La Salvación y su fruto: Gozo
La Salvación y su fruto • Sermon • Submitted
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· 297 viewsEsta es una serie consecutiva sobre el fruto que el Espíritu Santo produce en el creyente de forma natural. Se divide en 9 características: 1) Amor 2) Gozo 3) Paz, 4) Paciencia, 5) Benignididad, 6) Bondad, 7) Fe, 8) Mansedumbre, 9)Templanza.
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Introducción
Introducción
Para la sociedad secular es complejo ver a los cristianos con gozo en medio de las adversidades. Recuerdo que después del entierro de mi abuelo Juan Espíndola, era sorprendente ver el gozo que ellos tenían dentro, ellos sentían gozo porque sabían a dónde se había ido él y sabían que la esperanza que tenían era verdadera, pues estaba puesta en Cristo. Muchos pueden creer que gozo es sinónimo de siempre estar sonriendo, pero no siempre suele ser así. Esta noche vamos a observar una característica más del fruto del Espíritu.
Cita bíblica:
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
I. Significado de “gozo”
I. Significado de “gozo”
¿Qué significa el gozo? Tanto en el A.T. como en el N.T. encontramos muchas referencias al gozo. En el Nuevo Testamento ocurre 74 veces, de los cuales 63 tienen el sentido de “sensación” y 11 tienen el sentido de “saludo”. Es decir, el gozo es una forma de sentirse, y también una forma de saludar. Por ejemplo, el término se usa como un saludo en distintas traducciones, como ser “Salve (Mt. 26:49; 27:29; 28:9; Mr. 15:18; Lc. 1:28; Jn. 19:3), Salud (Hch. 15:23; 23:26; Stg. 1:1) y Bienvenido (2 Jn. 10; 11)” pero más énfasis tiene cuando tiene el sentido de “sensación”. Entonces, cuando se habla de gozo en el N.T. se hace referencia más a una sensación que a otra cosa.
Pero, ¿Qué es la sensación de tener gozo? Entendiendo que el gozo es una dádiva divida, podemos decir que el gozo es la respuesta apropiada del alma al Evangelio (Lc. 2:10) El gozo es una alegría profunda del corazón. El gozo es una sensación que los incrédulos no son capaces de experimenta, ya que dicho gozo es una característica del fruto que el Espíritu Santo produce en el creyente. Lo que el incrédulo experimenta es felicidad, que llega a ser temporal y pasajera, de acuerdo a la circunstancias, pero el gozo no es de la misma manera.
II. El gozo es un mandamiento
II. El gozo es un mandamiento
Al observar lo que Pablo dice en el Filipenses 4:4, nos damos cuenta que el gozo no es algo opcional. Tanto en Lucas 10:20, Gálatas 5:22, Filipenses 4:4; 1 Tesalonicenses 5:16 y otros textos, se nos manda a estar en gozo siempre. Estos textos se encuentran en un “Presente, activo, imperativo”, es decir una acción que fluye de nosotros de manera constante gracias al espíritu y que se nos demanda que lo mantengamos constante.
No se nos recomienda, no se nos aconseja, no se nos sugiere, sino que se nos manda que estemos siempre gozosos, no se nos dice a veces, periódicamente, u ocasionalmente de acuerdo a las circunstancias, es siempre. Debemos recordar siempre que un mandamiento es imposible no obedecer, si no se lo hace estamos en rebeldía y por ende en pecado delante de Dios. Se nos llama a estar en constante gozo siempre.
Podemos pensar y decirnos: “No es posible estar en gozo todo el tiempo”, pero lo cierto es que, no puede ser que el Señor nos de un mandamiento que no pueda ser cumplido. El gozo divino es distinto a la felicidad del mundo en que aunque estamos en medio de situaciones difíciles nuestro gozo permanece. Es decir, seguimos gozosos aún en las pruebas.
III. El gozo tiene una fuente
III. El gozo tiene una fuente
Ahora, decir que no es posible estar en gozo todo el tiempo, es decir que la fuente de donde proviene tal gozo es finito o terminable. Dado que Filipenses 4:4 dice que la fuente del gozo es el Señor, y puesto que él es eterno, nuestra fuente nunca se acaba y por consecuencia nosotros podemos y debemos estar llenos de gozo. Esta es la clave de un gozo perpetuo, el Señor. Como lo dice R.C. Sproul: “Si Cristo está en mí y yo en él, esa relación no es una experiencia ocasional. El cristiano está siempre en el Señor y el Señor está siempre en el cristiano, y eso siempre será motivo de gozo. Aunque el cristiano no pueda regocijarse en sus circunstancias, si se encuentra en medio del dolor, angustia o tristeza, aun así puede regocijarse en Cristo. Nos regocijamos en el Señor, y puesto que él nunca nos deja ni nos abandona, podemos regocijarnos siempre”.
Nos gozamos en medio del dolor, no con el dolor. Es decir siento gozo no por lo que esté ocurriendo, sino porque sé que él está conmigo (Sofonías 3:17) y que el resultado de ese proceso será un beneficio para mi vida (Stg. 1:2-3).
Entonces, él es la fuente de nuestro gozo y el objeto de nuestro gozo. Es gracias a él y su Espíritu (fuente) que nuestro gozo no se termina, y es gracias a él y su espíritu que que nos mantenemos en gozo porque sabemos que ellos están con nosotros.
Conclusión
Conclusión
En conclusión, nos compete a cada cristiano mantenernos gozosos todo el tiempo, nuestro gozo no lo debe determinar las circunstancias, sino la presencia del Señor en medio de ellas (Sal. 23:4). Aunque sonreír, en muchas ocasiones, no signifique gozo, todo aquel que se goza en el Señor disfruta compartir dicho gozo a través de la alegría. No tenemos opción a no expresar el gozo, sino que somos llamados a permanecer en gozo.