La bendición del hombre que teme a Dios
La reverencia por Dios trae favor a creyentes individuales, sus familias y la comunidad a la que pertenecen.
Conceptos
TEMOR Varios vocablos hebreos se traducen como t., pero el sentido varía según el contexto. Se puede referir al miedo (“… vosotros tuvisteis t. del fuego” [Dt. 5:5]). O a la anticipación de un mal que se ve venir. David, exiliado entre los filisteos, oyó sus comentarios negativos “y tuvo gran t. de Aquis rey de Gat” (1 S. 21:12) porque percibió el peligro. José, sabiendo lo que pensaban sus hermanos después de la muerte de Jacob, les dijo: “No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?… no tengáis miedo” (Gn. 50:17–21)
También se usa para señalar una actitud de reverencia y respeto (“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová” [Sal. 112:1]; “Afirma mi corazón para que tema tu nombre” [Sal. 86:11]). Este tipo de t. se manifiesta en la vida práctica (“… y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás t. de tu Dios” [Lv. 19:14]). Ese t. se obtiene por medio de la Palabra de Dios (“… leerás esta ley.… para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley” [Dt. 31:11–12]). En algunas ocasiones se habla de t. refiriéndose a una vida virtuosa, obediente a la voluntad de Dios. Se dice de •Hananías que “era varón de verdad y temeroso de Dios…” (Neh. 7:2).
REVERENCIA. Esta actitud expresa respeto, temor, cariño y veneración hacia una persona u objeto
La reverencia se extiende a todo lo que se consideraba divino; en los contextos judeocristianos se relaciona primariamente a Dios. También se utiliza en referencia a la palabra de Dios, sus ordenanzas, su nombre, el Día del Señor, la casa de Dios en donde adoramos, y su pueblo. En el NT se refiere a los nombres de Dios el Padre, de Cristo el Hijo y del Espíritu Santo
ANDAR. CAMINAR El vocablo hebreo halak se traduce como caminar, andar. Trasmite la idea de movimiento de una parte a otra. En adición al sentido literal relacionado con el movimiento de los pies del hombre al trasladarse, se usa el término para hablar de un comportamiento, en sentido moral (“Caminó Enoc con Dios” [Gn. 5:22]). Dios dijo a Abraham: “Anda delante de mí, y sé perfecto” (Gn. 17:1). Los pensamientos y mandamientos de Dios son el camino por donde el hombre debe andar.
En el NT es frecuente referirse a la vida pasada de los creyentes diciendo que se comportaban de una manera muy negativa. Andaban “conforme a la carne” (Ro. 8:1) y “siguiendo la corriente de este mundo” (Ef. 2:2). Pero una vez redimidos por Cristo, se les exhorta: “Andad en el Espíritu” (Gá. 5:16). Han de tener un comportamiento que sea “digno de la vocación con que” fueron llamados (Ef. 4:1).