Realidades Invisibles
Exposición de Efesios • Sermon • Submitted
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Hemos llegado a la parte final de la carta, la última curva. Y a lo largo de toda la carta Pablo nos ha estado enseñando cual es nuestra identidad en Cristo. EL Señor nos escogió desde antes de que el mundo existiera para fuéramos salvos y viviéramos para Él. Él nos proveyó de Su salvación, a través de Cristo y por medio del Espíritu Santo. Y fue por medio del Espíritu que fuimos resucitados, y capacitados para creer y vivir para Él. Pero no solo los judíos, sino que también los gentiles habían sido añadidos al pueblo de Dios, por lo que ahora las distinciones entre los pueblos habían quedado abolidas. Después, considerando esa Nueva Unidad, ahora el deber de la Iglesia, judíos y gentiles, es trabajar en guardar esa unidad en su relaciones interpersonales: dentro de la iglesia, en la sociedad, y en la vida propia. Deben buscar demostrar Su nueva naturaleza en la forma en que se someten unos a otros, en el matrimonio, hogar y trabajo.
John Stott, un famoso teólogo y comentarista, nos introduce en esta nueva sección, diciendo:
El mensaje de Efesios Capítulo 12: Poderes y autoridades (Efesios 6:10–20)
Pero ahora Pablo nos trae a la tierra y a realidades más duras que nuestros sueños. Nos recuerda la oposición. Debajo de las apariencias superficiales se está librando una batalla espiritual invisible. Nos presenta al diablo (ya mencionado en 2:2 y 4:27) y a ciertos ‘poderes y autoridades’ que están bajo su mando.
A pesar de ahora vivir en Cristo, no debemos pasar por alto la realidad en la que nos encontramos: Estamos en Guerra. Para ello, vamos a considerar tres aspectos de esta guerra espiritual.
Nuestro enemigo espiritual (Ef. 6.10-12)
Nuestro enemigo espiritual (Ef. 6.10-12)
En primer lugar, observemos a quien nos estamos enfrentando. Ya Pablo había mencionado anteriormente este enemigo.
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis oportunidad al diablo.
Y todavía más antes, en Efesios 2.2 como “el príncipe de la potestad del aire”; dándonos una descripción de lo que él hace. Vimos en E. 2.2 Satanás es quien controla el aire, y todo el sistema de este mundo. En Ef. 4.27 vimos que él es quien busca destruir y poner el pie en nuestro andar cristiano. Pero ahora en Ef. 6.10-12, Pablo nos presenta una imagen más amplia de quién es este enemigo por medio de una exhortación.
Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo.
Es de notar que Pablo menciona “asechanzas del diablo” (RVR60), “insidias” (LBLA). La palabra que se traduce como insidias o asechanzas es μεθοδεία, de donde proviene nuestra palabra “método”. Esta palabra únicamente se ha usado en dos ocasiones:
para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error;
Y ahora en Efesios 6.11 para referirse a lo que Satanás hace para atacar al creyente. Y me llama la atención que Pablo usara esta palabra porque, en la mente suya, Satanás siempre ha actuado así desde el comienzo. En Génesis 3 Moisés nos relata el momento de la tentación que ocurrió en el Huerto.
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
Satanás fue calculador, metódico, y supo cómo llegar a la mujer para convencerla de sus mentiras, al punto que así mismo arrastró al hombre. Y desde entonces, desde esa primera interacción con la humanidad, hasta ahora, la astucia de Satanás ha crecido al punto de poder engañar a todas las naciones con sus μεθοδείας. Charles H. Spurgeon, el príncipe de los predicadores dijo lo siguiente:
No es probable que a la persona que destaca su depresión y su falta de mentalidad vital Satanás intente inflarla con orgullo. Más bien, examinándola y descubriendo cuáles son sus debilidades, Satanás la tienta para que dude de su llamado y procura empujarla hacia la desesperanza. Es probable que a la persona de salud robusta y fortaleza mental que disfruta de las promesas y se deleita en los caminos del Señor, Satanás no la ataque con incredulidad, porque percibe que este hombre tiene armadura para resistir en este punto particular, pero lo atacará con orgullo, o con alguna seducción lujuriosa. Satanás nos examinará completa y exhaustivamente, y si ve que somos como Aquiles, vulnerables nada más en el (talón), disparará sus flechas contra nuestro punto débil.
Por esta razón, mis hermanos es que Pablo nos da dos órdenes en Efesios 6.10-11
Fortalécete en el PODER de SU FUERZA. Esto señala y hace referencia al poder del Espíritu Santo que ahora y para siempre opera en los creyentes. Así como dijo Pablo que el Espíritu Santo es la garantía de nuestra redención, y por lo tanto nunca dejará al verdadero creyente, a través de toda la vida es que el creyente debe estar dependiendo de Su fuerza para poder resistir los ataques incansables de Satanás. Satanás JAMAS dejar´de atacarte, ni a ti ni a mí. Desde que nacemos hasta el día en que demos nuestro último suspiro, estamos en el blanco de Satanás para que caigamos, dudemos, reneguemos, o bien para que descuidemos nuestra vida. Hermano mío, no bajes la guardia en ningún momento, pues en todo momento estás bajo ataque.
Revístanse de TODA la Armadura de Dios. Aunque hablaremos más a detalle de esto a continuación, quiero enfocarme en que al mencionar “toda la armadura” implica que no hay área en nuestra vida que no esté vulnerable para los ataques de Satanás. Sus ataques van desde pensamientos, ideas, sentimientos, acciones, pasiones, anhelos, motivaciones, etc.
Dicho lo anterior, pasemos a nuestro segundo encabezado, para considerar el segundo aspecto de nuestra guerra espiritual: Nuestra armadura.
Nuestra armadura de espiritual (Ef. 6.13-17)
Nuestra armadura de espiritual (Ef. 6.13-17)
Para este punto voy a utilizar mucho material del libro “Guerra Espiritual” del Príncipe de los predicadores, Charles Spurgeon. A mi parecer, lo que caracterizó el ministerio de Spurgeon fue una vida en continuo combate espiritual. Se cree que mientras él predicaba, debajo del Santuario donde la gente estaba sentada, en el sótano, había un equipo de oración que estaba intercediendo mientras él proclamaba la Verdad.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes.
Él énfasis de Pablo en estar a la guardia es grande, pues no es la primera vez que menciona una lucha en la vida del creyente:
porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;
Es decir, la lucha que nosotros como creyentes enfrentamos día con día se lleva a cabo en el aspecto espiritual, no terrenal. Por ello que Efesios 6.12 dice que “nuestra lucha no es contra sangre y carne”, no contra las personas, sino contra “principados, las potestades”, es decir, aquellos seres que controlan este mundo. Ya vimos en Efesios 2.1-3 que el “príncipe de la potestad del aire”, Satanás, es quien controla el mundo. Y como extensión de su dominio, sus demonios están controlando este mundo. Por tal razón, Pablo exhorta portarnos de toda la armadura.
Cabe mencionar que, el hecho de que Pablo haga referencia a la apariencia de un soldado romano para describir exhortar a los creyentes efesios, implica que todo creyente es un soldado en medio de la batalla. Y así como todo soldado va con su uniforme y sus armas, así el creyente debe prepararse para el momento de la batalla.
Pero, notemos que el pasaje dice: “Tomad toda la armadura de Dios para que puedan RESISTIR el día malo” (énfasis mío). No dice que debemos tomar la armadura para ir a pelear con el demonio. Y muchas personas, incluso hay muchos libros que se han escrito sobre como ir y atar demonios, cómo arrebatarle cosas a Satanás. y muchos otras tonterías. Pablo dice que únicamente debemos resistir al diablo, no ir a pelear con él.
Habiendo dicho esto, es menester hacer la pregunta:
¿Qué tipo de armadura debemos tener?
Cinturón de la verdad (Ef. 6.14a)
Cinturón de la verdad (Ef. 6.14a)
“Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad”. El cinturón de cuero al que se está refiriendo Pablo era un artefacto que se colocaba, no meramente en la armadura, sino como parte de su ropa interior. Pero, a pesar de no ser parte de la armadura, era una parte esencial al momento de pelear, pues los soldados recogían su túnica y la amarraban en su cintura, e incluso allí colocaban su espada, y entonces podía correr más libremente.
Cuando Pablo menciona que el creyente debe recogerse la túnica para la pelea, está diciendo que el creyente debe estar listo y confiado con la Verdad del evangelio, para poder enfrentar las artimañas, las μεθοδείας de satanás. Y hoy más que nunca, como creyentes debemos estar confiados en la veracidad de la Palabra de Dios, pues muchos, incluso los evangélicos niegan la inerrancia de las Escrituras. Así como los reformadores, necesitamos regresar a la Sola Scriptura, a la autoridad máxima de las Escrituras en materia de fe y doctrina.
sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia;
Coraza de Justicia (Ef. 6.14b)
Coraza de Justicia (Ef. 6.14b)
John Bunyan, en el Progreso del peregrino, cuenta la historia de un hombre que se llama Cristiano, y cuando él se encontró en el Valle de la Humillación, un demonio llamado Apolión vino a su encuentro:
El progreso del peregrino: De este mundo al venidero Capítulo 9: Entra Cristiano en el valle de Humillación, en donde Apolión lo asalta con fiereza; pero Cristiano lo derrota con la espada del Espíritu y la fe en la Palabra de Dios
comenzó, pues, a tener miedo y a pensar si sería mejor volver o mantenerse firme en su puesto. Pero se acordó de que no tenía armadura para sus espaldas y, por tanto, volverlas al enemigo sería darle a este una gran ventaja, pues con facilidad lo podría herir con sus saetas. Por eso decidió tener valor y mantenerse firme: porque este era, sin duda, el único recurso que le quedaba para salvar la vida.
Cristiano supo que necesitaba de una armadura que lo cubriera de los ataques, tanto frontales como por la espalda. Por eso Pablo escribe “revestidos con la coraza de justicia”, porque es la Justicia de Cristo que por la fe se nos es impuesta para cubrirnos de cualquier ataque. No solo nuestro corazón está protegido por la Justicia de Cristo, sino también nos respalda en nuestro andar.
Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
Calzado del evangelio (Ef. 6.15)
Calzado del evangelio (Ef. 6.15)
y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz;
Las sandalias en el uniforme del soldado romano que en general tenían clavos en la suela para adherirse mejor al suelo y mantenerse firmes en medio de un combate. Al hacer Pablo la comparativa del calzado con el evangelio de la paz, lo que Pablo está diciendo es que, en un mundo lleno de ataques por parte del enemigo, el creyente debe estar firme y sostenerse en el evangelio.
Es por eso que el creyente necesita del evangelio todos los días. Y es el evangelio el que lo mantendrá firme hasta el final, sin miedo a perder la salvación (pues eso es imposible). Spurgeon comentó lo siguiente:
Nada ayuda al hombre a permanecer firme en el Señor como la paz del evangelio. Muchos creyentes son atacados con errores doctrinales y ceden fácilmente; son asaltados por la tentación y sus pies resbalan. Pero el hombre que está en paz con Dios y confía en el Altísimo nunca será removido, porque el Señor lo defiende. Él sabe a quien ha creído y siente en su interior una paz celestial. Dígale que las doctrinas de la gracia son un error, que la salvación es puro albedrío t mérito del hombre, y responderá: “Yo lo tengo claro. Sé que la doctrina de la gracia soberana es veraz por experiencia. sé que tengo paz con Dios.
Necesitamos estar recordando esa paz que en el evangelio tenemos todos los días, y anunciar ese evangelio de la paz al mundo que vive en enemistad contra Dios.
Escudo de la fe (Ef. 6.16)
Escudo de la fe (Ef. 6.16)
en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno.
En la película de Troya, protagonizada por Brad Pitt, hay una escena en que los espartanos llegaron a las puertas de la ciudad de Troya para tomarla, pero el ejército troyano salió a defender la ciudad. y me llama la atención la técnica que tenían para defender. Los escudos que usaban eran los suficientemente grandes para cubrir casi el cuerpo entero del soldado. Pero al momento de formarse en las filas, los soldados en la segunda fila colocaban los escudos por encima de los de la primera, y los de la tercera sobre los de la segunda, y así hasta varias filas atrás. Esto lo hacían con la intención de que sus primeras filas no cayeran bajo la lluvia de flechas que llegaban por parte de los espartanos. Los soldados quedaban bajo la protección de un muro de hierro, y las flechas no llegaban a ellos.
Lo mismo sucede con nuestra fe, funciona como un escudo que se levanta frente a nosotros para protegernos de los dardos encendidos del maligno. En las guerras romanas se acostumbraba mojar las flechas en veneno, para que al lanzarlas y que rozaran siquiera la piel, o llegaran al soldado, la toxina empezaba a carcomer la carne, y eventualmente moría por el veneno. A estas flechas le llamaban “dardos encendidos”. Pablo está usando este término para que los efesios entendieran cuán dañinos y peligrosos eran los ataques de Satanás, y por tal razón les exhorta “Sobre todo”. En esto deben prestar más atención, en su fe en Dios. Dime que tan fuerte está tu fe, y te diré cuánto tiempo durarás en la batalla. Bien lo dijo Spurgeon:
Algunos cristianos piensan que su fe les permitirá escapar de los golpes, que si tuvieran fe todo sera pacífico y tranquilo. Piensan que van a cabalgar suavemente hacia el cielo y cantar a lo largo de todo el recorrido. ¿Por qué ponerse entones la armadura si no van a pelear batallas? ¿Por qué alistarse si uno no va a luchar? ¿De qué sirve un soldado de salón que se queda en casa para ser alimentado por erario público? No; que el soldado esté listo cuando estalla la guerra; que experimente el conflicto como parte y consecuencia de su profesión. Pero que esté armado de fe, pues recibirá golpes.
Y William Gurnall dijo:
Desde el nacimiento espiritual (conversión) hasta la muerte natural, desde el momento en que afirmaste el rostro hacia el Cielo hasta que entres por la puerta, tendrás guerra con Satanás, con el pecado y la carne.
Hermano mío que estás aquí, amigo o amiga que nos visitas, si te dijeron que la vida cristiana iba a ser fácil TE MINTIERON. No esperes comodidad,. No esperes tranquilidad. NO esperes días soleados y la brisa en tu cara mientras caminas por el desierto. ¡NO! Espera batallas, ataques, y tentaciones. Vas a experimentar caídas, y ataques de tu familia, de tus amigos, y de la misma iglesia también. Desde el momento en que creíste en el evangelio hasta el día en que mueras (como lo dijo William Gurnall) vas a ser el blanco de Satanás. Él te odia, te desprecia, y no está sentado anhelando que caigas o que dejes de orar unos días, o que digas una mala palabra, que no leas tu Biblia, o que no vengas a la iglesia. No. Él está enfocado en destruirte. El no solo te quiere ver en el piso, quiere patearte y pisarte ya cuando estás allí. No es poca cosa la guerra contra Satanás. Debes tener tu fe bien puesta como escudo, porque los ataques vendrán…
Yelmo de la salvación (Ef. 6.17a)
Yelmo de la salvación (Ef. 6.17a)
Después de decir que habrán ataque, Pablo pone el yelmo de la salvación.
¿Por qué el casco es representado con la salvación?
Porque es en la mente donde se libran la mayoría de las batallas. Pablo lo expresó en 2 Corintios 10.4-5, el pasaje que vimos hace rato:
porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo,
Mis hermanos, cuán dañina es la doctrina de la pérdida de la salvación, pues lleva a la gente a la incertidumbre si en cualquier momento mi salvación la habré de perder. ¿Qué pecado debemos evitar para que perdamos la salvación? ¿Cual pecado es demasiado grande como para condenar a aquellos que han sido justificados por la sangre de Cristo? ¿Que acción de la mente y sentimiento en el corazón podrá privarnos de nuestro galardón si el Espíritu Santo nos selló hasta la redención de la posesión adquirida? Si nada nos podrá separar del amor de Dios en Cristo Jesús (Ro. 8.38-39), ¿qué pecado entonces debemos evitar para que estemos separados de Dios por la eternidad? Si Él ya nos adoptó en Cristo, ¿será posible que Él nos rechace como si no fuéramos Sus hijos? ¿Cristo murió por todos nuestros pecados? ¿O dejó aquellos pecados que tienen potencial de hacernos perder la salvación?
No, mis hermanos. Nuestra salvación debe inundar todos nuestros pensamientos. Tanto la seguridad de nuestra salvación como la esperanza que Dios nos va a preservar hasta que lleguemos a casa, eso debe penetrar nuestra mente, rodear nuestra mente como un casco, y así proteger nuestra cabeza de cualquier disparo a ella que Satanás pueda lanzar.
Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a esos también llamó; y a los que llamó, a esos también justificó; y a los que justificó, a esos también glorificó.
Espada de la palabra (Ef. 6.17b)
Espada de la palabra (Ef. 6.17b)
Y por último, nuestro armamento queda completo con nuestra arma con la que podemos defendernos y atacar también, la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. No es la única ocasión en la que la Palabra de Dios se ha comparado con una espada.
Ha hecho mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me ha escondido; me ha hecho también como saeta escogida, en su aljaba me ha escondido.
Por tanto los he despedazado por medio de los profetas, los he matado con las palabras de mi boca; los juicios sobre ti son como la luz que sale.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.
Y este acto de la Espada de Cristo, Su Palabra, se ve en la predicación de Pedro en el Pentecostés, pues cuando terminó de hablar, nos dice Hechos 2.37
Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos?
La palabra que se traduce como compungieron de corazón literalmente significa “fueron traspasados o perforados los corazones de ellos”. La Palabra predicada por Pedro perforó el corazón de su audiencia, y fueron abiertos los ojos de su corazón para ver su necesidad de Cristo. Eso hace la Palabra de Dios, mayormente en aquellos que Dios ha ordenado que sean salvos, porque Isaías enseña en Is. 55.11
así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié.
Lo que la Palabra de Dios se enfoca en hacer, eso se cumple. Sucedió en la creación cuando Dios habló y dijo: Sea la Luz (Gn. 1.3), y sucede también la salvación cuando Cristo le dijo a Lázaro: Sal fuera (Jn. 11.43). Así como Dios dijo: Sea la Luz, así mismo dice al hombre: Sé Salvo.
Nuestra manera de enfrentar la guerra espiritual (Ef. 6.18-20)
Nuestra manera de enfrentar la guerra espiritual (Ef. 6.18-20)
Oración personal (Ef. 6.18)
Oración personal (Ef. 6.18)
Oración congregacional (Ef. 6.19-20)
Oración congregacional (Ef. 6.19-20)