Proverbios 6:20-35
Introducción
La expresión mujer extraña “significa siempre que no es la mujer propia de un hombre; y a veces puede también implicar una prostituta extranjera que es también extranjera para el Dios de Israel.”
Es significativo que la palabra hebrea utilizada aquí para no codicies (25) es la misma que se usa en el décimo mandamiento
El autor no duda en recurrir ahora a las metáforas para transmitir mejor su mensaje. ¿Puede un hombre poner fuego en su seno sin que arda su ropa?¿O puede caminar un hombre sobre carbones encendidos sin que se quemen sus pies? (27–28). ¡Por supuesto que no! Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; cualquiera que la toque no quedará sin castigo. Ceder ante el deseo carnal conlleva un alto precio a pagar.
Tampoco es necesario que haga su aparición el SIDA o cualquier otra posible enfermedad de transmisión sexual para tener presente las destructivas consecuencias de la promiscuidad. El sexo sin compromiso es vivir una gran mentira.
Para que el joven pueda sortear con éxito todas esas dificultades, tendrá que poner por obra las instrucciones que le dicta la Sabiduría y caminar por la senda de la vida auténtica.