Sermón sin título (2)
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In loving memory of David Lampert
In loving memory of David Lampert
La muerte siempre será algo desconocido. Tristemente vivimos en un mundo donde escuchamos muertes cada día y que podríamos a acostumbrarnos, sin embargo, no es algo natural porque el ser humano fue creado para vivir eternamente junto a Dios. Debido al pecado morimos.
La muerte es un enemigo.
26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.
26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;
28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
La muerte es comparada como un sueño.
El sueño es un símbolo adecuado de la muerte, como lo demuestra la siguiente comparación: 1. El sueño es un estado de inconsciencia (Ec. 9:5, 6
5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.
6 También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.
51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.