El Perseguidor Convertido en Predicador

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Introducción

¿Por qué creer en la Biblia, en el Jesús revelado en las Escrituras?
¿Por qué debemos creer en Jesucristo y confesar que él es Dios y no en alguna otra deidad?
Al fin y al cabo, hay muchas religiones en este mundo.
Algunos dicen: Si hubieras nacido en un país árabe, lo más probable es que serías musulmán y no cristiano. Entonces, ¿qué te hace pensar que el cristianismo es la verdad?
Algunos creen que no existe ningún Dios. Creen que lo único que existe es la materia y por tanto no tenemos porque estar inventando que existe algún Dios.
Otros, saben / o por lo menos sienten que tiene que existir un Dios, pero no lo buscan, no le siguen, no les importa que dejó un libro que es la Biblia (la Palabra de Dios) y viven sus vidas como si Dios no existiera.
Creo que este es uno de los errores más grandes. Este error es aun mucho más peligroso / grave que el ateísmo, porque saben que tiene que existir un Dios pero viven como si esta verdad no importara y por tanto ponen en juego su destino eterno.
Lo más terrible es estar tan cerca de la verdad, pero a causa de nuestro orgullo y nuestro pecado rechazarla y darle la espalda - sin poner atención a las consecuencias.
Hoy queremos presentarles el caso de un hombre que fue gloriosamente transformado por el evangelio de Jesucristo. Fue un hombre que fue de:
Perseguidor....a
Predicador

I. De Perseguidor....a

Hemos estado en 1 Corintios y estamos ya casi por terminar este libro.
Esta carta tan hermosa que Pablo escribió a una iglesia con muchas virtudes pero también muchas deficiencias.
Era una iglesia que conocía los dones del Espíritu Santo de Dios pero que también vivía en constante pleito, vanagloria, e inmoralidad.
Era como cualquier otra congregación - una reunión de gente imperfecta.
…eran personas en proceso, siendo transformadas por Dios.
…eran pecadores, igual que nosotros, necesitados de la gracia de Dios.
Pero, ahora Pablo quiere que esta Iglesia recuerda lo que era él antes de conocer a Cristo, y que fue lo que lo transformó / lo cambió.
1 Corintios 15:9 NBLA
Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios.
Pablo se consideraba el más pequeño de todos los apóstoles.
Se conocía sin valor comparado con los demás.
De hecho en 1 Cor 15.8 utiliza una palabra muy fuerte para describirse a sí mismo:
1 Corintios 15:8 NBLA
Y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.
En este pasaje, Pablo utiliza la palabra “abortivo” para describirse a sí mismo.
Algunos creen que era un insulto común que la gente utilizaba para referirse a Pablo.
Los que lo criticaban sabían que Pablo hablaba acerca del nuevo nacimiento. Jesús dijo que el que no naciera de nuevo no podía entrar al reino de los cielos.
Es posible que había algunos que decían que lejos de que Pablo fuera nacido de nuevo, más bien era un abortivo / era el producto de un aborto.
Pablo se considera el menor de los apóstoles no porque tenía poco tiempo de conocer a Jesucristo.
Pablo es muy claro al referirse al porque se consideraba ser el más insignificante de los apóstoles: pues perseguí a la iglesia de Dios.
Pablo era un hombre terrorista, aterrorizando a los cristianos del primer siglo, que iba de pueblo en pueblo buscando arrestar a los creyentes.
Hechos de los Apóstoles 9:1–2 NBLA
Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino, tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.
Este pasaje ilustra la vida de Saulo y cómo representaba él una amenaza contra la iglesia.
Él no tenía compasión de nadie. Él deseaba acabar con la Iglesia de Jesucristo.
Saulo no solo deseaba que se destruyera la Iglesia sino que deseaba ver muertos a cada uno de los cristianos.
Cuando Dios envía a Ananías para que orara por Saulo, puesto que había tenido un encuentro con Jesucristo la Biblia nos dice:
Hechos de los Apóstoles 9:13–14 NBLA
Pero Ananías respondió: «Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuánto mal ha hecho a Tus santos en Jerusalén, y aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan Tu nombre»
El mismo Ananías a pesar de haber sido enviado por Dios sentía temor al saber el mal que Saulo había hecho contra los creyentes.
Ananías sabía lo peligroso que era Saulo y el odio que tenía contra el pueblo de Dios.
Hoy nos encontramos en este lugar hombres y mujeres faltos ante la presencia de Dios.
De hecho, nos consideramos la mayoría inocentes de andar persiguiendo a la gente por motivos religiosos.
Nosotros no perseguimos a nadie a causa de su religion. Esas son cosas que escuchamos que suceden en países comunistas o en pueblos con San Juan Chamula, donde la iglesia romana persigue y ha dado muerte / o expulsado a los cristianos de su pueblo.
Ciertamente somos inocentes de cometer esta clase de atrocidades; sin embargo ante los ojos de Dios pecado no es solo perseguir a la gente a causa de su fe:
Algunos son culpables de mentir - mentir al gobierno, mentir a sus padres, mentir a sus jefes, mentir a sus hijos
Otros son culpables de fornicación / adulterio - han traicionado la confianza dentro del matrimonio. Han engañado a su esposa/o con otra persona.
Otros son culpables del materialismo - viven para trabajar, para tener dinero, para tener lujos, para tener pertenencias y piensan que nunca van a morir y que nuestro única meta en esta vida debe ser disfrutar de los placeres de este mundo.
Otros son culpables de alcoholismo o adicción a las drogas - tratan de ahogar su dolor / pena con sustancias químicas / alcohólicas. Tratan de escapar de este mundo al hacer daño a sus cuerpos.
Y así pudiéramos mencionar muchas otras faltas. Tarde o temprano nos daremos cuenta que cada uno de nosotros estamos como si fuese en una corte - no somos el juez, no somos el abogado, no somos ni siquiera el jurado - estamos sentados en la silla del acusado y nos encontramos completamente culpables.
Hemos ofendido a Dios.
Hemos ofendido a nuestro prójimo.
Pues así se encontraba Pablo - en la silla de los acusados - sin Dios y sin esperanza.
…pero algo sucedió en la vida de Pablo.

II. Predicador

Pablo describe este momento en su vida de una manera maravillosa:
1 Corintios 15:10 NBLA
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y Su gracia para conmigo no resultó vana. Antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí.
Soy lo que soy - por la gracia de Dios.
Pablo ya no era perseguidor.
Pablo ya no era un matón.
Pablo ya no era un terrorista.
Pablo ahora era un predicador.
…algo sucedió en su vida y fue una muestra de la gracia de Dios.
Pablo se reformó no porque fue a un programa de 12 pasos, porque visitó al psicologo, o porque haya leído libros de superación personas.
Hubo algo grande, transformador, maravilloso, algo increíble que sucedió que fue el motivo del cambio en la vida de Pablo.
Ese evento fue el punto de arranque que permitió que este perseguidor ahora fuese un predicador del evangelio.
Pablo presenta este maravilloso evento, esta maravillosa realidad, a partir del versículo 1.
Hoy usted tal vez se encuentra y está de acuerdo que es culpable.
…amigo, no es suficiente creer que eres culpable, no es suficiente creer que somos desdichados y que estamos profundamente necesitados de Dios, no es suficiente creer que no tenemos esperanza y que estamos hundidos - es suficiente poner nuestros ojos en la misma esperanza que Pablo tuvo:
1 Corintios 15:1–2 NBLA
Ahora les hago saber, hermanos, el evangelio que les prediqué, el cual también ustedes recibieron, en el cual también están firmes, por el cual también son salvos, si retienen la palabra que les prediqué, a no ser que hayan creído en vano.
Pablo aclara que el mensaje que él predicaba - el evangelio (buenas noticias) - era el mismo mensaje que lo había transformado a él y por tanto ahora lo debí a compartir con los demás.
Ponga mucha atención al versículo 2:
Este mensaje - el evangelio - es el único mensaje que tiene el poder de salvar.
Ningún otro mensaje en el mundo es capaz de salvarnos.
Así que si este mensaje tiene el poder de salvar - ha de ser un mensaje de suma importancia.
Deberíamos anhelar saber cuál es.
Deberíamos anhelar exactamente que es este mensaje que tiene el poder de darnos la vida eterna y salvar nuestras almas de la perdición eterna.
El mensaje es sencillo:
1 Corintios 15:3–4 NBLA
Porque yo les entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
El mensaje se resume en el versículo 3-4: Cristo murió por nuestros pecados conforme y resucitó.
La Biblia, la Palabra de Dios, había predicho desde tiempos antiguos que vendría uno que daría su vida para rescatar a su pueblo.
La Biblia había predicho que vendría uno de la simiente de mujer para morir en nuestro lugar y así expiar nuestros pecados.
La Biblia había prometido que vendría un salvador que daría su vida para que nosotros pudiéramos recibir el perdón de Dios.
…pero la Biblia también había prometido que resucitaría de entre los muertos.
La realidad de la muerte de Jesús y de su resurrección fue el mensaje transformador que cambió la vida de Pablo.
Ahora, usted dirá - ¿qué me asegura que realmente Jesús resucito?
Bueno, en tiempos de Pablo, que eran contemporaneós de Jesús y de los eventos de su nacimiento, vida, ministerio, muerte y resurrección - habían varios que podrían acusar a Pablo de ser un mentiroso.
Varios podrían haberse levantado y dicho que Pablo estaba mintiendo, que Pablo estaba inventado cosas, que Jesús nunca había resucitado.
Por eso Pablo da ejemplos de personas que fueron testigos del Cristo resucitado:
1 Corintios 15:3–8 NBLA
Porque yo les entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; que se apareció a Cefas y después a los doce. Luego se apareció a más de 500 hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen. Después se apareció a Jacobo, luego a todos los apóstoles. Y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.
Pablo da como evidencia a más de 500 personas que podrían dar referencia y fe de la realidad de la resurrección de Jesús.
Pablo sin temor a equivocarse, y sin temor a que lo contradigan, estaba seguro que si fuésemos a preguntar a unos de estos 500 testigos, ellos darían fe que Jesús realmente había resucitado.
Pablo esta completamente seguro que ellos apoyarían su testimonio.
Ahora, lo glorioso de todo esto no era que ellos habían presenciado un milagro.
Lo maravilloso de esto no era que habían visto a un muerto recobrar la vida.
Lo glorioso no era que al que habían visto en la cruz, ahora estaba vivo.
Lo glorioso de todo esto es que Jesús cambió la vida de 1, 2, 10, 20, 100, 300, 500 personas, incluyendo la de Pablo.
Lo glorioso es que el Cristo resucitado vino a 500 personas hundidas, miserables, desdichadas, atribuladas, llenas de pecado y maldad, con un sentimiento de culpabilidad terrible, con una incertidumbre acerca de su destino eterno que los aterraba, y los había transformado.
El mensaje de la vida, muerte, y resurrección de Cristo les había dado la seguridad que si confiaban en él, Dios les daba nueva vida, les daba un propósito, pero sobre todo les daba un nuevo corazón.
El Cristo resucitado ahora les daría vida eterna, paz interior, un nuevo corazón, y sobre todo quitaría la culpabilidad y verguenza de su vida por todos los pecados y errores cometidos en esta vida.
El Cristo resucitado sigue obrando en el corazón de pecadores como usted y como yo, solo es necesario venir ante él, creer en él, humillarse ante su creador y decirle: perdóname Dios mio, he pecado contra ti, hazme tu hijo, limpia mis pecados, ya no quiero ser igual.
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