CONECTADOS - Rendirse ¿es una opción?
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Nuestra intención, si bien es infundirte ánimo, fundamentalmente es que puedas establecer bases firmes en la Roca que es Cristo, porque el ánimo/desanimo y las emociones vienen y van.
Hay muchas veces en las que lo único que se nos cruza por la cabeza es tirar la toalla y decir “hasta acá llegó mi amor, no puedo más, esto no da para más, ya fue”.
Anécdota: Se cuenta que una vez el diablo quiso retirarse de diabólico quehacer y puso en venta todas sus armas. En el día señalado fueron exhibidas todas sus herramientas, con el precio de cada una bien señalado.
Una de ellas tenia un precio mucho mas alto que las demás. Le preguntaron por que y él respondió porque era la cuña del desaliento.
Pero, ¿por qué es tan elevado su precio?
Porque es la herramienta más útil y eficaz que tengo. Mediante ella entro en la mente del hombre y una vez dentro puedo hacer mi obra. Pocos creen que me pertenece.
Según el cuento, el precio era tan alto que nadie la compro y el diablo sigue usándola.
Satanás puede tomar el más dedicado de los cristianos, a ese que ha recibido a Cristo en su vida y trata con todo empeño en servirle, y meterle el desaliento en su alma e inutilizarle por completo. Él puede romper la vida del mejor con la cuña del desaliento.
Muchas veces, cuando comenzamos algo, o tomamos una decisión para avanzar, pensamos íntimamete o hasta por ahí lo decimos, bueno si me va mal puedo dejar.
Bueno sí, es una realidad el echo de que las cosas pueden no funcionar y tengamos que rendirnos o abandonar. Pero si nosotros ya lo estamos tomando como una opción el rendirnos, es muy probable que ante la primer dificultad lo hagamos.
Como por ejemplo: una pareja que dice: “bueno nos casamos y si no funciona nos podemos divorciar”!… noooo!
Uno no se casa para divorciarse.
Uno no comienza una carrera para abandorla.
etc.
Debemos dejar de poner el rendirnos como una opción....!
Rendirse es la consecuencia de que las cosas no funcionaron, pero nunca debe ser una opción.
David no tenía como opción el rendirse y se obligaba a sí mismo a seguir adelante.
Salmo 43:5 (NTV)
¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!
Poniendo el desánimo en su lugar.
Poniendo el desánimo en su lugar.
5¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí?
¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón?
• La palabra desanimo en hebreo significa:
- Estar sin fuerzas para seguir adelante...
- Falta de ilusión o ánimo hacia alguien o para hacer algo
- Dejar —Cansancio, Desfallecer, Desmayar, Fatigar, Flaquear, Rendirse, Decaer, etc.
- Es un sentimiento que nos paraliza por completo...
- Es la perdida de todas nuestras facultades emocionales y físicas.
- La mente sufre un bloqueo que impide que actuemos según los principios que Dios ha establecido para el cristiano.
- El desaliento es una de las estrategias más peligrosas del diablo...
Basta un desanimado para desanimar a todos los demás… es contagioso…! CUIDADO…!!!
Y comenzaron a esparcir entre los israelitas falsos rumores acerca de la tierra que habían explorado. Decían: —La tierra que hemos explorado se traga a sus habitantes, y los hombres que allí vimos son enormes. ¡Hasta vimos anaquitas! Comparados con ellos, parecíamos langostas, y así nos veían ellos a nosotros. Aquella noche toda la comunidad israelita se puso a gritar y a llorar.
Por su parte, la gente de Judá decía: «Los cargadores desfallecen, pues son muchos los escombros; ¡no vamos a poder reconstruir esta muralla!» Y nuestros enemigos maquinaban: «Les caeremos por sorpresa y los mataremos; así haremos que la obra se suspenda.» Algunos de los judíos que vivían cerca de ellos venían constantemente y nos advertían: «Los van a atacar por todos lados.»
El desanimo quiere hacernos rendir y dejar de luchar o construir. Pero debemos ponerlo en el lugar que le corresponde y seguir adelante.
Ante los desafios de la vida hay personas que dicen bueno por lo menos lo voy a intentar, no deberíamos ser así, y deberíamos decir: “no lo voy a intentar, lo voy a hacer”. Puede fallar, pero el rendirnos no debe ser una opción.
La vida es como una bicicleta: debes pedalear continuamente para mantenerte en equilibrio.
Poniendo nuestra esperanza en Dios.
Poniendo nuestra esperanza en Dios.
Espera en Dios…
¡Pondré mi esperanza en Dios!
La esperanza es lo contrario al desánimo y a la tristeza. Tener esperanza no significa que está todo bien, sino todo lo contrario, la esperanza nos sostiene en medio de los sufrimientos, el cansancio, la adversidad, etc.
En efecto, si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos, especialmente de los que creen.
No depende de lo que posee el hombre, ni de lo que sea capaz de hacer por sí mismo, o de lo que otro pueda hacer por él.
Por ejemplo, nada había en la situación en que se encontraba Abraham que justificara su esperanza de que Sara daría a luz un hijo, pero porque creyó a Dios, pudo creer “ en esperanza contra esperanza ” ( Ro. 4.18 ).
Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: «¡Así de numerosa será tu descendencia!» Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara. Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido. Por eso se le tomó en cuenta su fe como justicia.
La esperanza no es un sentimiento, sino es una decisión de creer y vivir en las promesas de Dios.
Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!
Cuando ponemos nuestra esperanza en el Señor y en sus promesas, entonces sí hay un cambio ánimico.
El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.»
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia.
Esto no es una charla motivacional, no es para que te sientas bien, sino, para que te puedas parar en estas promesas y creerlas con todo tu corazón y entonces, sí vas a poder vencer.
Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.
La alabanza como factor determinante.
La alabanza como factor determinante.
…porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío.
Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!…
Si realmente hemos puesto nuestra esperanza en Dios, no podemos seguir en el mismo estado emocional.
Pero tú eres santo, tú eres rey, ¡tú eres la alabanza de Israel! En ti confiaron nuestros padres; confiaron, y tú los libraste; a ti clamaron, y tú los salvaste; se apoyaron en ti, y no los defraudaste.
Sin importar como estemos, cuando nuestra esperanza está puesta en Dios, la alabanza fluye no por la situación, ni por las emociones o sentimientos, sino por quién es Dios.
En cuanto a esto siempre que lo leo no deja de sorprenderme el testimonio de Pablo y Silas.
Los desnudaron, golpearon, azotaron y pusieron en el cepo del calabozo de más adentro y de igual manera ellos se pusieron a cantar.
Después de darles muchos golpes, los echaron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los custodiara con la mayor seguridad. Al recibir tal orden, éste los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo. A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban.
Muchas veces, no nos nace cantar o alabar a Dios de ninguna manera cuando estamos desanimados o sin esperanza.
Pero cuando miramos al Señor y decidimos creer en sus promesas las cosas cambian radicalemente.
CONCLUSION
CONCLUSION
No dejemos que el desanimo y la idea de rendirnos controlen nuestras vidas.
Dios tiene un propósito con todo lo que estás pasando. Aprieta los dientes, sécate las lágrimas, levanta la cabeza y decidí creer en las promesas del Señor. Acércate más a Dios alabandolo, glorificandolo y exaltandolo en medio de las pruebas y vas a ver la gloria de Dios.
Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.
No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.