ESCUELA DOMINICAL 19 JUNIO

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PAG. 46

LIBRO:
Gálatas 5:22 (RVR60)
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
“fruto del Espíritu” NO ES SUYO-NO TIENES EL CONTROL-EL ÉXITO DE LA FAMILIA NO ES CASA-CARRO-DINERO. Si yo preguntara a las familias que tienen todo esto, pero Dios no está en el centro: ¿Realmente son felices? o son puro Facebook, q solo sube lo bonito y la apariencia.
El fruto del Espíritu es la obra espontánea del Espíritu Santo en nosotros. El Espíritu produce estos rasgos del carácter que se encuentran en la naturaleza de Cristo. Ellos son el producto del control de Cristo, no podemos obtenerlo por tratar de llevarlos sin Su ayuda. Si queremos que el fruto del Espíritu se desarrolle en nuestras vidas, debemos unir nuestra vida a la de Él:
Juan 15:4 (RVR60)
4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
“Permaneced en mí” Permanecer significa quedarse; el que permanece en Cristo es el que cree en Cristo y permanece con El. El requisito esencial para una vida fructífera es una comunión constante y vital con Cristo, quien es la única fuente de fuerza espiritual que nos ayuda a cumplir con las demandas de nuestro discipulado con El.
Juan 15:5 RVR60
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
“nada” . Es decir, nada de valor espiritual permanente. El dar fruto es el resultado directo del poder y de la presencia de Cristo en la vida del creyente. Puede haber ocasiones en que los creyentes tengan deslices, cuando no sean fieles a su vida en Cristo. Pero las ramas verdaderas, por quienes fluye la vida de la vid, no pueden dejar de producir fruto a la larga:
Filipenses 1:11 RVR60
11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
Debemos conocerlo, amarlo, recordarlo, imitarlo. El resultado será que cumpliremos con el propósito proyectado de la ley: amar a Dios y al prójimo. ¿Cuál de estas cualidades deseas que el Espíritu produzca en tu vida?

LIBRO

1 Pedro 3:1–2 RVR60
1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa.
“Asimismo” IGUAL “someteos”
“maridos-esposas” Aclaro: Dios no tiene consejo para reglas de personas que viven en unión libre. Eso quiere decir: Dios no se mete.Están solos.
La frase los que no creen a la palabra describe la condición del esposo incrédulo como alguien que rechaza el evangelio:
2 Tesalonicenses 1:8–9 RVR60
8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,
“los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio” En el primer caso se indican dos clases: a. paganos que nunca han oído el evangelio y b. judíos y paganos que han rechazado el evangelio. En el segundo caso se hace referencia solamente a una clase, es decir, a los que, habiendo oído el evangelio, rehusan obedecerlo
Hebreos 4:2 (RVR60)
2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
Desde el lado humano, el primer requisito para la salvación es la fe. Oír el evangelio es esencial, pero no suficiente. Los israelitas de antaño oyeron las buenas nuevas del reposo de Dios, pero no les sirvió de nada porque no las aceptaron. No confiaron en el Dios que les dio las buenas nuevas. No sirve de nada que oigamos si no creemos. Ese es el énfasis aquí. Oír las buenas nuevas del reposo de Dios no produce beneficios ni ganancias a ninguna persona en ningún momento, a menos que el oír este acompañado de fe.
Es asombroso que a pesar de la enemistad del alma de este individuo hacia el Señor, si su esposa cristiana sigue sometiéndose al marido ella podría ser el instrumento que Dios use a fin de ganarlo para Cristo sin palabra. Esa expresión no se refiere a la Palabra de Dios sino a las palabras de la esposa. Ya antes en esta carta Pedro dejó en claro que la Biblia es esencial para la salvación de todos: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1 P.1:23; cp. Ro. 10:17). El punto de Pedro aquí es que la conducta santa de la esposa es el testimonio más valioso para abrir el corazón del esposo al evangelio. Él necesitará oír las palabras de salvación, quizás de parte de su esposa; pero esto ocurrirá si él puede ver que ella es sumisa como una mujer fiel que realmente recomienda el evangelio al esposo. Cómo vive un creyente en esa relación tan íntima ayuda a que la gracia de Cristo sea algo creíble (cp. Mt. 5:16).
Una actitud encantadora, amable y sumisa es la herramienta de evangelización que tiene la esposa creyente:
Filipenses 2:15 RVR60
15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;

PAG 47

Efesios 5:25–27 RVR60
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

29 junio

1 Pedro 3:5-6Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos;6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.”
Pedro afirma que ellas así también se ataviaban(poner en orden), estando sujetas a sus maridos. Por tanto, su llamado a tal comportamiento tiene precedentes, y como ejemplo el apóstol cita específicamente a Sara, observando que ella obedecía a Abraham, llamándole señor (amo). Llamándole (kalousa) es un participio presente que indica la actitud continua de Sara de respeto hacia su esposo Abraham: lo trataba como su señor o amo.
“sujetas” Ser sujetas significa cooperar voluntariamente con alguien, por amor y respeto a Dios y por esa persona. Lo ideal es que la sumisión sea mutua («someteos unos a otros en el temor de Dios», Efesios 5.21). La actitud de sumisión, aun cuando fuera de un solo lado, puede ser una estrategia cristiana eficaz. Jesucristo se sometió a la muerte a fin de que pudiéramos ser salvos; quizás algunas veces debamos someternos a circunstancias desagradables con el propósito de que otros vean a Cristo en nosotros. (La sumisión cristiana nunca exige de nosotros la desobediencia a Dios ni que participemos de lo que nuestra conciencia nos prohíbe.) La sumisión requiere fortaleza. No podríamos lograrlo sin el poder del Espíritu Santo que obra en nosotros.
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