Sermón sin título (3)

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Cómo tratar con la apostasía personal
Sinopsis
Creyentes individuales pueden apartarse de la fe y ser restaurados. Las Escrituras dan ejemplos de esa apostasía, y ofrece consejos sobre cómo esas personas deben ser tratadas pastoralmente.
Advertencias sobre los peligros de la apostasía personal
2 Co 11:2–3
2 Corintios 11:2–3 (TLA) — 2 Dios ha hecho que yo me preocupe por ustedes. Lo que quiero es que ustedes sean siempre fieles a Cristo, es decir, que sean como una novia ya comprometida para casarse, que le es fiel a su novio y se mantiene pura para él. 3 Pero tengo miedo de que les pase lo mismo que a Eva, que fue engañada por la astuta serpiente. También ustedes pueden ser engañados y dejar de pensar con sinceridad y pureza acerca de Cristo.
Ver también Sal 125:4–5; Lc 9:59–62; Gl 3:1–3; Gl 4:8–10 Aquellos que regresan a la observancia estricta de días y festivales judíos no han comprendido el evangelio.
Salmo 125:4–5 (TLA) — 4 Dios mío, trata bien a la gente de buen corazón pero deja que sean destruidos, junto con los malhechores, los que prefieren hacer lo malo. ¡Que haya paz en Israel!
Lucas 9:59–62 (TLA) — 59 Después Jesús le dijo a otro: —¡Sígueme! Pero él respondió: —Señor, primero déjame ir a enterrar a mi padre. 60 Jesús le dijo: —Lo importante es que tú vayas ahora mismo a anunciar las buenas noticias del reino de Dios. ¡Deja que los muertos entierren a sus muertos! 61 Luego vino otra persona y le dijo a Jesús: —Señor, quiero seguirte, pero primero déjame ir a despedirme de mi familia. 62 Jesús le dijo: —No se puede pertenecer al reino de Dios y hacer lo mismo que hace un mal campesino. Al que se pone a arar el terreno y vuelve la vista atrás, los surcos le salen torcidos.
Gálatas 3:1–3 (TLA) — 1 ¡Ay, gálatas, qué tontos son ustedes! ¡Hasta parece que estuvieran embrujados! Yo mismo les di una explicación clara de cómo murió Jesucristo en la cruz. 2 Sólo quiero que me digan una cosa: Cuando recibieron el Espíritu de Dios ¿fue por obedecer la ley, o por aceptar la buena noticia? ¡Claro que fue por aceptar la buena noticia! 3 Y si esto fue así, ¿por qué no quieren entender? Si para comenzar esta nueva vida necesitaron la ayuda del Espíritu de Dios, ¿por qué ahora quieren terminarla mediante sus propios esfuerzos?
Gálatas 4:8–10 (TLA) — 8 Antes, cuando ustedes todavía no conocían a Dios, vivían como esclavos de los dioses falsos. 9 Pero ahora conocen a Dios. Mejor dicho, Dios los conoce a ustedes. Por eso, no puedo entender cómo es que se dejan dominar de nuevo por esos dioses falsos. ¡Si ellos no tienen poder, ni valen nada! 10 Ustedes todavía les dan importancia a ciertos días, meses, épocas y años.
Advertencia sobre conducir a otros a la apostasía
Mt 18:6
Mateo 18:6 (TLA) — 6 »Pero si alguien hace que uno de estos pequeños seguidores míos deje de confiar en mí, merece que le aten al cuello una piedra enorme y lo tiren al fondo del mar.
Ver también Pr 28:10; Gl 5:7–10
Proverbios 28:10 (TLA) — 10 Quien hace pecar al hombre honrado quedará atrapado en su propia trampa. Los que hacen el bien recibirán como premio el bien.
Gálatas 5:7–10 (TLA) — 7 ¡Ustedes iban muy bien! ¿Quién les impidió seguir obedeciendo el verdadero mensaje? 8 Con toda seguridad no fue Dios, pues él mismo los invitó a obedecerlo. 9 No hay duda de que un solo falso maestro daña toda la enseñanza. 10 Puesto que somos cristianos, estoy seguro de que ustedes estarán de acuerdo conmigo. Y no tengo la menor duda de que Dios castigará a quien los está molestando, sea quien sea.
Motivaciones para guardarse de la apostasía personal
1 Co 10:12–13; He 3:12–14
1 Corintios 10:12–13 (TLA) — 12 Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar, pues puede ser el primero en hacerlo. 13 Ustedes no han pasado por ninguna tentación que otros no hayan tenido. Y pueden confiar en Dios, pues él no va a permitir que sufran más tentaciones de las que pueden soportar. Además, cuando vengan las tentaciones, Dios mismo les mostrará cómo vencerlas, y así podrán resistir.
Hebreos 3:12–14 (TLA) — 12 ¡Cuidado, hermanos! No piensen en lo malo, ni dejen de confiar en el Dios que vive para siempre, para que no se aparten de él. 13 Al contrario, mientras aún queda tiempo, cada uno debe animar al otro a seguir confiando. Así nadie dejará de obedecer a Dios, ni pensará que, si peca, hace el bien. 14 Al principio, cuando confiamos en Cristo, nos hicimos compañeros suyos; y si no dejamos de confiar en él, seguiremos siendo sus compañeros siempre.
Ver también Sal 85:8; Mt 24:10–13; Mt 24:24–25; Col 1:21–23; 1 Ti 6:20–21; He 10:35–39; He 12:1–8; 2 P 3:17–18; Ap 13:5–10
Salmo 85:8 (TLA) — 8 Dejemos de hacer locuras y obedezcamos a Dios. Recordemos que somos suyos, y que él nos ha prometido paz.
Mateo 24:10–13 (TLA) — 10 Muchos de mis seguidores dejarán de creer en mí; uno traicionará al otro y sentirá odio por él. 11 Llegarán muchos falsos profetas y engañarán a muchas personas. 12 La gente será tan mala que la mayoría dejará de amarse. 13 Pero yo salvaré a todos mis seguidores que confíen en mí hasta el final.
Mateo 24:24–25 (TLA) — 24 Porque vendrán falsos profetas y falsos mesías, y harán cosas tan maravillosas que engañarán a la gente. Si pueden, también engañarán a los que Dios ha llamado a seguirlo. 25 Ya antes les había dicho a ustedes
Colosenses 1:21–23 (TLA) — 21 Antes, ustedes estaban lejos de Dios y eran sus enemigos, pues pensaban y hacían lo malo. Sin embargo, ahora Dios los ha hecho sus amigos por medio de la muerte de su Hijo, quien se hizo hombre. Dios lo hizo así para que ustedes pudieran presentarse ante él sin pecado y libres de culpa. 23 Pero esto será así, sólo si mantienen su confianza en Cristo y siguen creyendo en lo que nos promete el mensaje de la buena noticia. Este mensaje ha sido anunciado por todo el Imperio Romano, y yo colaboro anunciándolo.
1 Timoteo 6:20–21 (TLA) — 20 Timoteo, ¡trata de hacer bien tu trabajo! No prestes atención a lo que dicen los que no creen en Cristo, ni a los que critican nuestras enseñanzas y afirman tener la verdad. 21 Por hacerles caso, algunos ya han dejado de confiar en Dios. Yo le pido a Dios que a ustedes los llene de su amor.
Hebreos 10:35–39 (TLA) — 35 Por eso, no dejen de confiar en Dios, porque sólo así recibirán un gran premio. 36 Sean fuertes, y por ningún motivo dejen de confiar en él cuando estén sufriendo, para que así puedan hacer lo que Dios quiere y reciban lo que él les ha prometido. 37 Pues Dios dice en la Biblia: «Muy pronto llegará el que tiene que venir. ¡Ya no tarda! 38 Los que me son fieles en todo y confían en mí vivirán para siempre. Pero si dejan de serme fieles, no estaré contento con ellos.» 39 Gracias a Dios, nosotros no somos de los que dejan de ser fieles y acaban siendo castigados, sino que somos de los que reciben la salvación por confiar en Dios.
Hebreos 12:1–8 (TLA) — 1 ¡Todas esas personas están a nuestro alrededor como testigos! Por eso debemos dejar de lado el pecado que es un estorbo, pues la vida es una carrera que exige resistencia. 2 Pongamos toda nuestra atención en Jesús, pues de él viene nuestra confianza, y es él quien hace que confiemos cada vez más y mejor. Jesús soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz porque sabía que, después de tanto sufrimiento, sería muy feliz. Y ahora se ha sentado a la derecha del trono de Dios. 3 Piensen en el ejemplo de Jesús. Mucha gente pecadora lo odió y lo hizo sufrir, pero él siguió adelante. Por eso, ustedes no deben rendirse ni desanimarse, 4 pues en su lucha contra el pecado todavía no han tenido que morir como él. 5 Pero ustedes parecen haberse olvidado ya del consejo que Dios les da a sus hijos en la Biblia: «Querido jovencito, no tomes las intrucciones de Dios como algo sin importancia. Ni te pongas triste cuando él te reprenda. 6 »Porque Dios corrige y castiga a todo aquel que ama y que considera su hijo.» 7 Si ahora ustedes están sufriendo, es porque Dios los ama y los corrige, como si fueran sus hijos. Porque no hay un padre que no corrija a su hijo. 8 Si Dios no los corrige, como lo hace con todos sus hijos, entonces ustedes no son en verdad sus hijos.
2 Pedro 3:17–18 (TLA) — 17 Queridos amigos, con esto quedan advertidos. Así que cuídense mucho, no sea que los engañe la gente malvada y ustedes dejen de creer firmemente en Dios. 18 Mejor dejen que el amor y el conocimiento, que nos da nuestro Señor y Salvador Jesucristo, los ayude a ser cada vez mejores cristianos. ¡Alabemos a Jesucristo ahora y siempre! Amén.
Apocalipsis 13:5–10 (TLA) — 5 Al monstruo se le permitió creerse importante y decir que él era Dios. También se le permitió gobernar durante cuarenta y dos meses. 6 Pasado ese tiempo, empezó a insultar a Dios, a su templo y a todos los que están en el cielo. 7 También se le permitió pelear contra el pueblo de Dios y derrotarlo, y además se le dio autoridad sobre la gente de todas las razas y pueblos, idiomas y países. 8 A ese monstruo lo adorarán todos los que no tienen sus nombres escritos en el libro del Cordero, que fue sacrificado. Ese libro fue escrito desde antes de que Dios creara el mundo, y en él están escritos los nombres de todos los que tienen vida eterna. 9 Si alguien tiene oídos, que ponga atención a lo siguiente: 10 «Quien deba ir a la cárcel, a la cárcel será llevado; y quien deba morir por la espada, a filo de espada morirá.» Esto significa que el pueblo de Dios debe aprender a soportar los sufrimientos, y a seguir confiando en Dios.
Tratando con creyentes apóstatas
Gl 6:1
Gálatas 6:1 (TLA) — 1 Hermanos, ustedes son guiados por el Espíritu de Dios. Por lo tanto, si descubren que alguien ha pecado, deben corregirlo con buenas palabras. Pero tengan cuidado de no ser tentados a hacer lo malo.
Ver también 1 Co 5:4–5; Stg 5:19–20; 1 Jn 5:16–17
1 Corintios 5:4–5 (TLA) — 5 y que deben entregarlo a Satanás. De ese modo, aunque Satanás destruya su cuerpo, su espíritu se salvará cuando vuelva el Señor Jesús.
Santiago 5:19–20 (TLA) — 19 Hermanos en Cristo, si alguno de ustedes deja de confiar en la verdad que ha aprendido, y otro le devuelve la confianza, 20 quiero que sepan esto: quien hace que un pecador deje de pecar, salva de la muerte al pecador y logra que Dios le perdone sus muchos pecados.
1 Juan 5:16–17 (TLA) — 16 Si alguno ve que un hermano de la iglesia comete un pecado que no lleva a la muerte, debe orar por ese hermano, para que Dios le dé vida. Pero debe tratarse de un pecado que no lleve a la muerte. Porque hay pecados que llevan a la muerte, y quiero decirles que no se debe orar por quienes los cometen. 17 Todo tipo de maldad es pecado, pero no todo pecado lleva a la muerte.
Ejemplos de aquellos que fueron restaurados de la apostasía
Sansón:
Jue 16:20; Jue 16:28–30
Jueces 16:20 (TLA) — 20 y le gritó: «¡Sansón! ¡Los filisteos te atacan!» Sansón despertó pensando que iba a librarse como antes, pero no sabía que Dios ya lo había abandonado.
Jueces 16:28–30 (TLA) — 28 Entonces Sansón oró: «¡Dios todopoderoso, ayúdame sólo una vez más! Los filisteos se han burlado de mí sacándome los ojos, te ruego que me des fuerzas para vengarme de ellos». 29 Dicho esto, Sansón apoyó sus dos manos sobre las columnas centrales que sostenían el templo, 30 y gritó: «¡Que mueran conmigo los filisteos!» Luego empujó las columnas con todas sus fuerzas, y el templo se vino abajo sobre los jefes filisteos y sobre todos los que allí estaban. Sansón mató a más personas al morir, que las que había matado en toda su vida.
Sal 51:1–17 David
Salmo 51:1–17 (TLA) — 1 Dios mío, tú eres todo bondad, ten compasión de mí; tú eres muy compasivo, no tomes en cuenta mis pecados. 2 ¡Quítame toda mi maldad! ¡Quítame todo mi pecado! 3 Sé muy bien que soy pecador, y sé muy bien que he pecado. 4 A ti, y sólo a ti te he ofendido; he hecho lo malo, en tu propia cara. Tienes toda la razón al declararme culpable; no puedo alegar que soy inocente. 5 Tengo que admitir que soy malo de nacimiento, y que desde antes de nacer ya era un pecador. 6 Tú quieres que yo sea sincero; por eso me diste sabiduría. 7 Quítame la mancha del pecado, y quedaré limpio. Lava todo mi ser, y quedaré más blanco que la nieve. 8 Ya me hiciste sufrir mucho; ¡devuélveme la felicidad! 9 No te fijes en mi maldad ni tomes en cuenta mis pecados. 10 Dios mío, no me dejes tener malos pensamientos; cambia todo mi ser. 11 No me apartes de ti; ¡no me quites tu santo espíritu! 12 Dame tu ayuda y tu apoyo; enséñame a ser obediente, y así volveré a ser feliz. 13 A los pecadores les diré que deben obedecerte y cambiar su manera de vivir. 14 Señor y Dios mío, Dios de mi salvación, líbrame de la muerte, y entre gritos de alegría te daré gracias por declararme inocente. Abre mis labios y te cantaré alabanzas. 16 Yo con gusto te ofrecería animales para ser sacrificados, pero eso no es lo que quieres; eso no te complace. 17 Para ti, la mejor ofrenda es la humildad. Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente.
Pedro:
Mt 26:74 para el registro de la restauración de Pedro ver Jn 21:15–17
Mateo 26:74 (TLA) — 74 Pedro les contestó con más fuerza: —¡Ya les dije que no conozco a ese hombre! ¡Que Dios me castigue si no estoy diciendo la verdad! En ese momento un gallo cantó,
Hch 15:37–38 para la evidencia de la recuperación de Juan Marcos ver 2 Ti 4:11
Hechos de los Apóstoles 15:37–38 (TLA) — 37 Bernabé quería que Juan Marcos los acompañara, 38 pero Pablo no estuvo de acuerdo. Y es que hacía algún tiempo, Juan Marcos los había abandonado en la región de Panfilia, pues no quiso seguir trabajando con ellos.
El castigo de los apóstatas
Is 65:12–15; Ez 3:20; Ez 18:24–26; 2 Tes 2:11–12; 2 P 2:17
Isaías 65:12–15 (TLA) — 12 no les espera nada bueno. Porque yo los llamé y ustedes no me respondieron, les hablé y no me obedecieron; hicieron lo que no me gusta, y eligieron lo que no me agrada». 13 Dios también dijo: «Mis fieles seguidores tendrán comida, pero ustedes, los que se apartan de mí, sentirán hambre; mis seguidores tendrán agua, pero ustedes tendrán sed. »Mis seguidores se alegrarán, pero ustedes quedarán avergonzados. 14 Ellos cantarán con el corazón alegre, mientras que ustedes gritarán y llorarán con el corazón hecho pedazos. 15 »A mis seguidores les daré un nombre hermoso; en cambio, el nombre de ustedes se usará para maldecir a otros.
Ezequiel 3:20 (TLA) — 20 »Puede ser que una persona buena deje de hacer el bien y haga lo malo. Si yo la pongo en peligro de muerte, y tú no se lo adviertes, morirá por causa de su pecado, y no tomaré en cuenta lo bueno que haya hecho antes. Pero el culpable de su muerte serás tú.
Ezequiel 18:24–26 (TLA) — 24 »Pero si la persona justa deja de hacer lo bueno y comienza a comportarse como un malvado, y hace cosas malas y repugnantes, no esperen que yo la deje seguir viviendo. Al contrario, no tomaré en cuenta sus buenas acciones, y morirá por culpa de sus pecados y por desobedecerme. 25 »Ustedes me critican y piensan que soy injusto. Pero escúchenme bien, israelitas, y respóndanme: ¿De veras soy injusto? ¿No será, más bien, que son ustedes los injustos? 26 »Si una persona justa deja de serlo, y comienza a hacer lo malo, morirá por culpa de su maldad.
2 Tesalonicenses 2:11–12 (TLA) — 8 Después de eso, el malvado aparecerá. Satanás lo ayudará a engañar a muchos con señales y falsos milagros. Engañará con toda clase de mentiras a los que no quisieron amar y aceptar el verdadero mensaje de Jesucristo, mensaje que podría haberlos salvado del castigo que recibirán. Dios permite que ese hombre mentiroso y malvado los engañe, para que acepten lo que es falso. Así Dios castigará a todos los que no han querido creer en el verdadero mensaje y son felices haciendo el mal. Pero cuando el Señor Jesús vuelva, con todo su poder y su gloria, destruirá con el soplo de su boca al hombre malvado, y le quitará su poder.
2 Pedro 2:17 (TLA) — 17 Esos falsos maestros son como pozos secos, sin agua; ¡son como nubes llevadas por fuertes vientos! Pero Dios los castigará y los echará para siempre a la más profunda oscuridad.
Castigo mediante desgracia
Dt 28:63; Am 2:4–6
Deuteronomio 28:63 (TLA) — 63 Ahora Dios está contento con ustedes, y los trata bien y hace que crezcan más y más en número; pero, si no obedecen, Dios estará feliz de destruirlos, y por la fuerza los expulsará del territorio que ahora les da.
Amós 2:4–6 (TLA) — 4 El Dios de Israel ha dicho: «Ustedes, habitantes de Judá, han llegado al colmo de la maldad. Por eso, ¡no los perdonaré! Rechazaron mis enseñanzas y no quisieron obedecerlas. Prefirieron adorar a los dioses falsos que antes adoraron sus antepasados. 5 »Por eso les prenderé fuego a las ciudades de Judá, y dejaré hechos cenizas los palacios de Jerusalén». 6 El Dios de Israel ha dicho: «Ustedes, pueblo de Israel, han llegado al colmo de la maldad. Por eso, ¡no los perdonaré! A la gente humilde y honrada la venden como esclava por unas cuantas monedas y hasta por un par de zapatos;
Castigo mediante derrota
Nm 14:43; Jue 2:12–15
Números 14:43 (TLA) — 43 Ustedes se apartaron de Dios, y por eso él los ha abandonado. Si van a ese territorio, sus habitantes les saldrán al encuentro y los matarán.
Jueces 2:12–15 (TLA) — 14 Tan enojado estaba con ellos que dejó que los atacaran y les robaran lo que tenían. También permitió que los derrotaran sus enemigos, sin que ellos pudieran hacer nada para impedirlo. 15 Cuando iban a pelear, Dios se ponía en contra de ellos, y todo les salía mal, tal como él lo había advertido. Los israelitas estaban en grandes aprietos,
Castigo mediante rechazo
2 Cr 24:20; Os 4:6
2º Crónicas 24:20 (TLA) — 20 Entonces el espíritu de Dios le dio un mensaje a Zacarías, hijo del sacerdote Joiadá. Él fue, se subió a una tarima, y le dijo al pueblo: «Así dice Dios: “¡Ustedes se han buscado su propia ruina, por haber desobedecido mi ley! ¡Por haberme abandonado, ahora yo los abandono a ustedes!”»
Oseas 4:6 (TLA) — 6 »Mi pueblo no ha querido reconocerme como su Dios, y por eso se está muriendo. ¡Ni los sacerdotes me reconocen! Por eso no quiero que sigan sirviendo en mi templo. Ya que olvidaron mis mandamientos, yo también me olvidaré de sus hijos.
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