Muriendo a la vida vieja.

Fidelidad en todo  •  Sermon  •  Submitted
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Dios trae un desafío a nosotros hoy, al Cristiano, a hacer morir el pecado, las cosas terrenales, al que aún no es cristiano, acomenzar a caminar con él, para librarlo de sus delitos y pecados.

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Introducción:

Quiero comenzar esta tarde el mensaje de la palabra de Dios, con una ilustración del autor del libro “En pos de la santidad” JerryBridges:
“Aunque Dios nos ha librado del reino del pecado, nuestra naturaleza pecaminosa aún reside dentro de nosotros. A pesar de que el dominio y reino del pecado se ha destruido, el pecado restante que habita en los creyentes ejerce un tremendo poder, trabajando constantemente hacia el mal.
Un ejemplo de la guerra puede ayudarnos a ver cómo esto es cierto. En una nación en particular dos facciones rivales luchaban por el control del país. Finalmente, con la ayuda de un ejército externo, una facción ganó la guerra y asumió el control del gobierno de la nación. Pero el bando perdedor no dejó de luchar. Ellos simplemente cambiaron sus tácticas a guerra de guerrillas y continuaron luchando. De hecho, ellos tuvieron tanto éxito que el país proveedor de la ayuda exterior no podría retirar sus tropas.
Lo mismo sucede con el cristiano. Satanás ha sido derrotado y el reino del pecado derrocado. Pero nuestra naturaleza pecaminosa recurre a una especie de guerra de guerrillas que nos lleva a caer en pecado”.
Hermanos, cada día debemos luchar con las asechanzas del pecado en nuestro cuerpo, pero hoy el Señor nos llama a no vivir más por las cosas pecaminosas, que antes vivíamos, por las cosas Terrenales, sino a las cosas de arriba, las del cielo.
Pablo en el capítulo 3, extendiéndose hasta el final del capítulo 4, enseña a la iglesia como debe ser en la práctica la vida Cristiana.
Específicamente en los versículos del 1-17, Pablo se enfoca en la conducta del cristiano.
Específicamente en los versículos del 1 al 9 donde meditaremos hoy, Pablo nos llama a morir a la vida vieja o antigua, a nuestra vida de pecado, que antes teníamos
Ahora hermanos, es importante que podamos estar claros que en Cristo, nuestra vida se divide, en lo que antes eramos y en lo que ahora somos, una vida antigua y una nueva vida.
El señor cambia la vida del hombre y la mujer cuando vienen a él, se arrepienten de sus pecado y reciben a Cristo como Señor y Salvador.
Hay pecados de la vida antigua que debemos hacer morir en nosotros de manera definitiva, porque nos afectan personalmente y afectan también a otros.

I. Hacer morir “La vida vieja”, el pecado personal.

Pablo antes de presentar las cualidades de nuestra vieja manera de vivir, hace una introducción, condicionando este actuar.
Colosenses 3:1–4 RVR60
1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
El llamado de Pablo en el versículo 1, es para los que han resucitado en Cristo, y en el versículo 3, lo aclara mejor, diciendo en que a los que habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
O sea a los que murieron a la vida antigua, al pecado, a la vida desordenada, y ahora sus vidas está escondida en Dios.
Aquellos que serán manifestados en gloria cuando Cristo , en quien está escondida nuestra vida, se manifieste.
¿Cuál es el llamado?
El llamado es a buscar las cosas de arriba, a poner la mirada en las cosas de arriba.
El llamado es a no estar viendo las cosas que nos atraen o creemos que necesitamos de esta tierra, sino las del cielo, a no ver las cosas pecaminosas de esta tierra, sino las del cielo, que son espirituales.
Luego Pablo dice que para lograrlo, hay que hacer morir, en nosotros, en nuestras vidas lo terrenal.
Colosenses 3:5–7 RVR60
5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
Hacer morir lo terrenal, es una forma de decir;“matar” o “llevar a la muerte”, el pecado en nosotros, y esto hermanos no es una opción para la vida cristiana, sino un deber para nosotros.
Los creyentes debemos tomar una decisión radical de hacer morir el pecado sometiendo la carne a la nueva naturaleza llena del Espíritu.
Inmediatamente Pablo da una lista de pecados a los que debemos morir:
...fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría...
Estos son pecados personales relacionados con nuestros sentimientos. Pablo los presenta en una progresión que va desde el acto de maldad hasta el motivo subyacente.
A. Fornicación traduce “porneia”y se refiere al pecado sexual, más de forma general, toda clase de inmoralidad.
Este acto, se origina en la impureza.
B. Impureza, es la traducción de “akatharsia”, palabra de la cual deriva el término catarsis o “limpieza”.
Es un término más general que inmoralidad, pues va más allá del acto para señalar los malos pensamientos y las intenciones de la mente. Jesús dijo en :
Mateo 5:28 RVR60
28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
La impureza también es una de las obras de la carne.
Gálatas 5:19 RVR60
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
No debe admitirse por los creyentes, Pablo dice:
Efesios 5:3 RVR60
3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;
Y a los Tesalonicenses, (1 Ts. 4:7).
1 Tesalonicenses 4:7 RVR60
7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
Hermanos, la conducta pecaminosa se origina en los malos pensamientos. Esto significa que la batalla contra el pecado, y en especial contra el pecado sexual, comienza en la mente.
C. Pablo habla de Pasiones, de la palabra “Pathos”
y se refiere a la pasión sexual liberada en el cuerpo, como lo indican las dos referencias que la contienen en el Nuevo Testamento (cp. Ro. 1:26; 1 Ts. 4:5).
Romanos 1:26 RVR60
26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,
1 Tesalonicenses 4:5 RVR60
5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;
D. Malos deseos sin duda se refiere a la lujuria sexual que se origina en la mente.
Santiago 1:15 RVR60
15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
La diferencia entre pasiones y malos deseos es bastante sutil, Y radica en que las pasiones se concentran en el cuerpo y los malos deseos representan el aspecto mental del mismo vicio.
Los dos términos aparecen juntos en 1 Tesalonicenses 4:5
1 Tesalonicenses 4:5 RVR60
5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;
Hermanos, estas conductas son por completo impropias de los creyentes.
E. Pablo menciona la avaricia o codicia en último lugar .
La razón es porque es el pecado que constituye la raíz de la cual surgen todos los anteriores.
Pleonexia (avaricia) procede de dos palabras griegas: pleon, “más”, y exō, “tener”.
Es el insaciable deseo de tener más y de tener lo que es prohibido. Como tal, es la fuente de todas las guerras y pleitos (Stg. 4:2), así como de la lujuria, la pasión y el pecado.
Santiago 4:2 RVR60
2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
La avaricia, al poner sus deseos egoístas por encima de la obediencia a Dios, cae en la idolatría.
La avaricia es la raíz de todos los pecados.
William Barclay, comenta al respecto: “ La avaricia es un pecado que se extiende a muchas áreas. Si se trata del deseo por tener dinero, lleva al robo. Si es el deseo por tener prestigio, conduce a la ambición perniciosa. Si es el deseo por tener poder, conduce a la cruel tiranía. Si es el deseo por una persona, conduce al pecado sexual”
Pablo, enlaza la fornicación, la avaricia y la idolatría, en:
Efesios 5:3–5 RVR60
3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. 5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
Entonces , podemos ver que Pablo, nos enseña que al atacar la avaricia se ataca la raíz del pecado.
Cuando el contentamiento se pone en el lugar que ocupa la avaricia, esta no puede dar inicio al proceso que culmina en un acto pecaminoso.
Luego Pablo, nos da las razones por la que debemos hacer morir el pecado, en nosotros.

II. RAZONES PARA HACER MORIR EL PECADO.

Colosenses 3:6–7 RVR60
6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
Después de haber presentado la primera lista de pecados, Pablo hace una pausa antes de proseguir con la segunda. Aquí ofrece dos razones de gran fuerza que nos motivan para hacer morir el pecado.
A. EL PECADO ACARREA EL JUICIO DE DIOS.
“cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia” (3:6).
La ira de Dios es , es su eterno aborrecimiento de toda impiedad. Es el desagrado y la indignación contra el mal, producto de la justicia divina. Es la santidad de Dios movida a actuar en contra del pecado.
La ira de Dios es su constante e invariable reacción frente al pecado.
Los no creyentes experimentarán la ira eterna de Dios con toda su fuerza.
Pablo lo enseña en Romanos 1.18
Romanos 1:18 RVR60
18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
Aunque los creyentes hemos sido librados de la ira de Dios (cp. Ro. 5:9),
Romanos 5:9 RVR60
9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Sin embargo, estamos sometidos a su disciplina. Hebreos 12:5–6
Hebreos 12:5–6 RVR60
5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.
Dios siempre reacciona en contra del pecado.
El no creyente sufrirá su eterna ira, mientras que el cristiano experimentará su disciplina amorosa.
De todas formas, todo aquel que practique el pecado sufrirá las consecuencias.
B. EL PECADO ES PARTE DEL PASADO DEL CREYENTE.
Colosenses 3:7 RVR60
7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
La segunda razón que Pablo nos da por lo cual debemos hacer morir el pecado, es que cada uno de nosotros sabemos bien lo que era vivir en pecado.
Muchos de nosotros, quizás el pecado nos llevó a vivir de una manera tan desordenada y terrible, que odiamos vivir en el, tuvimos una vida muchas veces triste, sin sentido, y eso nos condujo a Cristo.
Pablo también dice a los efesios, Efesios 2:1-5
Efesios 2:1–5 RVR60
1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
Entonces Pablo dice, en el pecado estaban muertos, pero Cristo te ha dado vida,
¿Para qué quieres volver a esa vida miserable que antes tenías, viviendo en pecado?
¿Quien, que siendo rico hora, quiere volver a ser pobre?
¿Quien que ha sido sanado de una enfermedad terrible, quiere volver a enfermarse de ella?
¿Cómo puede una nueva criatura actuar como si fuera vieja?
Por eso Pablo dice también a los romanos.
Romanos 6:1–2 RVR60
1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
Hermanos, el llamado de Dios es a no volver a vivir al pecado, porque ya hemos muerto a el.
Luego Pablo hace otro llamado a abandonar aquellos pecados que afectan a otros.

III. Debemos morir al pecado que afecta a los que nos rodean.

Pablo ahora nos presenta una nueva lista de pecados que son más de índole social que personal, es decir afectan más a los que nos rodean, que a nosotros mismos.
Colosenses 3:8–9 RVR60
8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
Dejad viene de “apotithēmi”, una palabra utilizada para referirse a la acción de “quitarse la ropa”
La enseñanza se centra en el hecho de que, de la misma manera que una persona se despoja de su ropa sucia al final del día, los creyentes debemos abandonar los harapos sucios y andrajosos de nuestra vida vieja.
La misma idea parece tener el apóstol Pedro cuando dice en 1 Pedro 2:1 .
1 Pedro 2:1 RVR60
1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
De modo que el llamado es a desechar todo vestigio que haya en nosotros de nuestra vida vieja.
La lista es bien clara:
Ira (Orgē) es una amargura profunda e intensa cargada de resentimiento.
Es la actitud arraigada en el corazón de una persona airada. La ira revela la actitud permanente de la persona y le brinda la ocasión de expresar su furor.
Pero el creyente debe ser “tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Stg. 1:19–20)
Santiago 1:19–20 RVR60
19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Enojo(thumos), denota un arranque de ira.
Es como la paja que enciendo un gran fuego, o la chispa que hace arder un bosque completo.
La ira y el enojo están íntimamente relacionados. La ira que se encuentra latente bajo la superficie a menudo explota en arranques de ira.
Está entre las obras sobresaliente de la carne. Gálatas 5.20
Gálatas 5:20 RVR60
20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
Malicia ( kakia), un término general para designar los males morales.
Un comentarista de la Biblia,define la malicia como:“el carácter vicioso que busca hacer daño a otros”
La ira, el enojo y la malicia a menudo acaban llevando al hombre a la otra actitud pecaminosa.
Blasfemia(blasphēmia), Cuando se emplea en relación con Dios se traduce “blasfemia”. Cuando se emplea en relación con las personas significa “calumnia”.
No obstante, calumniar a las personas es blasfemar a Dios por cuanto Él creó al ser humano.
Santiago cuando nos habla de la lengua, enseña:
Santiago 3:9 RVR60
9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
Hermanos, la conversación del cristiano no debe estar contaminada con insultos o comentarios de menosprecio contra otros.
Santiago en el versículo 10, nuevamente nos amonesta diciendo que nosotros no debemos proceder así.
Santiago 3:10 RVR60
10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
Luego hermanos, el fruto de la ira, el enojo y la malicia son:
Las palabras deshonestas. Esta expresión se refiere a las palabras repulsivas y desdeñosas cuyo propósito es herir y hacer daño a alguien.
El mismo llamado hace Pablo a la iglesia de Éfeso en relación a su conducta, Efesios 5:4
Efesios 5:4 RVR60
4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.
En particular, hablamos de usar nada en nuestras bocas, que se convierta en un abuso mal hablado, o palabras abusivas.
Pablo se refiere a un último pecado amonestando a los creyentes diciendo:
No mintáis los unos a los otros.
Cuando los creyentes mentimos estamos imitando a Satanás y no a nuestro Padre celestial.
La mentira es un rasgo característico de Satanás (Jn. 8:44), no de Dios (Tit. 1:2).
Juan 8:44 RVR60
44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
Tito 1:2 RVR60
2 en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos,
De entre todas las personas del mundo, somos los cristianos los que deberíamos decir la verdad. Así que resulta provechosa la exhortación de Pablo a hacer morir el pecado a quienes están completos en Cristo y participan de su vida resucitada.

CONCLUSIÓN:

¿Cómo podemos salir victoriosos en nuestra lucha contra el pecado?
Por un lado, dejándolo morir de hambre. No alimente la ira ni el resentimiento. No consienta la lujuria ni la codicia. Y por el otro, poniendo en su lugar los valores positivos: Filipenses 4.8
Filipenses 4:8 RVR60
8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Abundando en la palabra de Cristo.
Colosenses 3:16 RVR60
16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
Hermanos, ese es el desafío hoy para nosotros, ser fiel en todo, implica hacer morir lo terrenal, lo carnal, el pecado en nosotros.
Amigos, Dios te desafía hoy a un cambio de vida, que sólo él puede darte, si le recibes hoy como tu Señor y salvador.
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