La Bendición Sacerdotal

Números 6:22–27

22 Jehová habló a Moisés, diciendo: 23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles:

24 Jehová te bendiga, y te guarde;

25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;

26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.

27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.

Introducción

La palabra bendición se ha hecho tan común que ha perdido su significado.

Desearle bendición a otra persona va más alla que el simple deseo de que le vaya bien en todo.

Para un israelita significaba obtener los beneficios de Dios el cual suple las necesidades del ser humano y solamente pueden ser suplidas por Dios.

Un israelita anhelaba tanto la bendición de Dios como la gente hoy día desea el éxito.

El israelita sabía que el éxito terrenal no significaba nada sin la bendición de Dios.

Este texto resume la bendición de Dios que todos nosotros debemos anhelar.

Aunque el sacerdote ministraba esta bendición no era él quien la daba sino Dios.

Bendición y protección

24 Jehová te bendiga, y te guarde;

Proverbios 10:22 La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella.

La bendición es la provisión material y espiritual de Dios que suple toda nuestra necesidades abundantemente sin derroche.

Tenemos como ejemplo la bendición del maná: “16 Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda. 17 Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos; 18 y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer. 19 Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana. Éxodo 16:16–19”

… y te guarde: la protección de Dios.

El camino de Israel en el desierto estaba lleno de peligros, sin la protección de Dios no habrían podido llegar a la tierra prometida.

De la misma manera nosotros necesitamos la protección de Dios, que Él nos guarde de toda peligro, debemos ser ministrados unos a otros con esta bendición. “2 A no haber estado Jehová por nosotros,

Cuando se levantaron contra nosotros los hombres, 3 Vivos nos habrían tragado entonces, Cuando se encendió su furor contra nosotros. Salmo 124:2–3”

Resplandor de rostro y misericordia

25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;

El rostro resplandeciente de Dios es su gracia y favor, los cuales obtenemos únicamente si Él restaura su amistad con nosotros, si ya no estamos bajo su ira. Esto lo obtenemos reconciliándonos con Él a través del sacrificio de Cristo.

Su luz ilumina nuestra mente y podemos comprender su Palabra y estatutos para ponerlos por obra.

La misericordia de Dios es necesaria para mantenernos en su favor, pues inevitablemente fallamos. Si tenemos la misericordia de Dios no seremos consumido cuando le fallamos: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Lamentaciones 3:22–23”La

La nube que cubría a Israel durante el día simbolizaba la misericordia de Dios, a pesar de que le fallaron (becerro de oro, la murmuración, la rebelión) nunca se apartó la nube de ellos: “Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego. Éxodo 13:22”

Alce su rostro y paz

26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.

El rostro de Dios sobre nosotros dijimos que es su gracia, pero ahora se enfoca en significar su presencia en nosotros, Él está atento y pendiente de nosotros: “Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos. Salmo 34:15”

Su presencia trae paz, que significa serenidad, salud, prosperidad, bienestar, tranquilidad, seguridad, algo que la gente busca inútilmente en el dinero.

Paz principalmente con Él, pues si Cristo estamos enemistados con Dios, y la amistad con el mundo es enemistad contra Dios (Stg 4:4), porque para el impío no hay paz (Isa 57:21).

Conclusión

27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.

Como padres debemos ministrar la bendición de Dios sobre nuestros hijos.

En nuestra cultura fuimos enseñados a maldecir a nuestros hijos,

y aunque alguien pueda decir que no trató mal a sus hijos, en ignorancia los ministró negativamente con palabras: “no podes”, “no vas aguantar”, “no vas a entender”.

Cambiemos nuestra manera de pensar: “y renovaos en el espíritu de vuestra mente. Efesios 4:23”

Bendiga y no maldiga.