Dios como testigo (Romanos 1.9-12)

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Dios como testigo (Romanos 1.9-12)

En el ministerio apostólico de Pablo, la predicación y la oración van juntas. Les asegura que, aun cuando a la mayoría de ellos no los conoce personalmente, sin embargo ora por ellos ‘sin cesar’ (9) y ‘siempre’ (10a).
No se trata de una trivialidad piadosa. Dice la verdad, y pone a Dios por testigo de su afirmación. En particular, ora para que ‘si es la voluntad de Dios, por fin se me abra ahora el camino para ir a visitarlos
Romanos 1:9–12 NBLA
9 Pues Dios, a quien sirvo en mi espíritu en la predicación del evangelio de Su Hijo, me es testigo de cómo sin cesar hago mención de ustedes 10 siempre en mis oraciones, implorando que ahora, al fin, por la voluntad de Dios, logre ir a ustedes. 11 Porque anhelo verlos para impartirles algún don espiritual, a fin de que sean confirmados; 12 es decir, para que cuando esté entre ustedes nos confortemos mutuamente, cada uno por la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía.
Mi interpretación del versículo 9 es que Pablo está poniendo a Dios como testigo porque se está refiriendo a algo que solamente Dios puede ver, esto es, algo ‘en el espíritu de Pablo’. Él esta diciendo, “en mi espíritu” sirvo al evangelio.
Y así todo lo que puede hacer para insistir en esta verdad es poner a Dios como testigo, porque nadie puede ver el incesante llanto genuino del apóstol, excepto Dios.
Pues Dios, a quien sirvo en mi espíritu en la predicación del evangelio de Su Hijo, me es testigo de cómo sin cesar hago mención de ustedes siempre en mis oraciones,”.
Pero la pregunta es: ¿Cómo él sirve a Dios en sus oraciones? Su respuesta (en el versículo 9) es que sin cesar hace mención de los creyentes de Roma:
sin cesar hago mención de ustedes siempre en mis oraciones”. ¿Pero qué dice cuando hace mención de ellos? Esa es la pregunta clave.
Y la responde en el versículo 10:
siempre en mis oraciones, implorando que ahora, al fin, por la voluntad de Dios, logre ir a ustedes”.
Lo que hace una y otra vez en sus oraciones, es mencionarlos con ansias y rogar que Dios vea apropiado en su soberanía -note la frase, “por la voluntad de Dios”- logre ir a ustedes.
Pero ¿por qué? esa es una pregunta clave: ¿Por qué Pablo quiere venir a Roma?
La respuesta de Pablo nos lleva exactamente hacia del punto que esperaríamos en vista de la misión de su vida.
En el versículo 11 el dice que la razón por la que quiere venir a Roma es esta:
Romanos 1:11 NBLA
11 Porque anhelo verlos para impartirles algún don espiritual, a fin de que sean confirmados;
Su primera razón es esta: para impartirles algún don espiritual (jarisma) que los fortalezca (11).
A primera vista parecería natural interpretar este don como uno de esos jarismata que Pablo ha enumerado en 1 Corintios 12 y que volverá a mencionar posteriormente en Romanos 12 y Efesios 4.
Sin embargo, parecería haber una objeción decisiva a este parecer; o sea, que en esos otros pasajes los dones son asignados por la soberana decisión de Dios, de Cristo, o del Espíritu.
De modo que el apóstol difícilmente podía sostener que él mismo era capaz de ‘impartir’ un jarisma.
Por consiguiente, parecería usar la palabra en sentido más general. Quizá se refiera a su propia enseñanza o exhortación, algo que espera ofrecerles cuando llegue, aunque hay ‘una indefinición intencional’ acerca de su afirmación, tal vez debido a que a esta altura no sabe cuáles serán las principales necesidades espirituales de ellos.
Apenas terminaba de dictar estas palabras cuando decide dejar en claro acerca del don que impartiría
De modo que de inmediato explica (incluso se corrige): es decir, para que cuando esté entre ustedes nos confortemos mutuamente, cada uno por la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía (12).
Sabe de las bendiciones recíprocas de la comunión cristiana y, aunque es un apóstol, no es demasiado orgulloso como para reconocer su necesidad de ella.
La necesidad de CONFORTARNOS
(1. Dar vigor, espíritu y fuerza a alguien. 2. tr. Animar, alentar, consolar a una persona afligida.)
Y ahora ¿qué quiere decir con: “a fin de que seáis confirmados”? Quiere decir que la fe de ellos puede ser fortalecida y hacerse aun más firme y fructífera
1 Tesalonicenses 3:2 NBLA
2 Enviamos a Timoteo, nuestro hermano y colaborador de Dios en el evangelio de Cristo, para fortalecerlos y alentarlos respecto a la fe de ustedes;
de modo que lo que vemos es, que la manera en que Pablo sirve a Dios en su espíritu en el evangelio (versículo 9) es orando continuamente para que Dios le dé la posibilidad de ir a Roma y fortalecer la fe de ellos; y es de eso de lo que se trata toda la misión de la vida de Pablo, la obediencia de la fe entre los gentiles.
Puesto que la obediencia viene de la fe, la fe debe estar creciendo y fortaleciéndose.
Así sirve Pablo a Dios -o sea, busca glorificar a Dios pidiendo la ayuda de Dios (¡Eso es en sí la oración!) para que lo lleve a Roma por el bien de la fe.
La obediencia de la fe es aun el tema. Y el nombre de Dios es magnificado por la confianza que pone Pablo en Dios, al pedirle en sus oraciones que esto ocurra.
Pero esta no es exactamente la manera en que Pablo quiere decirlo. Él apoya, como si fuera el versículo 12, y deja claro que su deseo cuando ora, no es solamente que sean fortalecidos y estimulados en su fe por la fe de Pablo y a través de un don espiritual para ellos, sino que también que él mismo sea fortalecido y estimulado mediante la fe de ellos.
Romanos 1:12 NBLA
12 es decir, para que cuando esté entre ustedes nos confortemos mutuamente, cada uno por la fe del otro, tanto la de ustedes como la mía.
Esa es la misión de vida de Pablo: La obediencia de la fe entre los gentiles. Así es como Pablo sirve a Dios en su espíritu: Ora constantemente para que Dios lo capacite para ir y fortalecerlos en fe y mediante ellos ser fortalecidos él en su propia fe.
3. Él quiere que la fe de ellos produzca fruto
Específicamente, la razón por la que él a menudo ha planeado ir a ellos.
Romanos 1:13 NBLA
13 Y no quiero que ignoren, hermanos, que con frecuencia he hecho planes para ir a visitarlos, pero hasta ahora me he visto impedido, a fin de obtener algún fruto también entre ustedes, así como entre los demás gentiles.
¿Qué fruto? Ciertamente, la respuesta es el mismo fruto del que ha estado hablando todo el tiempo: El fruto de la fe -“la obediencia de la fe”. Así es como utiliza el termino “fruto” en
Romanos 6:22 NBLA
22 Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tienen por su fruto la santificación, y como resultado la vida eterna.
El Apóstol dice que ha recogido ya ese fruto entre los otros gentiles, para que los romanos tengan la esperanza de que su llegada no sería inútil, puesto que ya fue muy provechosa para otros.
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