La salvación y su fruto: Templanza
La salvación y su fruto • Sermon • Submitted
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· 65 viewsEsta es una serie consecutiva sobre el fruto que el Espíritu Santo produce en el creyente de forma natural. Se divide en 9 características: 1) Amor 2) Gozo 3) Paz, 4) Paciencia, 5) Benignidad, 6) Bondad, 7) Fe, 8) Mansedumbre, 9) Templanza.
Notes
Transcript
Introducción
Introducción
El semáforo se puso amarillo justo cuando él iba a cruzar en su automóvil y, como era de esperar, hizo lo correcto: se detuvo en la línea de Paso para los peatones, a pesar de que podría haber rebasado la luz roja, acelerando a través de la intersección. La mujer que estaba en el automóvil detrás de él estaba furiosa. Le tocó la bocina por un largo rato e hizo comentarios negativos en alta voz, ya que por culpa suya no pudo avanzar a través de la intersección… y para colmo, se Le cayó el celular y se Le regó el maquillaje.
En medio de su pataleta, oyó que alguien le tocaba el cristal del lado. Allí, parado junto a Ella, estaba un policía mirándola muy seriamente. El oficial Le ordenó salir de su coche con Las manos arriba, y la llevó a la comisaría donde la revisaron de arriba abajo, Le tomaron fotos, Las huellas dactilares y la pusieron en una celda.
Después de un par de horas, un policía se acercó a la celda y abrió la puerta. La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el agente que la detuvo estaba esperando con sus efectos personales:
– “Señora, lamento mucho este error”, Le explicó el policía.
“Le mandé a bajar mientras usted se encontraba tocando bocina fuertemente, queriendo pasarle por encima al automóvil del frente, maldiciendo, gritando improperios y diciendo palabras bulgares. Mientras la observaba, me percaté que de su carro tiene en su bumper un sticker que dice ‘¿Qué haría Jesús en Mi lugar?’, su tablilla tiene un borde que dice ‘Yo escojo la Vida’, otro sticker que dice ‘Sígueme el Domingo a la Iglesia’ y, finalmente, el emblema cristiano del pez. Como es de esperarse, supuse que el auto era robado.”
Esta simpática historia muestra la importancia de ser coherentes entre lo que creemos y lo que hacemos. Para ser cristiano no basta con ir a la Iglesia Los domingos o leer la Biblia de vez en cuando, porque el cristianismo es un estilo de vida: el estilo de vida de Jesús… Así que la próxima vez que vayas en el auto, o de compras al supermercado, o te encuentres atendiendo algún cliente, recuerda que el mundo te está mirando y espera ver a Jesús en ti.
Cita bíblica:
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
I. Sobre las emociones
I. Sobre las emociones
La templanza es una de las características del fruto que es fundamental al momento de ejercer las demás. Mientras esta esté presente, puede asegurarse que se presentará con mayor frecuencia las demás. Así como todas las demás características del fruto son un mandato demostrarlas, esta no es la excepción. Tenemos que aprender a controlarnos a nosotros mismos si queremos tener una buena relación con los demás. Lo lindo de esta palabra es que la construcción del término expresa que tenemos que tener el poder sobre el yo, es decir tener el dominio de mí (ἐγ-κράτεια).
Dado que nuestras emociones son parte de nosotros, debemos aprender a controlarlas. En la Biblia se encuentran 2 ejemplos de un par de personas que pudieron controlar sus emociones y continuar haciendo lo que les correspondían hacer. Uno es José y el otro es Saúl.
José Gn. 43:31
Todos recuerdan muy bien el caso en la vida de José cuando sus hermanos fueron a devolver el dinero hallado en sus costales, los tales pensaban que José iba darles algún castigo, pero él les tenía preparado un banquete. Sus sentimientos y emociones fueron expresados de manera que tuvo que retirarse del lugar para así poder llorar a parte. Una de las cosas que debemos notar sobre el control de las emociones es esto: 1) Apartarse por un momento si es necesario para llorar (Gn. 43:30), y es cierto, llorar no es malo, cuando hay que hacerlo se lo debe de hacer. 2) No dejar que el llanto nos dominé (Gn. 43:31, “Se contuvo”) y lleve a otros asuntos más complejos como la depresión u otras cosas. José pudo controlar sus emociones en el momento adecuado. 3) Las emociones no deben alterarnos y hacernos tomar decisiones erróneas, sino que debemos estar alertas de actuar como debe ser. El término que se usa en Génesis 43:31 “Se contuvo” es el mismo que se usa en Gálatas 5:23 “Dominarse a sí mismo”.
Saúl 1 S. 13:12
Casi todos sabemos lo que es querer actuar en el momento en que las cosas parecen necesitar acción repentina. Saúl lo sabía perfectamente, dice 1 Samuel 13:12 que Saúl se esforzó y ofreció holocausto. Esta historia tiene dos cosas muy distintas: 1) Enfoque en el control de las emociones sí, pero con posteriores decisiones erroneas, bien claro lo dijo Pablo en 1 Corintios 10:12 “el que piensa estar firme, mire que no caiga”. En 1 Samuel 13:12 el término utilizado para “me esforcé” es el mismo que el de Gálatas 5:23, es decir que Samuel es esforzó por controlarse a sí mismo de esguir esperando, pero al sentirse tan presionado tuvo que hacerlo él mismo lo que fue ordenado para los sacerdotes únicamente. Por un momento pudiéramos decir que lo estaba logrando, pero lo que parecía correcto para algunos, para Samuel y Dios fue lo peor que él pudo haber hecho, haber ofrecido holocausto y no haber esperado un poco más (1 S. 13:10). Una decisión bajo presión puede cambiar tu vida completamente y puede cambiar para mal cuando sabes que lo que vas a decidir no es lo correcto. La vida de Saul pudo tomar otro rumbo, pero para Saúl se había acabado todo en ese lugar (1 S. 13:13-14)
II. Sobre las actitudes
II. Sobre las actitudes
Una actitud es “una manera de estar dispuesto a obrar” y esto es sobre lo que también debemos tomar el control nosotros mismos.
Hacia las metas
Pablo dice que todo aquel que quiere obtener algo para sí, debe aprender a abstenerse de lo que no lo ayude en sus objetivos y metas (1 Co. 9:25), ya que cuando no nos abstenemos o controlamos, podemos se iguales derribada y sin muros, es decir podemos estar indefensos (Pr. 25:28).
Hacia las injurias y personas
El proverbista dice que el prudente pasa por alto el insulto (Pr. 12:16 NVI) La paciencia y el dominio propio son dos características del fruto que van ligadas algo interesante observar en el Proverbios 16:32 (NVI) es que es mejor dominarse a sí mismo que dominar ciudades. Dar rienda suelta a la ira no es templanza, sino saber dominar que nos hace sabios (Pr. 29:11 NVI; Stg. 1:19; 3:5-13).
Controlar nuestras actitudes hacia las personas, injurias y nuestras metas son muy importantes para cada vez madurar como hijos del Señor.
III. Sobre los deseos
III. Sobre los deseos
El tercer aspecto sobre lo que tenemos que tener control es sobre los deseos pecaminosos que existen en nosotros. Cada cual tenemos distintas clases de tentaciones y debemos ser conscientes de eso para poder forjar la templanza o dominio propio. No debemos decirnos que no podemos controlar los impulsos de nuestra concupiscencia, ya que Pablo dice ninguna tentación es más de lo que podamos ser aptos para resistir, hay salida para las tentaciones que que se nos vienen y debemos aprender a depender en la providencia de Dios(1 Co. 10:13). Si tenemos en cuenta que la ebriedad es estar controlados por los efectos del alcohol, la sobriedad es estar en control de uno mismo. El mensaje a Timoteo fue que gracias a la gracia de Dios al enviar a su hijo que nos hizo salvos, nosotros tenemos la capacidad de rechazar la impiedad y los deseos mundanos y poder vivir de manera sobria en este mundo (Ti. 2:11-12), asi que debemos tener el mismo control que Pablo quiso tener sobre sí mismo diciendo que pone su cuerpo al servicio de él y no él al servicio de su cuerpo (1 Co. 9:27) así como Job (Job 31:1) y como Juan lo dice (2 Jn. 1:8).
Conclusión.
Conclusión.
Luchemos como Pablo, Job, José y busquemos tener el dominio de nosotros mismos, teniendo el mayor ejemplo de control a sí mismo a nuestro Señor Jesús, quién cuando fue tentado no cedió, teniendo dominio sobre sí mismo (Hebreos 4:15). Es por eso que este trabajo es con diligencia (2 P. 1:5-7) No creyendo que no ay necesidad de controlarse, sino que sabiéndolo buscamos la perfección con la ayuda de Cristo (Ro. 7:15-25)