Verdadera Amistad 6
Verdadera Amistad 6 • Sermon • Submitted
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· 30 viewsSometerse a la Soberanía de Dios con Humildad.
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Hemos pasado 5 semanas y hoy 6, hablando sobre las relaciones de amistad; lo hemos hecho porque los amigos influyen y algunas veces determinan la dirección y calidad de nuestras vidas. La importancia de tener en el primer círculo a quienes influyen positivamente en nosotros, si no tenemos cuidado, pueden estar en ese círculo quienes influyen, pero de forma negativa. Hoy cambiaremos un poco el enfoque, para terminar esta serie.
Sin importar qué estés pasando con tus relaciones, el principio que veremos surge de una amistad, es tan universal que no hay relación que tengas que no sea mejor por este principio. Este principio puede sanar tus relaciones.
Jonatán era el soltero más codiciado del reino de Israel. Era el hijo del rey, el favorito; cuando su papá muriera él sería el nuevo rey; cada día al crecer, escuchó algo así: Jonatán, cuando seas rey, el día que seas rey, no hagas eso porque los reyes…; su papá lo abrazaba y le decía: Jonatán, cuando yo no esté y seas rey…
Toda su vida creció preparándose para ser rey, en la escuela no podía hacer lo que todos, porque no solo sería rey, sino sería el 2º rey de Israel, lo que le haría tener un lugar en la historia. Israel, la nación que Dios estableció y escogió a Saúl como el primer rey, él no será un rey cualquiera, sino el 2º rey de Israel estaría en la historia y él lo sabía.
Tenía la vida resuelta, sería rico, poderoso, tendría lo que quisiera y además tendría una relación especial con Dios ¡asombroso! Nació así, nació ahí.
Un día parado en la colina con su papá, sucedió algo que cambió la historia. El ejército de Israel está listo para la guerra, su papá y él están observando al ejército de Israel. Al otro lado del valle, los filisteos, acérrimos enemigos de Israel. Jonatán ve a un pastor de ovejas, como de su edad que avanza en el valle, no lleva armadura, ni armas, sólo una honda para enfrentarse a Goliat un gigante de casi 3 metros, su coraza pesaba 55 kilos, la punta de su lanza casi 7 kg. Todo eso no impidió que David lo matará y en ese momento el cariño del pueblo cambió de Saúl a David.
En ese momento, David ganó el temor y respeto de los Filisteos, en ese momento David ganó el respeto y admiración, los elogios de toda la nación de Israel. Más tarde, atrapó el corazón de la hermana de Jonatán, el corazón de la hija del rey.
En una tarde el futuro de Jonatán cambió; para empeorar las cosas, se oía el rumor que el profeta de Dios, Samuel, fue a casa de David cuando era niño, tomó aceite y le ungió la cabeza diciendo: Dios ha quitado el reino de Saúl y tú serás el próximo rey de Israel. Este jovencito que mató a Goliat no sólo tiene la presencia de Dios en su vida, sino que será el próximo rey.
No hay forma de explicar las emociones de la historia. Jonatán tenía todas las razones del mundo para odiar a David, para temerle, estar resentido, porque, para fines prácticos arruinó la vida de Jonatán. Arruinó su futuro, terminó su fiesta, regó el tepache, Jonatán sería el rey y ahora por culpa de éste, por algo que Dios había decidido en algún momento, todo su futuro sería diferente, tenía todas las razones para odiar a este tipo.
Por lo que vemos en la Escritura es que Jonatán busca, procura una relación con David, el tipo que destruyó su futuro y se convierten en los mejores y más cercanos amigos ¡asombroso!
Porque en nuestro mundo, si la gente se mete en lo que hago, o soy, si alguien me quita el crédito por algo que yo hice, eso se convierte en un estorbo en la relación. De alguna forma, Jonatán supo, escuchó, creyó algo que revolucionó su perspectiva, de tal forma que buscó la relación con David, quien tomó todo lo que, por ley y justicia, le pertenecía a él. Leamos:
“Una vez que David y Saúl terminaron de hablar, Saúl tomó a David a su servicio y, desde ese día, no lo dejó volver a la casa de su padre. Jonatán, por su parte, entabló con David una amistad entrañable y llegó a quererlo como a sí mismo. Tanto lo quería, que hizo un pacto con él: Se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David; también le dio su túnica, y aun su espada, su arco y su cinturón.” (1º Samuel 18:1–4, NVI)
Esta escena muestra una imagen poderosa. Esto era un pacto común en esos días, pero nunca en el nivel de amistad. Lo que Jonatán está diciendo al quitarse la túnica y dársela es: te doy todo lo que es mío, todo lo que tengo es tuyo, y él ¡es el hijo del rey!
“…y aun su espada, su arco y su cinturón”, lo que está diciendo es: te juro protección incondicional, antes que alguien te lastime, prefiero morir. Estoy dispuesto a dar mi vida por ti. Esto fue un pacto multigeneracional. Jonatán dice: mientras tengas descendencia, cuidaré de ellos. Te pido que cuides a mis descendientes. No era una amistad como muchas, que dura, el tiempo en que encuentran otro amigo. Jonatán juró lealtad; le está diciendo: todo lo que tengo, todo lo que soy, es tuyo David.
Y eso que David es el tipo que desgració su vida ¡no era justo! Después de todo, Jonatán pudo decirle a Dios ¿por qué me castigas a mí, por algo que hizo mi papá? Mi papá la regó ¿por qué me quitas el trono a mí? ¿por qué yo no puedo ser rey? ¡fue mi papá, no yo! No quites el reino de mi familia, ¡no se lo des a un…pastor de ovejas!
De alguna manera Jonatán evitó la típica trampa de las relaciones interpersonales; en nuestro mundo lo decimos así: “tenemos diferencias irreconciliables, por eso nos separamos.” “No cumpliste con tu parte”.
Es cuando él o ella, acapara toda la atención y te cansaste por eso ¡ya no serán amigos! Era tu amiga hasta que se mudó a una casa más grande. Son amigos, pero es difícil verlo superarse, escala en su trabajo cada año, y tu sigues en la misma posición y eso pega.
Tu esposo es más extrovertido, tiene toda la atención y eso me molesta; ella tiene el asenso que era tuyo antes que entrara al mismo giro de negocio. Su esposo avanza en los negocios, prospera y tu esposo se queda en el mismo trabajo y a veces te preguntas ¿cómo hubiera sido si yo me hubiera casado con…? Tú la viste primero y de repente, ese ex amigo llegó y la conquistó. Así es en tu mundo.
Sabes, en mi mundo suena así: ese pastor tiene una iglesia de 5 mil. En mi mundo suena así: tal familia se va a otra iglesia, porque allá sí le hacen caso. En mi mundo es: el hermano es excelente maestro, es un gran maestro y no de tamaño.
Sabes en qué se resume: yo quiero ser rey y no quiero que nadie siquiera vea mi corona.
No quiero que nadie llegue a mi territorio, y si alguien entra en mi reino ¡tendrá problemas! Ya no seremos amigos, a menos que me pida perdón y me regrese mi corona.
El orgullo es algo sutil, a veces se manifiesta como celos y resentimiento. A veces el orgullo toma la forma de: mis sentimientos han sido heridos y en vez de perdonar, me quedaré con mi dolor, con la herida. Diré mi historia a todos para que a nadie le caigas bien. Dejaré que mi enojo y amargura esté en todas mis relaciones y sea una barrera con las demás personas.
Cuando alguien entra a mi reino, tengo que buscar algo malo de él o ella y quizá sea más inteligente, pero es feo; tiene más dinero, pero seguro no es feliz. Se quedó con el contrato, pero exageró todo para conseguirlo. Ella se ve bonita, pero es plástico.
Porque cuando se meten a mi reino, su triunfo es mi fracaso y siento que cuando yo fallo, tú triunfas; así que se mete el orgullo y es casi imposible estar cerca o unido con gente que amenaza nuestro mundo.
Saúl su papá, el rey, es otro extremo, es el contraste. Se entera que su hijo es amigo de David y le dice algo asombroso:
“Entonces Saúl se puso muy furioso con Jonatán. —¡Tú, estúpido hijo de prostituta! —lo maldijo—…” (1º Samuel 20:30–32, NTV)
Que resulta ser su esposa
“…¿Acaso piensas que no sé que tú quieres que él sea rey en lugar de ti, para vergüenza tuya y de tu madre? Mientras ese hijo de Isaí esté vivo, jamás serás rey. ¡Ahora ve y búscalo para que lo mate! —¿Pero por qué tiene que morir? —le preguntó Jonatán a su padre—. ¿Qué ha hecho?” (1º Samuel 20:30–32, NTV)
¿Ves el contraste? Saúl ve el panorama de otra forma. Le dice: Jonatán, sabes que, si David sigue así, será el rey, y eso ¿qué significa? Que ¡tú no serás rey! David tomará lo que te pertenece, no solo no quiero que sean amigos, sino quiero que lo traigas y debe morir.
Quizá tienes relaciones difíciles, pero dudo que estés en ese punto, que la única forma de solucionar el problema sea matar, no es así de extremo. ¡Espero!
Esta es una historia llena de emociones. Saúl ve que todo por lo que ha vivido, todo lo que quiere pasa su hijo está a punto de ser destruido por ese pastor – toca el arpa. No entiende por qué su hijo ¡no lo entiende! Es una amenaza para nosotros.
La respuesta de Jonatán no solo no es neutral, sino que le jura lealtad con su vida a David, el mismo tipo que de forma injusta, le quitó todo lo que por ley le pertenece. ¿No es increíble!
La pregunta es ¿Qué sabía Jonatán que nosotros no sabemos? ¿qué pasó por su cabeza que le permitió hacer eso? La respuesta está aquí, en la Escritura. La Biblia es un libro asombroso; aquí vemos el principio, que si tú y yo lo aplicamos, no habrá división en cualquier relación que tengas; no hay relación que no pueda ser sanado, que cuando menos puedas progresar. Jonatán dice:
“Pero si está enojado y quiere matarte, que el Señorme castigue y aun me mate si no te advierto para que puedas escapar y vivir...” (1º Samuel 20:13, NTV)
Aunque mi propio padre vaya tras de ti, prometo que te cuidaré. La otra parte es importante:
“…Que el Señor esté contigo como antes estaba con mi padre.” (1º Samuel 20:13, NTV)
“Y que tú me trates con el fiel amor del Señormientras que yo viva. Pero si muero, trata a mi familia con este fiel amor, aun cuando el Señor elimine a todos tus enemigos de la faz de la tierra. Entonces Jonatán hizo un pacto solemne con David diciendo: —¡Que el Señordestruya a todos tus enemigos! Y Jonatán hizo que David reafirmara su voto de amistad, porque amaba a David tanto como a sí mismo.” (1º Samuel 20:14–17, NTV)
Jonatán reconoció y aceptó el hecho que Dios había elegido a David como rey. ¡Eso es todo! Ahí está la clave; reconoció que Dios tomó una decisión. Reconoció que tenía 1 de 2 opciones. 1, podía resistirse a la decisión de Dios, o 2, podía rendirse humildemente y no solo aceptarlo, sino comprometerse al 100 % para asegurarse que la decisión de Dios se hiciera realidad y así es como hace un pacto con David.
Escucha esto, lo hizo, no porque David mereciera ser rey, no te equivoques, no lo es que David mereciera ser rey, sino que el Dios Soberano, lo había elegido, había tomado una decisión.
¿Ves? Jonatán pudo decirle a Dios que eso era injusto. Pudo ver a David y decir: no sabes nada de cómo ser rey, eres un..pastor…de ovejas, vienes del pueblo equivocado. Pudo enfocarse en la persona de David e ir en dirección contraria ¡así como su papá Saúl! Pero el tema, el punto no era el carácter de David, ni lo que David merecía, el punto, el tema era que Dios había decidido y Jonatán fue lo suficientemente sabio para darse cuenta que su responsabilidad era aceptar la decisión que Dios había hecho.
Se preguntó ¿cómo el hijo del rey que ha vivido esperando ser rey? entrenado para ser rey ¿cómo se supone que responda? si sabe que hay un Dios soberano que es fiel, y de forma soberana ha elegido que alguien más debe ser rey.
¿Cómo debe responder el hijo del rey cuando alguien toma su lugar? La verdadera pregunta es ¿cómo debe responder el hijo del rey, cuando Dios, el REY ha elegido alguien más para ser rey?
Él decidió que su mejor respuesta era ¡ir de acuerdo con el REY! Y hacer todo lo que podía para asegurarse que la decisión del REY se hiciera realidad. ¡Esto es algo asombroso!
La vida de Jonatán se vio arruinada, es más, murió en algún oscuro lugar, en un valle, asesinado por los filisteos, murió en el campo de batalla, igual que su padre, pero murió habiendo rendido su vida a la decisión del REY.
La forma práctica de esta aplicación para nosotros es así: Dios ha tomado decisiones sobre ti; Dios ha tomado decisiones sobre mí. En medio de esa decisión tengo una mano en el trono de mi vida, quiero ser rey y lo que Dios ha decidido para algunos parecerá que no es justo.
Te quejas por la familia en qué naciste, pero esa decisión es de Dios, y le dices: Señor ¿por qué me pusiste en esta familia disfuncional? Pero sabes, Dio tomó una decisión sobre tu familia, sobre tu papá y tu mamá.
Dios decidió hacer a algunos más ricos, otros más inteligentes y otros mucho más guapos, otros más talentosos, simpáticos, exitosos, Dios tomó todo tipo de decisiones que afecta tu vida.
Lo más importante que Dios ha hecho y esto ¡lo vas a odiar! Es que decidió darle a la gente libertad y a veces esa libertad interfiere con lo que tu quieres. A veces esa libertad te pone nervioso, porque lo que hacen te molesta, te hiere, hacen cosas que te amenazan, se interpone en tus metas, bloquean tu progreso, te retrasa.
El esposo no actúa como esposo, la esposa no actúa como esposa, pero ella decidió libremente y hace cosas que decide hacer, sin preguntarte. Los hijos quieren estudiar algo que tú no quieres, la gente expresa su libertad y esa libertad se interpone en lo que quieres ¡todo el tiempo!
Pero es Dios quien decidió darles libertad y ellos la usan. Dios no los bloquea, Dios permitió todo eso ¡Dios está detrás de todo eso! ¿lo puedes creer?
Nuestro dilema es ¿pasaré el resto de mi vida manteniendo la distancia con la gente por algo que hizo, o no hizo, o debe hacer? O vamos de forma voluntaria, como Jonatán, a decir: Padre, nada sucede, nada viene a mi vida sin que TÚ no lo permitas. Veo que esto es parte de tu Soberana elección para mi vida. Así que me rindo a tu decisión para mi vida, aunque no la entienda ahora.
Antes de que digas: ¡esto no es práctico! ¡si supieras mi historia! Déjame decirte que ese tipo de humildad te libera para amar a tus enemigos. Te libera y libera a Dios para actuar a tu favor. Este tipo de humildad te libera para amar a la gente que no son fáciles de amar.
Déjame decirte como funciona para la mayoría de nuestras relaciones. Nuestras relaciones se basan en que los demás actúen de cierta forma. Si tú haces esto, yo hago aquello. Si te comportas así, yo también; pero si tu no haces eso ¡yo tampoco! La relación depende del carácter del otro.
Jonatán descubrió que ¡eso no tiene nada que ver! Él tenía toda la razón en odiar a David, pero su confianza está en ¡el carácter de Dios! Dios es fiel, Dios sabe todo, Dios es sabio. ¡Dios me ama! ¡Dios camina conmigo! Dios ordena mis pasos. Dios es digno de confiar. Entonces, no importa lo que David haga, yo responderé como yo quiero responder y no tengo que responder como tú, porque mi confianza ¡no está en ti y cómo es tu carácter! Mi confianza está en el Señor y lo que ÉL decida hacer. Se que, todo descansa en las Manos de mi Padre, porque ÉL lo permite.
Nuestro reto es actuar, no como los demás, nuestro reto es a no manipular para conseguir lo que quiero: mi reino. Mi responsabilidad y la tuya es preguntarnos lo que Jona se preguntó viendo su circunstancia y del hecho que tiene un Dios Soberano, que es REY. Quien permite esto en mi vida y aún así, es fiel, me ama y camina conmigo, sabiendo eso ¿cómo debo responder a la decisión de Dios para mi vida en este momento?
Está Saúl, quien murió enojado, amargado, loco, porque pasó su vida entera, peleando con Dios, sobre una decisión que Dios había tomado.
La mayoría de los hijos a cierta edad, no quieren irse a dormir. Un padre le dijo a su hijo: puedes irte a la cama con dolor o sin dolor, pero ¡irás a la cama a dormir! Tu única opción es esa, porque no ir a la cama ¡no es opción! Decide ¿quieres ir a la cama con dolor o sin dolor?
Debemos saber que estamos tratando con Dios, no por alguien que votaste, es Dios y es REY, a veces lo olvidamos, pero Dios es REY.
Cuando Jesús regrese y establezca Su Reino, será el REY, y tu REY y el mío ha tomado decisiones sobre mi vida, ha decidido algo, y podemos irnos a la cama con dolor o sin dolor, pero ¡vamos a la cama! ÉL ha decidido, la decisión ha sido tomada. La pregunta es ¿responderemos como Jonatán?
Lo que ha decidido no fue mi idea, me cayó de sorpresa, pero ¡confío en ti mi Dios! ¿cómo puedo hacer que esto se cumpla, aunque es lo opuesto a lo que yo quiero?
O puedo responder como Saúl, patalear, pelear, discutir y perder la oportunidad de ver en tu vida algo único.
Nuestro Señor Jesús lo dijo así: ¡ama a tus…enemigos! ¿qué? No te dice que lo evites, que no hables mal de ellos, sino que, de forma proactiva, intencional, métete ahí y ¡ámalo! Y sabes, sin este tipo de humildad, ¡es imposible hacerlo! Pero con esa humildad y ese tipo de perspectiva, eres libre de amar a quienes no se quiere amar. Puedes amar a quienes tienes razones para no amar y Dios es libre de actuar en tu vida, a tu favor.
¿Cómo se ve en la vida real y de forma práctica? Esposos, amen a su esposa, como Cristo amó a la iglesia. Pastor ¡no conoces a mi esposa? ¡ese no es el tema! Dios ha tomado una decisión ¿cómo respondes cuando vives con una mujer que no crees que se puede amar? Pero que ¡Dios la ha escogido para ti!
¿Cómo se ve en la vida real y de forma práctica? Esposa, -esa mejor nos la saltamos-, esposas, sométanse a su esposo. Pero, pastor ¡no sabes cómo es él! ¡ese no es el tema! Dios lo ha decidido, tú no eres rey, bueno, no eres reina.
Dios tomó una decisión, y es cierto lo que vives. Si me dices tu situación en mi carne te diré ¡yo tampoco me sometería a él! Mi corazón lo entiende, pero el REY tomó una decisión, es tu esposo, ÉL es el REY, tú no lo eres.
Hijos, obedece a tus padres. Pastor, no entiendes, está desfazado, anticuado; pero ¡ese no es el punto! El carácter de tu padre no es el tema, es que Dios ha tomado una decisión.
Solteros, deja de enfocarte en qué o a quién no tienes y explota tu soltería, aprovecha la soltería que Dios ha elegido para ti en este momento ¡ÉL es REY!
Estás en esa oficina hace 30 años, te ha ido bien, te respetan, pero llegó un chico de 24 años y tiene toda la atención, avanza muy rápido y te han pedido que le enseñes todo lo que sabes, y eso te molesta, sientes una amenaza y como eres cristiano, por fuera ríes y le dices: felicidades, eres un orgullo para la empresa, pero por dentro dices: seguro tiene palanca y en tu mente sientes el impulso de descubrirlo o destruirlo. Pero ¡Dios ha tomado una decisión!
¿Cómo responde alguien en tu situación a eso? Si sabes que Dios soberano ha tomado una decisión y ese Dios ha sido fiel contigo a través de los años, que nunca se equivoca, que te ama, que dirige tus pasos. ¿Sabes qué hace? Inicias una relación, lo invitas a comer y le dices todos los errores que cometiste, le dices lo que desearías que alguien te hubiera dicho a su edad en su situación y no permites que tus celos se metan en la relación, porque eres cristiano y tienes un REY que te ama.
Mi oración es que seamos una iglesia de influencia, grande. Dios ha elegido la forma.
La humildad es poderosa, la pregunta con que batallamos cada día es ¿quién será rey? Pensamos que ese es el tema, pero ¡eso ya ha sido decidido! Puedes ir con dolor o sin dolor, pero irás a la cama. El REY ha decidido tu vida. Es mi deseo y oración que veamos cada relación, especialmente las que pueden ser problemáticas, y aunque no es justo, no se vale, pero que digamos ¡Dios eso fue filtrado por tu divina providencia! Por eso no respondo conforme a su carácter, respondo conforme a mi confianza en tu carácter. Sabiendo que mi Padre Celestial me ama y es el REY.
Último reto práctico, aprender una oración sencilla:
“Padre, lo que estoy viviendo, pasando, no te agarró por sorpresa. Confío en ti, acepto tu Voluntad para mi vida. Acepto lo que has escogido para mí.” Amén.
Palabra de Dios
Oremos