Invitar al ayuno y a las casas de pan.

El Señor es mi pastor

Salmo 23:1–3

1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.

2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;

Junto a aguas de reposo me pastoreará.

3 Confortará mi alma;

Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Introducción

Este salmo escrito por David, narra las experiencia que ha tenido con el pastor divino.

David puede decir con toda seguridad que mientras se ha mantenido sumiso a Él no le ha faltada ninguna cosa buena,

que no tiene que temer ninguna cosa mala,

tiene la seguridad que nunca le abandonará

y que siempre le estará guiando por el camino de la misericordia.

Por lo tanto decide nunca abandonar este camino.

De esa manera nos invita a confiar en este pastor divino.

El Señor es nuestro pastor

Un pastor es alguien que se dedica a cuidar de un rebaño, guiarlo, alimentarlo, curarlo.

Es glorioso saber que Dios tiene cuidado de nosotros: “Jehová es tu guardador;Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Salmo 121:5–7”

Es a través de su iglesia que El Padre ejerce sus cuidados pastorales.

El Señor ha instituido ministro como pastores en su iglesia: “Y Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros. Efesios 4:11”

Todos el crédito y la gloria es únicamente para Dios.

Así mismo los cuidados paternos: “Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Mateo 23:9”

Nunca debemos olvidar eso para que no desviemos nuestra mirada en Él. Nosotros solo somos siervos. “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. Lucas 17:10”

La ministración y la Palabra vienen de nuestro Señor y las recibe a través de nosotros. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Santiago 1:17”

Nada nos faltará

Dios sabe mejor que yo, de lo que tengo necesidad (Mateo 6:8)

Dios proveerá a nuestras necesidades, no caprichos, tampoco consentirá la pereza.

Dios te proveerá las cosas que solamente Él pueda dar: “Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. Deuteronomio 28:12”

El te da la lluvia, el sol y bendice tus manos, ahora te toca trabajar.

Te dará la fuerza: “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Isaías 40:29”

Te dará inteligencia: “Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Proverbios 2:6”. Pídela a Dios Santiago 1:5.

Si tu mente te hace creer que necesitas de algo que aun no has recibido de Dios, no te fíes de tu propia opinión, pueda ser que realmente no lo necesitas, o que vendrá el el tiempo de Dios.

Mientras, ten contentamiento por lo que tienes: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; Hebreos 13:5”

Dios proveerá abundantemente para tus necesidades para que estés tranquilo, feliz, pues sus bendiciones no traen aflicción ni pena.

Confortará mi alma

Confortar es renovar las fuerza y energía al cansado.

Las aflicciones, temores y angustian vienen a debilitarnos, de tal manera que aunque tengamos fuerza física, no la podemos aprovechar porque la fuerza del alma se ha agotado.

Es ahí donde debemos acudir al Padre para que nos conforte, pues en esa condición somos vulnerables a los ataques del enemigo.

El gozo del Señor es nuestra fuerza: “...no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. Nehemías 8:10”

El Señor ha prometido habitar en la alabanza de su pueblo: (Salmo 22:3)

Cuando alabamos al Señor unidos como hermanos somos confortados, fortalecidos por El Padre. En la unidad hay fuerza para resistir al maligno. Mejor son dos que uno… (Ecl 4:9)

Somos confortados cuando recibimos el alimento de la Palabra de Dios. “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 1 Pedro 2:2”

Somos confortados en la oración.

Conclusión

El Señor como nuestro pastor nos conduce a estos delicados pastos y aguas de reposo, su principal objetivo es conducirnos en esta vida para que al fina nos lleve a Casa, para vivir con Él por la eternidad.

Por lo tanto está más interesarnos en proveernos los medios para correr con paciencia la carrera hacia la patria celestial, que abarrotarnos con cosas materiales que no pueden saciar y pueden ser una desventaja en nuestro caminar.

Somos peregrinos, debemos viajar ligero.

El joven rico (Lucas 18) no alcanzó la vida eterna porque el peso de sus riquezas le agobiaban para avanzar y no estuvo dispuesto a botar esa carga.

Demos gracias a Dios por ser nuestro amado pastor, demos gracias porque provee para nuestras necesidades sin falta, demos gracias porque Él sabe muy bien de lo que necesitamos y nos provee.

Acude al amante pastor de tu alma.

COMO PODRE PAGAR TANTO FAVOR