Una advertencia a los dormilones

Efesios 5:14–16 (RVR60)

14 Por lo cual dice:

Despiértate, tú que duermes,

Y levántate de los muertos,

Y te alumbrará Cristo.

15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.

Introducción

A cuantas personas les es difícil levantarse cuando debe madrugar. De tanto posponer el despertador el tiempo pasa y debe salir muy deprisa para no llegar tarde a su destino. La situación es más lamentable cuando debe estar a tiempo para tomar el transporte.

Anécdota del anciano que vistió el pantalón de su esposa en la obscuridad de la mañana.

Proverbios 24:33–34 (RVR60): Un poco de sueño, cabeceando otro poco,

Poniendo mano sobre mano otro poco para dormir;

34 Así vendrá como caminante tu necesidad,

Y tu pobreza como hombre armado.

Hoy la Biblia nos advierte a ser aplicados en nuestra vida espiritual, para no quedarnos dormidos en aquella mañana gloriosa, en la que los redimidos deben estar despiertos y listos cuando suene la final trompeta.

El mundo ofrece muchas distracciones para tener entretenido al cristiano en sus afanes y distraído de su vida espiritual.

También por los falsos ministros que han provocado en la gente escepticismo.

La fe y el amor por la obra de Dios sea ha enfriado en muchos cristianos: “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mateo 24:12”

Los primeros cristianos corrían el riesgo de ser asesinados cuando asistían a sus reuniones. Aun así se reunían en catacumbas.

Hoy en día el cristiano no asiste a las reuniones porque corre el riego de mojarse, por estar en enojado o en desacuerdo con alguien, o por perderse su programa favorito o la convivencia con sus amigos, en el peor de los casos contagiarse de la enfermedad de moda.

La libertad de culto y las comodidades modernas han provocado al cristiano promedio adormecimiento espiritual.

Despiértate

Y levántate de los muertos,

La Palabra con urgencia le dice al cristiano: ¡despiértate!, date cuenta que los días son malos...

que los afanes, tribulaciones, todo lo que te distrae de orar, escudriñar la Biblia y congregarte, son artimañas del enemigo de tu alma para tenerte adormecido y no actives en tu fe, la cual es necesaria para salvación.

Se acerca el amanecer para el mundo, muy pronto vendrá el Señor y hay de ti si te encuentra dormido. “Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Marcos 13:35–36”

Muchos han dejado de servirle a Dios, han abandonado su privilegio, ya no activan sus dones, y tienen uno y mil pretextos para excusarse, pero ninguno será valido cuando te encuentres delante de quien tendremos que dar cuentas.

Romanos 11:29 (RVR60)

Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

Levántate

El Señor a través de tu Palabra te está despertando de tu adormecimiento, ¿que vas hacer? ¿seguirás dormido y te levantarás?

El Señor te dice levántate, no seas como esos muchachos que cuando las van a despertar hace caso omiso, se voltean y siguen durmiendo.

Actúa, reacciona no sigas dormido, no esperes que las condiciones sean ideales en tu vida, busca y sirve a Dios para que Él ponga orden en el caos de tu vida.

La luz vendrá a tu vida

El beneficio de despertarse y levantarse es que la luz de Cristo vendrá a tu vida, y la luz te permite ver lo que debes corregir.

Podrás comprender que tu manera de vivir no es la correcta.

comprenderás que las soluciones del mundo no son efectivas como la solución que Cristo te ofrece.

Podrás conocer la verdad, la cual trae libertar, porque no serás más esclavo del pecado y de la incertidumbre de este mundo, podrás comprender que todo en esta vida es vanidad y es más importante esforzarse por alcanzar la vida eterna: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:32”

Conclusión

Pablo nos advierte en ser diligentes en cuidar nuestro camino, pues los días en que vivimos son malos, son peligrosos, y aquel que no quiera atender las advertencias de la Palabra de Dios, sufrirá las consecuencias de su rebeldía.

Los días son malos, no andemos como necios, confiando en nuestra propia opinión, excusándonos con pretextos sin sentido.

Seamos sabios, despójate de todo peso que te impide correr la carrera de la vida, es mejor tener una gran perdida en esta vida y no perder la salvación de tu alma.

“Hebreos 12:1–2 1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”