De la Esclavitud a la Libertad.

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INTRODUCCIÓN:

Damos inicio a una nueva serie de mensajes que hemos llamado TRANSICIÓN.
Quiza sea una palabra que no nos suene mucho, pero la realidad es que es un termino que describe nuestra condición como personas.
TRANSICIÓN significa:
Paso o cambio de un estado, modo de ser a otro.
Una transición es una serie de cambios diferentes que ocurren a lo largo de la vida.
Es un periodo de tiempo en el cual experientamos diferentes procesos cuyo propósito es llevarnos a un nuevo nivel de madurez o plenitud.

EJEMPLOS:

La transción de la soltería al matrimonio conllevan una serie de cambios que al saber enfrentarlos y adaptarnos se alcanza un nuevo nivel de plenitud.
Las transiciones son necesarias PERO NO obligatorias, somos nosotros los que decidimos si vamos a continuar con nuestro caminar hacia la madurez.
Proverbios 4:18 NTV
18 El camino de los justos es como la primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor.
A veces buscamos el esplendor por el camino equivodado, es caminar correctamente lo que nos dará el brillo de Dios en nuestras vidas.
2 Corintios 3:18 NTV
18 Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.

DESARROLLO:

Una transición y que desde un punto de vista personal debemos buscar es:

De la Esclavitud del pecado a la Libertad en Crsito Jesús.

Esta transicón, este cambio es efectuado unicamente por el Espíritu Santo y nosotros debemos colaborar con su obra de santificación.
Recordemos que Jesús realizo al obra redentora, y el Espíritu Santo realiza la obra santificadora.
Romanos 8:1–4 NTV
1 Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús; 2 y porque ustedes pertenecen a él, el poder del Espíritu que da vida los ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte. 3 La ley de Moisés no podía salvarnos, porque nuestra naturaleza pecaminosa es débil. Así que Dios hizo lo que la ley no podía hacer. Él envió a su propio Hijo en un cuerpo como el que nosotros los pecadores tenemos; y en ese cuerpo, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros mediante la entrega de su Hijo como sacrificio por nuestros pecados. 4 Lo hizo para que se cumpliera totalmente la exigencia justa de la ley a favor de nosotros, que ya no seguimos a nuestra naturaleza pecaminosa sino que seguimos al Espíritu.

1. Es el Espíritu Santo el que hace efectiva la obra de Jesús en la cruz.

Jesús perdono todos nuestros pecados (presentes, pasados y futuros) y el Espíritu Santo nos va liberando del poder del pecado.
Esto quiere decir que cuando una persona ha recibido la convicción de pecado que el Espíritu Santo pone en el corazón y la persona se arrepiente y a traves de la oración pide perdon a Dios con un corazón sincero… El ESPIRITU SANTO ROMPE, CORTA, DESTRUYE EL PODER DEL PECADO EN LA VIDA.
La persona que ha recibido a Cristo por la fe y lo ha hecho su Señor tiene la libertad de decidir que hacer ante las diversas situaciones de la vida o tentaciones del enemigo.
En Cristo peca el que quiere pecar, el pecano no lo obliga mas.
La voluntad de la persona ha sido libertada del yugo de esclavitud.
Cuando las personas dicen que hay cosas que no pueden dejar están diciendo muchas veces la verdad.
Porque su voluntad es esclava del pecado (las adicciones son un claro ejemplo)

2. Reconocer que nuestra naturaleza pecaminosa es debil y somos vendidos al pecado.

Romanos 7:7–13 NTV
7 Ahora bien, ¿acaso sugiero que la ley de Dios es pecaminosa? ¡De ninguna manera! De hecho, fue la ley la que me mostró mi pecado. Yo nunca hubiera sabido que codiciar es malo si la ley no dijera: «No codicies». 8 ¡Pero el pecado usó ese mandamiento para despertar toda clase de deseos codiciosos dentro de mí! Si no existiera la ley, el pecado no tendría ese poder. 9 Hubo un tiempo en que viví sin entender la ley. Sin embargo, cuando aprendí, por ejemplo, el mandamiento de no codiciar, el poder del pecado cobró vida 10 y yo morí. Entonces me di cuenta de que los mandatos de la ley —que supuestamente traían vida— trajeron, en cambio, muerte espiritual. 11 El pecado se aprovechó de esos mandatos y me engañó; usó los mandatos para matarme. 12 Sin embargo, la ley en sí misma es santa, y sus mandatos son santos, rectos y buenos. 13 ¿Pero cómo puede ser? ¿Acaso la ley, que es buena, provocó mi muerte? ¡Por supuesto que no! El pecado usó lo que era bueno a fin de lograr mi condena de muerte. Por eso, podemos ver qué terrible es el pecado. Se vale de los buenos mandatos de Dios para lograr sus propios fines malvados.
Estamos tan mal que aquello que cuando DIOS dice NO a algo… Ese NO depsierta en nosotros mas deseo de hacerlo.
Romanos 7:14–24 NTV
14 Por lo tanto, el problema no es con la ley, porque la ley es buena y espiritual. El problema está en mí, porque soy demasiado humano, un esclavo del pecado. 15 Realmente no me entiendo a mí mismo, porque quiero hacer lo que es correcto pero no lo hago. En cambio, hago lo que odio. 16 Pero si yo sé que lo que hago está mal, eso demuestra que estoy de acuerdo con que la ley es buena. 17 Entonces no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí. 18 Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa no existe nada bueno. Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. 19 Quiero hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero igual lo hago. 20 Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí. 21 He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal. 22 Amo la ley de Dios con todo mi corazón, 23 pero hay otro poder dentro de mí que está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí. 24 ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte?

3. La solución:

Entrega incondicional y total a Cristo.
Disposición de someternos a Cristo, es decir tomar la decisión de dejar de PECAR.
Romanos 7:24 NTV
24 ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte?
¿Cómo transicionamos de la esclavitud a la libertad?
Romanos 7:25 NTV
25 ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi mente de verdad quiero obedecer la ley de Dios, pero a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado.
Romanos 6:17–18 NTV
17 Antes ustedes eran esclavos del pecado pero, gracias a Dios, ahora obedecen de todo corazón la enseñanza que les hemos dado. 18 Ahora son libres de la esclavitud del pecado y se han hecho esclavos de la vida recta.
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