel.
Su familia fue incorporada al pueblo de Israel, Jos. 6:25, incluso ella casándose con uno de los príncipes de Israel en el linaje del Salvador.
Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó.
Ilustración:
El mal ejemplo de Lot, que ni siquiera pudo influenciar a su propia familia, salvo su esposa e hijas, para escaparse de la ira venidera de Dios sobre Sodoma y Gomorra.
El buen ejemplo de la mujer samaritana en Jn. 4:28-30, 39, 41-42.
Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.
Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.
Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
Aplicación: ¿Estás preocupado por la salvación de tu familia? ¿Quieres que ellos también sean rescatados de la ira venidera de Dios? La compasión por su condición nos motiva a compartirles.
Pablo, en Rom. 1:14-16, reflexiona en su deuda de compartir el evangelio, sabiendo que puede salvar a cualquiera.
A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma. Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
Se ha dicho que es simplemente un mendigo contándole a otro dónde encontró pan (parafrase de D.T. Niles).Se ha dicho que es simplemente un mendigo contándole a otro dónde encontró pan (parafrase de D.T. Niles).
En tu familia, buscar alinear tu vida con lo que crees de Dios, con la Palabra de Dios. Tu familia, tus compañeros de trabajo, tus amigos más cercanos son los que ven tu vida en realidad. Que vean a Cristo. Ora por ellos, vives tu vida cristiana frente a ellos, comparte de la gracia y santidad de Dios con ellos. Ten compasión por ellos.