VIVIENDO COMO HIJOS DE DIOS. Parte 1
Iglesia Celebra la fidelidad de Dos. • Sermon • Submitted
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· 4,242 viewsComo hijos amados de Dios, debemos aspirar a imitar a Dios en nuestra manera de Vivir.
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INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Este mes , es el mes del 60 aniversario, de nuestra iglesia, bajo el lema: “Iglesia , celebra la fidelidad de Dios”
Y precisamente un forma de celebrar la fidelidad de nuestro Dios, es que cada uno de nosotros en esta iglesia, vivamos como hijos de Dios, como amados de Dios.
Pablo Interpela a la iglesia en Éfeso para que su andar, sea como hijos de Dios, para que su andar sea en amor.
Como ya hemos venido estudiando en el capítulo 4, Pablo comenzó la exhortación a cumplir nuestro deber de andar como es digno del evangelio, a un andar que es diferente del mundo y luego en el transcurso de este capítulo, nos enseñó que cosas debíamos evitar y que cosas o actitudes, comportamiento, debíamos buscar que fueran nuestra práctica en la vida Cristiana.
Ahora en el capítulo cinco, el apóstol Pablo inspirado por Dios, nuevamente hace una interpelación a los creyentes.
1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
El primer llamado, que nos hace Dios, a través del apóstol, es:
I. Vivir nuestra vida Cristiana, imitando a Dios.
I. Vivir nuestra vida Cristiana, imitando a Dios.
Vemos en estos versículos, que para el apóstol Pablo, inspirado por Dios, el “andar” del creyente es un asunto crucial.
Pablo dice: Sed pues… y esta es la frase que une lo que ya había dicho en el capítulo 4, con lo que ahora presentará en el capítulo 5 .
Específicamente, en el versículo 32, él había dicho:
32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
La benignidad, la misericordia y el perdón son características de Dios, quien es amor.
Nuestro Dios es infinitamente benigno, misericordioso y perdonador, y la manera como los Cristianos alcanzamos esas virtudes es imitando su Fuente suprema, que es Dios mismo.
La palabra “imitadores” (Mimētēs) es el término del cual se deriva mímica y mimo, se refiere a aquella persona que copia y reproduce características específicas de otra persona.
Al decirnos, sean “imitadores de Dios como hijos amados, Pablo está exhortandonos a copiar a Dios, a imitar las características de Dios, sobre todo su amor.
Parafraseando el orden del texto, entendemos que:
“Como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante, andad en amor”
Amados hermanos, el amor de Dios es posible porque su amor ya está en nuestros corazones.
5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Es el Espíritu Santo de Dios, quien nos ha derramado el amor de Dios.
No hablamos de nuestro amor por Dios, sino a su amor por nosotros.
Derramado quiere decir que es algo vertido pródigamente hasta el punto de desbordarse.
Nuestro Padre celestial no ofrece su amor en dosis medidas con cuentagotas sino en torrentes inmensurables.
38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Dios nos ha sellado con su Espíritu, a través de él nos ha derramado su amor y es el poder del Espíritu Santo que mora en nuestro interior que obra para hacernos santos y piadosos.
hermanos es el Espíritu Santo de Dios que produce el anhelo de amar e incluso el deseo genuino de vivir piadosamente. Es algo que sólo Dios puede hacer en nosotros.
Sólo Dios obrando en nuestras vidas, puede lograr que nosotros tengamos un carácter semejante al suyo, y la manifestación de ese carácter, sea una de las más grandes evidencia de nuestra Salvación. 1 Juan 4:8-10
8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
Hermanos, andar en amor, es la prueba suprema, de que hemos conocido a Dios, que hemos entendido que Dios nos amó primero, y por su amor somos salvos, y que por tal razón nosotros mostramos amor a él y sobre todo mostramos su amor para las demás personas.
Ahora, puesto que Dios es amor, nosotros como sus hijos amados debemos andar en amor. Sin embargo, esta capacidad no es natural sino sobrenatural, por lo tanto requiere una naturaleza nueva y el poder continuo del Espíritu Santo que fluye por medio de nosotros por la obediencia a la Palabra de Dios.
Por otro lado la evidencia más grande de amor es el perdón no merecido.
El acto supremo del amor de Dios fue dar “a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn. 3:16). El amor de Dios trajo el perdón del hombre, Dios amó al mundo, y ofreció perdón a la humanidad rebelde, pecadora, enviando a su hijo a morir en la cruz del calvario, ahí estábamos nosotros y fuimos perdonados, y su amor y su perdón se extienden cada día de nuestras vidas.
Por último ya que el perdón es la evidencia suprema del amor de Dios, también será la prueba más convincente de nuestro amor.
El amor siempre nos llevará a perdonar a otros así como el amor llevó a Dios en Cristo a perdonarnos (Ef. 4:32).
32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Y no olvidemos que la falta de perdón hace evidente la falta de amor (Efesios 4:31)
31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
La presencia de perdón siempre demuestra la presencia de amor, porque solo la persona con amor verdadero tiene motivación y poder para perdonar.
Conclusión:
Conclusión:
Como hijos amados de Dios, debemos aspirar sinceramente a vivir con rectitud, tener un deseo ferviente de orar, desear estudiar la Palabra de Dios, anhelar adorar al Señor Jesucristo con todos nuestros corazones, de imitar su amor, Vivir su amor de forma practica.
Cuando nuestra vida la estamos viviendo de esta manera, sabemos entonces que estamos siendo guiados por el Espíritu Santo y por tal razón podemos decir que estamos viviendo como hijos de Dios.
Es tiempo de reflexionar:
¿Estamos viviendo como hijos amados de Dios?
¿Estamos imitando a Dios en nuestra vida practica?
¿Andamos en amor?
¿practicamos el perdón como muestra de amor?
Vamos a orar.