La Salvación y su fruto: Paz

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Esta es una serie consecutiva sobre el fruto que el Espíritu Santo produce en el creyente de forma natural. Se divide en 9 características: 1) Amor 2) Gozo 3) Paz, 4) Paciencia, 5) Benignidad, 6) Bondad, 7) Fe, 8) Mansedumbre, 9)Templanza.

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Introducción

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“Paz”, es un término que muchos pueden definirlo de distintas manera. Algunos pueden decir: “Paz es vivir sin problemas”. ¿Realmente paz significa eso? Muy claramente se refiere a gozo y, por implicación, a paz el profeta Habacuc 3:17-19. Jesús dijo que la paz que él trajo a este mundo no era la que este mundo daba, sino que era una paz completamente distinta. Lo cierto es que el mundo no sabe que puede acceder a una paz muy superior a la que experimentan normalmente.
Cita bíblica:
Salmo 37:37 RVR60
Considera al íntegro, y mira al justo; Porque hay un final dichoso para el hombre de paz.

I. Las formas de hallar paz

Para la sociedad la única forma de hallar paz es estando sin problemas, pero lo cierto es que por más que en este mundo se esfuercen por encontrar esa paz, su vida aún tendrá un problema muy grande que por sí mismos no podrán resolverlo.
Por medio de la justificación (Ro. 5:1; 1 P. 5:14)
La justificación por la fe en Cristo es la única forma de encontrar la paz que el ser humano necesita para despreocuparse de los afanes de este mundo. Es la única forma en la que la paz común se convierte en una paz especial dada por alguien muy especial y particular. Muy claro lo dijo Pablo que tenemos paz siendo justificados por la fe en Cristo (Ro. 5:1), y Pedro recalcando que la paz verdadera esta sólo con aquellos que están en Cristo (1 P. 5:14), es decir, que han sido justificados.
Conociendo más a Dios (2 P. 1:2; Is. 48:18)
La primera forma de encontrar paz es la más esencial que toda persona debe entender. Esa es la paz que tenemos con Dios, siendo Cristo el que nos reconcilió consigo mismo (2 Co. 5:18-19), pues estábamos alejados de Dios. Una vez justificados por y con Dios, necesitamos siempre conocerle más a él para seguir experimentando esa paz en todas las áreas de nuestra vida.
Dejando la vanagloria (Gá. 6:14-16)
Para conocer a Dios y de esa forma encontrar paz, es necesario dejar la vanagloria en cada uno, así lo dijo Pablo, que a todos los que dejaran la vanagloria tendrán paz en sí mismos.
Llevando una vida íntegra (2 P. 3:14; 2 Ti. 2:22)
Una vez que hemos decidido dejar la vanagloria en nuestra vida debemos comprometernos a llevar una vida en integridad, sin mancha e irreprensibles, que significa en paz con Dios (2 P. 3:14). Hemos sido llamados a esto, así como Pablo le encomendó a Timoteo a huí del pecado y seguir la paz (2 Ti. 2:22).
Confiando en él (Jn. 16:33)
Cuando dejamos la vanagloria y comenzamos a llevar una vida en integridad nos damos cuenta que realmente estamos confiando en Dios. Lo maravilloso de esta confianza es que, aunque en este mundo tendremos aflicción, debemos seguir esperando en él porque él ya venció a este mundo y sus deseos pecaminosos (Jn. 16:33).
Por medio de la oración (Fil. 4:6-7)
Una tercer forma de hallar paz es a través de la oración. El apóstol Pablo había entendido claramente esto, pues les dijo a los de la iglesia en Filipos que la forma de guardar nuestros corazones con una paz que sobrepasa todo entendimiento es encomendando todo al Señor, que nuestras peticiones sean conocidas a él (Fil. 4:6-7).
Por ahora podemos ver esas tres formas de hallar paz, las dos últimas, conociéndolo a él y orando, se nos es privilegiado cuando hemos realizado la primera forma de hallar la paz más importante en la vida del ser humano, la paz con Dios.

II. Los beneficios de tener paz

Aparte de tener el privilegio de tener paz en nuestras vidas, esta tercer característica del fruto nos trae grandes beneficios a cada uno. Veamos.
Hallar descanso (Is. 26:3; Sal 4:8)
El primero es tener un descanso en él. La paz está ligada al pensamiento. Para tener tranquilidad debemos tener una mente en paz. El deseo de todo el mundo es tener paz, pero buscar la verdadera paz en el mundo es tan absurdo como buscar una aguja en un pajar. Vivir confiado en el Señor trae paz y descanso para nuestras almas.
Tener una buena relación con los demás (Pr. 16:7; Heb 12:14)
Un segundo beneficio es tener una relación armoniosa con los demás, es impresionante lo que dice Proverbios 16:7, que cuando el hombre agrada a Dios, aún a sus enemigos hacer estar en paz con él. Debemos anhelar estar en paz con todos, lo dice muy claro Hebreos 12:14.
Es un mandato (1 Ts. 5:13; 2 Co. 13:11; Ro. 12:18; 14:19)
No hay manera de obviar esto, pues como las anteriores características del fruto, este también es un mandato que recibimos. Pablo a los tesalonicenses les dice que deben estar en paz con los líderes (1 Ts. 5:13), a los corintios a que estén en paz con los hermanos en Cristo (2 Co. 13:11), a los romanos a que si depende de ellos estar en paz lo estén con toda la sociedad (Ro. 12:18), trabajando en esto siempre, en todo lo que contribuya a la paz (Ro. 14:19).
Es la forma de tener unidad (Ef. 4:3)
Cuando no hay una relación de paz con todos, es imposible tener una relación en unidad. Hemos sido llamados a vivir en unidad como el cuerpo de Cristo que somos y no lo vamos a lograr a menos que sea viviendo en paz.
Tener esperanza (Sal. 37:37; Ro. 15:13)
El tercer beneficio de tener paz es que en nosotros se mantiene la esperanza. Hay un final dichoso para el hombre de paz (Sal. 37:37) Mientras somos llenados de paz, también somos llenados de esperanza (Ro. 15:13).

III. Las consecuencias de no tener paz

Así como hay beneficios para los que expresan la tercer característica del fruto, también hay consecuencias por no expresarlas y son las siguientes.
Vivir en impiedad (Is. 57:21)
Se vive una vida en impiedad delante de Dios. Si no queremos vivir en paz con Dios y los hombres pues no esperemos vivir en paz con nosotros mismos, pues el Señor dijo que no hay paz para los impíos pues se encuentran condenados por la rebeldía hacia Dios.
Olvidarse del bien (Lam. 3:17)
El vivir en impiedad lleva a vivir una vida que se olvida de hacer el bien.
Hablar contra Dios (Jer. 4:10)
Y por consecuencia se comienza a hablar en contra de Dios por los resultados de no tener paz, tal cual como lo hizo Jeremías, creyendo que Dios los había engañado cuando en realidad les dijo lo que les sucedería si no se arrepentían.

Conclusión

Vivir en paz no significa vivir fuera de problemas y dificultades, vivir en paz significa que aún en medio de ellos la esperanza y confianza queda aferrada a Dios, y esa seguridad trae paz al alma de aquel que confía en él. Sin lugar a dudas esa paz que tenemos con Dios debemos reflejarla a los demás, 1) recordando que hay formas de hallar paz, 2) hay grandes beneficios y 3) que si no se quiere tener paz pues hay consecuencias. Que nuestra vida se llene de paz y que vivamos en paz con Dios y los hombres.
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