CINCO OBJECIONES AL LLAMADO DE DIOS .
Introducción: Moisés, al igual que Gedeón y Jeremías (Jue. 6:15; Jer. 1:6), quiso evadir el llamado de Dios. Presentó cinco objeciones.
I. ¿Quién soy yo? (3:11, 12).
1. Moisés consideraba que no era la persona apropiada.
2. Dios le asegura que estará con él, y le da una señal.
II. ¿Con cuáles credenciales me presentaré? (3:13, 14).
1. La pregunta de Moisés es: ¿Qué clase de Dios eres tú?
2. Dios le contesta: “Yo soy el que soy”: El que siempre es, y el que siempre está junto a los suyos.
III. ¿Y si los israelitas no creen? (4:1–9).
1. Moisés arguye que el pueblo no le creerá.
2. Dios le da tres señales.
IV. Soy tardo de boca y de lengua (4:10, 11).
1. Moisés arguye acerca de su torpeza para hablar.
2. Dios le asegura que él es quien le ha dado la boca al hombre.
3. Además, Dios le promete enseñarle lo que debe decir.
V. Envía a otra persona (4:13–17).
1. Cuando a Moisés se le acabaron las excusas, simplemente reveló que ansiaba no aceptar la misión.
2. Dios se enojó y luego comisionó a Aarón para llevar la palabra (junto con Moisés) ante Faraón y el pueblo de Israel.
Conclusión: El éxito de quienes han sido llamados por Dios no radica en sus capacidades, sino en el Dios que los llamó. A veces consideramos que no somos los más indicados para ejercer el ministerio; pero si permitimos que él nos tome en sus manos, entonces todo será posible.