Construyendo Puentes

HABLEMOS DE LA VIDA

La mayoría de los matrimonios y familias pasan por intermitencias e interferencias de comunicación que hacen que nuestras relaciones no sean saludables. Algunas factores que se enfrentan son: la falta de tiempo, la falta de perdón, el miedo, el egoísmo e individualismo, dudas, celos y otros. Estos factores ocasionan que haya una separación entre las personas deteriorando la comunicación y por consecuencia las relaciones.

Pensemos:

¿Qué otros factores afectan la comunicación en el matrimonio y la familia?

¿Cuáles son los riesgos que se corre al no tener una comunicación?

¿Cómo podemos restaurar nuestra comunicación y nuestras relaciones?

ESCUCHEMOS A DIOS

CONSTRUIR PUENTES

Cuando pensamos en un vínculo saludable, ese que nos ayuda a crecer, la mejor figura que encuentro para representarlo es considerando la construcción de un puente. Un puente es una vía de comunicación que une dos cabeceras, por la que se trasladan en ambas direcciones un conjunto de elementos innumerables que están integrados, entre otras cosas, por cantidades impresionantes de información, experiencias y otras cosas valiosísimas que nutren tu vida. Eso es un vínculo. Este puente debería producir una retroalimentación entre dos personas, ayudando a que ambos reciban aportes significativos para progresar y vivir de una manera realmente abundante. Por esta razón, la Biblia nos anima a las relaciones. Nos desafía a la construcción de estos puentes tan importantes.

Marcos 12:30–31 RVR60

30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. 31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.

Ahora bien... ¿De qué se trata este puente que Dios nos invita a construir? ¿Qué es lo que está en el opuesto de la fractura y el aislamiento? ¿Cómo describimos una relación saludable? Considero que, para comprender mejor el valor del vínculo, en nuestra experiencia humana, necesitamos considerar un elemento que se suma casi en una conexión simbiótica. No existe vínculo sin comunicación. Sin diálogo entre las dos cabeceras no hay tal cosa como un puente. La naturaleza misma del puente es generar comunicación. Es decir que, se supone, que un buen vínculo debería enriquecer la manera en que nos comunicamos. No podríamos decir que sin vínculo no existe comunicación, porque no hay tal cosa como la comunicación inexistente. Hasta el hecho de resistirse a la comunicación... ya comunica algo. Así que para entender lo que es un vínculo sano, intentaremos descubrir de qué se trata una comunicación saludable.Quienes saben de esto sostienen que en la comunicación es posible identificar tres niveles.

1. NIVEL SUPERFICIAL

El primer nivel es el que suele llamarse superficial. Aquel en el que comparto cuestiones no muy comprometidas. No se trata solo de lo que llamamos hablar de “bueyes perdidos”, no es lo que solemos catalogar como hablar de pavadas, aunque bien podría incluirlo. Para algunas personas, muy afectas a la filosofía griega, compartir algunos conceptos socráticos podrían considerarse en este nivel, por más profundos que estos fueran... porque, para esa persona, hablar de ese tema le resulta cómodo, no pone en juego su seguridad o su estabilidad emocional. Son cosas que no te afectan, que te resulta muy cómodo compartirlas. Cuestiones referidas a tu ocupación diaria, temas que dominas con muchísima facilidad, apreciaciones sobre tu hobby. Compartirlo no te ocasiona ninguna incomodidad.

Juan 4:7–9 RVR60

7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. 8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. 9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.

2. NIVEL INFORMATIVO

El siguiente nivel es más profundo. Es lo que se conoce como el nivel informativo. Ese nivel comunicacional donde, en mi conexión con otros, transfiero información más concreta, datos más comprometidos. Para ilustrarte la idea podría contarte acerca de cómo fue mi última semana, o que fue lo que me ocurrió hoy desde que me levanté hasta que se originó nuestro encuentro. Suelo hacer esto último cada vez que toco este punto en un curso, taller o seminario... y siempre tengo la misma sensación: Satisfacción, alivio, gratificación. Es como un momento catártico donde doy cuenta de lo que me fue ocurriendo desde que inicie el día, temprano en la mañana, cuando lavar mis dientes resultaba prioritario. La simple posibilidad de expresarme sobre lo ocurrido en mi vida me produce una sensación agradable. Creo que no debo ser el único que experimentaría algo similar. Nos hace bien encontrar alguien a quien contarle que es de nuestra vida. Tristemente, existe un numero incontable de personas que no encuentran donde desarrollar este ejercicio tan saludable. No tienen con quien o algo se los impide. No han encontrado una persona que les preste el oído, el tiempo y la atención necesaria para compartir los aconteceres de su vida. ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a tu esposa, hijos o amigos en este nivel?

Juan 4:10–14 RVR60

10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. 11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? 12 ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

3. NIVEL EMOCIONAL

El tercer nivel es el emocional. Sí concluimos en que muchas personas tienen serias dificultades para experimentar la expresión en el nivel informativo, imagínate lo sencillo que será encontrar personas que carecen de la experiencia en esta instancia aún más profunda. En este nivel voy a compartir no solamente lo que me pasa, sino que además comparto como me siento con lo que me pasa.

Juan 4:16–19 RVR60

16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. 17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; 18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. 19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.

4. NIVEL ESPIRITUAL

En lo personal yo creo que existe un cuarto nivel. Uno que no sé si lo enseñan en los espacios universitarios, pero que estoy seguro de que existe. Es el nivel espiritual. Ese en el que puedo compartirte ya no solo los datos de lo que me pasa, o como me siento con eso que me pasa... Este último nivel es aquel en el que me animo a buscar, a bucear, acerca de lo que ocurre a nivel espiritual, en relación a lo que me sucede y a lo que siento con lo que me sucede. Este es el nivel que me lleva a compartir mis datos y mis emociones, orando con otro, preguntándonos que esperará Jesús de nosotros en esta situación, compartiendo nuestras sensaciones, experiencias y miradas acerca de lo que ya hemos experimentado en nuestro caminar con el Espíritu de Dios. Es donde tomamos conciencia de que no somos tan solo dos en esta mecánica... existe un tercero que siempre escucha y que con paciencia espera que le demos participación.

Juan 4:25–30 RVR60

25 Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. 26 Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo. 27 En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella? 28 Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: 29 Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? 30 Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.

Juan 11:32–35 RVR60

32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.35 Jesús lloró.

RESPONDAMOS A DIOS

Pensemos:

— ¿Cuál es el nivel de comunicación que tienes con tu esposa y tus hijos o hijas?

— ¿Cómo comenzarías a restaurar tu comunicación con tu esposa y tus hijos?

ESCUCHA, ESCUCHA, ESCUHA…