Dejando Los Privilegios Pasajeros Para Servir Mejor A Cristo (8)
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Dejando Los Privilegios Pasajeros Para Servir Mejor A Cristo
Dejando Los Privilegios Pasajeros Para Servir Mejor A Cristo
Renunciando
I. Manteniendo Una Vida Firme, Fil 3:1
1. Gozándose En El Señor, Fil 3:1
Vuestro gozo dijo Jesús al anunciarles a sus discípulos persecuciones no les podrá quitar nadie, Juan 16:22.
Hay una cierta indestructibilidad en el gozo cristiano; y es así porque el gozo cristiano no esta en el Señor. Su base es que el cristiano vive constantemente en la presencia de Cristo.
Puede perder todas las cosas y aun las personas, pero nunca podrá perder a Cristo. Por lo tanto, podrá haber circunstancia en el cual el gozo puede ser imposible, de tal forma que parecería no haber nada mas que problemas y dolor, el gozo cristiano permanece, porque todas las amenazas, terrores, problemas de la vida no pueden apartar al cristiano del amor de Dios en Jesucristo su Señor, Ro 8:35-39.
Aquí también establece Pablo lo que podríamos llamar la necesidad de la repetición. Dice que se propone escribirles cosas que ya les ha escrito antes.
Las grandes verdades salvíficas del Cristianismo no cambian; y nunca se pueden oír demasiadas veces. No nos cansamos de los alimentos que son esenciales para la vida.
Bebemos agua y comemos pan todos los días; y de la misma manera debemos escuchar una y otra vez las verdades que son el pan y el agua de vida.
2. Guardándose De Los Maestros Malvados, Fil 3:2
Guardándose de los enemigos del evangelio
Los llama obreros malvados, realizadores de malas acciones. Los judíos estarían muy seguros de ser obradores de justicia. Estaban convencidos de que el cumplir las innumerables reglas y preceptos de la Ley era obrar justicia; pero Pablo estaba seguro de que la única clase de justicia que existe viene de rendirnos incondicionalmente a la gracia de Dios. La consecuencia de la enseñanza de ellos era alejar a las personas cada vez más de Dios en vez de acercárselas. Creían que estaban haciendo el bien, pero de hecho estaban obrando maldad. Todo maestro debe estar más profundamente interesado en escuchar a Dios que en propagar sus propias ideas y opiniones, so pena de correr el riesgo de ser un obrero del mal hasta cuando se tiene por obrador de justicia.
3. La Circuición Verdadera, Fil 3:2-3
Por último, los llama la secta de los mutiladores. ¿Qué quería Pablo resaltar? Según la creencia judía, la circuncisión se instituyó en Israel como una señal y símbolo de que era el pueblo con el que Dios había entrado en una relación especial. La historia del principio de ese signo se encuentra en Ge 17:9-10. Cuando Dios hizo un pacto especial con Abraham, estableció la circuncisión como su señal eterna. Ahora bien: la circuncisión no es más que un signo en la carne, algo que se hace en el cuerpo de un hombre. Pero, si un hombre ha de tener una relación especial con Dios, necesita mucho más que una marca en su cuerpo. Debe tener una cierta clase de mentalidad y de carácter y de corazón. Aquí era donde por lo menos algunos de los judíos cometían una equivocación. Consideraban que la circuncisión, en sí, era suficiente para apartarlos especialmente para Dios.
Mucho, mucho antes de esto, los grandes maestros y profetas se habían dado cuenta de que la circuncisión en la carne no era en sí misma ni mucho menos suficiente, y que lo-que se necesitaba era una circuncisión espiritual.
En Levítico, el santo Legislador dice que los corazones incircuncisos de Israel deben ser humillados para aceptar el castigo de Dios (Lv 26:41).
La exhortación del autor del Deuteronomio es: " Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz» (Dt 10:16).
Dice que el Señor les circuncidará el corazón para hacer que Le amen (Dt 30:6).
Jeremías habla del oído incircunciso, que se niega a escuchar la Palabra de Dios (Jer 6:10).
El autor del Éxodo habla de labios incircuncisos (Ex 6:12).
Así es que lo que dice Pablo es: " Si no tenéis nada que mostrar más que la circuncisión de la carne, no sois circuncidados de verdad -no estáis más que mutilados. La verdadera circuncisión es la devoción del corazón y de la mente y de la vida a Dios.»
Por tanto, dice Pablo, son los cristianos los que están circuncidados de veras. Están circuncidados, no con una marca exterior en la carne, sino con la circuncisión interior de la que hablaron los grandes legisladores y maestros y profetas. Entonces, ¿cuáles son las señales de esa circuncisión verdadera? Pablo establece tres.
(i) Nosotros adoramos en el Espíritu de Dios; o, nosotros adoramos a Dios en el Espíritu. El culto cristiano no es un mero ritual, ni la observancia de los detalles de la Ley; es algo del corazón. Es perfectamente posible que uno cumpla una liturgia elaborada, y que su corazón esté sin embargo lejos de Dios. Es perfectamente posible que observe todas las reglas externas de la religión, y sin embargo tenga el corazón lleno de odio y rencor y orgullo. El verdadero cristiano da culto a Dios, no con fórmulas y normas externas, sino con la verdadera devoción y la sinceridad real de su corazón. Su culto es amor a Dios y servicio a los hombres.
(ii) Sólo estamos orgullosos de Jesucristo. El cristiano no se jacta de nada que haya hecho por sí mismo, sino sólo de lo que Cristo ha hecho por él. De lo único que puede presumir es de ser una persona por la que Cristo murió. Eso era lo que Pablo quería decir con su famoso proclama: " ¡Lejos esté de mí el gloriarme en otra cosa que no sea la Cruz de nuestro Señor Jesucristo!» (Gal 6:14).
(iii) No ponemos nuestra confianza en cosas meramente humanas. Los judíos ponían su confianza en el emblema físico de la circuncisión y en el cumplimiento de los deberes externos de la Ley. El cristiano pone su confianza solamente en la misericordia de Dios y en el amor de Jesucristo. El judío, en esencia, confiaba en sí mismo; el cristiano, en esencia, confía en Dios.
Conclusión: Ten una vida firme, gozándote en el Señor, Teniendo cuidado de las falsas enseñanzas, no te jactes de lo que puedes llagar a obtener, se humilde y sirve al Señor.
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II. Renunciando Los Privilegios Humanos, Fil 3:4-7
A. Los Privilegios De Pablo, Fil 3:4-7
Pablo presenta sus credenciales, no para presumir, sino para mostrar que había disfrutado de todos los privilegios de un judío, y había alcanzado todas las ventajas a que cualquier judío pudiera aspirar. Sabía lo que era ser judío en el más alto sentido de la palabra, pero había renunciado a todo ello a sabiendas por causa de Jesucristo. Cada frase de este catálogo de los privilegios de Pablo tiene un sentido especial; veámoslas una a una.
1. Circuncidado A Los Ocho Días De Nacer, Fil 3:5 a.
Ese había sido el mandamiento que le había dado Dios a Abraham: " A los ocho días de edad será circuncidado todo varón entre vosotros» (Ge 17:12); y ese mandamiento se había repetido como una ley de Israel de carácter permanente (Lv 12:3). Pablo deja bien claro que no es un ismaelita, que se circuncidaban a los trece años (Ge 17:25), ni un prosélito que hubiera llegado más tarde a la fe judía y se hubiera circuncidado en la madurez. Subraya el hecho de que había nacido en la fe judía, y había conocido sus privilegios y observado sus ceremonias desde su nacimiento.
2. Era de la Raza de Israel. Fil 3:5b.
Cuando los judíos querían hacer hincapié en su relación especial con Dios en su sentido más único usaban la palabra israelita. Israel fue el nombre que Dios le dio a Jacob después de su lucha con Él (Ge 32:28). Era de Israel de quien de una manera especial recibían su herencia. De hecho, también los ismaelitas eran descendientes de Abraham, porque Ismael fue el hijo que tuvo Abraham de Agar; los edomitas también eran descendientes de Isaac, porque Esaú, el fundador de .su nación, era hijo de Isaac; pero los israelitas eran los únicos que podían trazar su descendencia desde Jacob, a quien Dios había puesto el nombre de Israel. Al llamarse israelita, Pablo subrayaba la pureza absoluta de su ascendencia.
3. Era de la tribu de Benjamín. Fil 3:5c.
Es decir, no sólo era israelita, sino que pertenecía a la elite de Israel. La tribu de Benjamín ocupaba un lugar especial en la aristocracia de Israel. Benjamín había sido hijo de Raquel, la esposa predilecta de Jacob, y fue el único de los Doce Patriarcas que nació en la Tierra Prometida (Ge 35:17-18).
Fue de la tribu de Benjamín de la que procedió el primer rey de Israel (1S 9:1 s), y sin duda fue del recuerdo de ese rey, Saúl, de donde procedía el primer nombre de Pablo, Saulo.
Cuando el reino se dividió bajo Roboam, diez de las tribus se separaron con Jeroboam, y Benjamín fue la única tribu que permaneció fiel con Judá (1R 12:21).
Cuando volvieron del exilio, fue de las tribus de Benjamín y de Judá de las que se formó el núcleo de la nación renacida (Esd 4:1).
La tribu de Benjamín ocupaba el puesto de honor en la formación guerrera de Israel, y el grito que guerra de Israel era: " ¡En pos de ti, Benjamín!» (Jue 5:14; Os 5:8).
La gran fiesta de Purim, que se celebraba todos los años con gran regocijo, conmemoraba la liberación que es el tema del Libro de Ester, y la figura central de esa historia fue Mardoqueo, un benjaminita. Ester 2:5
Cuando Pablo afirmaba que era de la tribu de Benjamín quería decir que no era un israelita de tantos, sino que pertenecía a la aristocracia de Israel.
Así es que Pablo afirmaba que era fiel a la Ley judía desde su nacimiento; que su linaje era de tal pureza que no cabía más, y que pertenecía a la tribu más aristocrática = (ilustre, alta, y distinguida) de Israel.
B. Los logros de Pablo, Fil 3:5c.
1. Era un hebreo nacido de padres Hebreos.
Esto no es lo mismo que decir que era un verdadero israelita. El detalle es el siguiente. Los judíos habían sido dispersados por todo el mundo. Había judíos en todas las naciones, las ciudades y los pueblos del mundo. Había docenas de millares de ellos en Roma; y en Alejandría eran más de un millón. Se negaban testarudamente a ser asimilados por las naciones donde vivían; retenían fielmente su propia religión y costumbres y leyes.
Pero ocurría a menudo que olvidaban su lenguaje ancestral. Hablaban griego por necesidad porque vivían y se movían en ambientes griegos. Un hebreo era un judío que era no sólo de pura ascendencia racial, sino que había conservado, a menudo laboriosamente, la lengua hebrea. Un judío de esos hablaría la lengua de su país de residencia, pero también el hebreo, que era su lenguaje ancestral.
Pablo no era sólo un judío de pura raza, sino que además hablaba hebreo. Había nacido en la ciudad gentil de Tarso, pero había ido a Jerusalén para educarse a los pies de Gamaliel (Hch 22:3), y podía, cuando se le presentaba la ocasión, hablar a los judíos de Jerusalén en su propia lengua (Hch 21:40).
2. Por lo que se refería a la Ley, se había educado para ser fariseo, Fil 3:5d.
Esa era una cualidad a la que Pablo se refiere más de una vez (Hch 22:3; Hch 23:6; Hch 26:5). No había muchos fariseos, nunca más de seis mil; pero eran los atletas espirituales del judaísmo. Su nombre quería decir Los separados. Se habían apartado de la vida corriente y de todas las tareas ordinarias para hacer que su único objetivo fuera guardar la Ley en todos sus más mínimos detalles. Pablo declara que era, no solamente un judío que había conservado la religión ancestral, sino que había dedicado toda su vida a su más rigurosa observancia. Nadie sabía mejor que él por experiencia personal lo que era la religión judía en sus demandas más elevadas y minuciosas.
3. En cuanto a su celo religioso en el judaísmo había sido un perseguidor de la Iglesia. Fil 3:6a.
Para un judío, el celo era la cualidad más elevada de la vida religiosa. Finees había salvado al pueblo de la ira de Dios, y había recibido un sacerdocio a perpetuidad porque había demostrado tener celo por su Dios (Nm 25:11-13). Y el salmista proclama: «Me consumió el celo de Tu Casa» (Sal 69:9). Un celo ardiente por Dios era la cima de la religión judía. Pablo había sido un judío tan celoso que había hecho todo lo posible por destruir a los que creía los enemigos del judaísmo. Eso era algo que él nunca olvidó. Una y otra vez habla de ello (Hch 22:2-21; Hch 26:4,23; como un abortivo, no era digno de ser apostol, persigio a la iglesia 1Co 15:8-10; Gal 1:13). No se avergonzaba de confesar su vergüenza, y de decir que antes había odiado al Cristo al Que ahora amaba, y había tratado de raer la Iglesia que ahora servía. Pablo pretendía conocer el judaísmo en su ardor más intenso y hasta fanático.
4. En cuanto a la justicia que la Ley podía producir, era irreprochable. Fil 3:6d.
Quiere decir reprochar de pecado u omisión. Pablo pretende que no había ninguna demanda de la Ley que él no hubiera tratado de cumplir.
Así es que Pablo enumera sus logros. Había sido un judío tan leal que no había perdido la lengua hebrea; era no solamente un judío religioso, sino que formaba parte de la denominación más estricta y disciplinada; había tenido en su corazón un celo ardiente por lo que creía que era la causa de Dios, y había cumplido la Ley de tal manera que nadie le podía reprochar ni lo más mínimo.
Todas estas cosas Pablo podría haber pretendido poner en su haber; pero cuando se encontró con Cristo, las pasó a la otra hoja como nada más que malas deudas. Las cosas que había creído que eran sus glorias eran de hecho inútiles. Todo logro humano tenía que descartarse para poder aceptar la gracia gratuita de Cristo. Tenía que despojarse de toda pretensión humana de honor para poder aceptar con completa humildad la misericordia de Dios en Jesucristo.
De este modo demuestra Pablo a esos judíos que tenía derecho a hablar. No está condenando el judaísmo desde fuera. Lo había experimentado al nivel más alto; sabía que no era nada comparado con el gozo que Cristo le había dado. Sabía que el único camino a la paz era abandonar el camino de los logros humanos y aceptar el camino de la gracia.
Conclusión: Pablo enseña a no jactarse por las cosas de este mundo y (Jeremías 9:24) enseña en que si se debe gloriar, que cada día se gloríe en entender y conocer mas a Dios y no en las cosas pasajeras de este mundo
para Pablo los logros espirituales estaban por ensima de los terrenales