La Oración de Dios Hijo con Dios el Padre
Introducción
Jesús Ora por la Glorificación
Jesús Ora por Protección Eterna
Primera, aseguraba su glorificación, así como la de los demás creyentes. Los cristianos están “guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” (1 P. 1:5). Según Romanos 8:29-30,
el cuidado providencial de Dios forja una cadena irrompible que va desde la eternidad y hasta la eternidad: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”.
Segunda, la protección del Padre también aseguraba la unidad entre ellos; que fueran uno, así como Cristo y el Padre.
Jesús Ora por la Santificación
Solo los creyentes santificados están listos para ser enviados al mundo, tal como el Padre envió a Cristo al mundo. Estas palabras, dirigidas a los once, sirvieron de avance a la gran comisión que el Señor les daría a estos mismos discípulos después de su resurrección (Mt. 28:18-20; cp. Hch. 1:7-8). Una vez apartados del mundo y transformados por la gracia de Dios, los discípulos serían heraldos de esa gracia al mundo que los rechazaba