La fe que aprende de los errores.
Los grandres hombres y mujeres de fe. • Sermon • Submitted
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· 92 viewsLa fe crece y se afirma en el tiempo y por medio de los errores de los que creen.
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Introducción.
Introducción.
La fe verdadera no es algo estático, no crece instantáneamente, no se produce de forma automática, la fe no es algo que viene y luego desaparece. La fe verdadera viene a la persona (porque Dios a todos nos ha dado la capacidad de tener fe) en los momentos de total humillación, cuando se reconoce lo inútil todo esfuerzo propio. La fe se incrementa a través de los años de espera y perseverancia contra toda pronóstico.
Y principalmente la fe verdadera se afirma y crece cuando cometemos errores y los reconocemos delante del Señor, transformando esos errores y circunstancias adversas en la escuela de la fe.
Sara esposa de Abraham es mencionada en esta lista de los héroes de la fe y de ella extraemos hoy grandes enseñanzas acerca de la fe verdadera
Saraí igual que Abraham comenzó su vida en el mundo pagano e idolatra de Ur, en la tierra de los caldeos, Sarai y Abram tenían el mismo padre, pero eran de distintas madres.
Sara era una mujer sencilla, hermosa, pero muy humana; ella cometió errores, como todos nosotros. Voluntariamente salió de su hogar y se lanzó a lo desconocido para seguir a Abraham, mientras él obedecía el llamado de Dios.
El principal problema en la vida de Sara era ser estéril y fue precisamente esta limitación la que le llevó por el camino de la fe.
Sin embargo llegar a la fe no fue fácil para Sara pues cometió varios errores que le inspiraron a que su fe creciera y se afirmara:
Hoy entraremos a la escuela de la fe, en el aprendizaje que Sara vivió para ser ejemplo de fe. Y su primer error en el proceso de aprender fue su inconformidad...
Aprendes fe cuando superas tu inconformidad.
Aprendes fe cuando superas tu inconformidad.
“Dijo entonces Sarai a Abram: Ya vez que Jehová me ha hecho estéril” Gn 16.2a
La desdicha. Una de las más grandes desdichas para una mujer en los tiempos bíblicos era ser estéril (Gn 11.30), el tener hijos y tenerlos en abundancia era señal de bendición y lo contrario representaba una vida de afrenta ante las otras mujeres y la sociedad. Era verdaderamente motivo de vergüenza y humillación el no poder dar a luz hijos.
La queja. No hay duda que Sara se sentía triste e infeliz y la manera de expresar su descontento fue quejándose con su esposo acerca de su condición estéril. Sin embargo la queja de Sara como cualquier otra queja, culpa directamente a Dios por su desdicha y esto es una actitud totalmente pecaminosa.
Sin duda alguna todas atravesamos circunstancias difíciles; una enfermedad, un pésima relación conyugal, problemas con los hijos, falta de trabajo o dinero y que son situaciones muy desagradables en nuestro peregrinar por este mundo.
Algunas de estas circunstancias suceden porque hemos sido negligentes o son consecuencias de malas decisiones tomadas en el pasado. Otras simplemente son parte de lo que Dios permite que suceda con el fin de acercarnos más a El.
Sin embargo, cualquiera que sea tu situación ¿cuantas veces se a quejado usted? ¿cuantas veces has expresado tu inconformidad a otros? y con esta actitud te encuentras culpando a Dios de cada situación que no te agrada, contaminando tu vida y la de otros..
La queja influye en otros. Sara no solo pensó y expresó su inconformidad sino que influyo en el pensamiento de su esposo. Así que aprendemos que la inconformidad contamina no solo al que se queja sino también al que la escucha.
“Y atendió Abram el ruego de Sarai” Gn 16.2b
Alguien dijo que la queja es como el veneno de la serpiente que intoxica todas las partes del cuerpo y de forma sutil contamina tus relaciones, tu cónyuge, tu familia, tu lugar de trabajo y tu iglesia.
“Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa..” Fil 2.14-15
La queja se centra en el pasado que no puede cambiar, son expresiones verbales de creencias negativas acerca del poder de Dios en Cristo Jesús.
Convierte tu queja en petición: Aquí es donde la fe actúa superando la inconformidad. Todo cambia cuando la actitud quejosa se convierte en actitud de humildad y sumisión a la voluntad del Señor. La oración permite que descargues tu resentimiento y te da una nueva perspectiva de lo que Dios hace y puede hacer.
El mejor ejemplo. Lo encontramos en Cristo Jesús, quien en su humanidad, en el momento de mayor crisis en su vida terrenal, oro en el Huerto de Getsemani en profunda tristeza y angustia, clamó al Padre...
“Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mi esta copa; más no lo que yo quiero, sino lo que tú”. Mr 14.36
No solo aprendemos por medio de la fe a superar la inconformidad, a no quejarnos y orar en fe, sino también ...
Aprendes fe cuando esperas y dejas el control al Señor.
Aprendes fe cuando esperas y dejas el control al Señor.
“Te ruego pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella” Gn 16.2b
Las soluciones mundanas son contrarias a la fe. En la época de los patriarcas, se seguía la costumbre mesopotámica, según la cual, cuando la esposa era estéril, ésta le daba su esclava al marido para que concibiera hijos, y que la esposa reconocía luego como propios, tal como hizo Sara con su sierva Agar, la cual concibió de Abraham y dio a luz a Ismael.
Sara opto por una solución inmediata en lugar de confiar y esperar el tiempo de Dios. Esta era una solución que le ofrecía el mundo; era una relación aceptada por la sociedad y calificada como buena pero que Dios sin duda no aprueba.
La mundo siempre te va ofrecer soluciones rápidas para satisfacer tu necesidad, cualquiera que sea, lo que nunca expresa este ofrecimiento del mundo son las consecuencias que tendrán tus decisiones.
El mundo invita a tomar el control. Sara no supo esperar y en su desesperación tomo el control de su vida tomando decisiones fuera de la voluntad de Dios.
Sin duda alguna a los seres humanos nos encanta tener bajo control todas las situaciones a nuestro alrededor. Eso nos da como resultado un sentimiento de valor y orgullo personal. Sin embargo la realidad es que no somos capaces de controlar la propia vida, mucho menos la de los demás y al final en todo intento de control nos vemos abrumados por el fracaso: se fracasa en el matrimonio, en las finanzas, en la relación con los hijos y principalmente en la vida espiritual.
Sara tomó el control de la situación en un momento de crisis en su fe; aún a pesar de ser consiente de la promesa de un hijo de parte de Dios decidió adelantar este evento tomando sus propias decisiones fuera de la voluntad de Dios.
Consecuencias de tomar el control.
Tuvo que esperar más años por el hijo de la promesa.
Los celos y el desprecio de su sierva. Si combinas crisis + dolor + malas decisiones sin duda alguna, vas a lastimar gente a tu alrededor. Y en respuesta recibirás malos tratos y desprecio de aquellos que en ausencia del amor de Cristo te juzgarán desde su propio juicio.
Conflictos entre Ismael e Isaac.
El tiempo de Dios es perfecto
El tiempo de Dios es perfecto
Aprende a esperar en fe y entrega el control de tu vida a Cristo. Mientras tú esperas, glorifica a Dios con toda tu vida. Que todo lo que hagas y digas demuestre el carácter de Cristo en ti. Confía, si tu petición no ha sido respondida es porque no conviene para que el plan de Dios se cumpla en ti.
No solo aprendemos por medio de la fe a esperar el tiempo de Dios y dejar todo en sus manos, sino también ...
Aprendes fe al creer en el Dios que promete.
Aprendes fe al creer en el Dios que promete.
“Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?..” Gn 18.12
La risa de la derrota. Sara en esta circunstancia representa la duda, con 90 años y Abraham de 100 añor, el razonamiento humano se impone, la lógica y la argumentación de todo ser humano ante aquello que no tiene explicación prevalece. Y la risa de Sara representa la risa de la incredulidad, algunos la llama la risa del desden, una actitud de total derrota y sin esperanza.
Hoy se enfrenta en cuanto a la fe, esa misma actitud de aceptar la realidad de lo imposible, de lo que nunca cambia, un conformismo paralizante e indiferente y poca o ninguna esperanza en las promesas del Señor Jesucristo. Como creerá un mundo incrédulo si la fe de los que creen no cree lo imposible de Dios.
La risa de la victoria. Con el tiempo y los errores la fe de Sara se fortaleció, y aquella risa de incredulidad, ahora se convirtió en la risa del triunfo de la fe.
“Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado hijo en su vejez.
Sara tenía razón: los que oyeran su historia reirían, saltarían de gusto, porque Dios es el Dios de toda gracia y lo que hizo por ella, si quiere, lo hará con quien sea.
Este nacimiento no fue producto de las leyes naturales, sino de una profunda confianza en aquel que había prometido una posteridad. Aquí la fe es creer que Dios es fiel. El nacimiento del hijo prometido cuyo nombre es Isaac que significa “risa” es prueba de que Sara superó su incredulidad creyendo la promesa de Dios por fe.
Una cosa es decir creo en Jesucristo, y otra es actuar de acuerdo a esa fe. Si no hay convicción de pecado, sino hay arrepentimiento, sino hay deseos de ser fiel a Cristo, de servirle, es porque no creo que tu fe sea verdadera, porque la fe verdadera siempre te lleve actuar.
Tu fe te llevará a la obediencia, tu fe te llevará a abandonar el pecado, tu fe te llevará a creer lo imposible en tu matrimonio, en la relación con tus hijos, en tus finanzas y por último tu fe te llevará a esperar con certeza la promesa de resurrección y vida eterna.
Nuestro cuerpo y acciones reflejan lo que cree nuestro corazón, alma, mente y espíritu.
Tienes dos opciones: creerle a Él, pidiéndole que actúe de acuerdo a Su Palabra, o no creerle y demorar las cosas que Él ya tiene determinado que sucedan.
El primer paso para superar la incredulidad es ejercitar diariamente nuestra relación con Dios. La fe es tan difícil para nosotros porque es algo espiritual.
El que promete es más importante que la promesa. Sara nos enseña a confiar en el que hace la promesa y no en la promesa misma.
“y dió a luz aún fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel que lo había prometido” He 11.11b
Lo que el Señor Jesucristo a prometido.
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.” 1 Tes 5.23.24
Conclusión.
Conclusión.
Hoy le reto a que su fe en Cristo sea capaz de superar su inconformidad cualquiera que sea y a no quejarse, llevando toda necesidad en oración al Señor.
Hoy le reto a que su fe en Cristo le haga capaz de esperar el tiempo de Dios, dejando el control de su vida en las manos de Dios.
Hoy le reto a que su fe en Cristo le haga capaz de creer en el que promete, porque Dios es fiel.
Hoy el Señor Jesucristo ha prometido vida eterna a todo aquel que cree en él.