LOS DILEMAS DEL PERDON
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Introducción: Dolor, angustias, pensamientos de odio, deseo que le vaya mal a una persona, son por lo común el resultado de una vida que ha sido lastimada, consciente o inconscientemente. Sea cual haya sido la razón, estoy seguro de que alguna vez hemos navegado esas aguas, estamos navegando en ellas o muy pronto navegaremos por las aguas del dolor profundo causado por alguna persona a la que no podemos perdonar.
Sin embargo, sabemos que no es el deseo de Dios que nos envenenemos el alma antes situaciones como estas, pues sabemos que la salida se encuentre en el perdonar a aquellos que nos han lastimado. Pero perdonar no es fácil, la Biblia nos menciona varios casos donde esta verdad se ve con claridad, traigo a memoria la vida de el rey David que lucho con las heridas recibidas en su alma cuando fue lastimado. Leamos como David lucho con el dolor y la falta de perdón:
Salmo 41:9. Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.Posiblemente Ahistofel consejero del Rey David quien se unió a la conspiración de Absalón, en su levantamiento contra David, y le aconsejó que cohabitara en público con las concubinas de su padre y que lanzara un ataque contra el rey. Acá vemos el dilema del perdón, David grita en su alma al pensar en la traición que a cometido aquel intimo suyo. Pero esta no fue la única vez que David nos deja su corazón y como el perdonar se le volvió un dilema. Miremos otro pasaje:
Salmo 55: 12-14. Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él; Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, Mi guía, y mi familiar; Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, Y andábamos en amistad en la casa de Dios. Lo más probable acá es que se trate de Absalón, su hijo quien por segunda vez había lastimado su alma, en la primera le había quitado la vida a su medio hermano Aamón y la segunda ver después de varios trucos se había declarado rey y David tuvo que abandonar Jerusalén.
La primera historia donde Absalón mato a su medio hermano, en venganza por haber violado a su hermana Tamar, marco mucho la vida de David. Absalón huye donde su abuelo materno, se queda allá un tiempo considerable y después regresa a Jerusalén. Sin embargo, es notorio que David lucha por perdonar a su propio hijo. De esto leemos en 2 Samuel 14:28. Y estuvo Absalón por espacio de dos años en Jerusalén, y no vio el rostro del rey. Después de la llegada de Absalón, el rey David adolorido no podía ni quería ver el rostro de su hijo, solo después de dos años de su llegada por intervención de Joab es que David accede a verle.
Como vemos en la vida de David, perdonar no es fácil, más cuando el dolor recibido es grave. Sin embargo, a la luz del evangelio, es posible perdonar. Hoy quisiera que viéramos como el apóstol Pablo trata el tema del perdón por medio de dos cartas que se entrelazan y que tratan el tema del perdón, una es la carta a Filemón y la otra es la carta a la iglesia de los Colosenses. En ellas meditaremos bajo el tema: Los dilemas del Perdón.
Definición Dilema: Un dilema, por lo tanto, es un argumento que está formado por dos proposiciones contrarias y disyuntivas.
La relación entre Colosenses y Filemón
Es su comentario a Colosenses Burt Davis nos permite ver la relación que existe entre las cartas de Colosenses y Filemón. Está claro que existe una estrecha relación entre ellas porque y esta relación nos permite establecer que ambas cartas terminaron en el mismo lugar, una era para el líder o pastor de la iglesia llamado Filemón y la otra para la iglesia, miremos entonces la relación:
1. Ambas epístolas hacen referencia a Onésimo, el esclavo fugitivo, a quien Pablo devuelve a su amo en compañía de Tíquico (Colosenses 4:9; Filemón 10–16).
2. Igualmente, las dos cartas envían saludos a Arquipo (Colosenses 4:17; Filemón 2)
3. Se menciona a Epafras, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas (Colosenses 4:10–14; Filemón 23–24), los cuales estaban evidentemente presentes con el autor en el momento de redactar las cartas.
4. Las dos cartas fueron escritas desde la cárcel (Colosenses 4:3, 18; Filemón 1, 9) y llevan la firma de Timoteo como coautor (Colosenses 1:1; Filemón 1).
5. Y las dos cartas abordan cuestiones relacionadas con la esclavitud (Colosenses 3:22–4:1; Filemón 10–21).
y yo agregaría el tema del perdón que corre paralelamente por las dos cartas. Ya habiendo establecido la relación entre ambas cartas, podemos comenzar a ver como el tema del perdón tiene sus dilemas para los creyentes. Y como cargo la vida del apóstol Pablo quien tuvo que enviar dos cartas, una personal y una congregacional para garantizar que se perdonara a aquel esclavo fugitivo llamado Onésimo.
I. Dilema 1: Sabemos que Dios nos pide perdonar, pero perdonar es difícil aun para los redimidos.
Esta historia como ya mencioné envuelve a un esclavo llamado Onésimo, a un pastor o líder de una iglesia que se reúne en su casa y a la iglesia. La necesidad de perdón es evidente ya que Pablo ha escrito una carta solicitando a Filemón perdone a este esclavo que ha retornado donde su amo. Pablo le pide con detalles a Filemón el tipo de perdón que él esperaba se le diera, para ello vamos a Filemón 10-21:
Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo. Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio; pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario. Porque quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor. Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también. Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor. Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo.
Enlistemos el tipo de perdón que tenia en mente Pablo:
1. Trata a Onésimo como a mí mismo.
2. Considera que la mano de Dios estaba en esto.
3. Ya no lo trates como esclavo, sino como hermano en la fe y en la carne.
4. Perdónale los daños económicos que te ha hecho (Robo, perdidas por no trabajar varios años)
Sin embargo, las evidencias apuntan a que perdonar no iba a ser fácil. Y aunque Pablo conoce la calidad de creyente que es Filemón, sabe que le será difícil no solo a él, pero además a la iglesia el extender perdón del modo que el evangelio lo demanda. Filemón estaba herido, pero también la iglesia estaba herida en contra del hombre que le había causado tanto daño a su amado hermano en la fe.
Es por esto, que Pablo magistralmente escribe también a la iglesia, para presentar a Onésimo, no como un esclavo fugitivo, pero como uno que el evangelio alcanzo, “Como un amado y fiel hermano que es uno de vosotros” (Col 4:9.) la presentación de Onésimo como un creyente al final de la carta ha sido precedida por el tema del perdón, ya que Pablo habla sobre el perdón en cada uno de los tres primeros capítulos. allí Pablo explicar con detalles el tema del perdón y concluye diciendo que Onésimo es uno de ellos. Que dilema para aquellos creyentes.
Col 4:7-8. Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor, el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere, y conforte vuestros corazones, con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os lo harán saber.
Ahora imaginémonos el momento, Filemón ha recibido una carta personal con Tiquico, la sorpresa que este se da al ver que con el mensajero de Pablo llega el esclavo fugitivo. ¿Se imaginan la reacción de Filemón? ¿Los sentimientos encontrados? Sin embargo, Tiquico lo llama a parte, le extiende una carta, le explica que es de Pablo para él y le pide leerla inmediatamente.
¿Puede sentir el corazón latiendo en el pecho de Filemón? ¿No era mejor que no hubiera aparecido? Si analizamos más profundamente el caso, la llegada de Onésimo le traía una serie de problemas a Filemón. Enlisto acá todas las cosas que la llegada del esclavo creaba:
1. ¿Qué hago yo ahora con este hombre, lo castigo, lo perdono a mi manera, le extiendo el perdón que me pide Pablo?
2. Si lo perdono seré el hazme reír de todos los demás dueños de esclavos.
3. Posiblemente me gane un montón de enemigos de entre los dueños de esclavos al no castigar a Onésimo.
4. ¿Que pensaran las autoridades romanas de mi falta de juicio? Mas cuando la economía de Roma estaba basada en el trabajo de los esclavos.
5. ¿Qué hago con todo lo que me robo al irse? ¿Le pido que me lo pague? ¿Se lo perdono?
6. ¿Que de todos los ingresos que deje de percibir por su falta de trabajo?
7. Y, por último, ¿lo perdonara la iglesia? ¿Estarán dispuestos a tratarlo como un hermano amado?
¿Ven por qué existía la necesidad de otra carta?, donde Pablo introdujera a Onésimo a la iglesia, pero además que explicara el tema del perdón. Pablo toma esa dirección y explica el tema en la carta enviada a la iglesia desde una perceptiva teológica, evangélica, Cristocéntrica y práctica.
Este es el primer dilema del perdón, Sabemos que Dios nos pide perdonar, pero perdonar es difícil aun para los redimidos. Y este primer dilema ha llevado al apostal Pablo a escribir dos cartas y a explicar con detalles el tema del perdón. Ahora miremos el según dilema que presenta este tema que nos es tan difícil.
II. Dilema 2: Perdonar es difícil, pero perdón es lo que hemos recibido de Dios, pero con beneficios eternos.
Viajemos en el tiempo y nuevamente sentémonos a presenciar los eventos. Filemón ha recibido su carta, está procesando la información, no ha hecho nada con Onésimo. Es más, está sorprendido que el esclavo a pesar de que saber lo que le puede pasar, haya decidido regresar. (Que testimonio más profundo del poder del Evangelio). Ahora Tiquico le dice a Filemón, amado pastor o líder, también traigo una carta para la iglesia, ¿podrías reunirlos hoy en la noche para leérsela?
Indudablemente Filemón accede, llega la noche, los hermanos comienzan a llegar a la casa que se alumbra con antorchas y bajo la luz tenue, uno a uno se acomodan donde mejor pueden, ven que hay una visita amada, Tiquico, sabrán del apóstol Pablo y eso alegra sus corazones. Pero de repente notan que, sentado en una esquina, callado, cabizbajo, humilde y silencioso se encuentra el malvado esclavo Onésimo. La gente no lo puede creer, ¿Que hace este hombre acá? ¿Cuándo vino? ¿Qué día se le castigara por sus maldades? Avísennos para ir a ver como se hace justicia.
Así comienza la reunión y se anuncia que Pablo ha enviado una carta con Tiquico, quien procederá a leerla. ¿Pueden sentir el ambiente? ¿El enojo en muchos? ¿La preocupación en otros? Claro, esa es la reacción común en cualquiera. Pero al comenzar a leer la carta, Pablo guiado por el Espíritu Santo, comienza a derribar todos aquellos argumentos que obstaculizan el practicar el perdón y que no se acoplan al glorioso evangelio que los había alcanzado.
Nuestro segundo dilema: Perdonar es difícil, pero perdón es lo que hemos recibido de Dios con beneficios eternos. Esto es explicado en los capítulos uno y dos con una profundidad teológica, evangélica y Cristocéntrica dignas de un tema tan importante pero además que tanto afecto a los creyentes del primer siglo y a nosotros que seguimos a Cristo en estos tiempos. Leamos entonces como el apóstol comienza como cirujano experto a operar a corazón abierto las almas de aquellos creyentes:
Col 1:12-13. Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
1. Perdonar es difícil, pero ellos habían recibido el beneficio de haber sido libertados de las potestades de las tinieblas. Col 1:13.
Comienza a hablar del perdón en el primer capitulo haciéndoles ver que Jesús había pagado el precio de su redención con su propia sangre. El contexto acá es el de un mercado de esclavos, donde los ricos llegaban y pagaban o redimían a un esclavo, volviéndoles de su propiedad. Sin embargo, Dios nos liberto no del mercado, sino de la potestad de las tinieblas y nos trasladó al reino de su amado hijo. ¿Ven el dilema? Pablo les hace ver que ellos habían sido como un esclavo, pero que la redención hecha por Jesús los había hecho libres. increíblemente es parecido lo que pide para Onésimo, redímanlo en amor, libértenlo y permitan disfrutar de los beneficios que Cristo le ha dado en el evangelio.
2. Perdonar es difícil, pero ellos habían recibido el beneficio de haber sido trasladado al reino de Dios. Col 1:13-14.
Pero no solo los había hecho libres, sino que el perdón recibido les había dado acceso al mismo reino de Cristo Jesús. Habían recibido beneficios eternos, ¿No era lógico entonces que ellos entendieran del mismo modo perdón?
Pablo a medido una estocada al corazón de Filemón y de la iglesia. El punto, resumiendo es que ellos eran esclavos de las tinieblas y que Cristo con precio de sangre los había redimido, sacados de las tinieblas, trasladado al reino de su padre, recibiendo estos beneficios eternos, pero tristemente estaban peleando con extender perdón. Que dilema más grande. Pero Pablo no se queda allí, ahora continua con el tema en el capitulo dos.
Col 2:13-15. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
3. Perdonar es difícil, pero Cristo nos dio vida a pesar de nuestros pecados.
4. Perdonar es difícil, pero Cristo nos perdonó Todos nuestros pecados. Todos.
5. Personar es difícil, pero Cristo anulo el acta con nuestros pecados que nos condenaba eternamente.
El dilema del perdón continua. Perdonar es difícil, pero perdón es lo que hemos recibido de Dios con beneficios eternos. No podíamos nosotros hacer nadas porque estamos muertos, Jesús nos dio vida, perdón de todos nuestros pecados, tomo el acta que nos condenaba por la eternidad, la cancelo en la cruz del calvario, gratuitamente. Cristo paso por alto todas nuestras ofensas, nos dio todos los beneficios eternos, pero nosotros somos incapaces de perdonar una falta de un hermano, a pesar de haber recibido tanto.
Esto me recuerda la historia de los dos deudores:
Mateo 18:23-35
Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. (Posiblemente 60 millones de días o 164383 años de trabajo) A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios (100 días de trabajo); y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, les entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
III. Dilema 3: Beneficios eternos nos dio el rey del universo, ahora el pide a los libertos extender perdón del mismo modo.
Pablo continúa desarrollando en el capítulo 3 el tema del perdón, pero ahora llega el área de la vida práctica, pasa de la ortodoxia a la ortopraxia, del saber al hacer. Acá nos presenta el ultimo dilema: Hemos recibido beneficios eternos de parte del rey de reyes, pero ahora el pide a los libertos extender perdón del mismo modo. Leamos el pasaje en el capitulo tres:
Col 3:12-13. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
1. Para extender perdón del mismo modo que Cristo debemos de apropiarnos de nuestra nueva identidad.
Pablo ahora pide que los creyentes perdonen las faltas de sus hermanos, que extiendan perdón del mismo modo que Cristo les perdono. Pero para poder hacer esto amados, es necesario apropiarse de la nueva identidad que Cristo nos ha dado por medio de la fe. Hay que vestirse como escogidos, santos, amados, desplegado misericordia, demostrando benignidad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportando al hermano y si nos causan dolor perdonar. Pero me temo que una de las dificultades que tenemos al perdonar es que no caminamos en nuestra nueva naturaleza. Que, en vez de caminar en el espíritu, caminamos en la carne.
2. Para extender perdón a otros hay que reconocer que nuestro hermano aún está en un proceso de formación. Que en la iglesia todos estamos en un proceso de santificación.
Acá Pablo da por sentado que los creyentes van a herirse, que un día tendrán unos quejas sobre los otros. Esto por el hecho amados de que estamos todos metidos en un proceso de santificación y que la perfección solo será posible en el cielo. Que aun fallamos y fallaremos. Si no aceptamos esto, la realidad de que el pecado puede llevarnos a ofender al hermano nos será imposible extender perdón. Yo me he topado con esa actitud en la iglesia, me causo dolor el hermano, aquel que dirige que tremendo, el hermanito. Pero se nos olvida que es un pecador.
3. Para extender perdón a otro hay que perdonar como Cristo, sin tomar en cuenta el agravio.
Imagínese como se entrelazaban las miradas de los hermanos en aquella iglesia. El escuchar que el producto de la transformación operada por el evangelio debería de llevar al creyente a perdonar, del mismo modo que lo hizo Cristo con él. Al final de la carta para sorpresa de todos, Pablo introduce a Onésimo, al traidor esclavo que había causado tanto dolor a Filemón y congregación. Ahora a este había que recibir como un hermano amado. Leamos una vez más el pasaje:
Col 4:7-8. Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor, el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere, y conforte vuestros corazones, con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os lo harán saber.
El culto había terminado, y poco a poco los hermanos en total convicción se acercan a Onésimo, Filemón lo abraza, los hermanos le dan la bienvenida. Quisiera pensar que eso paso, pues todo apunta a que ellos perdonaron a Onésimo. Hermanos eso es vivir verdaderamente el evangelio.
PARA MEDITAR
Perdonar es cuestión de vida o muerte, perdonas y vivirás con un corazón bendecido por Dios, o no practicas el perdone y morirás con un corazón lastimado. ¿Se acuerdan al principio de Absalón? Este no pudo encontrar la paz que da el perdonar y su corazón de lleno de ira contra su medio hermano. En el libro de 2 Samuel 13:22-29 se narra como este aborreció a su medio hermano y después de dos años de sufrimiento, dolor y angustia planeo la muerte de Amnón. Si amados, la falta de perdón es de vida o muerte, en el caso de Absalón lo mato a tal grado que le quito la vida a su propio hermano.
Termino dándoles algunas claves para saber si estamos heridos y con necesidad de perdonar:
1. Piensas siempre con maldad en aquella persona que te hirió.
2. Hablas siempre mal ante otros de aquella persona que te hirió.
3. El que otros hablen bien de aquella persona, te hace hervir la sangre.
Si estas así, hermano la falta de perdón te han llevado a la amargura.
Heb 12:15. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados.
ILUSTRACIÓN
Perdona y vivirá tu alma, no lo hagas y morirá tu alma en dolor, angustia y sufrimiento.