La Oración del Padre nuestro - PETICIÓNES
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Ilustracion
EL DESTINATARIO
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Toda oración auténtica debe comenzar con una contemplación devota y debe expresar un reconocimiento del nombre de Dios y de sus benditas perfecciones.
Tres cosas son esenciales para la oración aceptable y eficaz:
Tres cosas son esenciales para la oración aceptable y eficaz:
· Fervor
· Reverencia
· Confianza.
El fervor
Es el resultado de nuestros afectos puestos en práctica.
La reverencia
Se promueve por discernir el hecho de que nos estamos dirigiendo al trono celestial.
La confianza
Se va a profundizar cuando veamos al Objeto de la oración como nuestro Padre.
Somos invitados a acercarnos; uno que es nuestro Padre.
1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
De manera natural Dios es el Padre de todos los hombres porque es su creador.
10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?
8 Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.
En primer lugar
En primer lugar
Dios es su Padre espiritualmente.
En segundo lugar
En segundo lugar
Dios es el Padre de sus elegidos porque es el Padre de su Señor Jesucristo
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
De esta manera, Cristo expresamente dijo:
“Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”
17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
En tercer lugar
En tercer lugar
Dios es el Padre de sus elegidos por decreto eterno:
ü “Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Efesios 1:5).
En cuarto lugar
En cuarto lugar
Es el Padre de sus elegidos por regeneración, porque vuelven a nacer y llegan a ser “participantes de la naturaleza divina”
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;
Está escrito:
6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
“Padre nuestro”
No solo nos enseña nuestro interés personal en Dios mismo, quien por gracia es nuestro Padre, sino que también nos instruye en cuanto a nuestro interés por nuestros compañeros cristianos que en Cristo son nuestros hermanos.
No es solo a “mi Padre” a quien oro sino a “nuestro Padre”.
Debemos expresar nuestro amor por nuestros hermanos orando por ellos; debemos estar tan interesados por sus necesidades como por las nuestras. ¡Cuánto se incluye en estas dos palabras!
“Que estás en los cielos”.
Qué bendito equilibrio le da esto a la frase anterior.
Si aquella nos habla de la bondad de Dios y de su gracia, esta nos habla de su grandeza y majestad.
“Padre nuestro”
Inspiran confianza y amor.
Entonces las palabras
“que estás en los cielos”
Nos deben llenar de humildad y temor reverente.
Estas son dos cosas que deben ocupar nuestras mentes y comprometer nuestros corazones:
La primera sin la segunda tiende hacia la familiaridad profana.
La segunda sin la primera produce frialdad y terror.
Combinando a las dos, somos preservados de ambos males; y en el alma se forja y se mantiene una estabilidad adecuada, mientras contemplamos como corresponde la misericordia y el poder de Dios, su amor insondable y su nobleza inconmensurable.
LA PRIMERA PETICIÓN
“Santificado sea tu nombre”
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
LA SEGUNDA PETICIÓN
“Venga tu reino”
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
LA TERCERA PETICIÓN
“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
LA CUARTA PETICIÓN
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
LA QUINTA PETICIÓN
“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
LA SEXTA PETICIÓN
“Y no nos metas en tentación”
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
LA SÉPTIMA PETICIÓN
“Mas líbranos del mal”
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
LA DOXOLOGÍA
“Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.