Resolución de Conflictos

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Reflexionar sobre cómo resolver nuestros conflictos

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HABLEMOS DE LA VIDA

Si algo hemos aprendido durante esta semana es que los conflictos:
Son inevitables.
Son una oportunidad para glorificar a Dios, para servir a los demás y para imitar a Dios.
¿Cómo nos enfrentamos a los conflictos? ¿De qué forma incidimos para resolverlos?
Respondamos:
— ¿Qué metodología aplico para resolver los conflictos?

ESCUCHEMOS A DIOS

Un principio general que se enseña en Mateo 18 es que debemos intentar mantener el círculo de personas involucradas en un conflicto lo más reducido posible, el mayor tiempo posible. Si podemos resolver un conflicto personal y privadamente, debemos hacerlo. Pero si no podemos arreglar los temas por nuestra cuenta, debemos buscar ayuda de otras personas, ampliando el círculo sólo lo que sea necesario para lograr el arrepentimiento y la reconciliación. Esta es una de las grandes bendiciones de pertenecer a la iglesia: cada vez que no puede manejar un problema o conflicto por su cuenta, puede recurrir al cuerpo de Cristo en busca de orientación y ayuda. Este proceso de involucrar a otros puede implicar cinco pasos.
Primer paso: Pase por alto ofensas menores
Antes de pensar en involucrar a otros en un conflicto, es prudente repasar los pasos que usted puede dar para resolver un conflicto en privado. Para comenzar, evalúe cómo usted puede usar la situación como una oportunidad para glorificar a Dios, servir a los demás y crecer según la imagen de Cristo (ver capítulos 1 a 3). Luego considere seriamente resolver el conflicto unilateralmente pasando por alto las ofensas menores y renunciando a ciertos derechos personales (ver capítulo 4).
Proverbios 19:11 (RVR60)
Primer paso: Pase por alto ofensas menores
La cordura del hombre detiene su furor,
Y su honra es pasar por alto la ofensa.
Proverbios 19:11 (TLA)
Primer paso: Pase por alto ofensas menores
11 Es de sabios tener paciencia,
y es más honroso perdonar la ofensa.
Segundo paso: Hable en privado
Si usted ha agraviado a alguien, Dios le llama a ir a la otra persona para pedir perdón (ver capítulos 5 y 6). Si alguien ha cometido un agravio que es demasiado serio como para pasar por alto, es responsabilidad de usted ir a la otra persona y mostrarle su falta, haciendo todos los esfuerzos para resolver problemas personales y promover la reconciliación genuina (ver capítulos 7 y 8). O, si está tratando con problemas materiales que son demasiado importantes como para dejar de lado, usted puede intentar llegar a un acuerdo a través de la negociación (ver capítulo 11). Durante todo este esfuerzo, es apropiado buscar asesoramiento y aliento de consejeros espirituales que puedan ayudarlo a ver sus propias faltas más claramente y responder a la otra persona sabiamente. Si los esfuerzos repetidos para resolver la cuestión en forma privada fracasan, y si el asunto es demasiado serio como para pasar por alto, usted podrá proceder al paso siguiente en el proceso de Mateo 18.
Mateo 18:15 (RVR60)
Segundo paso: Hable en privado
15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
Mateo 18:15 (TLA)
Segundo paso: Hable en privado
15 »Si uno de mis seguidores te hace algo malo, habla con él a solas para que reconozca su falta. Si te hace caso, lo habrás ganado de nuevo.
Tercer paso: Lleve consigo a uno o dos más
Si un conflicto no puede ser resuelto en privado, Jesús nos dice que pidamos a otras personas que participen: “Pero si no [te hace caso], lleva contigo a uno o dos más, para que ‘todo asunto se haga constar por el testimonio de dos o tres testigos’ ” (Mateo 18:16). Pablo da la misma instrucción en Filipenses 4:2, 3. En algunos casos, los demás podrán servir como intermediarios, yendo de una parte a otra para promover el entendimiento (ver capítulo 7). Sin embargo, en la mayoría de los casos actuarán inicialmente como mediadores, reuniéndose con ambas partes simultáneamente para mejorar la comunicación y ofrecer consejería bíblica. De ser necesario podrían llegar a servir como árbitros y brindar una decisión vinculante sobre cómo resolver la cuestión (ver 1 Corintios 6:1–8). Hay dos formas en que las personas ajenas al conflicto pueden llegar a involucrarse en una disputa.
Mateo 18:16 (RVR60)
Tercer paso: Lleve consigo a uno o dos más
16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
Mateo 18:16 (TLA)
Tercer paso: Lleve consigo a uno o dos más
16 Si no te hace caso, llama a uno o dos seguidores míos, para que te sirvan de testigos. La Biblia enseña que toda acusación debe hacerse frente a dos o más testigos.
Cuarto paso: Dígaselo a la iglesia (rendición de cuentas eclesiástica)
Si su oponente dice ser cristiano y aún así rehúsa escuchar el consejo de los reconciliadores, y si el asunto es demasiado serio como para pasar por alto, Jesús le ordena “decírselo a la iglesia” (Mateo 18:17). Esto no significa pararse en el culto de adoración y ventilar el conflicto ante los miembros de la iglesia y visitantes por igual, ya que una publicidad no justificada es totalmente inconsistente con la intención de Mateo 18. En cambio, usted debería informar al liderazgo de la iglesia de la otra persona (y probablemente al de la suya también) acerca del problema y solicitar su ayuda para promover la justicia y la paz haciendo que ambos respondan ante la Palabra de Dios y a sus compromisos.
Mateo 18:17 (RVR60)
Cuarto paso: Dígaselo a la iglesia
17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia;
Mateo 18:17 (TLA)
Cuarto paso: Dígaselo a la iglesia
17 Y si aquel no les hace caso, infórmalo a la iglesia.
Quinto paso: Trátelo como un incrédulo
Como he demostrado repetidamente, Dios llama a su pueblo a actuar justamente, a buscar la paz y a ser reconciliados con los demás. Si un cristiano rehúsa hacer estas cosas, está violando la voluntad de Dios. Si rehúsa escuchar el consejo de su iglesia de arrepentirse de su pecado, Jesús dice que la iglesia debe “tratarlo como si fuera un incrédulo o un renegado” (Mateo 18:17, énfasis agregado—“gentil y publicano”, Reina-Valera 1960). El uso de Jesús de la palabra como es significativo. Dado que sólo Dios puede conocer el corazón de una persona (1 Samuel 16:7; Apocalipsis 2:23), la iglesia no tiene ningún poder para decidir si una persona es creyente. En cambio, la iglesia es llamada a tomar sólo una decisión funcional: Si una persona se comporta como lo haría un incrédulo –no tomando en cuenta la autoridad de la Biblia y la iglesia de Cristo– debe ser tratada como si fuera un incrédulo.
Mateo 18:17 (RVR60)
Quinto paso: Trátelo como un incrédulo
17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
Mateo 18:17 (TLA)
Quinto paso: Trátelo como un incrédulo
17 Y si aquel no les hace caso, infórmalo a la iglesia. Y si tampoco quiere hacerle caso a la iglesia, tendrás que tratarlo como a los que no creen en Dios, o como a uno de los que cobran impuestos para el gobierno de Roma.
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