El orden dentro del hogar

Exposición de Efesios   •  Sermon  •  Submitted
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Como una evidencia de la vida bajo el control del Espíritu, Pablo ahora se dirige a los padres e hijos, amos y escalvos (como parte de la relacion intrafamiliar en el hogar), para exhortarlos a que su trato interpersonal sea "como al Señor" //// A propósito del Día del Padre, exhortar a los papás de la congregación seguir los patrones bíblicos para la crianza, disciplina, instrucción y gobierno dentro del hogar.

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Efesios 6:1–9 LBLA
Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa), para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor. Siervos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con temor y temblor, con la sinceridad de vuestro corazón, como a Cristo; no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios. Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que cualquier cosa buena que cada uno haga, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. Y vosotros, amos, haced lo mismo con ellos, y dejad las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y de vosotros está en los cielos, y que para Él no hay acepción de personas.
Desde el comienzo se puede percibir un patrón que se puede ver en toda relación interpersonal, tanto en la Trinidad como en el ser humano. Estoy hablando de la relación Autoridad-Sumisión que toda relación interpersonal disfruta, y que sin una buena comprensión de esta realidad, cualquier relación que tenga el hombre terminará en conflicto.
Por ejemplo, tenemos el caso de Adán al ser creado por Dios, y puesto en el jardín. Génesis 2.15 nos dice que “tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (énfasis mío). La palabra “labrar” que se usa también puede significar “trabajar, servir, o ministrar”; y la palabra “guardar” también puede traducirse como “proteger”. De hecho, estas mismas responsabilidades de Adán son las que se mencionan para con los levitas en su oficio sacerdotal en el tabernáculo (Num. 3.7-8). Esto quiere decir que, así como los levitas eran sacerdotes en el santuario, Adán lo fue en el Edén. Y cuando Eva fue creada como su ayuda idónea y complementaria, la responsabilidad de Adán era de guiar y proteger.Adán fue creado para liderar, y la mujer para seguir.
Pero ahora, en nuestros días, el liderazgo del hombre se ha corrompido por el pecado, y la sociedad ha destruido la masculinidad, con le movimiento ideológico LGTB y más recientemente con el Feminismo. Ahora el hombre ya no es hombre, y si hace uso de su rol lo tachan de opresor. Pero, para Pablo no sería cosa nueva lo que está sucediendo en el mundo, porque eso mismo se veía en el mundo antiguo. Y en Efesios 6.1-9 Pablo desarrolla dos ambientes en los que la masculinidad bíblica debe reflejarse. No como el mundo la maneja, sino como el evangelio la determina.
Y me llama la atención cómo de manera providencial el Señor permitió que en nuestra serie de Exposición de Efesios que iniciamos desde hace casi un año, el día de hoy que conmemoramos a los padres, lleguemos al pasaje que Pablo habla acerca de la relación Padre-Hijo.
Por tal razón, únicamente hoy veremos los primeros cuatro versículos, para enfocarnos específicamente en lo que Pablo nos quiere decir acerca de la relación paterna-filial. Cómo es que un hogar centrado en el evangelio se conduce en una sociedad pagana.
Vamos a ver primero lo que la Biblia demanda de los padres. Así como lo mencioné al comienzo, el hombre es el que ha sido creado para liderar y pastorear a la familia. Esto no solo se aplica en el ámbito conyugal (como lo hablamos la semana pasada), sino que también se aplica al deber paternal del hombre.
En el derecho romano, existía algo que se llama “Patria Potestad”, y nosotros lo hemos oído en su mayoría cuando en un divorcio el padre y la madre pelean la “patria potestad” de los hijos. Es decir, la autoridad de quedarse con los niños. Esta patria potestad se termina cuando el padre muere.
Pero para los días de Pablo, la Patria-Potestad era una autoridad prácticamente absoluta que el padre (πατήρ) tenía sobre sus hijos, nacidos o adoptados. Alguien comentó sobre esto diciendo:
El padre romano tenía un poder absoluto en la familia. Podía venderlos como esclavos, hacerlos trabajar en sus campos hasta en cadenas, podía disponer de la ley a su antojo, porque ésta estaba en sus manos. El padre romano podía castigar como le pareciera, hasta el extremo de infligir la pena de muerte. Un padre podía quitarle la vida a su hijo, y nadie podía intervenir. Ese era su derecho. Esa era su Patria Potestad.
Era costumbre en aquellos días colocar al niño a los pies del padre. Si el padre lo recogía, el niño era recibido en la familia. Pero si el padre se daba la vuelta, ese niño era literalmente botado. Muchos de esos niños morían al intemperie, pero los que sobrevivían, los niños, eran tomados y llevados al “Foro”, un lugar donde eran vendidos como esclavos, y las niñas eran tomadas para ser puestas como prostitutas en cuanto crecieran. La vida de un niño, en los tiempos de Pablo, no tenía ningún valor.
Ahora no hay tanta diferencia a los tiempos de Pablo. Sin embargo, todo eso cambio a raíz de que el evangelio entró en el mundo. Y puede ser que tú estés el día de hoy rechazando el evangelio, pero quiero que te des cuenta de los beneficios indirectos que estás gozando por causa del evangelio. De no haber sido por el evangelio, quizá muchos de nosotros ni siquiera hubiéramos nacido.
Pero, entonces, ¿qué papel juega el Padre en esta relación Paterno-filial?
En primer lugar, debo mencionar que en Ef. 6.1, cuando se refiere Pablo a la honra “a los padres”, la palabra que está usando es γονεύς, que se traduce mejor como “progenitores”. Esto incluye tanto al padre como a la madre. Pero, en Ef. 6.4, cuando Pablo menciona “padres”, está usando la palabra πατήρ, que se refiere únicamente al varón, al padre.

Responsabilidad del Padre (Ef. 6.4)

Efesios 6:4 LBLA
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.

Pedagogía

Como mencioné hace un par de semanas, existen dos palabras negativas en el griego, uno de ellas es más enfática que otra, la cual es usada en este versículo, y que cierra cualquier posibilidad de otra opción. “Padres, no provoquen a ira a sus hijos”. Esta misma expresión Pablo se la dijo a los hermanos colosenses en tema de la educación de los hijos:
Colosenses 3:21 LBLA
Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.
¿Cómo los padres pueden “exasperar” o “provocar a ira a los hijos”?
Mayormente en el mal uso de su autoridad. Y quiero ser delicado en este punto, porque no quiero decir ni dar a entender que yo sé educar mejor a un niño, pues ni casado estoy. Pero la Biblia es clara en este punto, y la negación enfática hacia los padres es algo que debemos poner atención.
Así como lo mencioné la semana pasada, la responsabilidad del hombre es ser el pastor y sacerdote de la familia, mayormente para con su esposa, pero también hacia sus propios hijos. Un comentarista dijo lo siguiente sobre este punto:
No es un asunto de obediencia que pone en manifiesto la autoridad, sino de un trato que busca la correcta orientación de la vida del hijo conforme a lo que Dios establece en Su Palabra, no solo para el hijo, sino mayormente para el padre que ha de servirle de ejemplo. (Samuel Pérez Millos, 494.)
El ejemplo que el padre pone frente a su hijo influye demasiado y por toda la vida. Estudios han demostrado que los delincuentes y homicidas tienen en común la falta de figura paterna, así cómo la ausencia de atención de parte de ellos. Pero también, algo que (en palabras de Colosenses 3.21) “desanima” a los hijos es la falta de coherencia en las demandas del papá.
¿Padres, estás enseñándoles a tus hijos a respetar a las mujeres en la manera en como tratas a tu esposa?
¿Les están enseñando a sus hijos la importancia e infinito valor de la Palabra de Dios haciendo tus devocionales diarios?
¿Tus hijos están viendo cuán valioso es el evangelio para ti al verte a ti compartiendo el evangelio con los inconversos?
¿Es verdaderamente tu prioridad enseñarles a tus hijos que amen a Dios y le obedezcan, aborreciendo tú el pecado día con día?
No soy papá, pero si el Señor me ha puesto frente a un grupo de personas para que las pastoree, mi andar debe ser ejemplar. Así como Pablo se lo dijo a los Corintios “Imítenme a mí, porque yo imito a Cristo” (1 Co. 11.1)
¿Podemos decir eso? Como Padres, ¿pueden decir con seguridad a sus hijos que los imiten porque ustedes son un reflejo exacto de Cristo?

Disciplina

Un segundo aspecto o área en la que los padres deben involucrarse es en la disciplina. Y con disciplina no me refiero únicamente en la aplicación de sanciones correspondientes a pecados que comenten sus hijos; aunque sí tiene que ver también. Vamos a hablar de ello en un momento.
La crianza del hijo es una responsabilidad que los padres han delegado a las madres, o incluso a la iglesia. Muchos padres han llegado al grupo de los adolescentes trayendo a sus hijos con la esperanza que nosotros, con los estudios, juegos y salidas, hagamos un cambio en ellos. Y cada vez que ellos dicen eso, mi papá y yo (que trabajamos en el ministerio de adolescentes por 6 años) que “nosotros no podemos hacer en dos horas a la semana, el trabajo que ustedes como padres no han hecho durante 15 años”. Y puede sonar fuerte, pero la realidad es que los padres no se involucran con sus propios hijos.
El libro de proverbios nos da muchos consejos acerca de este punto, pues el rey Salomón en toda la sabiduría que Dios le concedió, él escribe a los padres para decirles: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Este versículo ha sido usado para dar una falsa esperanza de que si se le enseña de a Biblia al niño desde que es pequeño, éste va jamás se va a alejar, o que eventualmente se volverá si se aleja. Pero, en realidad no está diciendo eso el proverbio. La LBLA lo tradujo mejor al decir:
Proverbios 22:6 LBLA
Enseña al niño el camino en que debe andar, y aún cuando sea viejo no se apartará de él.
Lo que Salomón está diciendo en realidad es que, los valores que tu le enseñes a tus hijos, ellos los llevarán por el resto de su vida. Esos principios que tu les pases, van a dirigir su vida, y lo harán tomar decisiones. Por eso La Biblia enfatiza la disciplina y pedagogía de los hijos POR PARTE DE LOS PADRES.
Deuteronomio 6:6–7 LBLA
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Es el deber del padre, específicamente él (aunque también la madre juega un papel importante en esto), de instruir y hacer aprender a sus hijos las leyes que el Señor dejó para Su pueblo (hablaremos de eso mapas afondo en el siguiente punto). Pero por el momento, Deuteronomio 6.6-7 nos enseña que como padres, debemos “diligentemente” enseñar la Verdad a nuestros hijos. Un ejemplo de esto se ve en Timoteo.
2 Timoteo 3:15 LBLA
y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
Este versículo nos enseña cuan importante son para los hijos las enseñanzas de las Escrituras en sus vidas. Y, aunque esta tarea en la vida de Timoteo fue realizada por su abuela Loida y su madre Eunice, la enseñanza aquí está en el papel que juegan la enseñanza sistemática de la Biblia a los hijos. No es algo que deba pasarse por alto, pues el mundo quiere doctrinar a nuestros hijos con sus reformas educativas, implementando sus ideologías aberrantes, y si nosotros como padres no nos enfocamos en que nuestros hijos crezcan conociendo “las Sagradas Escrituras”, el mundo los va jalar.
¿Padres, cuándo fue el último devocional que tuviste con tus hijos?
¿Qué libros les estás leyendo para que conozcan a los grandes hombres de Dios?
Involúcrate en su crecimiento. Lee con ellos la Biblia. Leéles las biografías de lo padres de la iglesia, los reformadores y puritanos. Lee con ellos teología, para que crezcan escuchando el evangelio, y cuando Dios decida salvarlos, ellos se arrepientan y crean en el evangelio que ya han escuchado de sus padres. Por eso, es excelente que los niños estén escuchando este mensaje, pues no se les priva de escuchar el evangelio. Quizá haya uno que aún no ha creído en el evangelio, o quizá tú como papá no te has rendido a los pies de Cristo. Si ese es tu caso, no esperes más tiempo. Hazlo hoy. Cree en el sacrificio de Cristo, arrepientete de tus pecados y confiesa a Cristo.
Pero la responsabilidad en la relación padre-hijo no recae únicamente en el padre. También Pablo exhorta a los hijos.

Responsabilidad de los hijos (Ef. 6.1-3)

Esta es una de las razones por la que considero que los cultos no deberían separarse entre escuela dominical mientras en la que los niños están a la hora del sermón, mientras los padres están aquí sentados tratando de no quedarse dormidos. El hecho de que Pablo comience esta sección con los hijos, y no con los padres demuestra este punto, pues los niños estaban en la congregación mientras se leía esta carta en la iglesia de Éfeso.
Nehemías 8:2–3 LBLA
Entonces el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían entender lo que oían. Era el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro frente a la plaza que estaba delante de la puerta de las Aguas, desde el amanecer hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.
Así que tú, niño o joven que estás esta mañana, este mensaje también es para ti. Tenemos como hijos dos responsabilidades expresadas en Efesios 6.1-3:

Obediencia

Efesios 6:1 LBLA
Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo.
Es interesante que aquí Pablo esté retomando lo que habló en Efesios 5.21sometiéndose unos a otros en el temor del Señor”. En primer lugar, habló con respecto a la esposa, que debe someterse a la autoridad de su marido, pero ahora se dirige a los hijos, sean niños o niñas, a que se sometan a la autoridad de sus padres. Esta sumisión se hace evidente en la obediencia de los hijos hacia sus padres, pues “la obediencia a los padres e la expresión de la aceptación de la autoridad divina delegada.” (Perez Millos, 488)
Y, ¿por qué debemos hacerlo?
Pablo responde esta pregunta:
Efesios 6:1 NTV
Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto.

Honra

Efesios 6:2 LBLA
Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa),

Aplicación

La Fórmula del liderazgo” pág., 134ss
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