¿ QUÉ PROCEDE DE TU LENGUA?
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· 467 viewsEl Señor Jesucristo dijo que de la abundancia del corazón habla la boca (Mat 12.34). Por lo tanto vamos a examinar, a la luz de las Escrituras, qué es lo que procede de nuestra lengua. ¿Qué tipo de abundancia hay en él para que nuestras bocas hablen, con bendición o maldición hacía los hombres.
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Handout
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Buenos días a todos mis hermanos. Damos gracias a nuestro Señor, por este día y hoy nos encontramos como iglesia reunidos a la luz de Su Palabra para poder hoy escuchar Su voz, y de Su parte, con la ayuda y guía de Su Santo Espíritu ser expuestos a la verdad de las Escrituras y la revelación de la Voluntad de Dios para nuestras vidas, y también para la unidad de está iglesia local.
A manera de introducción, quiero hoy compartirles una imágenes sobre algunos INCENDIOS FORESTALES. Todos aquí estamos relacionados con ellos, hemos oído noticias de incendios forestales y también, es posible que alguno de nosotros haya tenido que participar en la mitigación de alguno de ellos. Miremos varias de esas imágenes que corresponden a incendios que ocurren en países como Rusia, en Brasil, más específicamente en la Amazonía. Uno no se imagina estar como en los pies de estas personas, de los bomberos y de las ciudades que están cercanas. Deben ser momento angustiosos y difíciles.
¿Cuáles son la causas que normalmente tienen estos grandes incendios forestales? Son varias, por ejemplo tenemos:
Causas intencionales: donde personas de forma intencional/dolosa o culposa provocan estos incendios. Es decir, alguien que arroja gasolina y enciende esos bosques, o personas que con fogatas, colillas de cigarrillos o carbón o algún tipo de elemento, generan el incendio. En los incendios forestales, se calcula que el 60% de los incendios, es por esta causa.
Causas accidentales: Representan un 20% a un 25% de las causas de incendios forestales, y son provocados por quemas controladas de áreas de bosque, o por líneas eléctricas, quemas de basuras o fumigaciones, o algunos elementos reactivos que votan las personas y que posteriormente generan el incendio.
Otras causas: el restante porcentaje son causas naturales, incendios anteriores que aún no se han extinguido y causas desconocidas.
Ahora, ¿cuáles son las consecuencias de un incendio forestal tan grande? Son varias, pero hoy mencionaré sólo algunas más importantes:
Erosión del suelo al desaparecer la capa vegetal: esto altera, en algunas ocasiones, de forma irreversible el equilibrio del medio ambiente en esa zona.
Muertes y daños físicos: tanto a la población animal de la zona, como a personas aledañas. Así mismo se generan pérdidas materiales cuantiosas.
Otros daños colaterales: como por ejemplo, perjuicio en la salud de las personas cercanas al tener un aire contaminado. Destrucción de infraestructuras como torres de energía, gasoductos, puentes y demás. Pérdida de madera y alimentos que esos bosques y tierras producen. Contaminación de los ríos y altos costos en tiempo y recursos para poder reforestar la zona afectada. Entre otros más.
Ahora, ustedes se preguntarán: ¿y para qué nos muestra y nos habla de todo esto? ¿Qué tiene que ver los incendios forestales con la Palabra de Dios? La respuesta hermanos es: mucho.
Esto que les acabo de compartir tiene que ver mucho con el tema y el pasaje que vamos a ver en está mañana. Para los que toman notas, el título de la enseñanza es: ¿QUÉ PROCEDE DE TU LENGUA? Y está basado en Santiago 3.1 -12. Así que hoy vamos a leer estos versículos y juntos aprender lo que Dios quiere hablarnos.
1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más severo.
2 Porque todos tropezamos de muchas maneras. Si alguno no tropieza en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
3 Ahora bien, si ponemos el freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dirigimos también todo su cuerpo.
4 Mirad también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad del piloto quiere.
5 Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego!
6 Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida.
7 Porque todo género de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género humano,
8 pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal.
9 Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios;
10 de la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
11 ¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga?
12 ¿Acaso, hermanos míos, puede una higuera producir aceitunas, o una vid higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce.
Por favor, acompáñenme con una oración.
CONTEXTO
CONTEXTO
Lo primero que quiero hoy hablarles es sobre el contexto de este pasaje. Esto nos ayuda a tener una mejor comprensión y así entender de forma adecuada lo que el texto nos va a hablar.
Santiago es la epístola o carta que escribe el medio hermano de Jesús. Es uno de los ancianos principales de la iglesia de Jerusalén, esto lo podemos verificar en el libro de Hechos. Y está carta la escribe a la iglesia de Jerusalén. Inicialmente la carta va dirigida a creyentes; y sí bien hoy, me voy a dirigir principalmente a los creyentes de esta iglesia local, hay algunas enseñanza muy útiles a los no creyentes también.
Santiago es un hombre que confronta con la verdad, y también lo hace con amor. En varias secciones de su carta, podemos encontrar que él se dirige a la iglesia como “amados, y “hermanos míos” que son expresiones de amor por ellos. Pero a pesar de que los llama de esa forma, él es muy directo y confrontante, y algunos ocasiones, es duro con ellos. Y esto, lo vemos también en el Señor Jesús, pues Cristo no sólo era amoroso con los pecadores, sino con sus discípulos era exhortante, duro y directo.
Cuando llegamos al capítulo 3, que es la lectura que acabamos hacer de estos 12 versículos, debemos tener en cuenta el contexto precedente y consecuente. Es decir, debemos tener en cuenta qué es lo que Santiago viene hablando en capítulos anteriores, y qué es lo que el sigue hablando en los versículos siguientes.
De manera muy rápida y general, yo quiero hablarles sobre esto. (Hacer recorrido desde capítulo 1 hasta el 4).
Todos estos temas que habla Santiago, deben ser parte integral en la vida como creyentes. Así que hoy hermanos, vamos a mirar lo que Dios nos va a enseñar en este día.
Lo primero que hoy quiero mencionar es que debemos tener mucho… (sigue título)
I. CUIDADO CON EL CONOCIMIENTO QUE ADQUIRIMOS
I. CUIDADO CON EL CONOCIMIENTO QUE ADQUIRIMOS
Recordemos lo que dice el versículo 1 y 2.
1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más severo.
2 Porque todos tropezamos de muchas maneras. Si alguno no tropieza en lo que dice, es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
Aquí Santiago se dirige principalmente a los que se hacen maestros de la Palabra de Dios. Unos por su propia Voluntad, y otros porque el Espíritu Santo les ha provisto del don para enseñar, y lo hacen con humildad, viviendo primeramente lo que ellos enseñan a otros. La Escritura señala, que bien sea uno o el otro, nosotros como maestros recibiremos un juicio más severo por parte de Dios.
¿Por qué? Porque como dice Santiago, todos tropezamos de muchas maneras, esto es un reflejo claro de nuestra condición de pecado que mora en nosotros. En Santiago 2. 10 dice que cuando tropezamos en un punto de le ley, por no guardarla u obedecerla, entonces somos culpables de toda la ley.
También, porque Dios nos a entregado la responsabilidad no sólo de enseñar las Escrituras con fidelidad, sino también con temor, reverencia y sobre todo, con nuestro testimonio y ejemplo a los demás. Santiago dice que si hay un hombre que sea capaz de no tropezar en nada de lo que dice, es perfecto, y en ese hombre hay Dominio propio.
Sin embargo, aunque no seamos maestros de la Palabra de Dios que la enseñamos, debemos tener en cuenta que todos somos responsables del Conocimiento que estamos adquiriendo de ella. En nuestras iglesias somos expuestos constantemente a la sana doctrina, y cada enseñanza, reflexión y prédica que escuchamos, adquirimos un conocimiento que nos hace responsables ante Dios, y también nos hace maestros que por medio de nuestro testimonio, mostramos o reflejamos a otros, las enseñanzas de nuestro Maestro, Cristo.
Lo segundo que Santiago nos dice ahora, es que
II. NO DEBEMOS JACTARNOS DE NUESTRA LENGUA:
II. NO DEBEMOS JACTARNOS DE NUESTRA LENGUA:
Ahora bien, Santiago ahora nos va a dar dos ilustraciones para entrar en materia con el tema de la lengua. Leemos en:
3 Ahora bien, si ponemos el freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dirigimos también todo su cuerpo.
4 Mirad también las naves; aunque son tan grandes e impulsadas por fuertes vientos, son, sin embargo, dirigidas mediante un timón muy pequeño por donde la voluntad del piloto quiere.
5 Así también la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, se jacta de grandes cosas. Mirad, ¡qué gran bosque se incendia con tan pequeño fuego!
El punto de Santiago es el que aclara en el versículo 5 con las dos ilustraciones que él comparte. Nuestra lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.
Lo curioso es que Santiago, nos dice que un ser vivo no racional como el caballo, es capaz de ser sometido por alguien superior cuando se pone el bocado o freno en su boca; y también dice que un objeto inanimado creado por el hombre, como un barco, son dirigidas por un timón pequeño, que se dirige de acuerdo a la voluntad del piloto por donde quiere llevarla; él usa estas dos cosas para decirnos que un animal y un objeto inanimado son capaces de ser dominados y sometidos, pero que nosotros, que somos seres racionales, hechos a imagen y semejanza de Dios, con un valor incalculable, no somos capaces de dominar nuestras propias lenguas.
En lo personal hermanos, eso debería ser vergonzoso para todos nosotros. ¿Cómo es posible que un animal, y un objeto que no piensa y no siente, sí puedan ser dominados por el hombre, pero nosotros no seamos capaces de dominar nuestra propia lengua, que es tan pequeña?
A demás de esto, Santiago dice que no debemos jactarnos con nuestra lengua. El hombre se jacta de su inteligencia, de sus capacidades, de ser seres racionales, que construyen, diseñan, inventan y progresan con tecnología. Nos jactamos de nuestros logros o éxitos y de lo que tenemos o somos. Pero hermanos, esto no es lo que debemos hacer. ¿Por qué digo esto? Lamentablemente para nosotros, pero de forma muy veraz, Santiago nos da la respuesta.
Y es lo tercero que vamos a ver hoy.
III. NUESTRA LENGUA ES UN MUNDO DE INIQUIDAD:
III. NUESTRA LENGUA ES UN MUNDO DE INIQUIDAD:
Leamos ahora otra vez, los versículos 6 al 8:
6 Y la lengua es un fuego, un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, es encendida por el infierno e inflama el curso de nuestra vida.
7 Porque todo género de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género humano,
8 pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal.
¿Por qué Santiago dice que nuestras lenguas son fuego y un mundo de iniquidad?
Vamos a leer algunas citas que nos ayudarán a encontrar la respuesta. Lo primero que veremos es lo que dijo el Señor Jesús en:
45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Y también leemos en
34 ¡Camada de víboras! ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
35 El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas.
En Lucas, Cristo está hablando acerca del juicio a los demás y en Mateo nuestro Señor está aquí confrontado duramente a los maestros de la ley, y les dice que de la abundancia del corazón del hombre habla la boca o la lengua.
El punto que quiero mostrarles hermanos, es: ¿Qué es lo que hay en tu corazón hoy? Pues hermanos, nuestra lengua puede ser un mal turbulento y lleno de veneno mortal.
Pablo dice en:
10 como está escrito: No hay justo, ni aun uno;
11 no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios;
12 todos se han desviado, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
13 Sepulcro abierto es su garganta, engañan de continuo con su lengua, veneno de serpientes hay bajo sus labios;
Nuestra garganta se puede convertir en un sepulcro abierto, llena de engaño y como un veneno de serpientes bajo nuestros labios.
¿Se imaginan una tumba abierta donde se descompone el cuerpo de una persona? El mal olor, ver los gusanos y demás cosas horribles. Pablo dice que así es nuestra lengua.
Con nuestra lengua engañamos y producimos muchos males, miren lo que dice Proverbios al respecto:
27 El perverso hace planes malvados; en sus labios hay un fuego devorador.
Cuando perversidad en nuestros corazones, o estamos indignados por el daño que otra persona nos hace, nuestra reacción natural dominada por nuestra carne es causar el mal, y nuestros labios se convierten en un fuego devorador.
20 Por falta de leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, se calma la contienda.
21 Como carbón para las brasas y leña para el fuego, así es el hombre rencilloso para encender contiendas.
Nuestra lengua es un mundo de iniquidad, es un mal turbulento y lleno de veneno mortal porque en nuestros corazones gobierna el chisme para generar rencilla y contiendas. Porque la condición interna de nuestro corazón, es reflejada por lo que hablamos con nuestra lengua, y por nuestros actos externos que los demás ven en nosotros. Santiago lo aclara una vez más en el capítulo 4, leamos
1 ¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros?
Son nuestras pasiones, que están en nuestros miembros, las que que producen los conflictos y pleitos que tenemos con los demás. Es nuestro corazón pecaminoso y engañoso, inclinado al mal el que causa esto hermanos.
¿Recuerdan las causas que les mencione de los incendios forestales? Les dije que la principal causa de éstos, son las causas intencionales que los provocan. Pero también hay otro porcentaje que son las causas accidentales, que aunque inicialmente no había una mala intención de causarlo, termino provocando ese incendio, porque fuimos descuidados con una fogata o algún otro objeto que generó el incendio. Así también hermanos, nuestras lenguas pueden generar todo un incendio forestal en el bosque en el que vivimos, por una causa intencional con dolo o una causa accidental.
En otras palabras hermanos, notemos este cadena de eventos:
El fuego que podemos desatar con nuestras lenguas, es consecuencia de lo que hay dentro de nuestros corazones.
En nuestros corazones puede haber abundancia de males, perversidades y venenos mortales que pueden hacer daño a los demás de forma intencional o de forma accidental; o puede haber abundancia de la Palabra de Dios que transforma nuestros corazones para vivir ahora para la gloria de Dios.
Y ¿cuál es la causa de esa abundancia? Tu relación con Dios. Ese es el origen, pues si tu llevas una relación con Dios profunda, donde invertimos tiempo en conocerlo, amarlo y obedecerlo, nuestro corazón se llenará de sus frutos y seremos cada día transformados mostrando vidas cambiadas. Pero si tenemos una relación con Dios superficial, con un cristianismo mediocre, llevado por los afanes de este mundo, entonces nuestro corazón estará lleno de engaño, con perversidad y con un veneno mortal que destila maldad.
Debemos ir al origen y causa de nuestra condición, pues miremos los últimos versículos que Santiago nos dice:
IV. USEMOS NUESTRA LENGUA CORRECTAMENTE:
IV. USEMOS NUESTRA LENGUA CORRECTAMENTE:
En los versículos 9 al 12 leeemos:
9 Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido hechos a la imagen de Dios;
10 de la misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
11 ¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga?
12 ¿Acaso, hermanos míos, puede una higuera producir aceitunas, o una vid higos? Tampoco la fuente de agua salada puede producir agua dulce.
Algo que me llama muchísimo la atención es que Santiago dice que con nuestra lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y también con ella misma maldecimos a los hombres, que están hechos a la imagen de Dios. Hermanos, esto es algo muy serio.
Cuando nosotros hablamos mal de alguien, cuando lo juzgamos según las apariencias, con falso juicio, sin tomarnos el tiempo de validad las cosas con las personas afectadas; cuando nuestros juicios son hipócritas porque no sacamos la viga que hay dentro de nosotros para ver la pajilla en el ojo de nuestro prójimo y cuando nos prestamos para murmurar, para chismes y comentarios, estamos degradando la imagen de Dios, que fue puesta por Él en esa persona.
Hermanos! Cada persona tiene la imagen de Dios en él, es una persona por la que Cristo vino a este mundo a morir, es una persona por la que Cristo no escatimo enviar y entregar a Su propio hijo por amor a nosotros. Y nosotros, ¿quiénes somos para degradar La imagen de Dios en esa persona, al prestarnos con nuestra lengua para hacerle daño?
¿Quien te crees, quién me creo yo para hacer esto?
No podemos estar aquí alabando a Dios con estas canciones, y orando oraciones vanas, si al salir de aquí, en nuestra cotidianidad estamos con nuestra lengua haciendo daño, si estamos murmurando, si estamos con chismes, si estamos con juicios e inyectado veneno a los demás. Si estamos generando daño, división, contiendas, peleas, celos y envidias entre los miembros del cuerpo de Cristo.
¿A caso quién eres tú y quién soy yo para hacer esto? Es la iglesia de Cristo. ES SU CUERPO, ES SU NOVIA, ES SU AMADA POR QUIEN ENTREGO SU VIDA. Que triste que esto pase entre nosotros, y en esta iglesia. Esto no debe ser así hermanos.
V. CONCLUSIONES y APLICACIONES:
V. CONCLUSIONES y APLICACIONES:
No sé ustedes hermanos, pero esto me confronta duramente. Esto lo dirijo con amor a todos los miembros de esta iglesia. No nos engañemos más hermanos.
Hagamos lo que dice el Señor en
21 Habéis oído que se dijo a los antepasados: «No matarás» y: «Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte».
22 Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: «Raca» a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: «Idiota», será reo del infierno de fuego.
23 Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
No vengas aquí a esta iglesia a presentarle a Dios una adoración falsa e hipócrita, si en no te has reconciliado con tu hermano, a quien ofendiste o quien te ofendió. Si en este momento hay alguien que tiene algo contra ti, debes ir a buscarlo y reconciliarte con él primero.
Paremos esto hermanos, no sigamos haciéndole más daño a la iglesia de Cristo. A esta iglesia local. Esto solo refleja en nosotros inmadurez, carnalidad, perversidad, engaño, maldad, veneno, falta de perdón, insensatez, envidias, celos, y sobre todo, esto refleja la condición real de tu corazón y del mío.
Oremos a Dios.