Eleventh Sunday in Ordinary Time (2)

La confianza

I. Caminar en la fe

San Pablo no da la clave para interpretar las lecturas del día de hoy cuando nos dice que, como creyentes, “estamos siempre llenos de buen ánimo (confianza, seguridad), sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, vivimos desterrados lejos del Señor, 7 pues caminamos en fe y no en visión… (2Cor 5:6-7).

San Pablo escribe a la comunidad de Corinto para animarlos a perseverar en medio de las dificultades y lo hace recordándoles que veremos los frutos sólo al final de nuestra vida, cuando “cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal".

I. El cedro transplantado.

Ezequiel hace otro tanto en la primera lectura que escuchamos. El profeta habla al resto del pueblo de Israel, que se encuentra en el exilio, después de haber sobrevivido a la deportación. Ellos se ven insignificantes y sin esperanza y el profeta les dice de parte de Dios que Él va a escoger este resto que es como la punta de las ramas del alto cedro que era Israel y lo va a plantar en la alta montaña (Jerusalén). Ahí florecerá y dará fruto.

La rama es, ciertamente insignificante, pero el Señor que la va a plantar y cuidar (3 veces aparece su nombre), es quien asegura que crezca, florezca y fructifique. Todo esto servirá para que sea evidente que de Él viene todo crecimiento.

Los exiliados no pueden ver aún este crecimiento, pero son invitados a poner su confianza en el Señor

II. El grano de mostaza

En el evangelio, Jesús utiliza dos ejemplos tomados de la agricultura y sobre todo de la siembra.

Con el primero compara el reino de Dios a una semilla que crece por su propia fuerza interior, no porque el campesino mismo sea la causa. Por mucho que éste trabaje, el crecimiento y el fruto serán siempre un don de Dios y resultado de la vida interna de la semilla.

Con el primer compara el reino de Dios con una semilla de mostaza. La iglesia es pequeña, y casi invisible en tiempos de San Marcos; sin embargo Jesús les ha enseñado que las apariencias engañan: aunque no puedan verlo aún, esa semilla encierra en potencia una gran planta. En este caso, el Señor quiere animarnos a la confianza en el presente, cuando sólo vemos la semilla minúscula e insignificante, a que no nos dejemos llevar por las apariencias.