LA LEY DEL PROCESO
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el liderazgo se desarrolla diariamente, no en un día
Convertirse en líder se parece mucho a invertir con éxito en la bolsa de valores. Si su esperanza es hacer fortuna en un día, no va a tener éxito. A largo plazo, lo que más importa es lo que hace diariamente. Mi amigo Tag Short sostiene: «El secreto de nuestro éxito se encuentra en nuestra agenda diaria». Si usted invierte con frecuencia en el desarrollo de su liderazgo, dejando que sus «activos» ganen intereses, el resultado inevitable es crecimiento a lo largo del tiempo…
Aunque es cierto que algunas personas nacen con mayores dones naturales que otras, la habilidad de dirigir es en realidad una colección de habilidades, y casi todas pueden adquirirse o cultivarse. Pero ese proceso no ocurre de la noche a la mañana. El liderazgo es complicado. Tiene muchísimas facetas: respeto, experiencia, fortaleza emocional, habilidad para tratar con la gente, disciplina, visión, impulso, oportunidad y la lista sigue… Por eso el líder necesita mucha sazón para ser eficaz…
La buena noticia es que su habilidad como líder no es estática. No importa cuál sea su punto de partida, usted puede mejorar.
José y la Ley del Proceso
pensamiento sobre liderazgo para hoy:
No es el sueño de una vida; es el sueño que toma toda una vida.
Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán.
Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá.
Y José era el señor de la tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro a tierra.
No había pan en toda la tierra, y el hambre era muy grave, por lo que desfalleció de hambre la tierra de Egipto y la tierra de Canaán. Y recogió José todo el dinero que había en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por los alimentos que de él compraban; y metió José el dinero en casa de Faraón. Acabado el dinero de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, vino todo Egipto a José, diciendo: Danos pan; ¿por qué moriremos delante de ti, por haberse acabado el dinero? Y José dijo: Dad vuestros ganados y yo os daré por vuestros ganados, si se ha acabado el dinero. Y ellos trajeron sus ganados a José, y José les dio alimentos por caballos, y por el ganado de las ovejas, y por el ganado de las vacas, y por asnos; y les sustentó de pan por todos sus ganados aquel año. Acabado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubrimos a nuestro señor que el dinero ciertamente se ha acabado; también el ganado es ya de nuestro señor; nada ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros cuerpos y nuestra tierra. ¿Por qué moriremos delante de tus ojos, así nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra siervos de Faraón; y danos semilla para que vivamos y no muramos, y no sea asolada la tierra.
Entonces compró José toda la tierra de Egipto para Faraón; pues los egipcios vendieron cada uno sus tierras, porque se agravó el hambre sobre ellos; y la tierra vino a ser de Faraón.
En muchos aspectos José era como otros grandes líderes. Primero, todo líder tiene un sueño, una visión de un futuro mejor. En el caso de José, literalmente tuvo visiones. Segundo, la visión y la persona que la tiene son inseparables. El corazón del líder late por ella, y no se contenta hasta que la ve cumplida. Otra persona no puede cumplir el sueño del líder. José y su visión estaban divinamente destinados a permanecer entrelazados. Tercero, ninguna visión del líder puede permanecer en secreto. Cuando se da a conocer de una manera correcta, puede realzar el liderazgo de una persona, pero cuando se hace de una manera incorrecta, crea problemas. Y eso, por supuesto, fue lo que le causó problemas a José.
en el fuego
Como la mayoría de los líderes, José tuvo una visión mucho antes de tener las habilidades de liderazgo para hacerla realidad. Tenía un destino divino de liderazgo, pero no comenzó como un líder eficiente. No tuvo influencia sobre sus hermanos, ni sobre otro que no fuera su padre, en lo que a esto se refiere. Antes que Dios lo usara, José tenía que ser preparado, purificado y forjado para convertirse en el líder que tenía el potencial de ser. Todos los grandes líderes necesitan tres cosas para prepararse:
1. tiempo para madurar.
Como la mayoría de los líderes, José trabajó en las sombras durante una época de su vida antes de estar calificado para guiar a otros. Vendido como esclavo a los diecisiete años, finalmente estuvo ante Faraón por primera vez a los treinta años. Necesitó trece años de preparación. Para el tiempo que interpretó el sueño del monarca era un hombre cambiado. Estaba capacitado. Era humilde. Era un gran líder.
2. tribulaciones para fortalecerse
El oro se purifica sólo después de pasar repetidamente por el fuego. Los diamantes se crean solamente bajo presiones extremas. Y los grandes líderes se forman únicamente a través de las tribulaciones. José nunca hubiera alcanzado su potencial si se hubiera quedado en casa. Para convertirse en un gran líder, primero tuvo que ser esclavo y presidiario.
3. un Dios para bendecir.
No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.
Sin Dios, un líder no puede hacer nada de verdadero valor. Jesús declaró: «El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer» (Juan 15:5).
Dios bendijo a José mientras trabajaba en la casa de Potifar como esclavo. Después lo bendijo cuando trabajó en la prisión. En el capitulo 39 de Génesis, la Biblia expresa cuatro veces el favor de Dios. Por ejemplo, dice: «Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba». Si está del lado de Dios, usted no puede perder.
Día 2
pensamiento sobre liderazgo para hoy:
Se requiere tiempo para crecer como líder
Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.
Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.
José era un muchacho presumido. Eso no es raro en un muchacho de diecisiete años. Parece dar vida al dicho: «Resuelve los problemas del mundo antes de tus veinte años… mientras todavía lo sabes todo». José era peor que eso. Era demasiado arrogante para su propio bien. No le bastaba con ser el favorito de su padre, y ser el hijo de su vejez, el que recibía el favor y tratamiento especial por encima de todos sus hermanos mayores. José tenía que machacar en esto.
Cuando Dios le dio un sueño revelándole que un día llegaría a ser el líder de su familia, no sólo de sus once hermanos, sino también de sus padres, José irreflexivamente les habló a todos al respecto. Dos veces; su padre lo reprendió. Sus hermanos querían vengarse, y lo hicieron.
josé y las cuatro fases de crecimiento en el liderazgo
Al principio de su vida la habilidad de José para trabajar con las personas era pobre. Peor aun, carecía de experiencia, sabiduría y humildad, tres cualidades que únicamente pueden adquirirse con el transcurso del tiempo. Si usted examina la vida de José, puede ver cómo el tiempo y la experiencia contribuyeron a su diario desarrollo a medida que pasaba por las cuatro fases siguientes
fase 1: no sé lo que no sé
Todos comenzamos en un estado de ignorancia. Allí es donde José comenzó. No entendía la dinámica de su familia. También ignoraba cómo reaccionarían sus hermanos al contarles su sueño sobre las gavillas inclinándose, y no le importaba el daño que podía causar a sus relaciones. La Escritura dice que sus hermanos ya lo odiaban; cuando les dio a conocer sus sueños, lo odiaron aun más.
José no sabía lo que hacía. Hacía y decía cosas sin entender que existían problemas interpersonales. El precio fue su alejamiento de la familia por más de dos décadas.
fase 2: sé lo que no sé
Se necesitó un incidente trascendental para captar la atención de José e iniciarlo en el camino del cambio. Vendido como esclavo en Egipto, comenzó a aprender sobre lo que no sabía. Comprendió que el liderazgo es difícil y conlleva un gran peso de responsabilidad. A lo largo de los años, sufrió traición y aprendió lecciones sobre la naturaleza humana, las relaciones y el liderazgo.
El proceso moldeó su carácter, desarrolló su paciencia y humildad, y comenzó a reconocer que Dios era su fuente de bendición y poder.
fase 3: crezco, sé y comienzo a demostrarlo
Los líderes que muestran una gran habilidad cuando se les presenta la oportunidad lo logran sólo porque han pagado el precio de prepararse para esa ocasión. Cuando José fue llamado finalmente para presentarse ante el Faraón, actuó con sabiduría y excelencia. No tuvo éxito porque repentinamente se volvió bueno a los treinta años. Alcanzó el éxito porque había estado pagando el precio durante trece años. Debido a su sabiduría y discernimiento, José fue puesto en el segundo lugar de autoridad en la que entonces era la nación más poderosa de la tierra.
fase 4: simplemente avanzo por lo que sé
Por siete años, durante el tiempo de abundancia en Egipto, José ejecutó con habilidad su plan de liderazgo. Llenó de trigo las ciudades de Egipto y preparó al país para la hambruna venidera. Sus anteriores años de dolor y crecimiento estaban recompensándolo en gran manera. Pero realmente se puede ver hasta dónde llegó su liderazgo observando lo que hizo durante los años de recesión que siguieron. Su meta principal era alimentar a la gente de Egipto durante los siete años de escasez. Debido a la fortaleza de su liderazgo, José alimentó a la nación de su monarca y sustentó a los pueblos de otras tierras. En el proceso, recogió todo el dinero, todo el ganado y toda la tierra de Egipto como posesión para su amo. Además cumplió lo que le anunciaban sus sueños de adolescente.
Para llegar a ser un líder eficaz, una persona necesita tiempo. Sin embargo, el tiempo solo no hace que un líder sea eficiente. Algunas personas nunca descubren la la ley del proceso. No trabajan para crecer, y permanecen toda la vida en la fase uno.
Día 3
pensamiento sobre liderazgo para hoy:
Se necesitan tribulaciones para crecer como líder.
Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca… Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.
Cuando las futuras responsabilidades de liderazgo son especialmente difíciles (o el líder potencial es particularmente testarudo), Dios usa el paso del tiempo para el proceso de maduración. Además permite las tribulaciones. Mientras mayor es la tarea que hay por delante, más difíciles son las tribulaciones. Así pasó con muchos líderes prominentes de las Escrituras: Moisés, Daniel, Job, Noemí, David, Ester, Pedro, Pablo y muchos otros. José pertenece a ese grupo.
Cuando se enfrenta la adversidad, la gente se vuelve amargada o mejora. José prefirió lo segundo. Es evidente que tuvo muchas oportunidades para volverse negativo. Pudo guardar resentimiento contra diversas personas: sus hermanos, los comerciantes de esclavos, la esposa de Potifar y el jefe de los panaderos. No obstante, se volvió a Dios en medio de la lucha y consideró a las personas que lo perjudicaron como instrumentos de la soberanía divina.
el resultado positivo de las experiencias negativas
¿Por qué fueron los problemas de José una parte tan importante en su crecimiento como líder? Cuando las personas reaccionan positivamente ante las tribulaciones, resultan muchas cosas importantes.
1. glorifican a dios
José no se deprimió, no se rebeló ni maldijo a Dios por sus tribulaciones. En cambio, dio a Dios el crédito por sus victorias. A medida que Dios recibía la gloria, José recibía la bendición de Dios.
2. reciben oportunidades
¿Qué podría ser peor que ser vendido y llevado a la fuerza como esclavo a otro país? Aunque esa experiencia fue mala para José, fue la clave para todas las oportunidades que tuvo. Sin la tribulación de la esclavitud, nunca habría experimentado el triunfo del liderazgo en una nación tan poderosa.
3. desarrollan integridad
José no llevaba mucho tiempo en casa de Potifar antes de enfrentar una decisión difícil. Ya disfrutaba todas las comodidades de la casa de Potifar. En ese entonces tuvo la oportunidad de tener placer con la esposa de ese hombre. Se negó, aun cuando significó ir a prisión.
Sólo en las pruebas la gente descubre la naturaleza y profundidad de su carácter. Las personas pueden decirlo que quieran de sus valores, pero cuando están bajo presión, descubren cuáles son en realidad sus valores.
4. crecen espiritualmente
El Salmo 105:17–19 habla acerca de las tribulaciones del tiempo de José:
Envió un varón delante de ellos;
A José, que fue vendido por siervo.
Afligieron sus pies con grillos;
En cárcel fue puesta su persona.
Hasta la hora que se cumplió su palabra,
El dicho de Jehová le probó.
Una antigua traducción al inglés de este pasaje afirma que «el hierro penetró su alma». La adversidad le muestra a una persona su temple.
5. se preparan en mente y corazón para el liderazgo
Se necesitó más de una década, pero eventualmente José aprendió a valorar a la gente difícil, las situaciones desventajosas y las consideró como instrumentos divinos para su desarrollo. José se convirtió en líder en Egipto solamente después de superar cada prueba que enfrentó en su vida. Para el tiempo en que se convirtió en la segunda autoridad después de Faraón, ya era un líder probado. Había sufrido calamidades personales, permaneció fiel a Dios y aprendió a dirigir bajo circunstancias difíciles. Eso le dio la sabiduría y experiencia necesaria para lo que estaba por delante.
José aprendió que Dios no lo podía usar hasta haber sido probado. Como le dijo a sus hermanos: «Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros… Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios»
Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
Día 4
pensamiento sobre liderazgo para hoy:
Se requiere la ayuda de Dios para crecer como líder.
Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
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Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.
No te alteres...
Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
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Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
Y él aprueba su camino.
(Salmo 37:3, 7–9, 23)
Como la mayoría de los líderes, José trabajó en las sombras durante una temporada de su vida antes de estar en condiciones para dirigir a otros. Es durante este período cuando Dios suele obrar para preparar al líder potencial. Así ocurrió con Abraham, Jacob, Nehemías y muchos otros.
Transcurrieron casi veintitrés años desde el fondo del pozo hasta el palacio antes que José se reuniera con sus hermanos y se cumpliera su visión. Para ese entonces ya había aprendido que el verdadero progreso ocurre cuando Dios lo organiza. Entendió que la autopromoción no puede reemplazar la promoción divina, y aprendió la lección por la vía dura. Su autopromoción entre sus hermanos fracasó miserablemente. Sólo cuando aprendió la sumisión, como esclavo, y decidió trabajar para Potifar con fidelidad, se le hizo evidente que Jehová estaba con él. En la prisión, sirvió como carcelero, y otra vez Dios le mostró su favor y misericordia. No pasó mucho tiempo antes que los prisioneros fueran puestos bajo su autoridad, y su trabajo prosperó.
Cuando intentó tomar de vuelta la autopromoción, recomendándose ante el copero de Faraón, pasaron dos años antes de tener una audiencia con el monarca. Para ese tiempo, José había aprendido la lección. Estaba contento de reconocer que Dios estaba a cargo de su situación. Cuando Faraón le pidió que le interpretara el sueño, él respondió: «No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón» (Génesis 41:16).
josé logró una perspectiva eterna
Le costó mucho crecer, pero a la larga, José entendió que Dios dirigía el proceso de desarrollo de su liderazgo. Reconoció que estaba creciendo como líder para un objetivo mayor que lo imaginable.
Cuando murió Jacob, su padre, José había aprendido a ver las cosas desde la perspectiva de Dios. Cuando sus hermanos temieron por sus vidas, José resumió su vida usando las siguientes palabras: «No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo» (Génesis 50:19–20).
José vio la mano de Dios a lo largo de toda su vida. A los 110 años, dijo a su familia: «Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob» (Génesis 50:24). Él entendió cómo Dios había impactado su vida y el objetivo que tenía de ayudar a las generaciones futuras.
pregunta de reflexión para hoy:
¿Cómo le ha ayudado Dios como líder?