MUROS de proteccion

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MUROS de proteccion
Deuteronomio 3:5 Todas éstas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y cerrojos; además de muchas otras ciudades sin muros.
2 Crónicas 32:5
Se fortaleció, pues, Ezequías, y edificó todos los muros caídos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera; fortificó además a Millo en la ciudad de David, e hizo muchas espadas y paveses.
Los israelitas construyen los muros de Jerusalén. Cuando Nabucodonosor destruyó a Jerusalén 152 años antes, derribó los muros y quemó las puertas de la ciudad. Los israelitas no levantaron las murallas o muros de nuevo al tiempo de volver de Babilonia.
Nehemías 2: Los Muros
Nehemías salió de noche a inspeccionar el muro de Jerusalén. Él quería saber cuáles murallas estaban caídas y qué puertas estaban abiertas. De igual manera lo estamos haciendo nosotros en nuestras vidas.
Nehemías es un israelita que viene de la ciudad de Susa, donde viven Mardoqueo y Ester. Él trabajaba en el palacio del rey, así que puede haber sido buen amigo de Mardoqueo y Ester. Pero la Biblia no dice que Nehemías trabajara para el esposo de Ester, el rey Asuero. Trabajó para el siguiente rey, Artajerjes.
Han pasado 13 años desde que Artajerjes dio a Esdras el dinero para arreglar el templo. Ahora Nehemías es copero principal del rey. Él le sirve el vino al rey y se asegura de que no tenga veneno. Es un trabajo importante.
‘¿Qué deseas?’ le pregunta el rey.
‘Déjame ir a Jerusalén,’ dice Nehemías, ‘para que yo pueda reconstruir los muros.’
Antes de entrar a ver el detalle de lo que Nehemías apreció en su inspección, es necesario entender la importancia de lo que los muros simbolizan en la Biblia.
Muros alrededor de una Ciudad
En la antigüedad, la muralla alrededor de una ciudad representaba su protección. Sin ella, estaban expuestos a que cualquiera entrara a robarles o hacerles daño.
En una ciudad amurallada, la población entraba y salía por las puertas, pero éstas eran contadas, y estaban vigiladas por guardas. A los desconocidos se les detenía y se les pedía identificarse antes de autorizárseles su entrada. En las entradas se reunían las autoridades de la ciudad para juzgar y gobernar; ellos decidían quien entraba a la ciudad y con qué. Por las noches, las puertas se cerraban, y la población podía dormir con tranquilidad.
En un sentido espiritual, los muros representan nuestra obediencia al Señor. El ejemplo más claro de esto es Job. El llevaba una vida justa, como Dios manda. Por ello, tenía un muro de protección a su alrededor. El enemigo no podía tocarlo, a menos que Dios se lo permitiera [para un bien mayor, porque Dios es bueno].
(Job 1:8-10) Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay ninguno como él sobre la tierra, hombre intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. (9) Respondió Satanás al SEÑOR: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? (10) ¿No has hecho tú una valla alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene, por todos lados? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus posesiones han aumentado en la tierra.
El concepto del muro de protección está escondido en la historia del Jardín del Edén.
(Génesis 2:15-17) Entonces el SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. (16) Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, 17) pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.
Cuando Dios puso a Adán en el Edén, Él le dijo que “cultivara y cuidara” el Jardín.
La palabra hebrea para “cultivar” es “Abad”, que significa: Trabajar. La palabra hebrea para “cuidar” es “Shamar”, que literalmente significa: “Poner un cerco de espinos alrededor” con el propósito de proteger.
Adán trabajó en el jardín, pero se olvidó de poner el cerco de protección, dejando así la puerta abierta para que la serpiente entrara y tentara a Eva. Nada hubiera pasado, si hubieran obedecido la instrucción de Dios de “NO comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal”. Pero en lugar de cerrarle la puerta a la serpiente, Adán comió también del fruto, y la consecuencia fue la expulsión del Jardín del Edén. La obediencia hubiera sido su cerco.
Lo mismo sucedió con Caín. El Señor le advirtió que cerrara la puerta al pecado, pero no lo hizo y terminó asesinando a su hermano.
(Génesis 4:6-7) Entonces el SEÑOR dijo a Caín: ¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante? (7) Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.
La tendencia al pecado está dentro de nosotros, pero el Señor dice que podemos dominarlo. La clave está en el temor de Dios que nos lleva a la obediencia. Si obedecemos, el Señor se encargará de protegernos. Pero si hacemos cada uno lo que queremos y botamos por la borda la instrucción de Dios, con ella botaremos los muros de protección y quedaremos expuestos a cualquier ataque del enemigo.
(Eclesiastés 10:8) El que cava un hoyo cae en él, y al que abre brecha en un muro, lo muerde la serpiente.
Esto fue lo que le ocurrió al pueblo de Dios. Se rebelaron contra el Señor y no se arrepintieron. Botaron así sus muros espirituales, y luego cayeron también los muros físicos.
(Ezequiel 22:29-31) Las gentes de la tierra han hecho violencia y cometido robo, han oprimido al pobre y al necesitado y han maltratado injustamente al extranjero. (30) Busqué entre ellos alguno que levantara un muro y se pusiera en pie en la brecha delante de mí a favor de la tierra, para que yo no la destruyera, pero no lo hallé. (31) He derramado, pues, mi indignación sobre ellos; con el fuego de mi furor los he consumido; he hecho recaer su conducta sobre sus cabezas--declara el Señor DIOS.
Sabiendo esto Nehemías, es natural que se haya sentido triste al ver los muros caídos de Jerusalén. Pero ahora Dios les había dado otra oportunidad para reedificar.
Zorobabel levantó el Templo físico. Esdras llegó a levantar el Templo espiritual, enseñándoles el orden y la ley de Dios. Pero no bastaba sólo con el conocimiento, sino que les faltaba ponerlo por obra. Por eso Dios llamó a Nehemías, para guiar al pueblo a dar el siguiente paso. Él fue llamado a levantar los muros caídos y a cerrar las puertas abiertas, para protección del pueblo.
Levantemos nuestros muros y cerremos las puertas abiertas obedeciendo la Palabra de Dios.
Oremos…
Señor, ahora hemos aprendido lo que los muros representan en la Biblia, y quiero tenerlos levantados, no caídos. En estos días de ayuno, he meditado y me he dado cuenta que he abierto puertas […menciónalas por nombre ante el Señor..].
Primero, quiero pedirte perdón por haber pecado contra Ti. Segundo, quiero pedirte que me ayudes a levantar los muros caídos en mi vida y a cerrar la puerta al enemigo. Dame el querer como el hacer, por Tu Voluntad.
Con mi obediencia, levantaré muro de protección alrededor de mi persona y de mi familia, y me pongo en la brecha en favor de mi pueblo. Ten misericordia de nosotros, y danos la oportunidad de levantarnos como lo hizo Tu pueblo en tiempos de Nehemías.
Tenemos que RECONSTRUIR LOS MUROS DERRUMBADOS y volver a LEVANTAR DE NUEVO LAS PUERTAS de y establecer GUARDAS SOBRE EL MURO para avisar el pueblo cuando haya peligro de ataque.
Dios me ha dado la carga de Nehemías cuando supo del estado de su pueblo. Cuando Nehemías vio el estado lamentable del pueblo de Dios devastado por las invasiones y sin protección, en tanto peligro de ser atacado y invadido, le quebrantó el corazón y decidió hacer algo para reconstruir los muros y poner de nuevo las puertas de la cuidad. No todos se preocuparon de la situación de Jerusalén, pero Dios utilizó a Nehemías para alertar y para animar al pueblo, para que hiciesen algo y para que tomasen en serio la situación.
Los muros que veo que han sido derrumbados son estos:
·El fundamento de las bases doctrinales
·Orar en el Espíritu - Intercesión
·La adoración en el Espíritu
·Volver a nuestro primer amor
La necesidad es de volver a poner nuevamente las bases doctrinales. El materialismo, la pasividad y la comodidad están debilitando a En estos momentos la crisis económica y la inmoralidad evidente deben movernos a tomar las medidas necesarias para reparar lo que ha caído Lo que nos concierne a nosotros pastores es establecer la ley de Dios, en la mente de cada miembro de nuestra grey. Poniendo firmemente las piedras doctrinales que serán la base de los muros. San Pablo dijo: “yo como sabio arquitecto puse el fundamento… pero cada uno tenga cuidado cómo edifica encima.” (1ª Corintios 3:10) “TEN CUIDADO DE TI MISMO Y DE ; PERSISTE EN ELLO, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.” (1ª Timoteo 4:16)
Los muros tenían brechas, dejando entrar cualquier enemigo. La duda lleva a la incredulidad y la incredulidad a la desobediencia. Así se abren brechas en los muros dando entrada a las mentiras. Dios me dio un mensaje en el Tabernáculo hacer años acerca del virus de espiritual: Satanás, Invade, Debilita y Ataca. La fe en y el carácter de Dios levanta muros de defensa contra los ataques del enemigo.
¿QUÉ REPRESENTAN LAS PUERTAS?
Las dos hojas de las puertas representan y “Entrad por Sus puertas con acción de gracias, por Sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid Su nombre.” (Salmo 100:4). Las puertas de Jerusalén celestial se abren de par en par cuando el pueblo de Dios con corazones llenos de gratitud ofrecen el sacrificio de la alabanza. La degeneración de una sociedad empieza por no dar gracias a Dios, y se describe en Romanos uno: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, NI LE DIERON GRACIAS, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.” (Romanos 1:21)
Hay que re-edificar estas puertas, de dar gracias a Dios, de ofrecerle sacrificios de alabanza, de adorarlo en Espíritu y en Verdad, con corazones puros y manos limpias levantadas, sin ira ni contienda en sumisión a Dios.
Necesitamos dejar tiempo y lugar al Espíritu Santo para conducirnos al trono de y de someter nuestros programas y dejar lugar y preeminencia al Espíritu Santo para que Él hable y exhorte a Su Iglesia a través de los dones y ministerios.
Y ADORACIÓN EN EL ESPÍRITU
La música y la adoración deben existir para preparar los corazones para recibir de Dios; no debe ser un fin en sí mismo. Es la carga que he tenido por años de poder restaurar la adoración y la alabanza como Dios ha instituido en Su casa y como hubo en el principio. Mucho de lo que se llama “alabanza” en es una expresión del alma y no adoración en el Espíritu. Se ha perdido en gran parte, la adoración en el Espíritu que tuvimos. Pocos piensan en lo que agrada a Dios, pero sí en lo que a la gente le gusta. Cada generación necesita un despertar espiritual. Las influencias mundanas y las influencias de mucha de la música cristiana contemporánea han quemado las puertas con estos conciertos que invalidan el propósito de glorificar a Dios y glorifican al hombre. En vez de gratitud y adoración, es simplemente otro “show”, copiado del mundo, para el entretenimiento de la gente.
¿QUÉ REPRESENTAN LOS MUROS?
Los muros protegen. Los muros representan la protección de la doctrina sana, parámetros, limites y autoridades puestos por Dios que protegen la mente y el corazón. Los muros también representan nuestra consagración, y cuando transigimos, ese muro es derrumbado. El muro es para evitar la invasión de los que vienen a robar, matar o destruir. Cada uno de nosotros necesitamos un muro de protección para que el diablo como lobo, no entre en el rebaño.
El pastor en el medio oriente edificaba un muro de piedras haciendo un coral para que las ovejas no se percaten y para que nadie les robara. Él mismo se acostaba a la entrada haciendo su cuerpo la puerta. El que no entra por la puerta es ladrón y salteador. Los muros de las cuales hablo, son verdades doctrinales. La palabra inspirada de Dios que hemos creído y que estamos viviendo. Una verdad que no se vive, en realidad no se cree. El que cree la verdad, vive la vida cristiana separado del mundo por ese muro de revelación que lo protege de las mentiras y del padre de mentira. La luz nos separa de las tinieblas, la verdad nos separa del engaño.
Cada verdad que hemos creído y puesto por obra en nuestra vida, es asentar una piedra en el muro que nos defiende del engaño de Satanás y nos establece en la fe. No hay otro fundamento, sino Jesucristo crucificado y Él resucitado. Cada palabra de Cristo puesto por obra nos protege de las influencias mundanas y malignas.
Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y LAS PONE EN PRÁCTICA, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca.” (Mateo 7:24)
La gente edifica muros para marcar los límites de su propiedad y guardar su privacidad. Los parámetros establecidos en casa, la disciplina, los valores reconocidos por los padres, constituyen un muro impidiendo que infiltre las ideologías malignas. El altar familiar, la amistad con los hijos que inspira confianza, les va protegiendo contra las influencias mundanas. Si solamente disciplinamos sin tener la amistad de los hijos, perdemos la influencia necesaria. En casa se establece los parámetros que muestran el amor verdadero.
Las leyes establecidas por un gobierno también se pueden comparar con los muros de una ciudad. Aunque no se puede legalizar la moralidad, si se puede legalizar la inmoralidad. Lo que hacían en secreto ahora es aceptable siendo ya reconocido por el gobierno. Estas nuevas leyes y decisiones que un gobierno toma, pone en peligro a todos especialmente los niños que aun no tienen claro su identidad, ni la diferencia entre el bien y el mal. Pasan más horas en la escuela que con los padres y aun en casa la tele sigue influenciando sus mentes.
Donde hay un cónyuge cristiano y pío, los hijos son santificados y bajo la protección de Dios. Si los dos padres son santos los hijos tienen aun más protección. Al ir creciendo, llegará el tiempo cuando tienen que decidir quedar en el jardín paternal y bajo la autoridad de la cabeza, o salir a la intemperie, y estar expuestos a las ideologías e influencias mundanas. Si el bienestar de nuestros hijos es lo más importante ¿Por qué no tomamos su educación espiritual con el mismo empeño que sus necesidades materiales?
Los muros han sido derrumbados, por la rebelión, la carnalidad y la avaricia y muchos no saben ni lo que creen, ni porqué tienen que rechazar lo falso. Muros de protección pueden ser derrumbadas en nuestras vidas por la ira descontrolada, la rebelión contra Dios o las autoridades, deseos desordenados, falta de perdón o siguiendo en pecado. Jesús dijo que el que oyera sus palabras y los pusiera en práctica, que lo obedeciera, sería como aquel que edificó su casa sobre Cuando soplaran vientos y vinieran la tormenta y las lluvias esa casa no se derrumbaría, pues estaba bien cimentada sobre la palabra de Dios puesto por obra.
El que oye y no lo hace es como aquel que edifica su vida sobre la arena y la lluvia y la riada lo llevará todo al río. Estos son los creyentes que se olvidan de la palabra y son arrastrados por el error de los inicuos e hinchados con la levadura de este mundo.
La rebelión descubre la persona y le hace vulnerable a la decepción y engaño. El espíritu del anticristo es el espíritu de libertinaje o de no querer leyes. Cuando habla del “hombre de iniquidad” la palabra “iniquidad” significa “sin ley”. Es un espíritu que gobierna los incrédulos, cada uno haciendo lo que le parece bien, y lo que le apetece. La independencia, la mundanalidad, el amor al dinero, el olvidar la oración y enfriarnos en la devoción, abren brechas en la vida. Las dudas y la incredulidad dejan la puerta abierta. El velo que las mujeres deben llevar tanto en la oración publica como cuando profetiza, es señal de que ella esta bajo sumisión a la autoridad de Dios.
AYUNO Y ORACIÓN
“… la muralla de Jerusalén está derribada y sus puertas quemadas a fuego. Y cuando oí estas palabras, me senté y LLORÉ, e hice duelo algunos días, y estuve AYUNANDO Y ORANDO delante del Dios del cielo.”
Nehemías observó las ruinas de Jerusalén, y se conmovió. No se quedó pasivo ante tal devastación del pueblo de Dios, aunque él estaba en una buena posición. Primeramente se puso de AYUNO Y ORACIÓN a Dios antes de hacer ninguna obra. Nehemías decidió levantarse e ir a observar la situación por si mismo de noche, y nadie estaba con él. Esto me habla de la intercesión, de estar a solas con Dios, de cerrar la puerta del aposento y orar, y el Dios que ve en secreto nos recompensará en público.
Cuando intercede con fidelidad y fervor, se cumplen los deseos de Dios, se frustran los propósitos de Satanás y se manifiesta plenamente el poder del Espíritu Santo. Dios nos fortalece para enfrentar cualquier tentación que pueda asaltarnos y nos protege de las fuerzas de lo demoníaco.
RECONOCIENDO EN DONDE HEMOS FALLADO
Esté ahora atento Tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y CONFIESO LOS PECADOS de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.” (Nehemías 1:6)
En primer lugar era necesario de reconocer que la situación tan deplorable de la ciudad era a CONSECUENCIA DE SUS PECADOS. Dios envió el castigo sobre Israel por apartarse de El y por su desobediencia y rebelión. El castigo fue de quitar el cerco, la protección y el muro que les protegía y serían pisoteados. Nehemías comenzó arrepintiéndose del pecado suyo y del pueblo que permitió la destrucción de Jerusalén. Si nosotros no reconocemos en donde hemos fallado, no podremos restaurar lo caído. No podemos continuar como si no pasara nada. Para comenzar debemos arrepentirnos por nuestra indiferencia, apatía, falta de oración y amor al mundo que ha enfriado nuestro amor hacia Dios y Su obra. Necesitamos tener claro como se edifica ese muro para poder restaurarlo.
Luego Nehemías presentó la situación delante del rey y le pidió materiales para la reconstrucción de los muros y las puertas, y también le pidió cartas dándole permiso para pasar por territorios peligrosos. El rey se lo concedió, y le dio la autoridad y el poder, además le dio todas las provisiones para realizar esta obra de restauración.
Nuestro Rey nos ha dado la autoridad de usar Su nombre, tenemos sus cartas dándonos autoridad sobre toda fuerza del maligno, de destruir las obras de Satanás además nos dio el poder del Espíritu Santo para hacer las obras que Cristo comenzó. Dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, por tanto id, y haced discípulos a todas las naciones”. (Mateo 28:18)
LEVANTÉMONOS Y EDIFIQUEMOS
Luego Nehemías avisó el pueblo, los gobernantes y los sacerdotes de su carga y como el rey le habían facilitado todo la ayuda necesaria, fueron animados a meter mano a la obra.
Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: LEVANTÉMONOS Y EDIFIQUEMOS. Así esforzaron sus manos para bien.” (Nehemías 2:17-18)
Cada creyente tiene esta responsabilidad de poner manos a la obra, de quitar los escombros, de preparar la mezcla y de llevar las cargas necesarias para levantar los muros de la casa de Dios. Todos los que formaron parte en la reconstrucción de los muros fueron nombrados y escritos en el libro de la historia. Dios no es infiel de olvidar nuestra labor y tiene nuestros nombres escritos en el libro de la vida. Él ha dicho: “Yo conozco tus obras y tu arduo trabajo y paciencia… y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de Mi nombre, y no has desmayado”. (Apocalipsis 2:2)
OPOSICIÓN DEL ADVERSARIO
No hicieron esta obra sin la oposición continúo de los adversarios. Nehemías animó el pueblo a luchar por sus familias y a mantener viva la visión.
Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.” (Nehemías 4:14)
Si tenemos una visión de lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas, tendremos oposición, pero aunque habrá ataque, tendremos victoria al final. Tenemos que tomar en serio nuestra situación y los peligros reales que se acercan. La hierba mala esta creciendo y ahogando
Un paréntesis en cuanto a quienes les pertenece la ciudad de Jerusalén. Los que quisieron estorbar la obra.
Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey? Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, Él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros NO TENÉIS PARTE NI DERECHO NI MEMORIA EN JERUSALÉN.” (Nehemías 2:19-20)
Nehemías le contestó tajantemente, “No tienes ni porción ni memorial en Jerusalén”. Tanto en lo natural Jerusalén pertenece a los judíos, y en lo espiritual, los nacidos de la carne no tienen parte ni suerte en la dirección de , o celestial.
¿QUE SON LAS GUARDAS SOBRE LOS MUROS?
Y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos PUSIMOS GUARDA CONTRA ELLOS DE DÍA Y DE NOCHE. Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros. En el lugar donde oyereis el SONIDO DE , reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.” (Nehemías 4:19-20)
Aunque cada uno trabajaba por separado estaban unidos con un solo propósito, con un mismo sentir y un corazón y además, alguien estaba encargado de tocar trompeta cuando hubiera peligro, para que los demás vinieran a su defensa. Isaías también habla de guardas sobre los muros. “SOBRE TUS MUROS, oh Jerusalén, HE PUESTO GUARDAS; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra.”
Los guardas son los que claman por el pueblo de Dios. Debemos poner énfasis en la necesidad de intercesores que sepan orar, interceder y hacer guerra espiritual. La obra de Dios se hace en el Espíritu. Hacen falta ojos en el cuerpo de Cristo para discernir las estrategias de Satanás y hacer frente a sus estratagemas y sutilezas. Dios muchas veces utiliza la intercesión para discernir las estrategias del enemigo. San Pablo dijo, “Oraré con el entendimiento y oraré en el Espíritu”. (1ª Corintios 14:15) Al no reconocer la gran importancia de humillarnos y orar, tendemos a utilizar métodos que cuestan menos sacrificio pero que no producen los resultados deseados. Tenemos que volver a aprender lo que significa orar en el Espíritu. “Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velad en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” (Efesios 6:18)
Hoy como nunca necesitamos interceder, y orar y suplicar a Dios por el estado de nuestras familias y de , que esta descubierta, sin cobertura, ni protección y propenso a cualquier ataque que viene, de falsos maestros de dentro o influencias malignas desde afuera.
UNÁNIMES
primitiva en tiempos de persecución se unió unánime para implorar a Dios. “Y ellos, habiéndolo oído, alzaron UNÁNIMES la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, Tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay… Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen Tu palabra.” (Hechos 4:24)
Todas estas experiencias son lecciones espirituales para nosotros. Además de trabajar por el Señor, debemos TRABAJAR UNIDOS y que cada uno lleve su espada puesta para luchar. La espada es de Dios en nuestros corazones y en nuestras bocas. Tenemos que evitar las palabras ociosas e inútiles que no edifican ni hacen nada para vencer la guerra espiritual.
Que Dios nos ayude a tomar en serio este aviso y después de levantar los muros, de poner guardas sobre ese muro, sobre el fundamento de , que noche y día no dejen de advertir y avisar Su pueblo. Esta carta es un toque de trompeta, preparémonos para la guerra, pues se ve el enemigo, ya no muy lejos, preparando nuevos ataques. Ármese con toda la armadura de Dios para poder resistir en el día malo.
Si los fieles de Islam pueden orar 5 veces al día a su dios, cuanto mas nosotros debemos orar siempre en el Espíritu, implorando a nuestro Dios en el nombre de Jesucristo para que restaure Su obra y nos motive a trabajar y a guerrear para el bien de Su Iglesia. Lo peor que podemos hacer después de oír este aviso, es de hacer nada, de mirar al espejo e irnos sin hacer ningún cambio en actitud, ni habito.
Pedro dijo en el día de Pentecostés, “esto es aquello de lo que profetizó Joel”. Hoy no podemos decir, “esto es aquello”, sino que esto es algo muy diferente a lo que tuvimos en los años 70-80 cuando hubo un gran mover de Dios en España y sobre todo, esto es muy diferente a primitiva en el Nuevo Testamento. Esto no es aquello. Esto es algo desconocido. Desconozco mucho de lo que se acepta como “música cristiana” hoy. Desconozco la tibieza y la apatía. Desconozco un evangelio aguado, sin tener que llevar la cruz, sin sacrificio, o un evangelio de prosperidad, centrado en beneficios personales. Desconozco la mezcla que hay de cristianismo con otras filosofías e ideas humanísticas. Y si no nos arrepentimos, el Señor dirá en aquel día “Desconozco de donde son”.
Los que conocieron la ciudad de Jerusalén en su época, reconocieron su estado de devastación. Cuando miramos a del Nuevo Testamento en su gloria y poder, podemos comparar la situación actual y seguramente al ver lo que Dios quiso que fuera Su Iglesia, VAMOS A LUCHAR por restaurar en nuestras vidas y nuestras familias y en nuestras Iglesias lo que falta corregir y cambiar.
En Isaías 58:12 Dios da una promesa de restauración y bendición para Su pueblo que le obedece: “Y los tuyos EDIFICARÁN LAS RUINAS ANTIGUAS; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.”
Edifiquemos los muros de nuevo que a pesar de los vientos que soplan, podemos estar seguros que el Señor nos protege. Salmos 91:4 “Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es Su verdad”. Nosotros, la viña del Señor debemos dar el fruto de vidas consagradas que honran a nuestro viñuela. Amen.
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